El diablo propuso crear una escuela que funcionara de forma contraria a los intereses y necesidades naturales de los niños. Su escuela los mantendría encerrados y sentados en silencio, prohibiéndoles moverse, usar sus manos, razonar por sí mismos o investigar la ciencia. En lugar de eso, los niños memorizarían ideas que les darían hechas y aprenderían a engañar, disimular y mentir.