El documento describe varios paisajes naturales protegidos de Castilla y León, incluyendo Monte de Santiago en Burgos con vistas al río Nervión y bosques de encinas y hayedos; el Cañón del Río Lobos entre Burgos y Soria con sabinas y grutas que albergan buitres; y las Hoces de Duratón en Segovia donde el río ha excavado cavernas que son hábitat de aves protegidas.