La trata de personas y la explotación sexual comercial de menores se da debido a la pobreza y falta de oportunidades que enfrentan los niños, lo que los hace vulnerables ante las redes criminales que se aprovechan de esto. Estas redes operan a nivel internacional para captar a los niños y luego vender sus imágenes y videos con fines de lucro. Las víctimas de estos delitos sufren graves consecuencias psicológicas como depresión, baja autoestima y pensamientos suicidas.