El documento describe la importancia de la vida religiosa consagrada en la evangelización. Los religiosos dan testimonio de la santidad de la Iglesia y encarnan su deseo de entregarse radicalmente a las bienaventuranzas a través de su total disponibilidad para Dios, la Iglesia y los hombres. Su vida consagrada les permite asumir un papel importante en el testimonio de la Iglesia, que es primordial para la evangelización.