El documento define la ingobernabilidad como un estilo de gobierno caracterizado por una mayor cooperación entre el Estado y actores no estatales. Surge en la crisis de la política occidental de los años 70 como resultado de una crisis cultural y el movimiento estudiantil de 1968. Identifica dos tipos de gobernabilidad: la democrática, que establece la gobernabilidad en un contexto democrático enfrentando el desafío de elaborar instituciones que respondan mejor a las necesidades de los ciudadanos, incluidos los pobres.