El documento describe los graffitis como una forma de expresión política y de inconformismo social. Los graffitis icónicos transmiten mensajes políticos pacíficos, mientras que los graffitis textuales presentan reflexiones filosóficas profundas y posturas contra el machismo y a favor del feminismo. Los graffiteros usan las paredes públicas para expresar opiniones que de otro modo permanecerían silenciadas y esperan que sus mensajes anónimos sean leídos e interpretados por el público.