1. http://www.youtube.com/watch?v=tQgYn_euGIc&feature=related
INTRODUCCION
La primera descripción del autismo infantil fue reportada por el doctor
Leo Kanner, en 1943. Desde ese entonces el tema ha sido de vital
importancia para muchos profesionales de las ciencias médicas y
sociales como del público en general.
Su descubridor definió el autismo como una psicosis de la infancia,
además utilizó la palabra autismo para definir la característica principal
de los niños afectados, que era su extremo aislamiento y falta de
contacto social. Kanner nos describe estos pacientes suyos como “niños
que denotaban tendencia al retraimiento antes de cumplir un año de
edad”, por lo que llamó a este trastorno “autismo infantil precoz”. El
término “autista” derivado del griego y cuya etimología es un repliegue
patológico de la personalidad sobre sí misma, había sido aplicado
previamente por Bleuler hacia 1911, para referirse a uno de los síntomas
cardinales de las esquizofrenias: el esquizofrénico, quien, aunque por
razones diferentes, también se aleja de la realidad y del mundo con
mayor o menos intensidad dependiendo del tipo de psicosis que
padece.
Se estima que el autismo afecta de dos a diez personas por cada 10.000
habitantes, dependiendo del criterio de diagnóstico usado. Se cree que
la incidencia está en aumento pero no está claro si eso se debe a un
aumento real de casos o simplemente a un mayor número de
diagnósticos. El autismo afecta cuatro veces más a los hombres que a
las mujeres, y se puede encontrar en todo el mundo, sin importar raza,
cultura, características de los padres o nivel económico.
El autismo no es una enfermedad, sino más bien undesorden del
desarrollo de las funciones del cerebro.Las personas con autismo clásico
muestran tres tipos de síntomas: interacción social limitada, problemas
con la comunicación verbal y no verbal y con la imaginación, y
2. actividades e intereses limitados o poco usuales. Los síntomas de
autismo usualmente aparecen durante los primeros tres años de la
niñez y continúan a través de toda la vida. Aunque no hay cura, el
cuidado apropiado puede promover un desarrollo relativamente normal
y reducir los comportamientos no deseables. Las personas con autismo
tienen un largo de vida normal.
DEFINICION:
Se conoce como uno de los Trastornos generalizados del desarrollo
porque:presenta déficits graves y alteraciones en diversas áreas del
desarrollo, como la interacción social, la comunicación, o en la
existencia de comportamientos, intereses o aptitudes estereotipadas.
No todos los niños presentan todos los síntomas descritos como
clásicos y ninguno de ellos es patognomónico o decisivo.
Consecuentemente, la ausencia de cualquiera de ellos no es excluyente
del diagnóstico de autismo. Aunque algunos estudios e informes
familiares señalan anomalías observables en los primeros 12 – 18 meses
de vida, es actualmente a partir de los 24 meses cuando se aprecian,
con mayor intensidad, los síntomas característicos.
En niños de alrededor de dos años de edad, los síntomas más
frecuentes son: la ausencia de una mirada normal a los ojos; el no
compartir interés o placer con los otros; la falta de respuesta al ser
llamado por su nombre; el no “llevar y mostrar” cosas a los demás, y el
no señalar con el dedo índice.
Diagnostico
El autismo es un trastorno del desarrollo infantil. Esto es, se trata de un
trastorno que se manifiesta en los primeros tres años de la vida y que se
caracteriza porque no aparecen – o lo hacen de modo claramente
desviado de lo esperable - algunos aspectos normales del desarrollo: las
competencias habituales para relacionarse, comunicarse y jugar o
comportarse como los demás.
3. El diagnóstico se establece cuando se observan los síntomas
característicos. No hay un test o prueba médica que diga si una persona
tiene o no autismo.El diagnóstico se hace observando la conducta de la
persona, conociendo su historia del desarrolloy aplicando una batería de
pruebas médicas y psicológicas para detectar la presencia de los signos
y síntomas del autismo.
SINTOMATOLOGÍA:
Características conductuales del Autismo:
Anomalías de la Interacción Social:
1. Déficit en conductas no verbales prosociales: no contacto visual,
alteración en la expresión facial, posturas corporales y gestos
anormales.
2. La no existencia de una relación con los padres.
3. Ausencia de conductas espontáneas para compartir juegos,
diversiones o intereses con los demás niños.
4. Ausencia o déficit importante en la reciprocidad social o
emocional.
Alteraciones de la Comunicación:
1. Retraso evolutivo del lenguaje que puede llegar a lo que se
denomina agnosia verbal (alteración de la codificación y decodificación
del lenguaje).
4. 2. Uso repetitivo y estereotipado del lenguaje, con ecolalias
inmediatas y/o retardadas (repetición de las palabras que dice el
interlocutor).
Intereses restringidos y estereotipados: vienen determinados por
repertorios de conductas ritualizadas, estereotipias motoras y el apego
exagerado a determinados objetos, lo que ocasiona una resistencia al
cambio, manifestada muchas veces en forma violenta.
Alteraciones Cognitivas: existe una gran variabilidad desde una
deficiencia mental profunda hasta capacidades superiores. En algunos
niños con autismo la irregularidad es tan marcada que un talento
excepcional (memorizar listas de teléfonos, direcciones, la música, el
dibujo, etc.), pueden coexistir con una incompetencia mental global.
También muchos niños con autismo tienen una baja sensibilidad al
dolor pero son anormalmente sensibles al ruido, al tacto u otro estímulo
sensorial. Estas reacciones inusuales pueden contribuir a síntomas
conductuales como la resistencia a ser acunado o abrazado.
Los niños autistas, presentan mayor riesgo de padecer ciertas
enfermedades coexistentes como el síndrome de cromosoma X frágil (el
cual provoca retraso mental), esclerosis tuberosa (en el cual crecen
tumores en el cerebro), convulsiones epilépticas, el síndrome de
Tourette, discapacidades de aprendizaje y trastorno de déficit
atencional. Por razones que aún no están claras, entre el 20 y 30 por
ciento de los menores autistas desarrollan epilepsia cuando llegan a ser
adultos.
5. Algunos otros síntomas que pueden presentar los niños con autismo
pueden ser:
• Acentuada falta de reconocimiento de la existencia o de los
sentimientos de los demás.
• Ausencia de búsqueda de consuelo en momentos de aflicción.
• Ausencia de capacidad de imitación.
• Ausencia de juego social.
• Ausencia de vías de comunicación adecuadas.
• Ausencia de actividad imaginativa.
• Movimientos corporales estereotipados.
• Preocupación persistente por parte de objetos.
• Intensa aflicción por cambios en aspectos insignificantes del
entono.
• Insistencia irrazonable en seguir rutinas con todos sus detalles.
• Limitación marcada de intereses, con concentración en un interés
particular.
Síntomas del niño autista (relacionados con el lenguaje)
• Marcada anormalidad en la comunicación no verbal.
• Acentuada anomalía en la emisión del lenguaje con afectación.
• Anomalía en la forma y contenido del lenguaje.
6. Problemas de motricidad gruesa y fina.
Las dificultades motoras son integrales al diagnóstico del trastorno
autista. Éstas se mejoran con el tratamiento de terapias y tratamientos
específicos. Se le debe enseñar al niño las tareas de motricidad fina y
gruesa que le serán necesarias durante toda la vida. También se le debe
enseñar cuándo y cómo pedir ayuda a los demás para mejorar sus
actividades.
Los aspectos que incluyen la motricidad fina y dónde mayores
dificultades presentan pueden ser:
o Dificultad con el uso de las manos y los dedos en tareas de
motricidad fina.
o Problemas con la letra de mano, tanto con letra de imprenta como
cursiva.
o Capacidad reducida para las tareas de auto-cuidado que implican
el uso esta motricidad.
o Hábitos aprendidos para evitar tareas de motricidad fina.
o Necesidad de usar más tiempo en tareas que implican el uso de la
motricidad fina.
Los efectos de la motricidad gruesa disminuida o la torpeza pueden
observarse en:
o Dificultad para correr, dar brincos y saltos y saltar la cuerda.
o Poco equilibrio y control de los brazos y las piernas.
7. o Problemas con los deportes y actividades de educación física.
o Limitado tono muscular, sobre todo en la parte superior del
cuerpo.
o Hábitos aprendidos para evitar el ejercicio físico y actividades que
requieran la coordinación y la resistencia.
o Problemas para planificar y llevar a cabo tareas motoras.
Causas del autismo
El autismo no tiene una sola causa. Los investigadores creen que
algunos genes, así como factores ambientales tales como virus o
químicos, contribuyen al desorden. Los estudios de personas con
autismo han encontrado anormalidades en algunas regiones del
cerebro, incluyendo el cerebelo, la amígdala, el hipocampo, el septo y
los cuerpos mamilares. Las neuronas en estas regiones parecen ser más
pequeñas de lo normal y tienen fibras nerviosas subdesarrolladas, las
cuales pueden interferir con las señales nerviosas. Estas anormalidades
sugieren que el autismo resulta de una ruptura en el desarrollo del
cerebro durante el desarrollo fetal. Otros estudios sugieren que las
personas con autismo tienen anormalidades en la serotonina y otras
moléculas mensajeras en el cerebro.
Entre los factores ambientales, se han sugerido infecciones víricas
(rubéola, herpes, citomegalovirus, etc.), complicaciones obstétricas,
administración de vacunas (aspecto controvertido que recientemente se
ha absolutamente descartado), intoxicaciones, intolerancia a ciertos
8. alimentos y nutrientes, consumo de determinados productos durante el
embarazo, alteraciones gastrointestinales, etc. Hasta la fecha, la
conclusión de los numerosos grupos de trabajo es que no existe
evidencia documentada de modo científico, que pruebe que los factores
ambientales estudiados sean por sí mismos causantes del autismo.
En contraposición, el autismo es considerado por los expertos como el
más “genético” de los trastornos neuropsiquiátricos en la infancia. La
investigación actual indica que alrededor de un 3% de los hermanos o
mellizos de un niño con autismo tiene también el mismo trastorno.
Estudios recientes fuertemente sugieren que algunas personas tienen
una predisposición genética al autismo. Los científicos estiman que, en
las familias con un niño autista, el riesgo de tener un segundo niño con
el desorden es de aproximadamente cinco por ciento, o uno en 20, lo
cual es mayor que el riesgo para la población general (vea "Qué es
autismo"). Los investigadores están buscando pistas de cuáles son los
genes que contribuyen a este aumento en la susceptibilidad. En algunos
casos, los padres y otros familiares de una persona autista muestran un
comportamiento social, de comunicación, o repetitivo que les permite
funcionar normalmente pero que parece estar relacionado al autismo. La
evidencia también sugiere que algunos desórdenes afectivos o
emocionales, tales como la depresión mánica, ocurren más frecuente
que el promedio en familias con personas con autismo.
9. MODELOS TERAPÉUTICOS DE INTERVENCIÓN
Para una intervención adecuada y óptima es necesario no acudir a un
solo recurso actuacional, sino a diferentes y variados recursos. Los tipos
de tratamiento que podemos desarrollar con los individuos autistas son
los siguientes:
Tratamiento Farmacológico
La intervención medicamentosa se orienta a la reducción de un amplio
conjuntos de sintomatologías que pueden ocasionar peligro tanto para
el sujeto autista como para las personas que le rodean (conductas
autolesivas o heteroagresivas, estereotipias, pautas de sueño
alteradas…).
La acción terapéutica en éste ámbito se focaliza hacia la administración
de neurolépticos; medicamentos dirigidos a disminuir el grado de
ansiedad, agresividad así como excitabilidad. Es importante considerar
que la administración de neurolépticos requiere una dosificación
oportuna y un control sistemático, unido a “tratamientos paralelos”
enfocados hacia “la reestructuración de su configuración personológica”,
posibilitándole el desarrollo de experiencias significativas en las
interrelaciones personas con su ecosistema social de referencia.
El Haloperidol, fundamenta su introducción en la esfera del Autismo al
postular un exceso de Dopamina (transmisor nervioso) en el cerebro.
Produce mejoras significativas respecto a:
10. - Reducción de las estereotipias motoras
- Disminución de la hiperactividad
- Reducción de las conductas negativitas
La Fenfluramina, implanta a raíz de la presencia en los sujetos autistas
de niveles altos de Serotonina, aunque en los primeros estudios los
resultados consignados fueron extremadamente esperanzadores. Las
aportaciones de este medicamento son las siguientes:
- Disminución de conductas heteroagresivas
- Mejora del contacto social
En cualquier caso, todos los neurolépticos presentan efectos
secundarios sobre el área conductual y motora:
A nivel conductual:
o Somnolencia
o Depresión
o Falta de motivación
o Obnuvilación (visión borrosa)
A nivel psicomotor:
o Síndrome acinético (pérdida del sentido del movimiento)
o Acatisia (inquietud)
o Distonías agudas
11. o Hipotonía
o Sialorrea (salivación exagerada)
o Discinesias (trastornos de los movimientos voluntarios)
Entre un 10-35% de la población con Síndrome Autista presentan
epilepsia en la pubertad y adolescencia, es motivo suficiente para hacer
referencia a la utilización de los antiepilépticos. El empleo de éstos
conlleva efectos secundarios a nivel psiquiátrico y neuropsicológico que
entorpecen las intervenciones psicopedagógicas. Tales efectos son:
- Irritabilidad
- Hiperactividad
- Trastornos del sueño
- Cansancio
- Ataxia
- Disartria
- Trastornos del apetito
El empleo de la vitamina B6 en niños autistas ha conseguido reducir los
niveles de autoagresiones, comportamientos estereotipados, crisis
emocionales…
La intervención farmacológica no constituye, únicamente, una tarea a
realizar por el médico en lo que respecta a la acción terapéutica sobre el
Síndrome del autismo. El educador debe desempeñar su rol al respecto.
12. A este particular, su colaboración puede estar centrada en dos
dimensiones: tareas de valoración clínica y tareas de vigilancia
farmacológica.
Las tareas de valoración clínica comprenderían la aportación de una
amplia y detallada información en torno al repertorio comportamental
del sujeto, en sus aspectos cuantitativos y cualitativos (etapa
prefarmacológica), así como la valoración del tratamiento implantado,
incluyendo las modificaciones experimentadas en su estado
psicopatológico junto a la detección precoz de posibles efectos
secundarios a corto plazo.
Las acciones relativas a la vigilancia farmacológica (seguimiento) irían
encaminadas a la evaluación de los efectos secundarios a largo plazo.
Intervención Psicopedagógica
Las actuaciones psicopedagógicas han evidenciado una extraordinaria
contribución al “ajuste comportamental” de los sujetos autistas. Algunas
de las técnicas reeducativas con incidencia en este sector de la
población con necesidades educativas especiales:
Técnicas Pictográficas
El dibujo, desde un simple garabato incoherente a la más elaborada
representación, constituye un excelente medio expresivo para dar cauce
al mundo afectivo-emotivo y social que envuelve a toda persona. Las
potenciliadades del individuo son plasmadas, permitiendo por ello
13. establecer un cauce de comunicación y encuentro a través de la
expresión gráfica del autista.
La pretensión de esta técnica estriba en la consecución de unos
mecanismos de interacción niño-terapéuta/ecosistema social en función
de la imagen que posee el sujeto sobre la misma. Esta apreciación
personal representa el nexo básico de referencia sobre el cual articular
toda acción psicopedagógica.
A través de esta “vertiente rehabilitadora” del dibujo es posible
contribuir a la reestructuración inferior y exterior del acontecer
individual de las personas afectadas por el autismo.
Ludoterapia
El juego representa, de idéntica forma, una estrategia encaminada a
establecer vínculos de interrelación con el niño. Su ejercitación posibilita
el aprendizaje de nuevos comportamientos de una forma “natural”,
ausente de toda imposición terapéutica.
Ahora bien, el repertorio actuacional de los sujetos autistas está
caracterizado, precisamente, por acciones de juego repetitivas y
estereotipadas, con una total ausencia de actividades lúdicas
cooperativas y carencia manifiesta de imaginación.
Por tanto, es necesario que el niño autista acepte los “juegos de
contacto”, como estrategia para incorporarlo a una participación activa
en este mecanismo básico para el desarrollo de todo ser humano.
14. La consecución del referido objetivo, a través de recursos
proporcionadotes de pautas de juego interactivas emanadas de los
focos de atracción del autista como mecanismo de acercamiento a su
ecosistema socioafectivo, constituirá, sin duda, un índice de progreso en
la evolución del individuo.
En conclusión, el comportamiento lúdico del niño contribuye de forma
considerable e incluso esencial a su desarrollo y capacidad ulterior, así
como a su felicidad.
Musicoterapia
La música, a través de sus componentes (el ritmo, la melodía,
tonalidad…), representan un mecanismo propiciador en la contribución
destinada a reconducir, progresivamente y con la incidencia de otros
abordajes terapéuticos, el ecosistema emocional y relacional del autista.
La predilección manifestada por los niños autistas hacia un determinado
tipo de música, además de ser un reflejo vivenciado de su mundo
interior, se convierte en canal comunicativo destinado a favorecer
asociaciones y transferencias.En definitiva, la música puede ser
empleada como elemento de captación en cuanto a la aceptación/
integración del autista en su proceso psicoterapéutico.
Psicomotricidad
Diversos autores han demostrado la extraordinaria relevancia del
movimiento en el desarrollo psicológico del niño.
15. Debemos destacar el concepto de psicomotricidad como vehículo de una
educación vivenciada. El objetivo central de esta concepción en torno a
la Psicomotricidad estriba en el restablecimiento de las relaciones entre
el niño y sus referentes: adulto-grupo. De esta forma se potenciarán los
aprendizajes.
Tecnología Conductual
Es posible modificar la conducta de los niños autistas, una vez
efectuada la evaluación de la misma, con la finalidad de fomentar y
mantener comportamientos adecuados o bien para reducir y/o extinguir
las conductas problemáticas.
Partiendo de la identificación y formulación comporamental del
problema, mediante una observación y registro minucioso del mismo, se
establece un programa de intervención emanado de una hipótesis
predictiva formulada, destinado a, mediante una serie de técnicas o
procedimientos, obtener la respuesta conductual deseada.
Especialmente, la técnica conductual se muestra como un recurso útil de
entrenamiento de padres y educadores, en la línea de posibilitar la
integración y adaptación positiva del sujeto a sí mismo y el entorno que
lo envuelve, permitiendo, por consiguiente, un mayor beneficio de los
distintos aportes educativos-terapéuticos.
Intervención Psicodinámica
Al hablar de este tipo de intervención nos referimos a una orientación
psicoanalítica.
16. La psicoterapia referida pretende instaurar orden en el “caos” oculto del
“iceberg” autístico mediante la recomposición de su mundo afectivo
caracterizado por las notas de fragmentariedad y ausencia de orden en
su estructura. Con tal fin, sus ansias, miedos, tensiones, amenazas
inquietantes, son canalizadas por el terapeuta para posibilitar la
“reestructuración” del yo, superando sus defensas a través del análisis,
elaboración y “puesta en escena” de las expresadas vivencias.
Mecanismos de acogida, atención y observación, así como la ayuda
facilitada para aceptar y elaborar sentimientos, la empatía y el manejo
de las transferencias.
Encuadradas dentro de este ámbito terapéutico estarían situadas las
denominadas “técnicas de matenarge”. El fundamento de estos
procedimientos de acción se localizan en la contemplación de la Psicosis
como el resultado de una carencia del investimiento del YO.
La comprensión global de la modalidad psicoanalítica de actuación ante
el trastorno autista se hace más próxima si tenemos como referentes las
notas distintivas que caracterizan, según sus propios planteamientos, el
proceso del pensamiento en la “personalidad autista”:
- Es un pensamiento preconsciente, prelógico, arcaico y primitivo.
- No tiene presente la realidad exterior. Narcisista
- Se manifiesta en forma de imágenes, similar a los sueños.
- Tiene como objeto y como sujeto a sí mismo, no estableciendo
diferencias entre el yo y el no-yo. Esta circunstancia da origen a que
17. toda respuesta a una percepción se efectúe en función de sí mismo, y
no orientada hacia una adaptación al entorno. Consecuentemente,
domina la percepción del mundo interno.
- La respuesta está condicionada por la intensidad de la imagen
autorepresentada.
- Toda respuesta se polariza en torno al binomio satisfacción-
terror.
Como puede observarse, el pensar autista se dota de comprensión
cuando se desfiguran las reglas de la lógica y de las relaciones,
adquiriendo un carácter mágico que discurre por los siguientes cauces:
- La idea es igual que el objeto
- La parte es igual que el todo
- Lo similar es idéntico
- Lo que acontece al objeto puede sucederle al sujeto y viceversa
- Los objetos que eliciten las mismas sensaciones son iguales
- Las ideas no se conectan con las palabras. Ausencia del lenguaje.
Es evidente la necesidad de una relación terapéuta-autista, donde el
primer elemento del binomio facilite una experiencia tranquilizadora
que posibilitara un contacto vivo y creativo con los objetos y las
personas del segundo integrante de ese mismo binomio.
18. Es realmente considerar que el trastorno autista reclama actuaciones
interdisciplinares tendentes a un abordaje integral de las distintas
concreciones del “ser autístico”, como materialización de dicho
Síndrome.
CONCLUSIONES:
El autismo no es una enfermedad, sino más bien un desorden del
desarrollo de las funciones del cerebro, que afecta el desarrollo cerebral
normal de las habilidades sociales y de comunicación.
El autismo varía grandemente en severidad. Los casos más severos se
caracterizan por una completa ausencia del habla de por vida,
comportamiento extremadamente repetitivo, no usual, auto dañino y
agresivo. Este comportamiento puede persistir por mucho tiempo y
puede ser muy difícil de cambiar, siendo un reto enorme para aquéllos
que deben convivir, tratar y educar a estas personas.
Las personas con autismo tienen una esperanza de vida normal.