Este poema celebra el Día del Maestro y honra la dedicación, esfuerzo y sabiduría de los maestros. Reconoce cómo los maestros inculcan conocimientos día a día y guían a los estudiantes para mejorar sus mentes y conciencias con la luz del conocimiento que comparten. La sociedad les debe gratitud eterna por su loable labor de reformar el mundo desde las aulas y orientar la ciencia con justicia y conciencia.