Estudio que ayuda en comprender las implicaciones del concepto "Salvacion" en el antiguo y el nuevo pactos

1. “Hojas al Viento”* Estudios Bíblicos Centro de Bendición
La Salvación
Precisiones
Por: Daniel Máynes Rdz.
Pastor IPUM “Centro de Bendición” Lerdo, Dgo.
Introducción.
La salvación es un tema fundamental de enseñanza y de predicación evangelística al que recurrentemente y por la condición
misma del “mensaje que salva” hacemos referencia. Sin embargo, cuando el tema se expone sin el debido cuidado
comúnmente se cae en impresiciones y con ello se llegan a conclusiones que no tienen del todo un pleno respaldo bíblico ni
en el verdadero plan de Dios para los hombres.
El deseo sincero de los creyentes es que cuantos sea posible alcancen la salvación. Todo aquel que ha experimentado esta
salvación, arde en deseos que todos sus conocidos y aun los no conocidos también vivan lo que el ya vive. Este es uno de
los más puros deseos que el corazón redimido puede atesorar. Pese a ello, conviene que antes de iniciar el anuncio de tal
salvación, tengamos cuidado de precisar que significa ésta en todo el consejo de Dios y así poder presentar un anuncio
integral e inclusivo de este tan importante punto a cuantos así lo necesiten.
Todo principio bíblico-doctrinal tiene por si mismo diferentes aspectos que son sumamente necesario aclarar. El tema de la
salvación no es la excepción. Pese a eso no pretendo abarcar todo lo concerniente a el, solo deseo enfocarme en aquel
aspecto que se refiere al significado y aplicación que la salvación tuvo en el A. T. y al que se desprende de la obra redentora
del Mesías y como esta se aplica y explica en el libro de los Hechos y en los escritos apostólicos.
Las referencias bíblicas son tomadas de la Versión Reina-Valera revisión 1960 (R.V.)
El Antiguo pacto
Comúnmente al referirnos a las escrituras anteriores a Jesús, las identificamos como Antiguo Testamento y damos por hecho
que éste termina en las frases finales del profeta Malaquías, puesto que este es el último de los libros del Antiguo
Testamento (A.T.). Esto requiere de una precisión: Los puntos de enseñanza y tradición judía veterotestamentaria rebasan
los límites estrictamente literarios que en nuestras biblias se conceden al A.T. Por esto será durante la exposición del
presente estudio me referiré a todo el periodo anterior al hecho redentor del Mesías con el término “Antiguo Pacto”. El Pacto
Antiguo basado en alcanzar la justificación delante del Eterno en base a los 10 mandamientos y en las ordenanzas mosaicas
y levíticas permaneció vigente todo el tiempo de la vida del pueblo de Israel (Judío) hasta que se dio lugar a la consumación
de un Nuevo Pacto. (Que mas adelante explicaremos propiamente en que consiste).
La Biblia registra la entrega de este Antiguo Pacto a Moisés de la siguiente manera:
“ Y él estuvo allí con Jehová cuarenta días y cuarenta noches; no comió pan, ni bebió agua; y escribió en tablas las palabras
del pacto , los diez mandamientos.” Ex. 34:28 (R.V.).
“Porque yo me volveré a vosotros, y os haré crecer, y os multiplicaré, y afirmaré mi pacto con vosotros.” Lv. 26:8 (R.V.).
Lea también Ex. 24; 31:18; 34:10
El Antiguo Pacto se basó en la obediencia a los preceptos que la ley o Torá plantearon. Se enseñó y practicó que la manera
de presentarse justo ante Dios era cumplir obedientemente los preceptos de la ley. “Por tanto, guardaréis mis estatutos y mis
ordenanzas, los cuales haciendo el hombre, vivirá en ellos. Yo Jehová.” Lv. 18:5(R.V.).
El Antiguo Pacto se entiende pues como el acuerdo o convenio entre Dios y el pueblo de Israel basado inicialmente en la
entrega de las tablas de los 10 mandamientos a Moisés y que gobernó la relación entre ellos durante todo el tiempo previo a
la consumación del plan redentor en y por el Mesías y con ello la inauguración de un Nuevo Pacto. Este Antiguo Pacto se
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2. “Hojas al Vie
“ ento”* Estudios Bíblicos
s Centro de Bendició
ón
co
onoce también como Pacto Sinaítico, debido a que según Éxodo 19-24 , fue promulgad en el monte Sinaí al Este de Egipto
S o do e
en el camino que Israel emprendió por el des
n e sierto del mismo nombre rumb a la tierra prometida.
bo
Lo anterior es co
o onfirmado por el N.T. en los e
e escritos paulino
os:
“e cual asimism nos hizo min
el mo nistros competeentes de un nu
uevo pacto , no de la letra, sino del espírit porque la le mata,
n tu; etra
vivifica. Y si ell ministerio de muerte grabad con letras en piedras fue c gloria, tant que los hijos de Israel
mas el espíritu v do con to s
no pudieron fijar la vista en el r
o r rostro de Moisé a causa de lla gloria de su rostro, la cuall había de pere
és ecer,” 2 Cor. 3:6
6-7,
“P el entend
Pero dimiento de ello se embotó; porque hasta el día de hoy, cuando leen e antiguo pac , les queda el mismo
os el cto
ve no descubie el cual por Cristo es quit
elo erto, tado.” 2 Cor 3:14;
“ No como el pacto que hice con sus padre El día que los tomé de la mano para sa
p e res a acarlos de la tiierra de Egipto Porque
o;
elllos no permane
ecieron en mi pacto , Y yo m desentendí de ellos, dice el Señor.” Heb 8:9
me b.
Es sumamente importante que se logre dest
s i e tacar esta dife
erencia entre el Antiguo y el Nuevo Pacto no solo por en nfatizar la
dis
stinción en la t
teología tradicio entre Isra y la iglesia o entre judíos y gentiles, sino porque de ello depende que se haga
onal ael o e
un exacta interpretación de co
na onceptos y doc
ctrinas que puddieran resultar confusas si no se toma en c
o cuenta tal distin
nción.
La teología del A es rica po su trasfondo histórico y textual. Todo lo que sea posible abundar en cada detalle de dicha
a A.T. or o o
teología no podr agotar definitivamente tal riqueza, sin em
rá mbargo, hemos de cuidar en todo momento situar adecua
s o adamente
la línea final de alcances que cada sustento teológico tiene Las doctrina que fluyen y se basan en el Antiguo Pac deben
e. as cto
intterpretarse y aaplicarse en los límites del mismo. Por otr lado, tambié es verdad q existen asu
s m ro én que untos teológico que se
os
co
omplementan o abarcan asp pectos del trato de Dios con los hombres en ambos pac
o mpre se debe anunciar
ctos, pero siem
cu
uando se reba la línea entre ambos a fin de ubicar adecuadame
ase r ente las impliccaciones que esto conlleva pues las
co
onclusiones y consecuencias de cualquier tema o asunto teológico y doctrinal será distintas en relación a un u otro
s r án n no
paactos. Esto es verdad con r
s respecto a la Ley, el pecado la condenac
L o, ción, la elecció etc. Desde luego que es mismo
ón, ste
prrincipio de inter
rpretación habr de aplicarse al tema que n ocupa; La S
rá e nos Salvación.
El antiguo pacto continuó vige como dije antes, hasta Jesús, el Me
o ente e a esías quien le da cabal cumplimiento y co onsigue la
re
eivindicación de la genuina Ley de Dios. Su nacimien ministerio y aun calvario y resurrección se narran en los 4
e nto, o
ev
vangelios; Mate Marcos, Lu
eo, ucas y Juan, q aunque se encuentran a principio de lo que en nue
que e al estras biblias s conoce
se
co Nuevo Tes
omo stamento, en re
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uanto se desar
rrolla en sus pá
áginas pertenece al Antiguo P
Pacto.
Muchas enseñanzas de Jesús apuntan hacia un Nuevo Pa que vendr luego de qu El haya cum
s a acto rá ue mplido todo lo e
escrito en
las profecías, pe todas las declaraciones a
s ero d aplicables a la vida de los creyentes conte
a emporáneos a la vida de El, se debe
tener el cuidado de entenderlas, como digo antes, a la luz d las expectat
a de tivas y permisio
ones del Antigu Pacto.
uo
Salvación e el Antiguo p
en pacto
Al referirnos al a
asunto de la salvación en el Antiguo Pacto c
A comenzaré por definir este co
oncepto:
Ye
eshuwah ( ) es una palabra hebr que signific algo salvad liberación, auxilio, victoria, prosperidad salud y
a rea ca do, d,
ay
yuda. El Diccionaro Vine al co
omentar esta p
palabra Dice:
“«
«Salvación» en el Antiguo Tes
stamento no se entiende com salvación d pecado, pue que el térm denota un amplia
e mo del esto mino na
ga
ama de sentid relacionado con la «liberación»: de a
dos os aflicción, guerr servidumbr o enemigos Las liberacio
rra, re s. ones son
hu
umanas y divin pero con e vocablo
nas, el (Yeshuwa) contada son las ocas
as siones en que seres humano son los
os
qu efectúan la «salvación/libe
ue eración»”
Un extensión de yeshuwah in
na d ncluye las palaabras yasha (yaa-shá), signific
cando estar abierto, ancho o libre, ser salvo y yesha
o
(yé-sha), signific
cando libertad, liberación, prosperidad y seg
guridad.
El diccionario Bíblico Caribe an
nota:
2

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“Según el Antiguo Testamento, el peligro y la calamidad física persiguen al hombre hasta la muerte por a causa del pecado
(Gn 4.12ss). Su situación es la de un huérfano. Dios es el único que lo puede socorrer y salvar y, cuando la salvación divina
se manifiesta, tanto el individuo como la comunidad quedan liberados íntegra y vitalmente. El individuo queda libre de
peligros físicos, injusticias y necesidades. La comunidad queda libre de guerras, trastornos políticos, hambres, etc.”
(Subrayado mio)
El Diccionario bíblico Mundo Hispano dice en este apartado:
“En el AT, la salvación se refiere tanto al tipo de liberación diaria, regular —como de los enemigos,
enfermedades y peligros (ver 1 Samuel 10:24; Salmo 72:4)— como a las de grandes liberaciones que se
interpretan específicamente como siendo una parte categórica de la participación única y especial de Dios en la
historia humana así como también a las revelaciones especiales de su carácter y voluntad. El ejemplo supremo
de esto es el éxodo (Éxodo 14:13, 30, 31; 15:1, 2, 13; 18:8), lo que incluyó la liberación de la esclavitud de
Egipto, el viaje seguro hacia la Tierra Prometida y el establecimiento allí como un pueblo nuevo en una relación
nueva con Dios (Deuteronomio 6:21-23; 26:2-10; 33:29).”
Karl Rahner en su Enciclopedia de Teología, anota:
“Las expresiones hebreas que corresponden a la palabra española "salvación" muestran que el concepto de salvación del
AT tenía sus raíces en las experiencias concretas y situaciones particulares. La salvación para el salmista es la liberación del
peligro mortal, sanidad en la enfermedad, liberación de la cautividad, rescate de la esclavitud, ayuda en un juicio legal, la
victoria en la batalla y paz después de las negociaciones políticas (Sal. 7:II; 18:28; 22:22; 34:7, 19f.; 55:17; 69:2; 86:2;
107:13, 19, 28, etc.). Esta experiencia también es compartida en conjunto por la nación judía.” (traducción libre) (Subrayado
añadido) (Encyclopedia of Theology” Ed. Karl Rahner The Seabury press. 1975)
Por ultimo, para terminar con las referencias, un diccionario más apunta:
“Salvación, en el Antiguo Testamento puede referirse a un evento de rescate de una intolerable situación o grave peligro de
los que una persona es incapaz de liberarse por si misma.” (traducción libre) (The Eerdmans Biblie Diccionary. William B.
Eerdman. Publishing. 1987 USA.)
Las anteriores referencias puedan parecer excesivamente numerosas y extensas pero en realidad son apenas unas pocas
para recordarnos que el termino y doctrina de la salvación en el Antiguo Pacto, NO TENIA LAS CONNOTACIONES que
adquirirá al inaugurarse el Nuevo Pacto.
Debo enfatizar lo anotado. Salvación, salvar o salvo son términos aplicados indistintamente tanto en el A.T. como en el N.T.
pero no debemos suponer de antemano que significan lo mismo ni consiguen lo mismo en ambos testamentos. Ya explique
lo que técnicamente (exegéticamente) significan estas palabras en el A.T. pero no olvidemos que referirnos al A.T. no
necesariamente significa que estamos ubicando adecuadamente lo que aplica al Antiguo Pacto, no olvide que al leer los
evangelios, aunque literariamente estamos leyendo el N.T. técnicamente estamos enterándonos de hechos sucedidos dentro
de los limites del Antiguo Pacto, salvo los últimos capítulos de cada uno de los 4 evangelios.
Al punto de la interpretación y aun exégesis de los términos griegos correspondientes a los vocablos que refieren a la
salvación en el N.T. que son soteria y soterion («salvación; preservación; liberación») y soter («salvador, libertador»), no
debemos olvidar al leerlos en los evangelios sinópticos y en el de Juan, que dichos términos griegos, no significan sino lo que
el Antiguo Pacto permite.
Si bien es cierto que los evangelios fueron ampliamente conocidos por el mundo antiguo en griego, los discursos y
expresiones verbales de los personajes originales fueron en otro idioma, y muchas veces en el hebreo de la ley. El concepto
doctrinal (ideológico) de los personajes de los evangelios, incluyendo al mismo Jesús, era puramente hebreo y sustentado en
el estricto apego a lo que la enseñanza judía exigió.
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Tomemos nota de algo muy importante, los términos griegos anotados anteriormente no fueron acuñados por los escritores
novotestamentarios, sino que fueron usados por sus traductores para dar a conocer al mundo de su tiempo el mensaje de
Jesús en un idioma asequible para cuantos fuera posible. De nuevo, Jesús no hablo en griego, sino en hebreo.
El griego coiné, fue el lenguaje en el que se da a conocer el llamado Nuevo Testamento al mundo grecorromano y es el que
también se había usado ya a partir de la Septuaginta, una versión a este idioma del Antiguo Testamento realizada, a partir
del 250 A/C y terminada aprox. cien años después. Esta antigua traducción griega es, en opinión de los expertos, altamente
aceptable en el Pentateuco, pero peligrosamente defectuosa en el resto de los libros, especialmente los profetas como
Isaías.
De todas formas, la precisión es valida, son palabras griegas que deben interpretarse desde el significado hebreo que
tradujeron y el alcance del Antiguo Pacto.
Precisando pues, salvación en el Antiguo Pacto se refiere a liberación, auxilio, victoria, prosperidad, salud y ayuda, con todo
y que se usen palabras griegas con un significado etimológico sensiblemente diferente. A pesar de la amplia gama de
significados en el Antiguo Pacto ser salvo o salvado, no se entiende como salvación del pecado y sus consecuencias. El
efecto de la salvación en este Antiguo Pacto es que el individuo queda libre de peligros físicos, injusticias, necesidades y
enfermedades, (de las causas y sus resultados negativos) solo hasta allí, no más.
La Salvación en el Nuevo Testamento.
Al inicio comenté que la diferenciación entre los pactos Antiguo y Nuevo rebasan los limites estrictamente literarios de
Antiguo y Nuevo Testamentos. La interpretación de las grandes doctrinas bíblicas no solo diferencia de una página a otra.
(Entendido que la ultima pagina de Malaquías, ultimo de los profetas veterotestamentarios que escribieron, precede a la
primera del Evangelio de Mateo, primero de los escritos del Nuevo Testamento.) En realidad la diferenciación del significado
y alcances de la doctrina de la salvación parte estrictamente hablando, del momento en que se consuma la muerte del
Mesías enviado de Dios; Jesús, y con ello dar paso a un Nuevo Pacto basado en el derramamiento de la sangre y muerte de
El.
La clave para esta aclaración se encuentra en una carta del Nuevo Testamento que, curiosamente, fue escrita con toda
seguridad originalmente en hebreo. Leamos con cuidado la siguiente cita:
“Porque si la sangre de los toros y de los machos cabríos, y las cenizas de la becerra rociadas a los
inmundos, santifican para la purificación de la carne, ¿cuánto más la sangre de Cristo, el cual
mediante el Espíritu eterno se ofreció a sí mismo sin mancha a Dios, limpiará vuestras conciencias de
obras muertas para que sirváis al Dios vivo? Así que, por eso es mediador de un nuevo pacto, para
que interviniendo muerte para la remisión de las transgresiones que había bajo el primer pacto, los
llamados reciban la promesa de la herencia eterna. Porque donde hay testamento, es necesario
que intervenga muerte del testador. Porque el testamento con la muerte se confirma; pues no es
válido entre tanto que el testador vive.” Hebreos 9:13-17
A partir de esta cita podemos concluir lo siguiente:
En primer lugar lo que el sacrificio de El Mesías consiguió fue “Limpiar nuestras conciencias de obras muertas” es decir, nos
salva de las consecuencias del pecado.
En el capitulo anterior al citado el autor de esta carta nos da pie para concluir que el sacrificio expiatorio consigue la
purificación completa del creyente delante de Dios al hacer la aplicación fiel del testimonio del profeta Jeremías (Jer. 31:33-
34.) La cita dice:
“porque con una sola ofrenda hizo perfectos para siempre a los santificados. Y nos atestigua lo mismo el Espíritu Santo;
porque después de haber dicho: Este es el pacto que haré con ellos Después de aquellos días, dice el Señor: Pondré mis
leyes en sus corazones, Y en sus mentes las escribiré, añade: Y nunca más me acordaré de sus pecados y
transgresiones. Pues donde hay remisión de éstos, no hay más ofrenda por el pecado.”(Heb. 10:14-18)
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El como es que nuestras conciencias terminan siendo limpias de las obras muertas en la práctica cotidiana tiene que ver con
los requisitos apostólicos para que esto sea posible, es decir, es necesario que en el creyente opere la obra salvadora del
Mesías, Jesús. Para que esto se logre, es necesario que se cumpla con lo que Pedro pidió a sus oyentes el día de
Pentecostés “Arrepentíos, y bautícese cada uno de vosotros en el nombre de Jesucristo para perdón de los pecados; y
recibiréis el don del Espíritu Santo.” (Hch.2:38), la respuesta ha de seguir siendo la misma, si habremos de ser congruentes
con la predicación original que dio vida a la iglesia.
Es de destacar que tal purificación y liberación de consecuencias del pecado no es una acción pasiva o una limpieza por si
misma y para si misma, sino que tiene un fin, un propósito buscado. Tal propósito lo define el autor de esta carta al añadir:
“para que sirváis al Dios vivo”. El servicio al que se refiere el autor es amplio en aplicación, por tanto se refiere al servicio de
adoración y culto para el cual se ha conseguido la purificación de los pecados y a la extensión en el servicio cotidiano como
actos de bendición para otros pero siempre con el objeto de rendir culto a Dios, lo que solo se puede hacer si se es limpio y
acepto delante del mismo Dios.
En segundo lugar, en la cita de hebreos, leemos a partir del verso 15 la condición sin la cual no hubiera sido posible la
purificación de nuestras conciencias. Quiere decir que antes que esta condición no se diera, los términos y consecuencias
de lo que hoy significa ser salvo, no existían.
Primeramente, Jesús es el mediador de un NUEVO Pacto, es decir que el Antiguo, quedará sin efecto. Este mismo autor lo
explica adecuadamente: “Porque si aquel primero hubiera sido sin defecto, ciertamente no se hubiera procurado lugar para
el segundo. Porque reprendiéndolos dice: He aquí vienen días, dice el Señor, En que estableceré con la casa de Israel y la
casa de Judá un nuevo pacto”; “ Al decir: Nuevo pacto, ha dado por viejo al primero; y lo que se da por viejo y se envejece,
está próximo a desaparecer” (8:7-8 y 13) (subrayado mío)
Por lo que se lee en la cita anterior lo que antes de este nuevo pacto fue aplicable a la salvación, hoy no tiene ya incidencia,
sino solo como nuestra enseñanza e instrucción, pero no ya como fundamento de salvación. Pero he de anotar un detalle
mas, tampoco es posible traspasar los límites del nuevo y aplicar los modos y beneficios a quienes vivieron y porque no,
viven aun, en el Antiguo pacto. Lo que fue y significó la salvación o ser salvo o salva en el antiguo pacto, no tuvo ni puede
tener el beneficio de lo que por la sangre del Mesías se consiguió.
¿Por qué a todos aquellos a quienes se les declaro salvos en los evangelios en realidad no lo fueron en los términos del
nuevo pacto? Por la razón que da el verso 17 de la cita de Hebreos “Porque el testamento con la muerte se confirma; pues
no es válido entre tanto que el testador vive.”
El testador de este nuevo Testamento es Jesús, el Mesías, esto es incuestionable, pero el testador aun vivía, de modo que
los beneficios del siguiente pacto aun no estaban vigentes, sino los que otorgaba el antiguo. Si leemos con atención las
ocasiones en las que Jesús declaró salvo o salva a alguien, la salvación a la que se refirió, fue siempre a aquella que el
Antiguo Pacto ofreció; liberación, auxilio, victoria, prosperidad, salud y ayuda, nunca liberación de la conciencia de pecado,
pues esta se logra solo mediante la sangre del testador, la cual obviamente aun no era derramada, esto es aplicable incluso
al crucificado junto a Jesús, pues el testamento solo con la muerte del testador se confirma, y, aunque moribundo, Jesús aun
vivía cuando dijo a este “hoy estarás conmigo en el paraíso” (Lc. 23:43) interesante ¿no?.
Evangelio y salvación.
Los alcances de la salvación en el Nuevo Pacto son conocidos con suficiente claridad por el cristiano promedio y
profundamente por el predicador experimentado, por lo cual no los menciono aquí, seguiré adelante.
¿Cuál es la fuente y base firme de “Esta” salvación, es decir, la que el nuevo pacto pone a disposición del hombre creyente?
El Apóstol Pablo explica lo que es el evangelio para el:
“ Además os declaro, hermanos, el evangelio que os he predicado, el cual también recibisteis, en
el cual también perseveráis; por el cual asimismo, si retenéis la palabra que os he predicado, sois
salvos, si no creísteis en vano. Porque primeramente os he enseñado lo que asimismo recibí: Que
Cristo murió por nuestros pecados, conforme a las Escrituras; y que fue sepultado, y que
resucitó al tercer día, conforme a las Escrituras;” (1ª Cor. 15:1-4) (negritas añadidas)
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Si este es el evangelio por el cual los hombres son salvos, entonces, ¿tiene algún fundamento el declarar salvos en términos
del Nuevo Pacto a los contemporáneos y aun antepasados de Jesús si éste aun no había muerto?.
La salvación en términos estrictos del Nuevo Pacto comienza a ser aplicada a partir de la primera predicación kerigmática, el
día de Pentecostés con la evidente exitosa respuesta de 3000 bautizados en el nombre del que murió, fue sepultado y
resucito al tercer día; Jesús El Mesías, el Hijo de Dios, [entendiendo unicitariamente este ultimo titulo (1ª tim. 3:16)]
Todo lo escrito en el Nuevo testamento deberá leerse e interpretarse teniendo en cuenta este nada pequeño detalle y aun
mas, toda predicación o enseñanza que pretenda llevar a las personas al conocimiento del evangelio que salva, deberá
reflejar lo anteriormente dicho.
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