El documento describe estrategias de prevención para abordar el déficit afectivo que algunos padres muestran hacia sus hijos. Propone talleres en instituciones educativas para sensibilizar a los padres sobre la importancia de dedicar tiempo de calidad a sus hijos. También sugiere que una pedagoga pueda intervenir de forma preventiva e interdisciplinaria para dialogar con las familias y enseñarles herramientas que les permitan aprender y mejorar la crianza de los hijos sin afectarlos.