Este documento presenta el caso de una paciente de 25 años embarazada de 34 semanas diagnosticada con hipertensión arterial. La paciente presentaba una presión arterial elevada de 170/90 mmHg y edema facial y en extremidades. Tras varios días de tratamiento con medicamentos antihipertensivos que no controlaron la presión, se decidió finalizar la gestación de forma abdominal, obteniendo un recién nacido vivo de 2.250 gr. Tanto la madre como el bebé evolucionaron favorablemente.