La degradación de las turberas de aguajales en la Amazonía peruana tiene impactos significativos en las reservas de carbono y las emisiones de gases de efecto invernadero. La investigación mostró que el 73% de las turberas están degradadas, lo que ha reducido considerablemente las reservas de carbono en la biomasa. Los sitios altamente degradados tienen mayores emisiones de CO2 debido a una mayor descomposición de la materia orgánica en el suelo, lo que los convierte en fuentes netas de carbono. Además,