La humanidad ha dependido de las plantas desde tiempos antiguos para satisfacer necesidades básicas como alimento, vivienda y salud. Las plantas tienen un valor económico por los productos que se extraen de ellas, un valor estético y recreativo por mejorar nuestra calidad de vida, y un valor ecológico fundamental ya que proporcionan oxígeno, filtran contaminantes y son la base de la cadena alimenticia.