Vanesa, una vaca curiosa, se fue a visitar a su amigo el toro Vitorino, pero se distrajo mucho en el camino al detenerse a oler violetas, beber agua, escuchar a un caracol contar cuentos, explorar una cueva, y tomar café con una oveja. Para cuando llegó a la casa de Vitorino, éste ya estaba dormido, por lo que Vanesa tuvo que regresar a su casa por el mismo camino.