La realidad está chocando con las verdades imperfectas del kirchnerismo. La gestión deficiente del gobierno se ha traducido en problemas como la pérdida del estatus de exportador energético, el estancamiento de la pobreza, la falta de inversión en infraestructura e educación, y la corrupción. Estas grietas entre la realidad y la narrativa kirchnerista son cada vez más notorias. Si el gobierno se aferra a su concepto de verdad cuestionado en lugar de cambiarlo, es probable que pierda el apoyo de