2. Flavio Anicio Juliano Justiniano nació alrededor del año 483 en Tauresium
(Taor) en llyricum
Era sobrino de Justino I (518-27), ya que su madre fue Vigilantia, casada con
un tal Sabatius.
En 521 Justiniano fue proclamado cónsul, luego general en jefe y, en abril de
527, augusto.
3. Elevado al trono el 4 de abril del 527.
Se distinguirá por su programa político religioso, la restauración del imperio
romano y su reunificación bajo una sola fe
Consideró deber esencial del emperador tutelar la integridad de la fe, es el
prototipo del cesaro-papismo
En el 529 clausura la Escuela de Atenas
Promulgó Leyes por las que obligaba a todos los no-cristianos a recibir el
bautismo, bajo la confiscación de bienes
4. Triunfos Militares
Justiniano llevó a cabo la interminable guerra contra los persas, aunque con
resultados irregulares. Su general, Belisario, perdió la primera batalla en 528,
para poco después derrotar completamente a los persas en Daras, cerca de
Nisibis (la actual Nusaybin, en la provincia de Mardin, al sureste de Turquía),
en junio de 530
Entonces el Emperador concibió el proyecto de reconquistar África e Italia,
que habían sido arrebatadas a los romanos por las invasiones vándalas y
góticas.
5.
6. En 533 una flota de quinientas naves
zarpó rumbo a África al mando de
Belisario. En sólo dos batallas los
romanos aniquilaron el reino vándalo y
llevaron cautivo a su rey, Gelimer, a
Constantinopla, restableciendo así la
autoridad de César en África.
En 535 Belisario izó velas rumbo a
Sicilia. La isla fue conquistada de
inmediato. En Dalmacia sufrieron un
descalabro las fuerzas de Roma, pero
finalmente también cayó esa provincia
en su poder.
7. En 536 Belisario conquistó Rhegium y Nápoles, entró luego triunfante a
Roma, se apoderó de Ravena, y soportó el sitio de los Godos a Roma hasta
538, cuando éstos se retiraron. Un segundo general, Narses, llegó entonces
con refuerzos desde Constantinopla. Milán y la Liguria fueron
reconquistados en 539, y en 540 toda Italia, hasta la frontera con el reino
franco fue anexada al imperio.
8.
9. Obra Legal
La obra más duradera de Justiniano es sin duda la codificación de las leyes.
También ello constituyó una parte importante de su proyecto general. El gran
imperio que él estaba reconquistando debía tener la fuerza de una unidad
organizada. En el edicto de promulgación de sus leyes él afirma que el estado
descansa sobre su ejército y sobre la ley.
Los decretos de sus predecesores, que estaban dispersos, debieron ser reunidos
en un código ordenado y completo, lógico, de modo que cualquier romano
pudiera aprender fácilmente la ley del imperio acerca de cualquier tema.
10. Obra Legal
Primero, una comisión de diez abogados (que incluían a los famosos
Triboriano y Teófilo), redujo el enorme y desordenado Código de Teodosio
(publicado en 438) a un compendio ordenado, en el que se fueron
insertando las leyes que se habían promulgado desde que fue escrito. El
"Código" fue elaborado en 529.
11. Obra Legal
Segundo, una cantidad enorme de
respuestas dadas por la autoridad (las
responsa prudentum que constituían
precedentes reconocidos) fueron
ordenados (omitiendo todo lo
superfluo) en cincuenta libros, con lo
que se logró reducir a una quinta parte
la antigua biblioteca legal que tenía
ciento seis volúmenes. Este es el
"Compendio" o "Pandecta", publicado
en 530.
12. Obra Legal
Tercero, de los comentarios de Cayo
(del siglo II) se compiló un texto de
leyes para los estudiantes. Este, los
"Institutos", fue publicado ese mismo
año, 530.
Finalmente, en 534 se revisó toda la
obra y se añadió una cuarta parte, los
"Auténticos" o "Novelas", que
contenían jurisprudencia de las cortes
del propio Justiniano.
13. Obra Legal
Fue así como se produjo el inmortal "Corpus Juris Civilis" que está formado
por cuatro partes: (a) Digestae seu Pondecta, (b) Institutiones, (c) Codex, (d)
Authenticum seu Novellae
Es difícil exagerar la importancia de este "Corpus". Es la base de todo el
derecho canónico (ecclesia vivit lege romana), y del derecho civil en los
países civilizados.
14. Política Eclesiástica
Persiguió a los herejes antiguos e intentó ganarse a los monofisitas
Ya desde el concilio de Calcedonia (donde se condenó el monofisismo; 8 de
octubre de 451) esos herejes habían saturado Siria y Egipto con sus teorías,
formando una fuente constante de desunión y problemas para el imperio.
Justiniano fue uno de los muchos emperadores que trataron de
reconciliarlos a base de darles concesiones. Teodora, su esposa, era una
monofisista en secreto, e influenciado por ella, el Emperador, si bien se
mantenía fiel a Calcedonia, trató de contentar a los herejes con varias
concesiones.
Organizó una serie de coloquios en el 533 con un relativo éxito.
En el 537 inició una etapa cesaro-papista dictando leyes para todo y para
todos
15. Los Tres Capítulos
Los Tres Capítulos (trîa kephálaia) fueron proposiciones anatematizando (1) la persona y
escritos de Teodoro de Mopsuestia ; (2) ciertos escritos de Teodoreto de Ciro; (3) la carta
de Ibas a Maris.
A finales de 543 o principios de 544 se publicó un edicto en nombre del
emperador Justiniano I en el que los Tres Capítulos eran anatematizados. El propósito de
Justiniano era facilitar al retorno de los monofisitas a la Iglesia.
16. Estos herejes acusaban a la Iglesia de nestorianismo y, cuando aseguraba
que Nestorio era considerado hereje, señalaba a los escritos de su
maestro Teodoro de Mopsuestia, que eran muy incorrectos y sin embargo
nunca habían sido condenados. Añadían que Teodoreto, amigo y defensor
de Nestorio, había sido reinstalado a su sede por el Concilio de Calcedonia y
que éste había tratado la epístola de Ibas como inofensiva.
17. Justiniano esperaba sinceramente que cuando las razones de las quejas
contra el concilio se hubieran evitado, los monofisitas fueran convencidos
de aceptar las decisiones del concilio y las cartas de San León, que ahora
insistían en malinterpretar en un sentido nestoriano.
Pero aunque era tan íntegro, realmente estaba siendo manejado por
los origenistas que querían escapar de su atención Evagrio (Hist. eccl., IV,
XXVIII) nos dice que Teodoro Ascidas, el líder de los origenistas, se presentó
ante Justiniano, que estaba consultando sobre otras medidas contra los
origenistas, y planteó el asunto de los Tres Capítulos para distraer la
atención del emperador.
18. Ascidas quería vengarse en la memoria de Teodoro de Mopsuestia, que
había escrito mucho contra Orígenes; y al ver al emperador ocupado en un
tratado que iba a convertir una secta de monofisitas conocida como los
acéfalos sugirió un plan más expedito. Si los escritos de Teodoro y la
epístola de Ibas eran anatematizadas, el Concilio de Calcedonia revisado y
expurgado así (Synodus … retractata et expurgata) no sería en adelante una
piedra de tropiezo para los monofisitas
19. Los principales obispos orientales coaccionados, tras una corta resistencia,
lo suscribieron. Menas ,patriarca de Constantinopla, protestó al principio
que firmar aquello era condenar el Concilio de Calcedonia y después cedió
en el claro entendimiento, como le dijo Esteban, el apocrisiario romano en
Constantinopla, que esta firma le sería devuelta si la Sede Apostólica la
desaprobaba.
Mientras que la resistencia de los obispos de habla griega colapsó, los
latinos, incluso aquéllos como Dacio de Milán y Facundo, que estaban
entonces en Constantinopla, se mantuvieron firmes. Su actitud general está
representada en dos cartas todavía existentes.
20. En Occidente nació un fuerte descontento por este paso que parecía un
debilitamiento ante el poder civil en asuntos puramente eclesiásticos, y una
injusticia hacia hombres muertos desde hacía mucho tiempo y juzgados
por Dios; todo era de lo más inaceptable ya que la mente occidental no
tenía un conocimiento preciso de la situación teológica entre griegos de esa
época
21. El asunto se complicó aun más por el hecho de que casi todos los latinos,
Vigilio entre ellos, ignoraban el griego y por lo tanto, eran incapaces de
juzgar los escritos incriminados por ellos mismos. El Papa Pelagio II en su
tercera epístola a Elías, probablemente redactada por el Papa San Gregorio I
el Grande, atribuye todos los problemas a la ignorancia.
22. Poco se sabe de Vigilio antes de que
se convirtiera en diácono el año 531.
Habiendo llegado al oficio de papa el
año 537 con la dudosa ayuda de la
emperatriz monofisita Teodora, Vigilio
se vio inmediatamente enredado en
las disputas cristológicas del
momento. Parece que le prometió a la
emperatriz que revocaría el concilio de
Calcedonia, cosa que nunca hizo.
23. Se esperaba de él también que condenara los llamados Tres Capítulos, es
decir, la condena el 543 por parte del emperador Justiniano de la persona y
los escritos de Teodoro de Mopsuestia (+ 428) y de ciertos escritos de
Teodoreto de Ciro (+ 458 ca.) y de Ibas de Edesa (+ 457), apelando a su
carácter nestoriano. Vigilio se negó a hacer esta condena, ya que podía
interpretarse como un rechazo de Calcedonia. Fue llevado a Constantinopla
el año 547, donde por un período de siete años se vio sometido a presiones
físicas y psicológicas.
24. Pronto los obispos orientales buscaron reconciliarse con él, y le indujeron a
regresar a la ciudad, y retiraron todo los que se había hecho hasta el
momento en contra de los Tres Capítulos; el nuevo patriarca, Eutiquio,
sucesor de Menas, cuya debilidad y servilismo fueron la causa inmediata de
toda esta violencia y confusión, presentó (6 de enero de 530) su profesión
de fe a Vigilio y, en unión con los otros obispos orientales, urgió al llamado
a un concilio general bajo la presidencia del Papa. Vigilio estaba dispuesto,
pero propuso que debía ser celebrado en Italia o en Sicilia, para asegurar la
asistencia de los obispos occidentales
25. En esta situación de extrema vulnerabilidad condenó los Tres Capítulos al
año siguiente en su primer Judicatum o «veredicto». Fue excomulgado por
un sínodo de obispos africanos y revocó su condena. Se negó a asistir al
concilio de >Constantinopla II con el fin de evitar verse comprometido. Bajo
la fuerte presión del emperador, Vigilio acabó condenando los Tres
Capítulos el 554, pero dejó claro que era partidario de Calcedonia. Murió el
año 555.
26. Mientras tanto Vigilio había enviado al emperador (14 de mayo) un
documento conocido como primer "Constitutum" (Pacto) (Mansi, IX, 61-
106), firmado por él mismo y dieciséis obispos, la mayoría occidentales, en el
cual se condenaba dieciséis proposiciones heréticas de Teodoro de
Mopsuestia, y, en cinco anatemas, se repudió su enseñanza cristológica; sin
embargo, se prohibió condenar su persona o ir más lejos en la condena de
los escritos o la persona de Teodoreto, o de la carta de Ibas.
27. El II Concilio de Constantinopla se celebró en ocho sesiones entre el 5 de
mayo y el 2 de junio de 553, y está considerado el V Concilio Ecuménico.
Aunque la celebración en 451 del Concilio de Calcedonia supuso la
condena del monofisismo (defendían que en Cristo solamente había una
naturaleza), esta doctrina seguía muy extendida por amplias zonas de
Oriente, sobre todo en Egipto.
28. Justiniano trató por tanto atraerse a los monofisitas mediante la
publicación, en 543, de un edicto conocido como "Los Tres Capítulos" por
el que se condenaban los escritos de tres obispos nestorianos, Teodoro de
Mopsuesta, Teodoro de Ciro e Ibas de Edesa que habían logrado en el
citado Concilio de Calcedonia la no condenación del nestorianismo.
29. El papa Vigilio rechazó sin embargo esta condena por lo que el emperador
le llamó para que acudiera a Constantinopla con el objeto de lograr una
solución, logrando que el 11 de abril de 548 firmara el Indicatum, un
manifiesto en el que aprobaba la condena recogida en los Tres Capítulos".
30. Sin embargo, esta aprobación papal lejos de apaciguar los ánimos, produjo
un fuerte rechazo en occidente que llevó a Vigilio a acordar con Justiniano
la celebración de un concilio ecuménico, y que hasta el mismo no se
tomaran medidas unilaterales.
Justiniano rompió el acuerdo mediante la publicación, en 551, del
decreto Homologia tes pisteos en el que se reafirmaba en la condena de los
Tres Capítulos. Vigilio manifestó su protesta retirándose a la Iglesia de Santa
Eufemia, la sede donde se había celebrado el concilio de Calcedonia, y
amenazando con la excomunión a quienes apoyasen la condena de los Tres
Capítulos.
31. II Concilio de Constantinopla
Justiniano, comprendiendo que si mantenía su postura provocaría una
ruptura en la unidad de la Iglesia, cedió convocando el concilio que habría
de celebrarse en Constantinopla. La sede fijada no fue del agrado de Vigilio,
ya que supondría una mayoría de asistentes de origen oriental con lo que su
postura quedaría en minoría, por lo que se negó a ostentar la presidencia
del mismo.
El Concilio fue inaugurado el 5 de mayo de 553, con la asistencia de 166
obispos de los que sólo 12 pertenecían a diócesis occidentales y con la
presencia del propio emperador.
32. II Concilio de Constantinopla
Se condenó el nestorianismo mediante la ratificación de la condena de los
tres capítulos al promulgar catorce cánones muy similares a los trece que
formaban la Homologia publicada en 551 por Justiniano.
Esta condena fue refrendada por todos los obispos asistentes a pesar de
que Vigilio había enviado al emperador el documento conocido
como Primer Constitutum que, firmado por él mismo y dieciséis obispos,
condenaba sesenta proposiciones de Teodoro de Mopsuesta, pero donde
no condenaba las de Teodoro de Ciro y las de Ibas de Edesa.
33. II Concilio de Constantinopla
Las decisiones del concilio fueron ejecutadas con violencia para ir al mismo
paso que su conducta, aunque no se obtuvo la ardientemente esperada
reconciliación con los monofisitas.
Vigilio, junto con otros oponentes a la voluntad imperial, tal como lo
registraron los serviles prelados de la corte, daba la impresión que habían
sido desterrados (Hefele, II, 905), junto con los devotos obispos y
eclesiásticos de su séquito, ya al Alto Egipto o a una isla en el Mar de
Propontis. Ya en la séptima sesión del concilio, Justiniano hizo que el
nombre de Vigilio fuese eliminado de los dípticos (tablillas de madera con
los nombres de los obispos), sin prejuicio sin embargo, como se dijo, a la
comunión con la Sede Apostólica.
34. Pronto el clero romano y la gente, liberados por Narses del yugo gótico,
solicitaron al emperador que permitiera el regreso del Papa, lo cual aceptó
Justiniano con la condición que Vigilio reconociera el último concilio. Vigilio
finalmente lo aceptó y en dos documentos (una carta a Eutiquio de
Constantinopla, 8 de diciembre de 553, y un segundo "Constitutum", de 23
de febrero de 554, probablemente dirigido al episcopado occidental) por fin
condenó independientemente los Tres Capítulos (Mansi, IX, 424-20, 457-88;
cf. Hefele, II, 905-11), sin embargo, sin mencionar el Concilio.
35. Justiniano también adquirió fama imperecedera por el ímpetu que imprimió
a las artes. Si existe algún estilo que pueda ser atribuido a un personaje en
particular, podemos decir que lo que llamamos arquitectura bizantina, al
menos en su forma perfecta, debe su origen a Justiniano y a los arquitectos
que él empleó. Su actividad de construcción alcanzó límites prodigiosos. De
Ravena a Damasco cubrió su imperio con soberbios monumentos.
36. De los muchos edificios que se pueden mencionar, los dos más famosos son
la iglesia de Nuestra Señora (ahora convertida en la mezquita El-Aqsa) de
Jerusalén, y la más espléndida de todas, la gran basílica de la Santa
Sabiduría (Hagia Sofía) en Constantinopla. Este último templo, en especial,
construido por Antemio deTralles e Isidoro de Mileto, y consagrado el 27 de
diciembre del 537, será para siempre uno de los monumentos principales de
la arquitectura mundial.
38. La vida privada del Emperador ha quedado algo empañada a causa de los
escándalos atribuidos a su esposa, Teodora. Ella fue una bailarina que,
según parece constar, llevó una vida bastante inmoral antes de su
matrimonio en 523. Y también era monofisista. No obstante, la mayor parte
de los investigadores modernos rechaza la escandalosa descripción de su
vida matrimonial hecha por Procopio en su "Historia Secreta".
Por lo demás, ella siempre tuvo algo que decir en todas las decisiones
políticas de su marido. La administración pública, la diplomacia, los asunto
de la Iglesia, etc., sintieron su poderosa influencia. Y si bien nunca fue infiel a
Justiniano, sí fue ella la causa de su caída en el semi monofisismo
39.
40. Justiniano murió en noviembre del 565, y fue sucedido por su sobrino
Justino II, quien gobernó hasta el 578. Sin duda alguna fue el más grande
emperador después de Constantino, y quizás el más grande en la línea de
los césares.