¿Por qué hay emprendedores muy jóvenes que tienen tanto éxito?
Bill Gates, Steve Jobs y Mark Zuckerberg tenían 19 años cuando fundaron Microsoft, Apple y Facebook respectivamente.
2. Vivimos convencidos de que el conocimiento está
en manos de los mayores de 50 y seguramente es
cierto, está en sus manos, pero en la cabeza de
los menores de 30.
12. Son Resistentes.
Los jóvenes son más resistentes que los
maduros. No hay que dar muchas vueltas a
este punto. Eso es válido no sólo para los
aspectos físicos sino también en los
anímicos, en los actitudinales.
La resistencia es eso que les hace decir “¿El
negocio salió mal? No importa”. Los jóvenes
emprendedores encajan mucho mejor el
fracaso que los empresarios maduros y
experimentados. Y aprenden mucho más y
más rápido.
13. Tienen una mente
abierta y más amplitud
de puntos de vista.
La edad lleva consigo el registro de las
experiencias y estas condicionan más las
decisiones. Nuestro sistema de disonancia
cognitiva es el que nos impide cambiar de
opinión y nos limita. Cuanto menor es la
edad del individuo más alcance tiene su
horizonte de miras, más capacidad de soñar
y anhelar.
14. Tienen menor
responsabilidad.
Un joven veinteañero no tiene el mismo
sentido de la prudencia que un veterano de
cuarenta o cincuenta años. Es obvio. Y eso le
pone en una situación de ventaja en la toma
de decisiones. Se arriesga más porque no
tiene otra cosa que perder que la
oportunidad. La gente madura prefiere
perder oportunidades a perder su dinero.
15. Ponen Pasión y Energía.
No hay que darle muchas vueltas. Los
jóvenes son apasionados y enérgicos por
naturaleza. Esa energía les permite trabajar
más duro y esa pasión llegar más lejos. Son
dos características fundamentales cuando
escasean los recursos económicos y
humanos.
16. Son inconformistas.
Su rebeldía natural y su descaro les permite
abrir nuevos caminos, explorar donde nadie
lo ha hecho y plantear nuevas soluciones.
Por eso son los magos de la innovación.
17. Tienen disponibilidad.
No tienen horarios ni compromisos
familiares ni siquiera hipotecarios. Pueden
trabajar todos los días y a cualquier hora sin
importarles demasiado el desgaste. Saben
nutrirse energéticamente y gestionar su
tiempo libre, persiguen su objetivo hasta
alcanzarlo porque, créanme, no tienen otra
cosa que hacer: Son libres.
18. No les importa el dinero.
Ninguno de los que he mencionado en los
primeros párrafos de este artículo creyó por
un momento que alcanzaría una fortuna
personal de miles de millones. Todos
pensaron en crear algo nuevo, grande y útil
porque lo querían para ellos. Ni uno solo
dudó por un instante que lo que hacía era
más importante que el rendimiento personal
que podía obtener de ello. Buscaban el
éxito de su idea y nada más que eso.