Artículo redactado en octubre de 2016 con el fin de denunciar los micromachismos, el machismo en general, la violencia contra las mujeres, violencia de género o violencia machista en definitiva y sus múltiples expresiones...
UNIDAD 3 sistema conflictual tradicional derecho internacional
Imaginate
1. 4 IRITZIA Noticias de Gipuzkoa – Sábado, 29 de octubre de 2016
POR JavierOtazuOjer
Plantéate lo que es ser mujer en un
mundo donde eres la última para
todo, salvo en las crisis, donde
eres la primera de las afectadas
Aunoscuantosnosavergüenza
ynossublevaserhombresenun
mundoasí,tandesequilibradoe
injusto,eintentamoscambiarlo
D
onde a las políticas se les llama por
el nombre de pila y a los políticos
por el apellido. Donde, en los bares,
la bebida fuerte siempre es para él. Donde,
si una mujer liga con muchos hombres, es
una puta, y si un hombre liga con muchas
mujeres, es un ligón –o un machote–. Don-
de, siendo hombre, hacer algo como una
mujer merece el insulto de “nenaza”. Don-
de lo bueno es “cojonudo” y lo malo es un
“coñazo”. Me dirás que son anécdotas.
Pues no. Si por anécdotas entendemos
hechos aislados, desde luego que no lo
son…
Imagínate ser mujer en un mundo en el
que los periódicos deportivos titulan que
dos futbolistas “se ven envueltos en un
escándalo” (como si ellos no hubieran teni-
do nada que ver) cuando alguien sube a las
redes sociales un vídeo (que ellos tuvieron
que compartir) con ellos practicando sexo
con una mujer que, dicho sea de paso, en
ningún momento consintió que esas imá-
genes fueran difundidas. Como si la mujer
en cuestión no tuviera la más mínima rele-
vancia, y menos aún su derecho a la inti-
midad. Y más aún: mira cómo la reacción
ante la denuncia de la mujer haya sido que
un estadio lleno –en su gran mayoría de
hombres– jalee a los dos jugadores.
Piensa también que eres mujer en un
mundo en el que han sido 49 las mujeres
galardonadas con el Premio Nobel desde
su creación frente a 832 hombres; en un
mundo en el que además, a una mujer le
llueven insultos e incluso amenazas por
tan solo señalar en Twitter no este hecho,
sino que este año tampoco hay mujeres
entre los premiados. Seguro que, además,
a quienes realizaron tales insultos y ame-
nazas les parece una barbaridad la Sharia,
en la que se decreta la lapidación de muje-
res por tener hijos fuera del matrimonio. O
puede que no, igual a alguno hasta le pare-
cerá bien en su fuero interno.
O imagina que eres una niña en un mundo
Tribunaabierta
Imagínate que estás en
un mundo en el que se te
recuerda constantemente
que eres de segunda, en el
que necesitas tutela constante.
POR
Andrés
Krakenberger
Imagínate...
Colaboración
Causasyefectos
S
on cuestiones muy claras. Otra frase
con una causalidad evidente que lle-
va demasiado tiempo de moda: “La
corrupción hace que algunos políticos
roben”. Sí, socialmente tendemos a buscar
una causa para cada suceso. Como este
verano hemos pasado mucho calor, ha sido
debido al cambio climático. Si ha descarrila-
do un tren, ha sido por un despiste del con-
lo bonzo y generó la revolución árabe, que-
brando todo el sistema político de la zona.
En China, las protestas populares fueron
aplastadas a sangre y fuego y el sistema se
mantuvo (recientemente ha ocurrido lo mis-
mo en Etiopía).
En la vida real, un efecto puede ser debido a
muchas causas y una causa puede generar
muchos efectos. Además, existen dos sesgos
de percepción adicionales que tienden a con-
fundirnos todavía más entre causas y efectos.
Son la causalidad inversa y la correlación.
Se habla de causalidad inversa cuando valo-
ramos una relación causa efecto en sentido
contrario del real. El ejemplo estándar es el
de los nadadores. Todos tienen unos cuer-
pos especiales, los cuales parecen ser efecto
del duro entrenamiento al que se someten.
Sin embargo, es al revés. Tener ese cuerpo
les permite destacar en el medio acuático.
Esa relación es evidente en el baloncesto: no
por practicar ese deporte nos hacemos más
altos. Al revés, entre las personas de mayor
estatura se hace una selección natural. Es
así; no han existido estrellas de la NBA de
menos de 170 cm.
La causalidad inversa tergiversa completa-
mente nuestra percepción ya que incluso
ocurre que a menudo una causa y un efecto
se retroalimentan constantemente. Si el
efecto es positivo, hablamos de “círculo vir-
tuoso”. En caso contrario, de “círculo vicio-
so”. Por ejemplo, los países más pobres, ¿lo
son debido a las malas instituciones? ¿O es
que la pobreza genera malas instituciones?
¿La corrupción genera recesión económica
o la recesión económica genera corrupción?
¿La mala gestión genera listas de espera o el
hecho de que haya listas de espera genera
mala gestión? ¿Alguien pierde los nervios
debido a una provocación objetiva de otra
persona o los pierde debido a que percibe
los actos de la otra persona como provoca-
ción? En otras palabras, ¿de quién es la cul-
pa? Incluso podemos plantearnos otras
posibilidades más divertidas; si en el gimna-
sio vemos personas con sobrepeso, ¿es debi-
do a que ir al gimnasio engorda, ya que nos
en el que aún son recientes sentencias
judiciales que dan a entender que una
mujer estuvo muy bien violada por ir con
una provocadora minifalda, y en el que
todavía te pueden sentenciar como niña a
vivir con tu padre a pesar de mediar infor-
mes psicológicos de maltrato porque un
poco de disciplina –bien administrada, eso
sí– no puede ser considerada maltrato. Ah,
y ¡ni se te ocurra pasar la frontera entre
chicos y chicas! Que por querer recoger
una pelota y dársela a un profesor en el
patio de recreo pueden pensar que quieres
jugar al futbol y se te pueden echar encima
una docena de chicos, te tiran al suelo y te
propinan una paliza a base de patadas y
golpes que te volverá rápidamente a recor-
dar tu lugar en el mundo. Por cierto, el
patio en muchos casos es para ellos, que
ductor. Si vienen muchos refugiados, la cul-
pa es de la guerra de Siria. Si existe menos
trabajo, es debido a que vienen “los de fue-
ra” a quitarlo. Todas estas frases tienen un
vicio común: dar una causa sencilla a un
fenómeno complejo. Eso es un diagnóstico
erróneo, y como tal generará soluciones
equivocadas.
Los acontecimientos citados tienen muchas
causas, las cuales operan en diferentes
escalas y pueden dar resultados distintos
según el ámbito en el que se desarrollen. En
Túnez, un vendedor ambulante se quemó a
2. Noticias de Gipuzkoa – Sábado, 29 de octubre de 2016 IRITZIA 5
Tenemoslaobligación
deactuar
Enmuchasocasiones,losjóvenesylosno
tan jóvenes no somos conscientes de los
problemasquenospuedensurgirypode-
mos generar a otras personas en nuestro
devenir diario.
Hoy quiero expresar mi preocupación
porloslocalesdejóvenesdeHernani,tan-
toporsuseguridad(ubicación,salidasde
emergencia, etc.) como por la responsa-
bilidad que los usuarios de estos locales
tienen con los vecinos.
Creoquetenemoslaobligaciónderegu-
lar esa actividad para evitar que los jóve-
nes se metan en auténticos zulos sin ven-
tilación y sin ningún tipo de normas de
seguridad. También debemos hacerlo
paraevitarquelosvecinosdelentornode
estoslocalesnopuedanestarensuscasas
porquelaactividadqueserealizaenalgu-
nos locales se lo impida (conciertos, fies-
tas, etc.). Poner en marcha una ordenan-
za,comoyaexisteenErrenteriaoDonos-
tia, podría paliar estos problemas y dar
seguridad a los jóvenes y sus familias, así
como a los vecinos que viven en el entor-
no de estos locales.
En breve pondremos sobre la mesa un
borradordeordenanzasobrelaquepoda-
mos trabajar todas las formaciones polí-
ticasyponerlosmediosparaevitaromini-
mizar los problemas actuales y los que,
sin ningún tipo de regulación, podrían
surgir.
AndoniAmonarraizGómezPortavozde
EAJ-PNVdeHernani
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CartasalaDirección
ContaminaciónenAltzaporamianto:soluciónurgente
L
os vecinos de Harri-Berri, donde se encuentra el polideportivo, y de todo
Altza, asistimos preocupados a la polémica en torno a las noticias sobre la
presencia de amianto y contaminación por amianto en la parcela en la que
se ubica la única instalación deportiva actual de Altza, así como el proyecto de futu-
ra ampliación con las piscinas al aire libre.
Y estamos además indignados porque no es cierto que el problema de la contami-
nación se haya “descubierto” ahora. El polideportivo se edificó en 1987 sobre el terre-
nodelaantiguafábricadeuralita.Asíesquepocassorpresassepuedenalegaraestas
alturas. El Ayuntamiento, sus técnicos y políticos, conocía perfectamente desde un
inicio la existencia de amianto en ese lugar. Lo ha sabido siempre y, por si eso fuera
poco,vecinosdellugarllevanañosreclamandounarespuestasobreeltemadelacon-
taminación por amianto en el polideportivo. Existe, pues, constancia al respecto.
Por ello, reivindicamos una información completa urgente sobre este asunto y una
investigación sobre los responsables de que a este escabroso tema no se le haya pres-
tado hasta ahora, desde hace 30 años, ninguna atención.
¿Hemos estado sufriendo contaminación perniciosa para la salud cuando estába-
mos en el polideportivo? ¿Y en el aparcamiento? ¿Y en el parque? Además, es espe-
cialmente alarmante que en medio del área afectada tengamos la escuela de Oleta a
la que acuden diariamente más de un centenar de niños, y una docena de profesores,
durante muchísimas horas sin que sepamos si su salud se ha podido ver afectada, ya
o lo será a largo plazo.
En estos momentos la obra del polideportivo está parada y existe una incertidum-
bre total sobre las nuevas instalaciones deportivas tan prometidas a Altza. La situa-
ción actual es que se ha vallado parte del parque que hicimos los vecinos en auzolan.
Entendemos que ha sido porque al hacer las catas han sacado escombro contamina-
do a la superficie. Cosa que nos preocupa porque las catas se hicieron hace cuatro
meses y las vallas las colocaron hace una semana. ¿Por qué permitió el Ayuntamien-
to el vertido y relleno de tierras y escombros en ese punto hace apenas 15 años? ¿Con
qué materiales se hizo? ¿Por qué no se hizo un estudio de la calidad del suelo, como
en otros sitios? Nosotros, entonces, exigimos ya al Ayuntamiento que repusiera a su
estadoanteriorlanuevaescombrera,pensando,inocentes,queeraninocuosaquellos
terrenos, pero obtuvimos la callada por respuesta.
Nospidenquenonosalarmemosperonosparececuandomenosirresponsableque
despuésdehacerlascatasenjuliodeesteañosequedaranlosmontonesdetierratodo
el verano al aire libre.
Por eso exigimos al Ayuntamiento una investigación seria y una información conti-
nua a los vecinos de Harri-Berri y de todo Altza sobre la situación a futuro, porque no
queremostenerqueacudiratécnicosexterioresparasaberlasconsecuenciasdetan-
tos años de indiferencia municipal. Investigación completa y certificada por expertos
en el tema, sin dilación, urgente y prioritaria.
Queremos saber cómo y cuando se va a descontaminar el suelo para poder ejecutar
el proyecto de polideportivo y piscinas exteriores al completo. No vamos a aceptar
excusas del Ayuntamiento, porque es el responsable de esta situación y es esa institu-
ción quien lo debe solucionar. Que no nos vengan con que el proceso es muy costoso
y se eternice en el tiempo. Más dinero se ha gastado en el topo a AltzaGaina no sien-
doprioritarioparalosvecinos,comolarealidaddeldíaadíaconsuescasautilización
lo está demostrando. La eliminación de la contaminación por amianto es prioritaria
porque hablamos de salud. Cueste lo que cueste, y sin demoras. Se nos debe.
AgustinRodriguezApaolaza AltzaXXIHerriEkimena
son los que dan patadas al balón. Y si, a
pesar de todos los impedimentos, insistes en
ser un marimacho y jugar al futbol, y ade-
más lo haces bien, recuerda que para ti no
hay paseos en gabarra que valgan. No es ése
tu sitio en el mundo de los hombres.
Eres mujer en un mundo en el que instalar
en el ordenador un programa, colgar un
cuadro o abrir un tarro son tareas que
hacen los hombres a pesar de que en estos
casos la fuerza no es el factor determinante;
y en el que preparar la comida es tarea de
las mujeres, excepto, eso sí, si hablamos de
alta gastronomía, donde, por arte de magia,
se convierte en tarea de hombres.
Eres mujer en un mundo en el que a raíz de
estos comportamientos y de otros muchos
–todos ellos en la misma línea– las mujeres
son ciudadanas de segunda si llegan –siem-
pre nadando a contracorriente– a puestos
de responsabilidad, y, en caso contrario,
quedan relegadas a la tercera, cuarta o
quinta posición. Hace poco leí que, de
todos los puestos directivos que existen en
el mundo, tan solo el 23% es ocupado por
mujeres. Y eso que desde 2012 ha habido
un auténtico salto del 5% de incremento en
esa proporción. Eso sí, con poquísimas
excepciones, ellas ganan casi siempre
menos por el mismo trabajo que un hom-
bre. De hecho, en nuestro entorno inme-
diato no solo perciben menores retribucio-
nes, sino que, incluso, han perdido espacio
en los staffs directivos de nuestras empre-
sas. Según un reciente informe, con núme-
ros actualizados a enero de 2013, se da
cuenta de que en cinco años la presencia
de mujeres directivas se redujo a la mitad.
Efectos “colaterales” de la crisis, como tan-
tos otros... Plantéate lo que es ser mujer en
un mundo donde eres la última para todo,
salvo en las crisis, donde eres la primera de
las afectadas.
Cuando se denuncia un delito se investiga.
Sin embargo, si una mujer denuncia una
agresión machista por su pareja, la investi-
gación, básicamente, la tiene que poner
ella. Ella es la que tiene que poner las prue-
bas si no quiere que por la propia naturale-
za del delito su denuncia no acabe en un
sobreseimiento.
Al leer estas líneas, habrá quien, en su fuero
interno, pensará como Trump: que así son
las cosas, que aquí mandamos nosotros (así,
en masculino), que está muy bien y que,
dado el caso, le toco el culo o la mato porque
es mía. Estarán quienes piensan que, visto lo
visto, tienen suerte de no ser mujeres; así
que no hay que preocuparse, y que se preo-
cupen y se ocupen ellas, que son las que lo
sufren. Habrá también quien diga que eso
no pasa en sus casas, que las mujeres de su
familia son tratadas con dignidad y respeto;
por tanto, estos problemas no tienen nada
que ver con ellos, y así se conforman. Tal vez
alguno entre ellos se pregunte qué hace un
activista de derechos humanos metiéndose
a feminista… sin preguntarse si acaso no me
estoy fijando en los derechos de un poco
más de la mitad de la población. El caso es
que a unos cuantos nos avergüenza y nos
subleva ser hombres en un mundo así, tan
desequilibrado e injusto, e intentamos cam-
biarlo; herramientas y posibilidades para
dar la vuelta a la situación, desde luego, no
faltan.
Y tú, ¿en qué grupo te sitúas? G
Activista de derechos humanos
Enlavidareal,unefecto
puedeserdebidoamuchas
causasyunacausapuede
generarmuchosefectos
sentimos más libres para caer en tentacio-
nes culinarias? ¿O las personas que van al
gimnasio son aquellas que desean perder
peso? Si bien la respuesta en este caso es
intuitiva, en los anteriores no lo es tanto.
Pasamos ahora a la correlación. Esta pala-
bra es sinónimo de asociación. Es decir,
decimos que dos variables tienen correla-
ción si cuando sube una, otra sube o baja.
Por ejemplo, el peso y la altura. A más peso,
más altura. Sin embargo, correlación no es
causalidad. Y ese es un error muy extendido.
En un estudio famoso en Estados Unidos se
comprobó que en una muestra de ciudades,
conforme más policía había, más delitos se
cometían. ¿Era un caso de causalidad inver-
sa? No. Había una causa oculta: el tamaño
de las ciudades. A más tamaño, es necesaria
más policía pero también, al tener más habi-
tantes, tiene lógica que se cometan más deli-
tos. La conclusión es muy clara: correlación
no implica causalidad. Es lo que siempre
nos hemos preguntado de muchos de los
sucesos que vemos. ¿Por qué? La relación
sencilla que pensamos suele ser falsa. Puede
haber muchas causas, muchos efectos. Pue-
de ser causalidad inversa. Puede ser correla-
ción que no implique causalidad. Y es que el
mundo es difícil de comprender. Por eso, un
truco recomendable es “la reiteración de los
porqués”. Es decir, repetir la misma pregun-
ta hasta llegar a la causa final. Hagamos una
prueba. ¿Por qué una empresa va mal? No
genera ingresos. ¿Por qué? Su producto no
se vende. ¿Por qué? Los clientes no lo com-
pran. ¿Por qué? Hay otro semejante mejor.
¿Por qué? Otras empresas han ajustado cos-
tes. Ya sabemos lo que toca. Ajustar, mejorar
la calidad o cerrar. G
Profesor de Economía de la UNED de Tudela