El documento discute la naturaleza comunitaria de la existencia humana. Argumenta que el progreso humano depende más de las relaciones interpersonales que de los avances técnicos. También explica que los seres humanos están destinados a la comunión con los demás y que Dios nos ha creado para vivir en comunidad y amarnos los unos a los otros como hermanos. Finalmente, señala que el amor verdadero implica darse a sí mismo desinteresadamente a los demás.