La publicidad tiene como objetivo persuadir o convencer a las personas para que compren un producto o modifiquen su conducta mediante una estrategia elaborada. Para lograr la persuasión, la publicidad apela a las emociones y a la razón del receptor comparando, resaltando la pertenencia al grupo o usando el humor. Un anuncio típico incluye un gancho para atraer la atención, una parte descriptiva y argumentativa, y un eslogan memorable.