El documento argumenta que la felicidad en el trabajo conduce a una mayor productividad. Aunque pocas personas dicen ser felices en su empleo debido al paradigma de que uno nunca puede ser feliz en el trabajo, la alta tensión y dinamismo laboral obliga a las empresas a encontrar formas de mejorar la productividad de sus empleados. Sin embargo, las empresas suelen elegir opciones incorrectas porque los trabajadores seguirán odiando su trabajo y siendo menos productivos si no les gusta lo que hacen, a pesar de que puedan cumplir con sus tareas de manera