Este documento describe la oración como la elevación del corazón a Dios que permite entrar en una relación viva con Él. Jesús oraba con frecuencia, especialmente en momentos decisivos y por la noche en soledad, siendo su vida una continua oración al Padre. La oración purifica, fortalece y trae paz, siendo una necesidad humana tan importante como comer o amar.