Los ingenieros romanos construyeron numerosas obras de infraestructura notable como el Coliseo, el Puente de Alcántara, la Vía Apia y el Puente del Diablo. Aplicaron ampliamente técnicas como la construcción de puentes de piedra para carreteras y acueductos a lo largo del Imperio Romano, lo que les convirtió probablemente en los mejores ingenieros de la antigüedad.