La muerte y resurrección de Jesucristo tuvieron un significado profundo. Jesús murió en la cruz para pagar el castigo de nuestros pecados, recibiendo la ira de Dios en nuestro lugar. Al ser resucitado, Dios aceptó que la obra de Jesús en la cruz fue suficiente para proveer el perdón eterno a quienes creen. A través de su muerte y resurrección, Jesús venció el pecado y la muerte, dando a los creyentes victoria sobre estas y vida eterna.
fichas de trabajo del 23 al 27 de Agosto 2021.docx
LECCION#7_14042022.pdf
1. LECCION #7 GRUPOS FAMILIARES - IGLESIA ESMIRNA
Jueves 14 de Abril 2022
Significado de la Muerte y Resurrección de Jesús
LECTURA: Lucas 23:32-34
VERDAD CENTRAL: El Verdadero significado de la muerte de Cristo
INTRODUCCIÓN
El acontecimiento más importante en la historia del mundo fue la crucifixión y resurrección de Jesucristo.
La muerte de Jesús lava, deja todo limpio, incluso nuestra ignorancia y pecado, lo que sucedió en la muerte de Jesús es
la revelación más clara, desde siempre, del alcance increíble de la comprensión, el perdón y la sanidad de Dios. La muerte
de Jesús lo limpia todo a través de la comprensión, el perdón, y la sanidad que desmiente cada noción que sugiere lo
contrario.
CUERPO
1- Crucifixión de Cristo: Entender lo que es el pecado, es esencial para entender la crucifixión. (El pecado es: Una
actitud de rebelión contra Dios en pensamiento, palabra o acción) Gálatas 2:20 explica que el creyente goza de una nueva
vida porque ha sido crucificado con Cristo. Existe una unidad tan estrecha entre Cristo y el creyente que lo que experimentó
Jesús; también se aplica a cada creyente. Al ser crucificado, cada creyente fue crucificado. Al morir en la cruz, cada
creyente experimentó su muerte. el arresto de Jesús en el Jardín de Getsemaní́, Lc. 22:47-51 nos dice que inmediatamente
después de que uno de sus discípulos golpeó al siervo del sumo sacerdote y le cortó la oreja, Jesús tocó la oreja del
hombre y lo sanó. La sanidad de Dios, llega a todas las situaciones, incluso a las situaciones de amargura, traición y
violencia. La gracia de Dios finalmente sanará incluso a los heridos de odio.
La crucifixión fue un método de ejecución practicada por Roma y reservada para los peores criminales de clase baja.
Generalmente implicaba en primer lugar, tortura, a menudo por flagelación u otro medio, antes de que uno fuese clavado
a una viga en forma de T. Era una muerte brutal, lenta (podías permanecer vivo durante días), una muerte agonizante.
Generalmente producía la muerte por asfixia, ya que, el crucificado no podía levantarse para respirar. Pero no sólo era una
manera físicamente agotadora de morir, también era humillante. La palabra «cruz» nunca se pronunció en la sociedad
civilizada. Era despreciable, sin honor y estaba reservada sólo para lo peor de la sociedad (delincuentes, esclavos y
traidores). La cruz era detestable, y era socialmente abominable morir por crucifixión. También se entendía como
particularmente ofensiva para los judíos, se entendía que el crucificado estaba bajo una maldición. Dt. 21:22-23
Marcos 15:34-37: En este pasaje vemos a Jesús cumpliendo su propósito en la tierra. Jesucristo, el Hijo de Dios, entró
en el mundo y tomó forma de carne para llevar la carga y el castigo de nuestro propio pecado. Es decir, aquel que era sin
pecado, tomó sobre sí la pena de nuestro propio pecado y murió en nuestro lugar como un sustituto.
Esto se evidencia en su grito «Dios mío, Dios mío, ¿por qué me has desamparado?» Jesús está expresando el profundo
horror de su separación de Dios. Porque cuando Cristo llevó nuestros pecados en la cruz, su perfecta comunión con el
padre fue cortada temporalmente cuando murió la muerte de un pecador, la que todos merecemos. En la cruz, Cristo no
solamente sufrió el dolor físico y la humillación, él tomó sobre sí mismo la culpa de nuestro pecado y también nuestro castigo. La
ira de Dios caía en Cristo mientras él pagaba la pena del pecado que nosotros merecemos. ¡Jesús recibió la ira de Dios por
nosotros, en nuestro lugar! 2 Cor. 5:21
Respondamos las siguientes interrogantes:
• Si soy un pecador que necesita perdón, ¿Cómo puedo yo ser perdonado? Heb. 10-19-22
• Si Jesús es Dios y no hizo nada malo, ¿Por qué fue crucificado?: Murió como un sustituto para que los creyentes no
sufrieran la condenación de su pecado, para que fueran restaurados en la apropiada comunión con Dios.
2- La resurrección de Cristo: Jn. 20:1-10 La resurrección no era el plan B de Dios, después de que todo saliera
terriblemente mal en el Calvario. Más bien, ¡la muerte y la resurrección de Cristo fueron el propósito de Dios todo el tiempo!
Qué implica la resurrección de Cristo?
• Todas las personas serán resucitadas (Hech. 24:14-15)
• Todas las personas serán juzgadas por Jesús (Hech. 10:42)
2. • Todas las personas serán divididas en dos grupos (Marc. 16:16)
• La resurrección es la base de la justificación (Rom. 4:25)
La vida que tenemos ahora es nuestra única y sola oportunidad de creer en Jesús. Comprende que tu actitud hacia Jesús
en esta vida será la misma actitud de Jesús hacia ti en la venidera. Si lo aceptas ahora, él te aceptará luego. Si lo rechazas
ahora, él te rechazará luego.
3- Beneficios de la Crucifixión, Muerte y Resurrección de Cristo:
• Cristo resucitó para la gloria de Dios
• Los creyentes están unidos a Cristo
• Los creyentes han sido (unión con Cristo) y serán (vida eterna) resucitados a una nueva vida – Jesús es las
primicias de la resurrección (1 Cor. 15:23)
• La victoria sobre el pecado
• La victoria sobre la muerte
• El sacrificio perfecto, hecho solamente una vez – ningún otro sacrificio es necesario, no hay más culpabilidad
• La resurrección es eterna
• Permite la justificación del creyente
• No se necesita más la expiación
• El pecado es tratado completamente
• La ira de Dios ha sido satisfecha en su plenitud
• Todo aquel que cree en él recibe el perdón de pecados por su nombre
APLICACIÓN
¿Por qué los cristianos nos gloriamos en la cruz?» Nos gloriamos en la cruz porque es en la cruz que se muestran tan
claramente el amor inmerecido y la justicia inquebrantable de Dios. Es en la cruz que la culpa y el castigo de nuestros
pecados son tratados, no por nosotros, sino por Cristo, el cordero de Dios que quita los pecados del mundo. En la cruz,
Dios derramó su ira sobre su hijo en lugar de nosotros. Jesucristo es nuestro sustituto, nos ha rescatado de la esclavitud
del pecado y nos llevó a la comunión con Dios.
Sin embargo, este rescate que todos necesitamos desesperadamente no se concede automáticamente a nadie, sino sólo
a aquellos que se arrepienten de sus pecados y confían en Cristo como su sustituto. Si no te arrepientes y crees, lo que
le estás diciendo a Dios es: «Yo llevo mi pecado por mí mismo. No necesito un sustituto, me enfrentaré a ti tal como soy».
Esto nos deja con una opción. ¿Pagaremos la pena por nuestros pecados nosotros mismos, o confiaremos en el pago que
Cristo ha hecho con su propia sangre?
La vida que tenemos ahora es nuestra única y sola oportunidad de creer en Jesús. Comprende que tu actitud hacia Jesús
en esta vida será la misma actitud de Jesús hacia ti en la venidera. Si lo aceptas ahora, él te aceptará luego. Si lo rechazas
ahora, él te rechazará luego.
Cuando Cristo resucitó de los muertos, Dios el Padre estaba, en efecto, diciendo que aceptó la obra de Cristo sufriendo y
muriendo por nuestros pecados, que su obra estaba completa, y que Cristo no tenía necesidad de permanecer muerto.
Ya no había más pena que pagar por el pecado, no más ira de Dios que cargar, no más culpa o responsabilidad que
castigar – todo había sido completamente pagado, y no quedaba ninguna culpa sin pagar.
Así que, en la resurrección, Cristo es victorioso sobre el pecado. Él conquistó el pecado y la muerte en la cruz para que
nosotros, los que nos arrepentimos de nuestro pecado y ponemos nuestra confianza en él, seamos perdonados y
recibamos vida eterna.