1. EL LEÓN Y LA CABRA
Érase una cabra que quería ser la más poderosa del reino animal. A todos sus amigos
les decía: - voy a ser a ser el más poderoso de los animales, el rey. Y también les
amenazaba diciendo: - si no haces lo que yo te digo, te desterraré.
Un día decidió ir a ver al rey, el león, que se lo encontró paseando tranquilamente: -
¡eh, tú!- dijo. -¿Qué quieres?- respondió el león. -Pues que dejes tu puesto, cobarde.
Yo seré el rey.- dijo la cabra, con un tono fresco y de superioridad. - ¿Qué deje mi
puesto?¿que seas tú el rey? ¡ja! estás loco. Pero... si tanto insistes podemos hacer una
prueba.- dijo el león, aunque el sabía que la iba a ganar.
La prueba consistía en lanzar una piedra grande y pesada lo más lejos que pudieran.
Por su fuerza, ganó el león. La cabra no se rindió y pidió la revancha. Echaron una
carrera. Por su velocidad, ganó el león. La cabra pidió por segunda vez la revancha,
aunque sabía que era casi imposible ganar al león. Así prueba tras prueba, iba
ganando el león, hasta que en la decimocuarta prueba dijo: ¡basta, plebeyo!¿no ves
que no vas a ganar? ya puedes ir yéndote a tu montaña.
La cabra, derrotada, se dirigió hacia su montaña y sus amigos la vieron: - ¡eh, tú! ¿ya
eres rey?- dijo una. - Eso, eso- dijo otra. - No...- respondió la cabra, y se fué. Durante
un tiempo fué el centro de burlas y risas. Se lo tenía bien merecido, por amenazar y
presumir de cosas que no tenía.
Moraleja:
Quién presume de lo que no tiene
sabrá de lo que carece
Encarni Herero Rodríguez