4. Pautas para la acción
Introducción
7
Introducción
Hoy en día la violencia se reconoce internacionalmente como un problema de salud pública
y una violación a los derechos humanos. Sin embargo, dado que los esfuerzos y recursos para
comprender el problema y evaluarlo —particularmente en países en desarrollo como el Perú—
son limitados, la violencia prevalece como un problema silencioso, muchas veces ajeno a las
normativas de los sistemas legal, social y de salud.
Debido a la presencia de la violencia —y la amenaza permanente que ésta significa—, los
derechos a la supervivencia, el crecimiento y el desarrollo de los y las adolescentes y jóvenes
de todo el mundo corren peligro. La violencia es un problema sin solución de continuidad que se
presenta en los hogares, las escuelas, los centros de trabajo, la calle, entre otros espacios de
socialización y convivencia cotidiana de la población adolescente y joven.
La violencia es, pues, un problema de salud pública en casi todos los países del mundo, que
requiere una respuesta urgente, en la cual la comunidad juega un rol muy importante de prevención
y mitigación de sus consecuencias.
Por otro lado, la epidemia del VIH-sida1
tiene un impacto cada vez mayor en adolescentes y
jóvenes, que son considerados como una población que se encuentra en situación de
vulnerabilidad. En el Perú, de acuerdo con los reportes de la Oficina General de Epidemiología
del Ministerio de Salud, casi la mitad de las personas que ahora tienen sida se infectaron con
VIH cuando eran adolescentes o jóvenes, lo cual da cuenta de la necesidad de desarrollar
intervenciones que promuevan la prevención y promoción de estilos de vida saludables.
Se pueden encontrar también vínculos entre la violencia y el VIH-sida, puesto que la primera
puede ser responsable de la propagación de la epidemia por ejemplo durante los conflictos
bélicos y la migración, así como por las relaciones sexuales forzadas.
El propósito de esta publicación es aportar en la búsqueda de respuestas a la violencia y el
VIH-sida, destacando el rol que tiene la comunidad en proponer soluciones para prevenir estos
problemas y promover contextos saludables para el desarrollo de los y las adolescentes y
jóvenes.
El documento presenta información relevante, conceptos clave, ejercicios que suscitan el
análisis y la reflexión, así como información sobre fuentes bibliográficas útiles para profundizar
sobre la violencia, su relación con el VIH-sida y las formas en las que estos problemas afectan
a la comunidad y a los jóvenes en particular.
Esperamos que el texto sea de utilidad para las autoridades locales, los agentes y promotores
comunitarios, y en general para todas aquellas personas comprometidas con el desarrollo de
sus comunidades y dispuestas a emprender acciones de respuesta a los problemas que afectan
el bienestar y desarrollo de los jóvenes.
1
Escribimos la palabra sida con minúsculas porque si bien es el acrónimo de síndrome de inmunodeficiencia adquirida y por tanto
debería escribirse con mayúsculas (SIDA) o versales (SIDA), con el uso se ha convertido en un nombre común, y es así, con
minúscula, como aparece registrado en el diccionario de la Real Academia Española. En nuestro medio es muy frecuente ver
escrito este término con mayúscula (Sida), pero es un error puesto que no se trata de un nombre propio. La única razón que justifica
la escritura de sida con mayúscula es cuando forma parte de un nombre propio, por ejemplo, el del proyecto Salud Integral del
Adolescente y Prevención del VIH-Sida, en el que todos los sustantivos comunes (salud, integral, etcétera, y entre ellos sida) van
escritos con mayúscula.
5. Pautas para la acción 9
8 ¿Cómo entendemos la violencia?
1. ¿Cómo entendemos la violencia?
La violencia es una de las amenazas más urgentes contra la salud y la seguridad pública de
las Américas, particularmente en lo que se refiere a la población adolescente y joven.
Los factores y procesos que conducen a la violencia son múltiples y complejos. Por ello, la
violencia puede ser vista como un problema que tiene varios niveles y dimensiones (Carrión 1994),
que van desde las formas inadecuadas de enfrentar conflictos en la familia hasta la guerra.
La Organización Mundial de la Salud (2003) define la violencia como «El uso intencional de la
fuerza o el poder físico, de hecho o como amenaza, contra uno mismo, otra persona o un grupo
o comunidad, que cause o tenga muchas probabilidades de causar lesiones, muerte, daños
psicológicos, trastornos del desarrollo o privaciones».
Esta definición da cuenta de que cuando hablamos de violencia nos referimos a un concepto
que abarca una complejidad de circunstancias y hechos, y por tanto debe ser analizado en
todas sus dimensiones. En este sentido, la violencia también debe ser entendida como una
construcción social e histórica, y por lo tanto humana. De allí que su definición dependa del
momento histórico y social que se esté viviendo, y que su vigencia responda a una visión del
mundo que legitima el uso de la fuerza (Spinelli 1998).
2
Texto tomado de la entrevista realizada a Alberto Concha-Eastman, experto de la Organización Panamericana de la Salud, en el marco del
Foro Interamericano sobre Convivencia y Seguridad Ciudadana realizado en Medellín, Colombia. En OPSAhora, El Boletín de la Organización
Panamericana de la Salud, noviembre del 2005.
La violencia lleva a la muerte, a la discapacidad, a enfermedades, a desajustes emocionales,
a lesiones, a traumas sexuales y psicológicos, a desplazamientos forzados e involuntarios.
Impide y obstaculiza la inversión y el desarrollo, y afecta la gobernabilidad.2
El enfoque de salud pública para comprender y dar respuesta al problema de la violencia
busca superar las limitaciones del sistema judicial para atenderlo. El uso de principios de salud
pública promueve soluciones más amplias y más duraderas respecto a la violencia, superando
la visión individual del problema al integrar el impacto en las familias y comunidades.
Violencia y derechos humanos
La noción contemporánea de derechos humanos tiene sus inicios en la Declaración Universal de
Derechos Humanos de las Naciones Unidas de 1945. Esta declaración fue escrita en el marco de
las dos guerras mundiales, al ver cómo se intensificaba la violencia contra los seres humanos.
Los derechos humanos son «los derechos básicos y libertades de los cuales todo ser humano
goza e incluyen: el derecho a la vida y la libertad, libertad de pensamiento y expresión e igualdad
ante la ley».
Por lo tanto, el derecho a la no violencia es también un derecho que tenemos todas las personas
sin distinción de edad, raza, género, clase social o cualquier otra condición. Es nuestra obligación
ejercer y defender este derecho en la vida cotidiana.
En la actualidad, se habla de un movimiento de prevención de la violencia
basado en algunas tesis fundamentales de salud pública, que incluye:
„ Enfoque principal en la prevención, o sea en los esfuerzos para evitar la
violencia antes de que ocurra.
„ Enfoque basado en datos que describen la naturaleza del problema y
contribuyen a identificar factores de riesgo y resistencia.
„ La colaboración de socios múltiples que trabajan en forma conjunta para
producir cambios.
„ Está basado en la población en general y busca soluciones en el nivel
comunitario o del «entorno».
Para conversar
„ Trate de recordar en qué ocasiones ha sufrido
algún tipo de violencia. ¿Cómo se sintió y cuál fue
su primera reacción?
„ ¿Recuerda alguna situación en la que usted se haya comportado de
manera violenta con alguna persona? ¿A qué cree que se debió su
comportamiento? ¿Cómo se sintió?
„ ¿Usted considera que la violencia va en aumento en las sociedades
modernas? Si su respuesta es positiva, discuta con sus colegas a qué
se debe esto.
Para obtener mayor información puede revisar
Domenach, Jean-Marie; Henri Laborit, Alain Joxe y otros. La violencia y
sus causas. París: UNESCO, 1981.
Ipas e Instituto de Educación y Salud. Género o sexo: ¿a quién le importa?
Carolina del Norte: Ipas e Instituto de Educación y Salud, 2001.
Organización Panamericana de la Salud. «La violencia requiere políticas
de prevención». OPSAhora. El Boletín de la Organización Panamericana
de la Salud, noviembre 2005.
<http://www.paho.org/Spanish/DD/PIN/ahora23_nov05.htm>
Spinelli, Hugo.Violencia: un concepto polisémico. Texto basado en un
capítulo de la tesis presentada para la obtención del título de doctor en
salud colectiva en la Facultad de Ciencias Médicas de la Universidad de
Campinas, Brasil I., 1998.
6. Pautas para la acción 11
10
2. Formas en que se manifiesta la
violencia
Violencia familiar
El tipo de violencia más generalizado es el que ocurre dentro de la familia y con otros
allegados, tanto entre esposos como entre padres e hijos. En este contexto, las niñas y mujeres
son afectadas de manera desproporcionada, especialmente si la violencia se vincula a la sexualidad
(Organización de las Naciones Unidas 1989).
La violencia intrafamiliar o doméstica es aquella que tiene lugar dentro de la familia, ya sea
que el agresor comparta o haya compartido el mismo domicilio, y que comprende, entre otras
manifestaciones, maltrato físico y psicológico, y abuso sexual.
Históricamente, se ha considerado que la violencia al interior de la familia es un asunto
privado en el cual una persona ajena no debe intervenir, ni siquiera las autoridades normativas.
La violencia doméstica es un modelo de conductas aprendidas, coercitivas, que involucran
abuso físico o la amenaza de abuso físico. También puede incluir abuso psicológico repetido,
ataque sexual, aislamiento social progresivo, castigo, intimidación y/o coerción económica.
La violencia intrafamiliar ocurre básicamente por tres factores: la falta de control de los
impulsos, la carencia afectiva y la incapacidad para resolver problemas adecuadamente.Además,
en algunas personas pueden aparecer otros elementos como el abuso de alcohol y drogas.
Como en casi todas las formas de violencia, la frustración económica y el abuso del alcohol
y las drogas están altamente correlacionados con el cuidado disfuncional de los hijos. La práctica
de criar a los hijos haciendo uso incluso del castigo físico está influida por normas culturales y
de grupo, por actitudes valorativas y por la carencia de habilidades individuales para educar a los
niños y adolescentes de una forma positiva y utilizando incentivos.
Violencia psicológica
La violencia psicológica incluye maltrato verbal en forma repetida, acoso, reclusión y privación
de los recursos físicos, financieros y personales. Los insultos incesantes y la tiranía que
constituyen el maltrato emocional quizá sean más dolorosos que los ataques físicos, porque
merman eficazmente la seguridad y la confianza de las personas en sí mismas. Un solo episodio
de violencia física puede intensificar enormemente el significado y el impacto del maltrato
emocional.
Violencia física
Se refiere al uso de la fuerza física para agredir y hacer daño. La violencia física puede incluir
empujones, puñetazos, golpes, patadas, cachetadas, jalones de pelo. Así mismo, destrucción
física del patrimonio familiar, amenazas o ataques con armas u otros objetos y encerramiento
físico (en un cuarto o amarrando a la víctima).
Formas en que se manifiesta la violencia
* (González Et al, 2000)
Otraformadeclasificarlasmanifestacionesdelaviolencia*
Violencia doméstica
La violencia psicológica y física con el cónyuge, el maltrato infantil y el abuso de los
niños.
Violencia cotidiana
Es la que se sufre en la vida diaria y se manifiesta básicamente en la actitud de no
respetar las reglas, de no respetar el turno en una cola, en el maltrato en el transporte
público, en la larga espera para ser atendido en un hospital, en la indiferencia frente al
sufrimiento humano, en los problemas de seguridad ciudadana y en los accidentes de
tránsito. En alguna medida, todos contribuimos y tomamos parte en esta lucha que ha
convertido a las ciudades en una selva urbana.
Violencia política
Es aquella que surge de los grupos organizados, ya sea que estén en el poder o no. Se
manifiesta en el estilo tradicional del ejercicio político, en la indiferencia del ciudadano
común ante los acontecimientos del país, en la no participación en las decisiones, así
como en la existencia de coimas y nepotismo en el manejo de algunas instituciones.
También se considera en este tipo la violencia producida por la respuesta de los grupos
alzados en armas.
Violencia socioeconómica
Se manifiesta en la situación de pobreza y marginalidad de grandes grupos de la
población constituidos por personas desempleadas, subempleadas o que subsisten en la
informalidad. Todo esto se refleja en la falta de acceso o en la desigualdad de oportunidades
para acceder a la educación y la salud.
Violencia delincuencial
Podemos mencionar el robo, la estafa, el narcotráfico, es decir, los medios ilegítimos
de obtener bienes materiales. Es toda forma de conducta individual u organizada que
rompe las reglas sociales establecidas para vivir en grupo. Todos sueñan con el modelo
que les vende la sociedad, con el éxito fácil. Pero ser un profesional idóneo o un técnico
calificado requiere esfuerzo y preparación, desarrollar recursos internos y plantearse metas.
Los jóvenes de nuestro país tienen oportunidades de orientación y canalización de sus
frustraciones y en esto dependen de sus familias, de la escuela y de las instituciones; la
responsabilidad es de todos. Es decir, las expresiones de violencia originadas en la carencia
de futuro y de horizontes pueden cambiar.
7. Pautas para la acción 13
12 La violencia basada en género
3. La violencia basada en género
La Declaración de las Naciones Unidas sobre la Eliminación de la Violencia contra la Mujer
(Asamblea General de las Naciones Unidas 1993) define este tipo de violencia como «todo acto de
violencia basado en la pertenencia al sexo femenino que tenga o pueda tener como resultado un
daño o sufrimiento físico, sexual o psicológico para la mujer, así como las amenazas de tales
actos, la coacción o la privación arbitraria de la libertad, tanto si se producen en la vida pública
como en la vida privada». La violencia de género ocurre en el hogar, en la escuela, en el trabajo y
en la comunidad en general. Si bien los perpetradores en su mayor parte suelen ser personas o
grupos de personas, la definición de la ONU también incluye la violencia perpetrada por el Estado,
ya sea a través de acciones directas o de la omisión de proteger a sus ciudadanas de ese daño.
La violencia contra la mujer se denomina violencia de género porque así se pone en evidencia
la falta de poder de la mujer frente al hombre tanto en sus relaciones personales como sociales.
Por ejemplo, en muchas sociedades se espera que la mujer sea sumisa y en todo momento
esté disponible sexualmente para su esposo o pareja, considerándose además que el hombre
tiene tanto el derecho como la obligación de ejercer la violencia para «corregir» o castigar a su
mujer por supuestas transgresiones.
Otras formas en la que se expresa con frecuencia la violencia, particularmente cuando se trata
de adolescentes y jóvenes de escasos recursos, es negándoles el acceso a servicios e insumos
para garantizar su salud sexual y su salud reproductiva. Algunos ejemplos de ello son la negación
al acceso a métodos anticonceptivos y condones, la negación a atender complicaciones debidas
al aborto, la negación u omisión de información sobre métodos de protección sexual, entre otros
comportamientos que se presentan entre los proveedores de salud.
La violencia de género incluye, aunque sin limitarse a ello:
„ El maltrato físico en forma de bofetadas, patadas, golpes de puño o con otros objetos y el
uso de armas.
„ La violencia psicológica, que se presenta en forma de humillaciones constantes, vigilancia
estricta, trato denigrante y amenazas.
„ La violencia sexual, que incluye relaciones sexuales forzadas, coerción a prácticas sexuales
por intimidación o amenazas, o actividades sexuales en condiciones consideradas denigrantes
o humillantes.
„ La violencia económica, que se manifiesta, entre otras cosas, en restringir el acceso a los
recursos financieros o de otro tipo con el objeto de controlar o someter a una mujer.
Para conversar
„ ¿Conoce algún caso de violencia que haya sucedido en su comunidad?
¿En qué forma se manifestó la violencia?
„ ¿Conoce o ha oído hablar de situaciones de violencia en familias pobres,
familias ricas, personas con educación y personas sin educación?
¿Por qué cree que las situaciones de violencia se pueden presentar en
cualquier familia, comunidad o nivel económico?
Para obtener mayor información puede revisar
Organización de las Naciones Unidas. La violencia contra la mujer. Nueva
York: Organización de las Naciones Unidas, 1989.
McAliser, Alfred. La violencia juvenil en las Américas: estudios innovadores
de investigación, diagnostico y prevención. Washington: Organización
Panamericana de la Salud, 2000.
La definición de las Naciones Unidas en torno
a la violencia contra la mujer
DECLARACIÓN Y PLATAFORMA DE ACCIÓN DE BEIJING
A partir de la definición de las Naciones Unidas se puede señalar que la violencia contra
la mujer abarca diferentes dimensiones:
a) La violencia física, sexual y psicológica que se produzca en la familia, incluido el
maltrato, el abuso sexual de las niñas en el hogar, la violencia relacionada con la dote,
la violación por parte del marido, la mutilación genital femenina y otras prácticas
tradicionales nocivas para la mujer, los actos de violencia perpetrados por otros
miembros de la familia y la violencia relacionada con la explotación.
b) La violencia física, sexual y psicológica perpetrada dentro de la comunidad en general,
inclusive la violación, el abuso sexual, el acoso y la intimidación sexual en el trabajo,
en instituciones educacionales y en otros lugares, la trata de mujeres y la prostitución
forzada.
c) La violencia física, sexual y psicológica perpetrada o tolerada por el Estado, dondequiera
que ocurra.
8. Pautas para la acción 15
14 La violencia sexual
No olvidemos que la violencia afecta tanto a hombres
como a mujeres
El hecho de que las estadísticas demuestren que la violencia contra las mujeres es más
frecuente que la violencia contra los hombres no significa que ellos no sean también víctimas de
este problema ya sea en el plano sexual como en el ámbito de la escuela, la familia o el trabajo.
En una sociedad machista como la nuestra, muchas veces puede resultar muy difícil para los
hombres enfrentar y denunciar las situaciones de violencia que enfrentan.
Tanto hombres como mujeres pueden convertirse en víctimas o perpetradores de actos violentos,
aunque las características de la violencia que habitualmente se comete contra una mujer son
diferentes de las que se presentan en el caso de un hombre. De este modo, hay más
probabilidades de que un hombre muera o resulte herido en una guerra o en actos violentos
relacionados con la juventud o las pandillas que de que le pase lo mismo a una mujer. Así
mismo, el hombre está más expuesto a sufrir agresiones físicas o a ser asesinado en la calle
por un extraño. Cabe mencionar que es más habitual que el hombre sea el perpetrador de la
violencia, sin importar el sexo de la víctima (Organización Mundial de la Salud 2003).
La mujer, en cambio, tiene más riesgos de sufrir agresiones físicas o ser asesinada por
alguien que conoce, con frecuencia un miembro de su familia o su pareja íntima (Helse, Ellsberg
et al. 2003) y también de ser víctima de ultraje o explotación sexual, ya sea durante la infancia,
la adolescencia o la vida adulta.
4. La violencia sexual:
una de las formas más graves en
las que se expresa la violencia
Uno de los problemas humanos más graves de todos los tiempos es la violencia en sus
múltiples manifestaciones, y la sexual es una de las formas más dolorosas.
Es una forma de ejercicio de poder y una expresión de desigualdad entre sexos y generaciones
que afecta en mayor proporción a las mujeres jóvenes y a las niñas. Atenta contra la dignidad y
la libertad sexual de las personas, vulnerando sus derechos sexuales o reproductivos mediante
el uso de la fuerza o la amenaza de usarla, la intimidación, la coerción, el chantaje, la presión
indebida, el soborno, la manipulación o cualquier otro mecanismo que anule o limite la voluntad
personal de decidir acerca de la sexualidad y de la reproducción.
De este modo, cuando se habla de violencia sexual no sólo se hace referencia a la utilización
de la fuerza física para imponer la actividad sexual sino también al uso de otras formas de
acercamiento que parten de una relación de asimetría por la cual se ejerce un poder que permite
abusar: alguien que es mayor que otro, que es más fuerte, que es una autoridad, que tiene
vínculos familiares y de afecto y los usa para presionar; alguien que detecta las debilidades o
carencias del otro y las aprovecha para abusar porque a ese otro le resulta muy difícil decir no y
pedir ayuda, etcétera (Caplansky et al. 2003).
Desafortunadamente, no existe una única causa que explique por qué ocurre la violencia
sexual. Los factores que la explican son múltiples y se articulan de manera compleja. Existen
Para conversar
„ Averigüe cuántas mujeres y cuántos hombres de su comunidad son o han
sido víctimas de actos de violencia. ¿Qué tipo de violencia sufren con más
frecuencia los hombres y las mujeres y a qué atribuye que esto sea así?
„ ¿Por qué cree que las mujeres son más vulnerables que los hombres
frente a la violencia?
„ ¿Conoce algún caso en el que un niño, una niña o un o una adolescente
haya sido víctima de violencia?
„ ¿En su comunidad existe algún tipo de mecanismo para proteger a las
mujeres y/o a los hombres de la violencia? ¿Existen mecanismos
específicos para proteger a los y las adolescentes y jóvenes?
Para obtener mayor información puede revisar
Morrison, Andrew; Mary Ellsberg y Sarah Bott. Cómo abordar la violencia
de género en América Latina y el Caribe: análisis crítico de intervenciones.
Washington D. C.: Banco Mundial y Program for Appropriate Technology in
Health, 2004
ONUSIDA. Los varones y el sida: un enfoque basado en consideraciones de
género. Nueva York: ONUSIDA, 2000.
Ipas e Instituto de Educación y Salud. Género o sexo: ¿a quién le importa?
Carolina del Norte: Ipas e Instituto de Educación y Salud, 2001.
Organización Mundial de la Salud. La violencia contra las mujeres: responde
el sector de la salud. Washington: Organización Mundial de la Salud, 2003.
9. Pautas para la acción 17
16 La violencia sexual
factores biológicos, familiares, de personalidad, socioeconómicos y culturales, entre otros, siendo
muy difícil determinar cuál tiene mayor peso, porque funcionan de manera vinculante.
Es importante mencionar entre algunas características que pueden convertirse en factores
de riesgo de la violencia sexual los modelos autoritarios y estilos patriarcales, que magnifican el
poder masculino sobre la familia (sobre los hijos y la esposa), los grandes poderes económicos
que utilizan a la infancia como objeto de consumo (prostitución infantil, turismo sexual), los
mitos y creencias sobre la sexualidad masculina y femenina, y algunas manifestaciones de la
pobreza, como el hacinamiento y la desprotección (Caplansky et al. 2003).
Los casos de violencia sexual masculina contra las mujeres y las adolescentes y jóvenes
son los más frecuentes y se producen a veces dentro de la propia familia u hogar. La violación
dentro de la familia no siempre consiste en incesto o abuso sexual de un menor, pues un
hombre puede violar a su esposa para reforzar su «virilidad». Sin embargo, la legislación vigente
en la mayoría de países no acepta que las relaciones forzadas dentro del matrimonio constituyen
una violación.
de su pareja íntima tenían muchas más probabilidades de estar sufriendo síntomas de estrés
emocional al momento de la entrevista (Organización Mundial de la Salud 2002).
A pesar de la gravedad del problema de la violencia sexual, es importante señalar que en la
actualidad se han dado algunos avances —tanto en el plano jurídico como en los aspectos
éticos y culturales— que permiten comprender mejor por qué ocurren estos hechos y cómo dar
una respuesta más integral, tanto para prevenirlos como para atenderlos.
Consecuencias de la violencia sexual
Las consecuencias de la violencia sexual son especialmente graves para la salud sexual y la
salud reproductiva de la mujer, y pueden desembocar en problemas ginecológicos, embarazos
no deseados, dolor pelviano crónico, aborto realizado en condiciones inseguras y disfunción
sexual. El abuso sexual en la niñez y la adolescencia está relacionado con un mayor riesgo de
transformarse en víctima en el futuro, iniciar muy temprano la actividad sexual, abusar de drogas
y alcohol, y tener múltiples parejas sexuales.
Muchas mujeres consideran que las consecuencias del maltrato psicológico, sexual y emocional
son más graves que los efectos físicos. Recientes resultados de un estudio de la OMS acerca de
la salud de la mujer y la violencia doméstica realizado en varios países indican que las mujeres
que han sido maltratadas física o sexualmente por su pareja tienen tres veces más probabilidades
de considerar la posibilidad de suicidarse y/o intentarlo. En los diez países en que se realizó el
estudio, las mujeres que en algún momento de su vida habían sido víctimas de violencia de parte
Para conversar
„ ¿Conoce a alguna persona que haya sufrido violencia sexual en su
comunidad? ¿Qué edad tiene?, ¿es hombre o mujer?
„ ¿Cuáles son las características de la persona que cometió el acto de
violencia? ¿Qué relación tiene con la víctima?
„ ¿Qué consecuencias e impacto ha tenido para la víctima la situación de
violencia sexual vivida?
„ ¿Qué podemos hacer para que no se presenten más casos de violencia
sexual en nuestra comunidad?
Para obtener mayor información puede revisar
Caplansky, Matilde; María Julia Oyague y María Emilia Filomeno. Lo que
necesitamos saber sobre la violencia sexual. Lima: Centro de Desarrollo y
Asesoría Psicosocial, 2003.
Population Council. Entendiendo y respondiendo a la violencia doméstica
en comunidades indígenas de Guatemala. Ciudad de Guatemala: Population
Council, 2005.
Ipas e Instituto de Educación y Salud. Género o sexo: ¿a quién le importa?
Carolina del Norte: Ipas e Instituto de Educación y Salud, 2001.
En un reciente informe se pone de manifiesto que por lo menos una mujer de cada tres en
todo el mundo ha sido golpeada, coaccionada a tener relaciones sexuales o ha sido
víctima de abuso sexual en algún momento de su vida (ONUSIDA 2000).
La coerción sexual fuera del hogar puede abarcar desde la violación claramente forzada
hasta la explotación coercitiva de mujeres jóvenes por hombres mayores, incluido el
ofrecimiento de regalos a cambio de relaciones sexuales.(ONUSIDA 2000)
Los hombres también violan a otros hombres, en particular en las cárceles, aunque también
en cualquier situación en la que un hombre ejerce poder sobre otro de menor edad o más
débil. (ONUSIDA 2000)
10. Pautas para la acción 19
18 Violencia y VIH-sida
5. Violencia y VIH-sida
Más de 38 millones de personas viven con VIH y casi la mitad son mujeres. Algunas han
adquirido el VIH a causa de la violencia y la explotación sexuales. Se calcula que, en todo el
mundo, una de cada tres mujeres es víctima de violación o de abusos a lo largo de su vida. Las
niñas y las mujeres son especialmente vulnerables ante al VIH y el sida.
Prevención de la violencia en el marco de programas de salud
reproductiva, prevención de VIH y formación de aptitudes
para la vida en los jóvenes
Numerosas organizaciones no gubernamentales han intentado cambiar las actitudes y
conductas relacionadas con la violencia entre los jóvenes, muchas veces en el contexto de
programas de salud reproductiva y prevención del VIH-sida, la formación de «aptitudes para la
vida» y/o la educación mutua. Los estudios sobre la eficacia de estas iniciativas todavía son
preliminares; sin embargo, parecen ser prometedoras tanto para prevenir la violencia como para
prevenir el VIH-sida, los embarazos no deseados y los abortos realizados en condiciones poco
seguras.
La violencia contribuye a propagar el VIH en la medida en que impide discutir sobre la
prevención del VIH y otras infecciones de transmisión sexual. Las mujeres y los hombres que
han sido víctimas de violencia sexual, particularmente cuando eran jóvenes, tienen menos
probabilidades de creer que pueden negociar prácticas sexuales más seguras con su pareja.
Diversos estudios sobre la violencia sexual durante la adolescencia llevados a cabo en Brasil,
Estados Unidos y Sudáfrica han puesto de manifiesto que la coerción y la violencia sexual en
las relaciones que se tuvieron en aquella etapa de la vida se asocian posteriormente con tasas
más bajas de utilización del preservativo (ONUSIDA 2000).
Según esta misma fuente, las causas de la violencia masculina son complejas. Una gran
cantidad de hombres que están en las cárceles y que son violentos con las mujeres han sido
testigos o víctimas de episodios de violencia similares. La falta de una figura paterna o de un
modelo válido del papel masculino también interviene en el problema, así como otros factores,
tales como el sentimiento de incapacidad producto del desempleo y el hecho de que algunos
hombres adopten comportamientos violentos para sentirse «hombres de verdad» ante su
incapacidad de asumir un rol positivo en su familia o su comunidad.
En el año 2000, la OMS publicó un informe que puso en evidencia en la agenda global la
relación entre la violencia contra las mujeres y el VIH-sida. Una revisión de los resultados
de la investigación identificó cuatro áreas en las cuales la violencia contra las mujeres y
el VIH interactúan y se refuerzan mutuamente:
„ El sexo forzado, que puede exponer a las mujeres y aumentar el riesgo de transmisión
del VIH-sida.
„ La violencia limita las posibilidades de las mujeres para negociar encuentros sexuales
seguros.
„ El abuso sexual en la infancia puede llevar a que adolescentes y adultos adopten
comportamientos sexuales no protegidos.
„ Revelar el estatus de VIH a la pareja y/o a terceras personas puede aumentar el riesgo
de violencia.
(Teresa Rodríguez, directora regional de UNIFEM para México, Centroamérica, Cuba y República Dominicana,
en la mesa redonda Género, Violencia y VIH-Sida del 25 de noviembre de 2004)
Para conversar
„ ¿Conoce a alguna persona que viva con VIH en su comunidad? ¿Qué
edad tiene? ¿Es hombre o mujer? ¿Sabe cómo adquirió el VIH?
„ ¿Conoce a alguna persona que haya adquirido el VIH por causa de abuso
sexual? ¿Qué edad tiene? ¿Es hombre o mujer?
„ ¿Cómo podemos evitar que se presenten más casos de VIH-sida debido
a abusos sexuales? ¿Es posible hacer algo desde la comunidad para
prevenir esta situación?
Para obtener mayor información puede revisar
ONUSIDA. Los varones y el sida: un enfoque basado en consideraciones de
género. Nueva York: ONUSIDA, 2000.
McAliser, Alfred. La violencia juvenil en las Américas: estudios innovadores
de investigación, diagnostico y prevención. Washington: Organización
Panamericana de la Salud, 2000.
Barnett, Barbara y Jane Schueller. Satisfacción de las necesidades de los
clientes jóvenes: guía para prestar servicios de salud reproductiva a los
adolescentes. Carolina del Norte: Family Health International, 2001.
11. Pautas para la acción 21
Los y las jóvenes y la violencia
20
6. Los y las jóvenes y la violencia
En sociedades como la nuestra, los y las adolescentes y jóvenes son a la vez tanto las
principales víctimas de la violencia como, en algunos grupos, una fuente importante de ésta.
Esto se explica por el hecho de que durante la adolescencia las personas se encuentran en una
situación de mayor vulnerabilidad social, siendo más fácil que aprendan e incorporen modelos
de comportamiento caracterizados por la violencia. En esa etapa de la vida, las normas culturales
y la presión del grupo tienen una enorme influencia, lo que lleva a los y las adolescentes a
adoptar actitudes y comportamientos violentos como una forma de asentar su identidad y sentirse
parte de la sociedad.
el estrés y las circunstancias difíciles del entorno familiar y comunitario. Los programas deben
incluir acciones en escuelas, medios de comunicación, organizaciones comunitarias, lugares
de trabajo, entre otros.
Así mismo, es importante involucrar a los padres y a otros adultos significativos en los
programas de educación y prevención, con el fin de que reduzcan su propia violencia y reciban
asesoría en formas de disciplina menos coercitivas y violentas, y más democráticas y respetuosas
de los derechos de sus hijos.
Comprendiendo los procesos que conducen a la violencia
Los procesos que conducen a la violencia son múltiples y complejos, y ocurren en diferentes
niveles —individual, relacional, comunitario y social—. En el nivel individual se encuentran los
factores biológicos y de la historia personal de víctimas y perpetradores; en el nivel relacional
están los vínculos sociales cercanos —con amigos, con pares y con la familia—; y en el nivel
comunitario interviene el contexto local en el cual están insertadas las relaciones sociales. Este
último está representado por la escuela, el centro de trabajo y el barrio, entre otros espacios.
Por último, en el nivel social se encuentran las normas culturales que respaldan la violencia
como forma aceptable de resolver los conflictos o castigar las transgresiones (Organización
Mundial de la Salud 2002).
Por otro lado, es importante considerar la influencia de factores que predisponen la violencia,
como por ejemplo un tipo de socialización y aprendizaje marcado por modelos de conducta
violentos, así como la presencia de relaciones de poder y normas de género patriarcales en la
historia de vida de cada persona.
Algunos factores predictores de agresión en adolescentes y jóvenes son la violencia familiar, el
abuso infantil, características personales y actitudes que incluyen poco desarrollo de las habilidades
para resolver conflictos, creencias que apoyan la agresión, consumo de alcohol y drogas y,
finalmente, ser espectadores de violencia en los medios de comunicación (McAliser 2000).
La violencia de padres contra hijos es especialmente importante porque las víctimas tienden
a convertirse en victimarios.
Las circunstancias económicas también afectan las tasas de violencia de varias formas: la
pobreza, la falta de empleo y las desigualdades económicas son factores que se relacionan
directamente con el índice de violencia en una sociedad.
Debido a su potencial de cambio, las actitudes y creencias sobre la violencia y las formas
alternativas de resolver conflictos son temas muy importantes en los programas de prevención.
En contraste, los factores más resistentes al cambio son aquellos vinculados a las condiciones
socioeconómicas y los aspectos personales.
Podemos reducir la violencia entre la población joven a través de la educación y la comunicación
dirigidas a cambiar actitudes y mejorar las habilidades para resolver conflictos y para enfrentar
Según Gans (citado en Orpinas et al. 1995), la violencia explica cerca de tres cuartas
partes de las casi 20 mil muertes de adolescentes ocurridas anualmente. Los homicidios
son la cuarta causa principal de muerte entre niños y adolescentes de uno a 14 años de
edad, y constituyen la segunda entre jóvenes de 15 a 24 años; los hombres, más
frecuentemente que las mujeres, son tanto autores como víctimas de la agresión. Por otro
lado, los estudiantes que abandonan las escuelas, que faltan a clases o que tienen una
autoimagen académica baja tienen mayor probabilidad de participar en actividades que
comprometen la salud y en acciones violentas.
Los medios de comunicación masiva proveen muchos guiones que expresan actitudes
favorables hacia la agresión y ofrecen a los jóvenes modelos de estilos de vida caracterizados
por la violencia.
Nivel
individual
Nivel
comunitario
Nivel
relacional
Nivel social
Algunos factores que
favorecen que se
presente la violencia:
„ Abuso de alcohol y drogas
„ Modelos de socialización
autoritarios y violentos
„ Relaciones de poder y normas
de género patriarcales
„ Falta de oportunidades de
educación y trabajo
„ Leyes que no protegen los
derechos humanos
12. Pautas para la acción 23
22 Recomendaciones para la acción
El impacto de la violencia en la sociedad
Es de vital importancia que para establecer posibles soluciones al problema de la violencia
se ponga especial énfasis en la educación y la prevención durante la niñez y adolescencia, ya
que es precisamente en estas etapas de la vida en las cuales se transmiten todos los valores
que, en el futuro, le servirán al individuo para adaptarse a la sociedad. Las medidas para educar
y prevenir la violencia entre niños y adolescentes darán como resultado personas capaces de
respetar los derechos de cualquier ser humano. Entre las formas de impacto que recibe una
sociedad cuyos habitantes sufren violencia están las siguientes:
„ Costos agregados de atención de salud
Los costos de la violencia para la sociedad son muy altos, considerando solamente la atención
en salud. Una proporción de estos costos se destina al tratamiento de las lesiones físicas
graves. Otra cantidad sustancial se gasta en problemas psicológicos como el manejo de las
ansiedades y los síntomas que presentan las víctimas como resultado de la violencia.
„ Efectos sobre la productividad y el empleo
Muchas veces, las personas que experimentan violencia suelen ofrecer un menor aporte a la
sociedad, así como a la propia realización de su potencial. El impacto económico del maltrato
y la violencia puede extenderse a una pérdida del potencial para trabajar y percibir una
remuneración. Ello puede deberse, en parte, a que las personas que son víctimas de violencia
tienen bastantes probabilidades de padecer ansiedad o depresión y/o tener limitaciones para
desarrollar plenamente sus capacidades. Debido a su experiencia de no tener control sobre
su propio cuerpo, el mundo puede convertirse para ellas en un lugar amenazante en el que
hay que evitar retos de todo tipo.
7. Recomendaciones para la acción
Para conversar
„ Trate de analizar algún caso de violencia que conozca de cerca o que
haya sucedido en su comunidad e identifique cuáles fueron los posibles
factores que influyeron en la adopción de comportamientos violentos. Puede
utilizar el gráfico que presenta los diferentes niveles que intervienen en la
explicación de la violencia.
„ Analice de qué manera impacta la violencia en su comunidad y qué efectos
negativos arrastra consigo.
Para obtener mayor información puede revisar
Domenach, Jean-Marie; Henri Laborit, Alain Joxe y otros. La violencia y sus
causas. París: Unesco, 1981.
McAliser, Alfred. La violencia juvenil en las Américas: estudios innovadores
de investigación, diagnostico y prevención. Washington: Organización
Panamericana de la Salud, 2000.
Algunas pautas para emprender acciones de prevención
de la violencia
„ Emplear un enfoque multisectorial
Se hace necesaria una colaboración entre los sectores responsables de aplicar las leyes, el
sistema judicial, los servicios de asistencia jurídica, las organizaciones que brindan atención
en salud, los programas de salud pública, las instituciones educacionales y los organismos
dedicados a los servicios sociales y al desarrollo económico. Esta colaboración es importante
no sólo para brindar una respuesta integral a la violencia, sino también para crear estrategias
eficaces que reduzcan los niveles de este problema en las comunidades
„ Trabajar en diferentes niveles
Para que determinado enfoque permita prevenir la violencia, en general es necesario trabajar
en diferentes niveles: personal, comunitario, cultural, institucional, y de leyes y políticas. Por
ejemplo, es posible que el simple cambio de los códigos penales no tenga resultados positivos
si las instituciones que deben aplicar las leyes continúan siendo inestables, los jueces no
están conscientes del cambio, las comunidades se resisten a modificar las normas y las
personas no conocen sus derechos o no pueden acceder a los servicios.
„ Habilitar a la mujer y reducir las disparidades entre los géneros
Las investigaciones han entregado pruebas convincentes de que la violencia contra la mujer
está arraigada en la desigualdad de género. Esto implica que cualquier intervención que
busque abordar la violencia de género debe enmarcarse en una estrategia global para reducir
las desigualdades de género y mejorar la situación de la mujer en general, considerando las
necesidades de hombres y mujeres.
„ Trabajar de manera concertada entre organismos gubernamentales y no guberna-
mentales
Existen numerosos ejemplos de los beneficios de la colaboración entre el gobierno y la
sociedad civil, grupos que por igual desempeñan un papel esencial y que, por separado,
tienen pocas probabilidades de cambiar los niveles de violencia o entregar servicios de calidad
a las víctimas de ésta.
Se puede contribuir a la prevención de la violencia a través de diversos medios:
„ Leyes y políticas
„ Reformas institucionales
„ Intervenciones en el nivel comunitario
„ Estrategias de cambio de conducta en el nivel personal
13. Pautas para la acción 25
24 Recomendaciones para la acción
„ Abordar las normas, actitudes y creencias en todos los niveles de la sociedad
Las actitudes que perdonan o toleran la violencia y culpan a la víctima están profundamente
arraigadas en las sociedades de casi todo el mundo, si bien se diferencian en su nivel.
Cambiar estas actitudes y creencias es un proceso difícil y de largo plazo, que requiere un
compromiso permanente tanto de parte de las instituciones que prestan servicios como de
las organizaciones que tienen la capacidad de aprovechar las estrategias de los medios de
comunicación.
„ Orientar las iniciativas hacia las personas jóvenes
Los jóvenes están más abiertos a cambiar sus puntos de vista sobre la aceptabilidad de la
violencia que los adultos. Por ello, los programas de educación orientados a los jóvenes
quizá sean una de las estrategias más importantes para combatir y prevenir la violencia a
largo plazo. De modo similar, las escuelas y las universidades tienen la oportunidad de
mejorar la respuesta de la siguiente generación de profesionales si incluyen el tema de la
violencia en la capacitación de abogados, jueces, médicos, enfermeras, psicólogos y
profesores.
„ Demostrar el impacto negativo de la violencia en el desarrollo
Está claro que la violencia es un problema de derechos humanos. Pero también es un grave
problema de salud pública y un importante obstáculo para el desarrollo socioeconómico de
muchos países. Una investigación seria que determine los impactos en materia de salud y
de desarrollo atraerá a nuevos actores dispuestos a luchar contra la violencia, junto con el
consiguiente aumento en la notoriedad del tema y de los recursos asignados.
„ Formar una base de conocimientos a través de evaluaciones rigurosas
La escasez de pruebas sobre programas efectivos para abordar la violencia priva a las
autoridades responsables y a los directores de programas de la posibilidad de tomar decisiones
sobre bases fundadas. Esta falta de datos no sólo incide en lo anterior, sino además dificulta
las argumentaciones para conseguir más recursos destinados a prevenir y responder al
problema de la violencia. Los investigadores y programadores deben colaborar para obtener
evaluaciones más rigurosas, en especial en el área de la prevención.
„ Centrar los esfuerzos en prevenir la violencia, no sólo en ofrecer servicios a las
víctimas
Gran parte de los escasos recursos que se dedican a tratar el problema de la violencia en los
países en vías de desarrollo se asigna a la entrega de servicios a las víctimas. Sin embargo,
las iniciativas de prevención que impidan la violencia en el futuro podrían ser una respuesta
más eficiente en función de los costos, en especial si se concentran en los y las jóvenes.
Algunos ejemplos para llevar las recomendaciones a la acción
Para mejorar leyes y políticas
„ Fortalecer los derechos humanos.
„ Implementar mejor las sanciones penales
para los perpetradores.
„ Mejorar los procedimientos de las leyes
penales.
„ Garantizar la protección de las víctimas,
haciendo que la policía y las instituciones
judiciales les otorguen privacidad y
seguridad.
„ Exigir una respuesta multidisciplinaria e
integral a las víctimas.
Objetivos Ejemplos de iniciativas específicas
„ Realización de campañas promocionales,
tanto nacionales como internacionales.
„ Ratificación de los convenios internacionales
sobre derechos humanos y, en los países
en los que éstos ya fueron ratificados,
realización de mejoras en su implemen-
tación.
„ Revisión de las disposiciones pertinentes de
los códigos civil, familiar y penal.
„ Promulgación de leyes específicas sobre
familia y violencia doméstica o sexual, e
implementación de los recursos necesarios
para ponerlas en práctica.
„ Ofrecimiento de herramientas legales tales
como órdenes de protección.
Para incrementar la movilización de la
comunidad en defensa de los derechos
de las personas
„ Fortalecer el respaldo comunitario para los
derechos y el acceso a la justicia.
„ Fortalecer las redes que brindan servicios
legales.
„ Aumentar la acción local para llevar a los
perpetradores ante la justicia.·
„ Implementar mecanismos de detección,
derivación y seguimiento de los casos de
violencia.
„ Capacitación en conocimientos legales
básicos para las partes interesadas y los
agentes comunitarios clave.
„ Prestación de asistencia legal y servicios
sociales y psicológicos por parte de las ONG.
„ Implementación de iniciativas para fiscalizar
el sistema judicial en el nivel comunitario con
participación de la sociedad civil.
„ Actuación de defensoras populares y
promotores de los derechos humanos.·
„ Establecimiento de mecanismos de arbitraje
informales y tradicionales.
Para mejorar los conocimientos, las
actitudes y las prácticas de grupos clave
y de la población en general
„ Sensibilizar y crear apoyo público para las
leyes que abordan la violencia y los derechos
humanos.
„ Aumentar el conocimiento de la población
respecto a sus derechos y mejorar su
capacidad para ejercerlos.
„ Realización de campañas publicitarias sobre
leyes y derechos.
„ Capacitación en conocimientos legales
básicos para adultos y jóvenes.
„ Realización de ferias informativas sobre
violencia y derechos humanos, así como de
los servicios disponibles para atender el
problema.
14. Pautas para la acción 27
Las estrategias multisectoriales están logrando éxito
La movilización de la comunidad es un elemento clave
La colaboración y el apoyo de la comunidad son elementos esenciales en la respuesta al
problema de la violencia. Destacan dos acciones particularmente importantes: propiciar el
reconocimiento del derecho de toda persona a tener una vida libre de violencia y brindar apoyo
comunitario a las personas que sufren violencia.
Las organizaciones comunitarias se encuentran en una situación privilegiada para promover
el conocimiento de los derechos de las personas: las organizaciones vecinales y las
organizaciones de base comunitarias tienen un conocimiento detallado de las características de
la población de sus comunidades y pueden recurrir a las normas sociales para movilizar a las
personas en defensa del derecho a la no violencia. Agentes clave de la comunidad pueden
convertirse en defensoras populares de las víctimas de violencia, brindándoles orientación respecto
a sus derechos, acompañándolas en los trámites legales que deban realizar, buscando medidas
de protección para ellas, actuando de mediadoras con la familia, etcétera.
Ejemplos de trabajos prometedores que se están
realizando en esta área 8. Las estrategias multisectoriales
están logrando éxito
Prácticamente, todos los gobiernos de América Latina han establecido comisiones nacionales
para mejorar la coordinación entre los sectores y vigilar los avances en la creación de planes y
políticas nacionales referentes al tema de la violencia. Si bien a la fecha todavía no existen
evaluaciones rigurosas de la eficacia de estos planes, los estudios cualitativos sugieren que la
existencia de un plan nacional para frenar la violencia es un logro importante por sí mismo, por
cuanto genera espacios políticos para profundizar el diálogo entre la sociedad civil y el Estado,
y obliga al gobierno a asumir un discurso público que propicie sanciones contra la violencia.
Los servicios que suelen brindarse a las víctimas de la violencia en el marco de iniciativas
multisectoriales incluyen líneas telefónicas directas, albergues de emergencia, intervención
policial, asistencia legal, consejería, atención psicológica, grupos de apoyo, programas de
generación de ingresos, programas dirigidos a los agresores y servicios de asistencia social
para niños.
Talleres comunitarios para hombres
Varias organizaciones de América Latina —entre otras, el Centro de Comunicación y
Educación Popular Cantera y la Asociación Nicaragüense de Hombres contra la Violencia,
de Nicaragua, y Salud y Género, de México— realizan talleres para hombres sobre
masculinidad, género, poder y violencia. Una evaluación del trabajo de Cantera realizada
en 1997 sugiere que, como resultado del proyecto, los hombres ahora tienen actitudes
menos machistas, asumen más responsabilidades en las tareas del hogar y se muestran
más solidarios con las mujeres.
Programas de entretenimiento y educación a través de
los medios de información
Televisa, la mayor red de difusión de México y pionera del eduentretenimiento o utilización
de la radio y la televisión para propiciar cambios sociales y de salud, recurrió a las
telenovelas sentimentales para modelar conductas, promover valores y demostrar las
consecuencias de las opciones individuales. Esta estrategia también se utilizó en Asia,
África y América Latina, y ha demostrado que es eficaz para cambiar conductas
relacionadas con la salud reproductiva, la educación para evitar el sida y la condición de
la mujer (Morrison et al. 2004). Ahora último, las ONG han comenzado a utilizar
eduentretenimiento a través de la radio y la televisión para encarar la violencia contra la
mujer. Sin embargo, no se ha demostrado todavía si este método puede ser eficaz en la
prevención de la violencia, aunque sus éxitos en otras áreas parecen indicar que bien
podría serlo.
Eduentretenimiento para prevenir la violencia de género
En América Latina, el ejemplo más conocido de utilización de eduentretenimiento para
prevenir la violencia de género es el programa Sexto Sentido, realizado por Puntos de
Encuentro en Nicaragua. Sexto Sentido forma parte de una estrategia multimedia llamada
«Somos diferentes, somos iguales», que recurre a telenovelas transmitidas en las horas
de mayor sintonía, programas de radio, y trabajo en las escuelas y otros medios para
abordar la violencia contra la mujer, los problemas de género, y el derecho a la sexualidad,
entre otros.
26
15. Pautas para la acción 29
28 Bibliografía
Un ejemplo sobre cómo abordar el VIH-sida
con participación multisectorial
La Cooperación Técnica Alemana (GTZ) es una de las instituciones pioneras en los
esfuerzos para abordar la epidemia del VIH-sida involucrando la participación de diferentes
sectores y actores. El abordaje del VIH-sida en el marco de esta iniciativa busca orientar
la respuesta global a este problema más allá del campo de la salud pública, incorporando
el tema de manera transversal en el ámbito de la educación, el desarrollo rural, el trabajo,
la agricultura, entre otros. De este modo, la respuesta a la epidemia resulta más eficiente,
pues el impacto socioeconómico que está causando en los países en desarrollo en
particular no puede ser enfrentado por un único sector. La GTZ cuenta con una serie de
fascículos que brindan pautas útiles para hacer realidad la participación multisectorial en
la lucha contra el VIH-sida, promoviendo que organizaciones y sectores se preocupen por
la epidemia y construyan respuestas apropiadas.
Otro enfoque relativamente novedoso implica crear redes comunitarias para coordinar los
servicios y asegurar que estén a disposición de las víctimas, mejorar el acceso a la justicia y
promover iniciativas de prevención. Algunas de estas redes comprenden sólo organismos
gubernamentales, tales como aquellos que pertenecen al sector justicia, bienestar social y
educación. Otro tipo de redes coordina las respuestas de la sociedad civil ante la violencia, y un
tercer tipo integra a organizaciones públicas y privadas que laboran en el campo de la violencia.
Todas estas redes pueden mejorar considerablemente la calidad de la atención que se brinda a
las víctimas y pueden ocupar un lugar importante entre la comunidad en cuanto a movilizar
apoyo público y reducir la tolerancia respecto del comportamiento violento.
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2001 Género o sexo: ¿a quién le importa? Carolina del Norte: Ipas e Instituto de Educación y
Salud.
Para conversar
„ ¿Ha pensado alguna vez cómo puede dar respuesta a los problemas de
violencia y VIH-sida desde su organización o sector?
„ ¿Cuáles cree que son las ventajas de enfrentar los problemas que afectan
a su comunidad con la participación de diferentes sectores, es decir con
participación multisectorial?
„ En su comunidad, ¿qué sectores, organizaciones y/o actores podrían
participar activamente en la repuesta a los problemas de violencia y VIH-
sida que afectan a los y las jóvenes?
„ ¿Existe alguna mesa de trabajo o red multisectorial en su comunidad? Si
ésta no existe, ¿usted considera necesario promover su conformación para
atender mejor los problemas que afectan a su comunidad?
Para obtener mayor información puede revisar
Diller, Guillermo y Roberto López. Multisectorialidad en VIH-sida:
«Mainstreaming», una manera de expandir la respuesta multisectorial. Lima:
Cooperación Técnica Alemana (GTZ), 2003.
16. Pautas para la acción 31
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17. Pautas para la acción
32
Cooperación Técnica Alemana - GTZ
Prolongación Arenales 801, Lima 18 - Perú Teléfono: +(511) 422-9067 e-mail: gtz-peru@pe.gtz.de