Con la elección del candidato de la derecha, en la 2ª vuelta electoral (17 de enero de 2010), se cerraba en Chile el ciclo de los gobiernos de los sectores y grupos mantenedores del sistema de dominación. Se iniciaba entonces el gobierno de la derecha política con respaldo del conjunto de la clase dominante y con ello se hacían de la dirección política de la formación aquellos que fueron capaces de idear y plasmar el actual tipo de ‘democracia’ (más bien ‘democracia gorila’), formulada para dar direccionalidad y sustentación política a la refundación capitalista sufrida por nuestro país durante la dictadura militar, centralmente entre 1975 y comienzos de los “80. En nuestro análisis de la coyuntura que se abría, analizamos las razones inmediatas y las indirectas de la derrota electoral de la candidatura de la Concertación, además de los factores de la fortaleza de la derecha, que volvía al gobierno del país, mediante el voto, después de medio siglo. A los sectores y grupos mantenedores, a los que se sumaron gustosos los reformistas, no les resultó esa vez el consabido cuento del “mal menor”, ni tampoco la tímida campaña del terror que intentaron a última hora con el fin de agitar las implicancias de la llegada de la derecha a la Moneda. Con todo y como explicación más de fondo, alertábamos del avance de la derecha en nuestro país y que ello debía destacarse en cualquier análisis que se hiciera de la coyuntura y más allá de la misma. Indiscutiblemente que el discurso de ella ha calado hondo en vastos sectores sociales e inclusive populares, incluyendo a algunos que otrora fueron proclives a apoyar, con todos sus defectos, a la Concertación. Ello no es casualidad y debe ser considerado en conjunto con la dinámica, más general, del alto grado de desarrollo e integración capitalista actual de nuestra formación, en su fuerte despliegue del capital monopólico dependiente transnacionalizado.