El documento describe los orígenes de las primeras instituciones escolares para la primera infancia en Inglaterra a principios del siglo XIX, las cuales tenían el objetivo de educar a los niños de las clases trabajadoras y pobres de las ciudades. Robert Owen criticó estos esfuerzos iniciales porque los niños trabajaban demasiadas horas en las fábricas y comenzaban a trabajar a una edad demasiado temprana para aprovechar plenamente la educación.