La democracia ateniense se basaba en la soberanía popular. El poder recaía en la Asamblea, compuesta por todos los ciudadanos varones, que votaban directamente sobre leyes, decretos y juicios. El Consejo, formado por ciudadanos mayores de 30 años, representaba a las tribus y ayudaba a la Asamblea. Los Tribunales, compuestos por ciudadanos elegidos por sorteo, ejercían el poder judicial.