La Revolución Francesa marcó un hito en el progreso y la liberación de los pueblos. Fue desencadenada por la desigualdad social y económica, con la nobleza y el clero gozando de privilegios mientras el pueblo, especialmente los obreros, vivían en la pobreza. Luis XVI convocó los Estados Generales ante las protestas, pero estalló la revolución cuando la Asamblea Constituyente derivó de ellos.