La Ley de Dependencia de 2006 tiene como objetivos atender a personas en situación de dependencia y promover su autonomía personal. Define la dependencia como necesitar ayuda importante para realizar actividades básicas de la vida diaria. Establece servicios y prestaciones económicas para dependientes que incluyen teleasistencia, ayuda a domicilio, centros de día y residencias. Sin embargo, tras dos años de vigencia, su implantación solo alcanzaba el 61% y casi 280.000 casos aún no habían sido atendidos.