La patrística intentó construir una síntesis entre religión y filosofía interpretando a Platón y viendo a Dios como la fuente del ser y el conocimiento, a Jesucristo como el Verbo y al Espíritu Santo y Jesucristo como el alma del mundo. La escolástica del siglo XIII se basaba en la autoridad de la Escritura y la razón, estudiando los textos a través de la lectura, cuestiones y disputas para comprenderlos y debatirlos, aunque todavía no había una sistematización completa