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julio 2017
el dipló, una voz clara en medio del ruido Capital Intelectual S.A.
Paraguay 1535 (1061)
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Año XIX, Nº 217
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9771514522005
00211
China: nueva potencia ecológica
Dossier
Luego del retiro de Estados Unidos del Acuerdo de París, China se presenta como líder
global en la lucha contra el cambio climático. El poder central alienta las iniciativas a
favor del medio ambiente… siempre y cuando no amenacen sus intereses estratégicos.
Páginas
14 a 16
00217
Cristina Kichner y Mauricio Macri en la Bolsa de Comercio, 2-8-12 (Marcos Brindicci / Reuters)
La candidatura de Cristina Kirchner plantea un desafío político de cara
a unas elecciones en las que se definirá el futuro del modelo macrista.
La disputa
por el liderazgo
José Natanson Julio Burdman Pablo Semán Ana Natalucci
Ignacio Ramonet Guillaume Pitron Florence Beaugé Serge halimi 
2 | 	 Edición 217 | julio 2017
por José Natanson
E
l fenómeno suele pasar por debajo
del radar de las encuestas y las in-
vestigaciones sociológicas. Cuan-
do se pregunta de manera abierta,
nadie, o casi nadie, se anima a ad-
mitirlo. Y sin embargo ocurre: en ocasiones,
quizás sin gritarlo pero de manera perfecta-
mente democrática, las sociedades eligen po-
líticas –y políticos– que conducen a mayores
niveles de desigualdad. En otras palabras, la
injusticia social no es solo resultado de las ten-
dencias ingobernables de la economía o la ma-
la praxis de la gestión estatal; también puede
ser popular.
Por supuesto, fuerzas globales irresistibles,
entre las que cabe mencionar el auge de una
economía financiera descontrolada, la hete-
rogeneidad del mundo laboral y la debilidad
de los Estados nacionales, propician socie-
dades más inequitativas. Pero lo que interesa
aquí no son los efectos casi gravitatorios del
capitalismo globalizado sino los motivos por
los cuales, en determinadas condiciones de
tiempo y espacio, las sociedades se inclinan
de manera más o menos consciente por mode-
los desigualadores, con todas sus consecuen-
cias en términos de convivencia ciudadana,
paz social e inseguridad pública.
¿Cómo se explica semejante cosa? El acadé-
mico francés François Dubet propone invertir
el razonamiento (1). Frente a los estudios de
sociología política que suelen argumentar que
la mayor desigualdad, propiciada por las ten-
dencias globales mencionadas más arriba, de-
riva en una crisis de los lazos sociales, Dubet
postula que es el resquebrajamiento de la con-
vivencia lo que permite que se profundice la
inequidad social. En suma, la desigualdad es
resultado de una crisis de la solidaridad.
El planteo de Dubet pone en cuestión la te-
sis del filósofo liberal John Rawls, que soste-
nía que, de los tres colores de la tríada revo-
lucionaria francesa, la fraternidad, que aquí
llamaríamos solidaridad, es el que tiene me-
nos peso en la construcción de las democra-
cias modernas. Para Dubet, la fraternidad es
condición de posibilidad de la igualdad. La
explicación es bastante simple: aunque infini-
tamente mejor para la mayoría, la igualdad es,
para una minoría privilegiada, cara. Por eso
una sociedad más equilibrada implica que los
sectores más ricos estén dispuestos a resignar
ganancias por vía de una estructura imposi-
tiva progresiva que redistribuya mejor el in-
greso; exige, en suma, que haya algunos que
acepten “pagar por otros”, sacrificarse por
personas… a las que ni siquiera conocen.
Para que este esfuerzo se concrete en la
práctica es necesario un sentido común que
remita a la idea de que somos más o menos se-
mejantes y que convivimos en un mismo espa-
cio, que es territorial pero también simbólico,
la mayoría de quienes formulan este discurso
estén lejos de ser ejemplos de self made men
queda para otro análisis: lo central es que re-
sulta políticamente eficaz.
Esto se explica en buena medida porque el
argumento encarna en un actor concreto, el
verdadero sujeto social de esta nueva batalla
cultural: el trabajador meritocrático. Habi-
tante de la periferia de las ciudades globaliza-
das, asalariado en el sector industrial o cuen-
tapropista con algún capital propio (un taxi,
un kiosco), el trabajador meritocrático man-
tiene –igual que el macrismo– una relación
ambigua y problemática con el Estado. Lejos
del vínculo vital de los sectores excluidos, que
dependen de la Asignación Universal o la jubi-
lación mínima para su supervivencia cotidia-
na, pero lejos también de la prescindencia de
los grupos más acomodados, combina depen-
dencia estatal con un rechazo casi pulsional
por la política: obra social con escuela públi-
ca, colectivo diario al trabajo con universidad
del conurbano, escuela parroquial con dos se-
manas en Mar del Plata.
En este contexto, las mejoras de bienestar
experimentadas durante el kirchnerismo sue-
len ser atribuidas menos al contexto político
que al esfuerzo individual del “nadie me re-
galó nada”, y por eso la vía de ascenso social
hacia la clase media pura, que es el gran ideal
aspiracional, es vista menos como una cons-
trucción colectiva que como una escalera ha-
cia lo privado: del hospital a la obra social y de
ahí a la prepaga.
Durante su largo ciclo en el poder, el kirch-
nerismo nunca encontró la forma de hablar-
le a este sector social, al que paradójicamen-
te había hecho mucho por ensanchar, y al fi-
nal optó por abandonarlo a su suerte, como si
ya no mereciera su distinguida atención. En
cambio el macrismo, tomando la posta de Ser-
gio Massa, desplegó una estrategia para sedu-
cirlo que incluyó la promesa de satisfacer sus
dos grandes demandas: la baja del impuesto
a las ganancias y la lucha contra la inseguri-
dad. De este modo logró sumarlo al voto repu-
blicano y al apoyo del campo hasta redondear
una base social tan amplia como policlasista:
sin la adhesión tardía del trabajador merito-
crático, Cambiemos nunca hubiera ganado la
provincia de Buenos Aires ni municipios co-
mo Lanús, Tres de Febrero o Quilmes.
Con su concepción de la sociedad como una
pecera donde las personas nadan sueltas, sus
apelaciones en singular y sus referencias casi
calvinistas al esfuerzo y la cultura del trabajo,
cuya contracara es por supuesto un rechazo
implícito a la pereza y la dependencia estatal,
el macrismo interpela a este sector social y,
de manera sutil pero perfectamente visible,
cambia el eje del debate público: al poner el fo-
co en la pobreza en reemplazo de la desigual-
Cuando la desigualdad
es una elección popular
histórico, lingüístico y afectivo. Sin la idea de
que compartimos un destino colectivo, de
que nuestro futuro está de alguna manera en-
lazado al de los demás, es difícil que los gru-
pos más favorecidos de la sociedad acepten el
sacrificio que implica sostener a los que me-
nos tienen.
Esta dificultad se profundiza en un mo-
mento en que cobran cada vez más importan-
cia los valores relacionados con la identidad
individual, que expresan no lo que tenemos en
común, sea nuestro lugar en la pirámide so-
cial (clase), nuestro trabajo (sindicato) o nues-
tra ideología (partido político), sino lo que nos
distingue, lo que nos hace diferentes el uno
del otro. El efecto de este auge identitario es
ambiguo: si por un lado fortalece el pluralis-
mo, la tolerancia y el multiculturalismo, por
otro tiende a consolidar el individualismo de
la “sociedad de la desconfianza”, en la que las
personas se miran como si estuvieran senta-
das a una mesa de póker. En ambos casos la
pregunta es la misma: ¿cómo asegurar la so-
lidaridad en un contexto de exacerbación del
individualismo?
El trabajador meritocrático
¿La sociedad argentina optó de manera de-
liberada por mayores niveles de inequidad
cuando eligió a Mauricio Macri en las presi-
denciales del 2015? Aunque es cierto que el
macrismo prometió mantener las políticas
sociales, cosa que hasta el momento cumplió,
y “no sacarle a nadie lo que ya tiene”, cosa que
no hizo, también es verdad que la desigualdad
estuvo completamente ausente de su discurso
de campaña y que la redistribución del ingre-
so, tan socorrida durante el kirchnerismo, ha
desaparecido del debate público.
Como señalamos en otra oportunidad (2),
la filosofía que orienta la gestión macrista no
apunta a construir una sociedad más igualita-
ria (igualdad de resultados) sino a garantizar
condiciones iguales para todos (igualdad de
oportunidades): la idea es consolidar una línea
equitativa de largada para que luego los indivi-
duos, que en su singularidad identitaria son to-
dos distintos (y por lo tanto quieren cosas dis-
tintas), compitan entre sí, y que cada uno llegue
hasta donde pueda. Bajo esta perspectiva, la ba-
lanza de la justicia se desplaza de la redistribu-
ción del ingreso a la redistribución de las opor-
tunidades, de la igualdad social al esfuerzo in-
dividual, del Estado al mercado.
Típicamente liberal, se trata de uno de
los pocos conceptos abstractos a los que ca-
da tanto recurre el macrismo, verificable en
las apelaciones al ciudadano-vecino utilizan-
do la segunda persona del singular (“Te hablo
a vos, que querés estar mejor”) y en las refe-
rencias permanentes a recuperar una “cultu-
ra del trabajo” supuestamente extraviada por
los desvaríos del populismo. El hecho de que
| 3
dad, opta por un problema más con-
sensual y menos conflictivo, abierto a
las soluciones piadosas al estilo Igle-
sia Católica. El resultado invisible del
nuevo enfoque liberal que nos gobier-
na es un resquebrajamiento de la tra-
ma de solidaridades identificada por
Dubet como una de las causas para la
legitimación de la injusticia social.
Al aire
La cultura de masas suele reflejar estas muta-
ciones sociales. ¿Dónde las vemos? A la espera
de una obra de arte más potente, un libro o una
película, llamemos la atención sobre la deriva
de “Meritócratas”, el comentado aviso publi-
citario del Chevrolet Cruce. Estrenado cinco
meses después del cambio de gobierno, el spot
invitaba a imaginar un mundo en donde “ca-
da persona tiene lo que merece”, donde “el que
llegó, llegó por su cuenta, sin que nadie le re-
gale nada”. Sobre un fondo de edificios vidria-
dos, aeropuertos, anteojos modernos y sushi,
la publicidad sostenía que “un verdadero me-
ritócrata es aquel que sabe qué tiene que ha-
cer y lo hace, sin chamuyos”, porque “sabe que
cuanto más trabaja, más suerte tiene”, antes
de un cierre casi de campaña: “El meritócrata
pertenece a una minoría que no para de avan-
zar y que nunca fue reconocida. Hasta ahora”.
¿Qué nos dice “Meritócratas” sobre la Ar-
gentina actual? Los publicistas podrán ser
superficiales y frívolos, pero disponen de un
instinto agudo a la hora de detectar tempra-
namente las corrientes subterráneas de la so-
ciedad, que es en definitiva la que compra o de-
ja de comprar los productos que ofrecen. Con
la publicidad de Chevrolet, los creativos de la
agencia Commonwealth McCann buscaban
conectar con el Zeitgeist del macrismo: que se
hayan animado a poner al aire semejante aviso
demuestra que el clima de época efectivamente
había cambiado, del mismo modo que el hecho
de que al poco tiempo lo hayan tenido que sacar
del aire, forzados por la reacción negativa, las
memes y las burlas, sugiere que la perspectiva
liberal-individualista todavía noha cristalizado
en una nueva hegemonía cultural. g
1. François Dubet, ¿Por qué preferimos la desigualdad?
(aunque digamos lo contrario), Editorial Siglo XXI, 2016.
2. Véase el editorial “Contra la igualdad de oportunidades”,
Le Monde diplomatique, edición Cono Sur, enero de 2016.
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Editorial
Unvistazoa
lademocracia
argentina
E
n“Delrigorenlaciencia”,brevísimore-
lato incluido en El hacedor, Jorge Luis
Borgesimaginaunmundoendondeel
arte de la cartografía había adquirido
talrigurosidadqueelmapadeunapro-
vincia ocupaba toda una ciudad, y el del imperio to-
daunaprovincia.Comoesos“mapasdesmesurados”
nosatisfacíanalosexpertos,loscartógrafosconstru-
yeronunmapadelimperiodesumismotamaño,que
“coincidíapuntualmenteconél”.Luego,generaciones
menos fanáticas entendieron que el esfuerzo era in-
útil y entregaron aquel mapa a “las inclemencias del
solylosinviernos”.
Pormásprecisoquesea,elmapanuncaeslaima-
gen objetiva, la copia fiel de lo que está en el terreno,
sinounarepresentacióninevitablementedeformada.
Puedeparecerunespejo,peroseráunespejoimper-
fectoque,comoenlasviejasferias,devuelveunaima-
gen más flaca o más gorda o esmerilada. Un mapa es
siempreunarepresentaciónqueinvolucralasubjeti-
vidaddesuautoryqueporlotantoconllevaunacierta
cargaideológica:unmapaesunpuntodevista.
Estalimitación,queestambiénunaventaja,esel
puntodepartidadeElAtlasdelaArgentina,elnuevo
lanzamientodeLeMondediplomatiquequeestaráala
ventaenkioscosylibreríasenlosprimerosdíasdeju-
lio.Sielmapaeslafotodeformada,losgráficosdeba-
rrasytortassonlaexpresióndecantidades,desubas
y bajas; los cuadros desagregan datos y permiten un
análisismásmatizado,entantolascronologíassonla
representacióndeuntiempoqueavecesexpresamos
comounalíneayqueotraspreferimosdibujarcomo
uncaminodeavancesyretrocesoseincluso–otravez
Borges–comounlaberintodeflechasquesecruzan.
ElAtlasdelaArgentinasiguelalíneadepublicacio-
nescartográficasqueelDiplóvieneeditadoconsingu-
lar éxito desde su lanzamiento en Argentina hace ya
casidosdécadas,conladiferenciadequeenestecaso
setratadeunaobraíntegramenteelaboradaaquípor
nuestrostaffeditorialjuntoaespecialistasyperiodis-
tasyunequipodediseñadores,infógrafos,diagrama-
doresyexpertosenestadísticas.Es,hastadondesabe-
mos,elprimerAtlasdeestascaracterísticasquesepu-
blicaenelpaís.
Elespírituqueloguíaeslacomprensiónapartirde
laideade“vistazo”:laposibilidaddeentenderuntema
conelclickinstantáneodeunamiradaapartirdeuna
seriedeelementosgráficosquelohacenrápidamente
accesible.Lostextosexplican,refuerzanoprofundi-
zaneldiseñodeinformación:laapuestaesvisual.
Ypolítica.Lejosdelosaplanadostextosacadémicos
pero también de las urgencias superficiales de la co-
yuntura,ElAtlasdelaArgentinaproponeunamirada
profundabajolaideaarticuladorade“democraciain-
conclusa”.Enlíneaconelclásicoconceptodelmaestro
AldoFerrer,sostenemosqueelnuestroesunpaísame-
dioterminar,capazdesoportar“pisosdesufrimiento”
inéditosenelcontextodelaregióncomodelograrha-
zañasincreíbles–entreellasloscuentosdeBorges–.
Poresorecurrimosaunenfoquepanorámicodela
política,laeconomía,lasrelacionesexteriores,laso-
ciedadylacultura.Deladeudaexternaalasoja,dela
crisisdelospartidospolíticosalfederalismo,delain-
serciónenAméricaLatinaalvínculoconChina,delos
hábitosalimenticiosalosderechoshumanos,delcine
alacumbiaydeahíaBorgesyMaradona,nuestrosdos
argentinosuniversales,ElAtlasdelaArgentinaofrece
unvistazoalosavances,desafíosyfracasos,losíconosy
lossueñosdeunpaístanagotadorcomoapasionante. g
© Le Monde diplomatique, edición Cono Sur
4 | 	 Edición 217 | julio 2017
Lamisión
S
upongamos un policidio en Argen-
tina, como ese que fantasea la serie
Sobreviviente Designado. Una bom-
ba que destruye el Congreso el día de
la apertura presidencial y saca de es-
cena a todo el gobierno y la dirigen-
cia política nacional. ¿Qué sucedería, en tal caso,
con nuestros partidos políticos? La mayoría no
quedaría en pie. El PRO estaría en problemas: es
pequeño, tiene pocos afiliados, carece de actores
de base; cuesta imaginarlo sin Macri, Rodríguez
Larreta o Vidal. Y sabemos que no habría Coali-
ción Cívica sin Carrió. La UCR podría sobrevi-
vir, porque hay una cultura radical y una cante-
ra de dirigentes para recordarla y representarla.
por Julio Burdman*
El peronismo ante el voto aspiracional
Nadie duda, sin embargo, que seguiría habiendo
peronismo. Porque el peronismo, a pesar de ser
un partido personalista, tiene vida independien-
temente de sus líderes fuertes. O, mejor dicho, es
anterior a ellos. El peronismo realmente existen-
te es una gigantesca red nacional de actores so-
ciales que forman parte del Estado argentino. Y
esa red necesita un presidente propio para operar.
Las oligarquías provinciales necesitan un amigo
en la Casa Rosada que les asegure la transferencia
de los fondos nacionales. Y para un gobernador
peronista, nada mejor que un presidente peronis-
ta, casi dijo el General. Los intendentes bonaeren-
ses, desde hace no demasiado tiempo, están en la
misma. Los sindicatos necesitan que el modelo
criollo de relaciones laborales siga funcionando.
Los movimientos sociales, que los programas se
sigan pagando. Y así.
Un partido de gobierno
Esa red es la que hace del peronismo un partido
de gobierno. Cualquier presidente, Macri inclui-
do, debe gobernar con él. El saber peronológico
agrega que toda esa gobernabilidad se acomoda,
se organiza y pasa al frente una vez que tiene un
líder. Lo que no es fácil es construir ese liderazgo.
Hay que demostrar capacidad y tener un proyec-
to. Los orígenes de las presidencias de Carlos Me-
nem, Eduardo Duhalde y Néstor Kirchner tuvie-
ron importantes dosis de accidentalidad: ninguno
Dossier
La disputa por
el liderazgo
Demasiado enfrascado en su autopercepción como partido de mayorías, el peronismo
subestimó a Cambiemos y reconoce tardíamente una de las claves de su éxito: el
componente aspiracional. Los peronistas saben que su suerte en octubre se jugará, en
parte, en su capacidad para construir un mensaje que contemple esta dimensión.
M.A.f.I.A.
| 5
de ellos había sido anticipado por nadie. Además,
todos ellos respondieron a una situación de crisis
y tuvieron una respuesta a ella.
Lo que la ciencia política no termina de expli-
car es por qué ese liderazgo de gobierno peronis-
ta tiene que construirse con audacia. Es la clásica
tortilla que se hace rompiendo huevos. ¿Por qué
el peronismo post 83 nunca puede elegir para la
conducción de toda esa maquinaria a un geren-
te prudente y negociador que administre todo ese
poder? Menem llegó desafiando al número pues-
to, que era Antonio Cafiero, y además fue el más
noventista de todos los presidentes latinoameri-
canos. Kirchner vio la oportunidad, se negó a ser
el administrador general que quería Duhalde, se
rebeló y encabezó un nuevo populismo. Ya sabe-
mos que el peronismo no es un partido, es un mo-
vimiento, y que no tiene ni el espacio ni la costum-
bre de elegir a sus jefes en forma institucionali-
zada y aburrida. Hay, asimismo, relaciones con el
pueblo y con la mística que evidentemente con-
ducen a los conductores a la adrenalina.
La de Cristina Fernández de Kirchner fue la
presidencia peronista que más se acercó a un ori-
gen tradicional porque la postularon desde el po-
derysin desafíosaljefenatural.Aunqueahoraque
intenta volver a liderar el panperonismo recurre
nuevamente a la audacia. La Unidad Ciudadana,
lanzada formalmente el 20 de junio en Sarandí,
implica salirse del peronismo con la expectati-
va de liderarlo desde afuera. CFK, quien se sigue
definiendo como “militante peronista” en su bio
de Twitter, sabe perfectamente que sin la red pe-
ronista no hay proyecto de poder. Su nuevo parti-
do cristinista se conformó, fundamentalmente, a
partir del peronismo bonaerense, con el respaldo
de un grupo creciente de intendentes (46 al mo-
mento de cerrar esta nota), incluyendo a La Ma-
tanza y al presidente del partido. Ella ve también
una oportunidad para que la Unidad Ciudadana se
constituya en otras provincias como Chaco (Jorge
Capitanich será uno de los que la acompañarán en
la apuesta), Santa Fe, Entre Ríos y más. Hoy el ob-
jetivo principal del kirchnerismo no es ganarle a
Macri, sino liderar a la oposición. CFK sabe que el
voto peronista puede dividirse pero que, en última
instancia, la red peronista se unirá en 2019. Antes
de las elecciones, o después de ellas.
Una pretensión ambiciosa
El problema que se le presenta al peronismo en-
frascado en este proceso es Cambiemos. Un par-
tido en ciernes, al que los peronistas observan
poco y, en muchos casos, entienden menos. El
peronismo estuvo siempre muy acostumbrado a
que el “otro partido” era simplemente una con-
secuencia de lo que hace o deja de hacer el pero-
nismo y que estaba formado por sectores sociales
incapaces de formar una mayoría (a no ser que el
peronismo cometa la suficiente cantidad de erro-
res). El peronismo siempre se ve a sí mismo como
el partido de las mayorías, y juega con la certeza
de que eso terminará de alinearse en algún mo-
mento. Pero Cambiemos, aunque sea la continui-
dad del radicalismo, del liberalismo, del antipe-
ronismo y de otros ismos que el peronismo supo
derrotar, es también algo más que eso.
Cambiemos se ha consolidado como el partido
de la numerosa clase media argentina. Y de to-
do lo que hay por encima de ella. El clasemedie-
ro argentino, una categoría con algo de análisis
sociológico y mucho de construcción social, vota
por Cambiemos con ganas. En estos votantes, hoy
la marca Cambiemos se desempeña mejor en las
encuestas que la mayoría de sus dirigentes. Pero
Cambiemos también tiene la intención de arre-
batarle al peronismo una partecita de lo que hay
por debajo del Ecuador de la clase media, y con-
cretar así su propio 40% el día de las elecciones.
Es una pretensión ambiciosa. Pero el peronismo,
poco habituado a tener contrincantes ambiciosos
en las urnas, se desorienta. Sobre todo, porque lo
hace con herramientas distintas (1).
Construir un liberalismo económico popular
–es decir, mayoritario en las urnas– es una mi-
sión titánica en casi cualquier país del mundo.
Para ello se necesita una robusta mayoría de elec-
tores que crean que menos Estado es mejor para
ellos. Y, por lo general, las mayorías electorales
no comulgan con esa idea. En regiones con alto
nivel de vida, un mercado en expansión y, sobre
todo, grandes porciones del electorado que son
cuentapropistas y tienen poca interacción con el
Estado, es posible encontrar una mayoría de vo-
tantes con ideas liberales en lo económico. En al-
gunos distritos de Estados Unidos, Suiza o Ingla-
terra ocurrió. En América Latina, un continente
lleno de pobres, luce imposible.
La comunicación cambiemita
En los 80 y principios de los 90, Reagan y That-
cher encarnaron una nueva fórmula para la po-
pularización de las ideas favorables al merca-
do entre los votantes. Se trataba de un apoyo al
empresario como líder social. En las encuestas
que realiza Gallup sistemáticamente en Estados
Unidos, lo habitual fue –y sigue siendo– que el
pequeño empresario tenga una valoración muy
buena en la sociedad y el gran empresario no. Al-
go similar ocurre entre nosotros: todos aman a las
Pymes, nadie quiere a las grandes empresas. Pero
en los años de oro de Reagan, esa brecha se cerró.
En la opinión pública, la gran innovación del po-
pulismo capitalista reaganeano fue eliminar las
distinciones entre grandes y pequeñas empresas
y hacer del empresario, chico, mediano o grande,
un héroe social estadounidense que se veía ase-
diado por la voracidad del Estado. Ese empresa-
rio era de carne y hueso, no un constructo teóri-
co impersonal como el mercado: era el joven Bill
Gates que desarrollaba software en un garage, los
productores de Hollywood, el señor Heinz que
había creado la mejor salsa de tomate.
Esta fórmula era mejor que tratar de conven-
cer a una mayoría de que el Estado era un pro-
blema para ellos mismos: ahora, el Estado es un
problema para nuestros héroes, aquellos que to-
dos queremos ser. Y que podríamos llegar a ser,
dado que el chico de anteojos que arma compu-
tadoras en un garage y el gran empresario del
software son básicamente la misma persona.
Los iguala el rechazo al Estado voraz, que im-
pide que uno se convierta en el otro. El Estado
voraz tal vez nos provea de bienes básicos, pero
mata nuestro sueño. El voto aspiracional en su
máxima expresión.
El PRO no es reaganismo. En principio, por-
que no comparte esa exaltación del Estado mí-
nimo: cree en el gradualismo, en la obra pública
como motor de crecimiento y en la acción social
del Estado para compensar a los más pobres. Tal
vez algunos integrantes del PRO crean en el Es-
tado mínimo, pero son minoría y no conducen
el gobierno. Sin embargo, Macri y su gobierno sí
creen que tenemos que ir hacia un gobierno con
menos Estado y mayor libertad de acción para el
sector privado.
Desplegar ese programa es difícil, porque la
sociedad argentina no quiere reducir el tamaño
del Estado. Por eso el mensaje del PRO tiene di-
ferentes aristas. Por un lado, hay un núcleo duro
que se alimenta de y se moviliza por el rechazo
moral al kirchnerismo que busca hacerse exten-
sivo a sus políticas. Este componente es impor-
tante en el cambiemismo, y permite justificar sus
políticas. Algunos ajustes “son necesarios” por-
que lo que heredamos era un desastre. Esto se
asemeja más a una política de shock que al voto
aspiracional. Y contra eso, CFK tiene argumen-
tos “racionales” que consisten, básicamente, en
defender a su gobierno.
Pero el discurso de Cambiemos también tiene
un componente aspiracional. El reaganismo se-
ñalaba a los exitosos del sector privado como mo-
delos; Macri y sus colaboradores son, ellos mis-
mos, los modelos. Se presentan a sí mismos como
líderes exitosos en la vida privada que llegan al
Estado por vocación social. Y buena parte de la
razón que los asiste deriva de que ellos expresan
y representan algo mejor que sus adversarios. Y
no necesariamente por sus argumentos. Algunos
votantes dicen que eligen a Cambiemos porque
“los prefieren a los otros”, y en esa frase no es-
tá claro si hablan de gobiernos o de personas. La
comunicación cambiemita trabaja con esa ambi-
güedad, y eso explica por qué son tan importan-
tes las formas del optimismo, el saber escuchar, la
sinceridad, el reconoci-
miento de los errores y
todas esas característi-
cas de estilo exitoso que
hoy parecieran conden-
sar el universo cambie-
mita. Un conjunto de
recordatorios de que
ellos, los que gobiernan,
se destacan por sus vir-
tudes personales.
¿Acaso todos los vo-
tantes cambiemitas
aparecen cautivados
por este elemento nue-
vo que ofrece su comu-
nicación? Probable-
mente no, y en sus elec-
ciones haya muchos elementos tradicionales –el
voto estratégico, el voto identidad, el voto recha-
zo, el voto útil–. Pero hay razones para creer que
hay una porción de este voto aspiracional, y que
puede ser una clave de las elecciones por venir.
El desafío del peronismo
La dimensión aspiracional del voto por Cambie-
mos es algo que descoloca al peronismo porque
sus opciones de políticas aparecen representadas
y justificadas en lo que ellos son, y no en lo que
argumentan. Los políticos peronistas, como co-
lectivo, están cuestionados en su reputación. La
corrupción es equiparada al Estado peronista y a
las políticas de los gobiernos peronistas. Enton-
ces, post-política y post-peronismo se vuelven
sinónimos. Dado que el peronismo es el partido
de gobierno, el discurso de superación de la polí-
tica que propone Cambiemos es intercambiable
con el antiperonismo. No se meten con Perón ni
con Eva, dos figuras mitológicas que no dañan a
nadie. Pero sí son antiperonistas del peronismo
realmente existente.
En su lanzamiento en Sarandí, CFK hizo la ma-
yor innovación estético-política que se recuerde.
En lugar de ofrecer un discurso desde la cima de
la montaña, trató de hacerse al costado de su pro-
pia figura, se declaró como “una ciudadana más”,
y se mezcló en un escenario accesible con las per-
sonas con nombre y apellido. Dejó de ser la que
más sabe, y trató de ponerse en el lugar de la que
mejor entiende. Al hacer eso, reconoció que en
el plano de la comunicación ella tenía falencias.
Y sus contrincantes virtudes. Ello no quiere de-
cir que lo suyo sea imitar a Cambiemos, porque la
naturaleza de los mensajes no podría ser más di-
ferente. El desafío del peronismo es construir su
propio mensaje hacia aquellos pobres que buscan
una vida material más exitosa, y no sólo mejores
relaciones con el Estado y los servicios públicos.
Y expresar todo eso a través de ejemplos y símbo-
los, cosa que el PRO hace muy bien. Porque aspi-
raciones, finalmente, tenemos todos. g
1.SobrelosconceptosdeJaimeDuránBarbaylasestrategias
adoptadasparaelascenso deMauricioMacri,véase“La
utopíadelaspequeñascosas”,por ChristopheVentura,Le
Mondediplomatique,ediciónConoSur,marzode2017.
*Politólogo. Profesor de la Universidad de Buenos Aires.
© Le Monde diplomatique, edición Cono Sur
Macri y sus
colaboradores
se presentan a
sí mismos como
líderes exitosos en
la vida privada que
llegan al Estado por
vocación social.
6 | 	 Edición 217 | julio 2017
La grieta opositora
S
i pudiéramos quitar el tamiz de los
filtros institucionales, los cronogra-
mas electorales y los egos en pugna
podríamos ver con más claridad que
lo que se expresa en esta elección
son las propiedades más duraderas
y pregnantes de la estructura social y los efectos
históricos que fraguan en ella un conjunto relati-
vamente limitado de invocaciones políticas. Y si
algo queda claro de ese ping pong entre estructura
social y vida política es, en nuestra tesis, que hasta
ahora la oposición oscila sin síntesis posible en-
tre dos modos de existencia histórica de los secto-
res populares y dos modos casi opuestos de refe-
rirse a ellos. La decisión de Cristina Fernández de
por Pablo Semán*
Entre el “pobretariado” y el “moyanismo social”
Kirchner de impulsar una fuerza ciento por cien-
to propia en la Provincia de Buenos Aires, los po-
tenciales límites de esta estrategia para superar la
imagen negativa de la ex presidenta en 2019, los lí-
mites que enfrentan las estrategias de Sergio Mas-
sa o Florencio Randazzo y la dura desaprobación
que obtiene el gobierno en buena parte del electo-
rado bonaerense expresan la compleja y contra-
dictoria superficie que ofrecen los sectores popu-
lares en su totalidad a la interpelación política.
Sectores populares
En aras de la simplicidad, podemos entender a
los sectores populares como el conjunto de los
trabajadores manuales calificados y no califica-
dos que forman el 53% de la población y que en
general se encuentran en los primeros cinco de-
ciles de ingresos. En una población económica-
mente activa (PEA) urbana de 15.000.000 de per-
sonas tenemos subconjuntos amplios y diferen-
tes entre sí, como el de las empleadas domésticas
(1.168.000), los empleos manufactureros (poco
más de 2.000.000), los empleados de la construc-
ción (1.500.000) y el importante grupo de los em-
pleados de comercio (3.000.000).
La dinámica social de estos sectores es la de la
fragilidad, aun en contextos de recuperación co-
mo los que se dieron a partir de las políticas públi-
cas impulsadas por el kirchnerismo y por la suba
de precios de las exportaciones argentinas. Si lle-
Dossier
La disputa por
el liderazgo
Pese a la significativa desaprobación hacia la alianza Cambiemos parece improbable la
construcción de una oposición unificada. Las distintas propuestas del peronismo que
se enfrentan en la Provincia de Buenos Aires son un reflejo de la heterogeneidad de los
sectores populares y de la dificultad de una misma fuerza para interpelarlos en su conjunto.
Movilización hacia Plaza de Mayo, 22-12-15 (Marcos Brindicci/Reuters)
| 7
vódiezañosdepolíticasdeingresosrelativamente
orientadas a favor de los sectores populares recu-
perar una participación del salario en el Producto
Interno Bruto (PIB) como la de un año no tan bue-
no como 1998, con una medición que en ese en-
tonces, y en la actualidad, compensaba la pérdida
de la movilidad social ascendente en términos de
educación, trabajo y patrimonio con el paliativo
del poder de consumo, es decir, una medición que
ponderaba como mejoría algo que más bien pare-
cía un empeoramiento histórico que la memoria
popular no dejaba de registrar al menos en parte,
bastó una devaluación para que esa participación
volviera a descender. Esa fragilidad que erosiona
desde hace décadas el perfil social erigido durante
el primer peronismo se traduce en oleadas de pér-
didas que supimos conseguir y se asienta en altísi-
mosniveles depobrezay desempleo estructural.A
esa sociedad que acumula más daños que benefi-
cios, pero también las más diversas tradiciones de
contienda, le hablan el gobierno y el peronismo en
sus más diversas versiones.
Bandera del “pobretariado”
Comencemos por las invocaciones en las que se
intenta capturar el mundo popular tratando de
entender las operaciones de la imaginación políti-
ca del cristinismo. Lo que dicen sus militantes, sus
simpatizantes tuiteros, sus mandos medios o sus
jefescoincide en un gradoconjuntodeelementali-
dad y contundencia como si su organización fuese
al mismo tiempo transparente y chata como una
lámina de cristal desde la que trasciende, en vo-
ces y en luces, una estrategia. Esta sería: preserva-
mos nuestras fuerzas, no se las regalamos a nadie
y si ganamos ahora luego nos llevamos puestos a
los indecisos y a los arrepentidos por imperio de
la crisis económica o por prepotencia de trabajo,
en un reencuentro final en el que si el líder imita,
casi inconscientemente, el recorrido de la Larga
Marcha de Mao, el pueblo realiza la parábola del
hijo pródigo (que, como aclaran los teólogos, no
subraya tanto el retorno del vástago como la figura
del padre misericordioso).
Desde esa tesitura se interpretan los datos de la
opiniónpública(mearriesgoaincluiraquílasmíti-
casencuestasque“sólomanejanlospolíticos”)que
hablan de un alto piso electoral basado en la cons-
tancia del apoyo de los más pobres de la Provincia
de Buenos Aires como la expresión circunstancial
de una realidad primaria a la que el trabajo político
de la jefa y las agrupaciones que la siguen sin con-
diciones han dado lugar y que deben seguir tallan-
do contra viento y marea. En ese nivel más real que
la coyuntura de las elecciones el kirchnerismo ve,
además de una formidable e irrenunciable cantera
electoral, y no sin algún grado de basamento em-
pírico, la sedimentación en acero de la donación
correspondida de la jefa en alma y cuerpo al “po-
bretariado” paria y vector de deconstrucción de la
Argentinaoligárquica.Nonosconfundimos:adife-
rencia del proletariado, sujeto redentor del indus-
trialismo, el kirchnerismo, retomando implícita-
mente un concepto de la Teología de la Liberación,
identifica en la masa de informales, trabajadores
pobres, asalariados casi siempre precarios, algo
más que la memoria irredenta de los buenos viejos
tiempos, la rabia estructural y potencialmente des-
estructurantedelcapitalismoexcluyente:esasmu-
jeres del conurbano que morirían por Cristina, de
las que muchos militantes se enorgullecen, son en
ese imaginario la multitud obrera de Carpani e in-
cluso los peronistas de Santoro, los marineros del
Potemkin y, al mismo tiempo, los Stajanov del nue-
vo siglo; en definitiva los rebeldes y, al mismo tiem-
po, los constructores del proyecto.
La radiografía electoral muestra el macizo apo-
yo que obtiene Cristina entre los más pobres de la
Provincia, el cual se nutre de años de inversión so-
cial que, con todas las omisiones, desprolijidades
y discontinuidades que se puedan apuntar, exis-
tieron y se retroalimentaron de la pujanza de un
mercado de trabajo y consumo que absorbía a los
que, agarrados precariamente, hoy empiezan a
caerse y les daba un horizonte a los que ni siquie-
ra podían aferrarse a la cornisa del piso más ba-
jo con la punta de los dedos. No fue magia: hubo
crecimiento de la demanda agregada y políticas
que, de las paritarias a las jubilaciones, pasando
por las asignaciones mejoraron el ingreso popular
y ayudaron a igualar mínimamente. Aun así, en es-
tos sectores pudo crecer la popularidad de María
Eugenia Vidal nutrida, entre otras razones, por un
esfuerzo de la inversión social que se nota en los
números del presupuesto nacional, y por una in-
sistencia basada en la correcta percepción de que
al conurbano hay que cuidarlo. Esta novedad crea
brechas significativas, pero no amenazantes, en el
predominio del cristinismo en la parte más baja de
los sectores populares. Es que –como hasta los de-
fensores del gobierno lo reconocen– el conurbano
es el sector que más sufre la transición económi-
ca que ellos imaginan como una marea progresi-
va que inunda al país de beneficios en la dirección
que va desde la agroindustria a la ciudad.
Desafección hostil
Las dificultades para el cristinismo y el campo fér-
til de otras apuestas políticas comienzan un poco
más arriba, pero también en los sectores popula-
res. El terreno de lo que con Martín Rodríguez lla-
mamos el moyanismo social (1) es el terreno en el
que restan todos los gestos que un poco más abajo
suman. Esa zona de la sociedad que no sólo inte-
gra a los camioneros, sino a una buena parte de los
trabajadores formales y no tanto, empezó a distan-
ciarse del kirchnerismo a partir del ocultamien-
to de la inflación: pocos tienen en cuenta el grado
en que esa maniobra era un corrosivo político de
amplio espectro y larga duración. Entre otras co-
sasporque,encompensación,seconformabancon
apuntar una falsedad tan irritante para esos suje-
tos como el mismo ocultamiento: aumentos de sa-
larios que supuestamente superaban la inflación
cuando éstos, o no lo hacían, o sólo lo hacían tem-
porariamente, mientras la oferta concentrada se
cobraba en disminución de calidad lo que no podía
llevarse como renta extraordinaria en el precio.
Quien pueda comparar la transformación de la va-
riedad y la calidad de lo que ofrecía un supermer-
cado cualquiera en 2007 y en 2015 podrá enten-
der que la dinámica inflacionaria arrasaba no sólo
la previsibilidad sino también la calidad de vida.
Mucho menos se asume hasta qué punto esa nega-
ción llevaba a no querer creerle nada a un lideraz-
go político que no sólo desmentía una percepción
primaria indiscutible sino que, asumiendo una
posición docente, los reprendía moralmente. Las
bocas que se taparon con amonestaciones trasla-
daron su descontento de la voz al gesto: los rictus
descreídos del escepticismo, la empatía con la sa-
ña y obviamente de allí a la venganza en el cuarto
oscuro. Las distancias se agravaron cuando el au-
mento de la base social que pagaba ganancias tocó
a los engañados por la inflación, que eran además
parte de las víctimas preferenciales de la insegu-
ridad. El caldo de cultivo de la desafección hostil
se engordó con decires que respecto de este últi-
mo tema, y más allá de las políticas específicas y
sus magras concreciones, dieron resultados que se
corresponden con todas las potencias que el cris-
tinismo acuerda a las batallas culturales, pero en
este caso en contra.
El moyanismo social y el pobretariado no son
sólo agregados sociodemográficos, sino efectos
de relaciones políticas que los constituyen in-
cluso en una contraposición que caracteriza a la
economía política y electoral del mundo popu-
lar. Porcentualmente casi tan importante como
el apoyo del pobretariado, el odio anticristinista
del moyanismo social es irreductible pero electo-
ralmente decisivo, y se termina de definir políti-
camente entre el fuego cruzado de las por ahora
ilusorias recuperaciones críticas de kirchneristas
reloaded, los poskirchneristas, las operaciones
de contrahegemonía que promueve el gobierno
y, por supuesto, la glorificación isotrumpista con
que el massismo se traduce mal y se extravía.
Pero digamos algo más sobre las dinámicas que
atraviesan a este grupo. En el conjunto de los sec-
tores populares, como en casi toda la sociedad, las
riquezas son percibidas como un conjunto finito
de manera tal que lo que me falta a mí lo tiene otro
que me lo sacó. A esa presunción básica la escena
de López y sus bolsos le dio, con la contunden-
cia innegable de la imagen presentida, todos los
elementos que necesita para desplegar una com-
prensión del malestar económico presente y fu-
turo como efecto exclusivo de la corrupción K.
Sobre llovido mojado vino a sumarse la dinámica
mediática que les da sostén a sospechas modula-
bles ora como vehemencia, ora como soberbia y
que se estabilizó en este último punto con la di-
fusión de grabaciones de las escuchas a CFK que
dejan marcas duraderas en el imaginario (no por
nada esto es algo que la actual campaña de CFK
intenta desmentir con
ingeniosos y potencial-
mente efectivos cam-
bios vocales pese a que
muchos de sus parti-
darios que la aman co-
mo Venus de las pieles
prefieran un ring tone
de “Soy yo Cristina, pe-
lotudo” y su imagen en
tacones). En este con-
texto, las opiniones po-
pulares sobre CFK se
distribuyen entre la
afirmación consciente
y sacrificadamente po-
lémica del “roban pe-
ro hacen”, el encanta-
miento con los años de
oro, indecible ante el
bullying anti cristinista, y los odios retroalimen-
tados del moyanismo social que incluso mantie-
nen cierto crédito al gobierno.
La síntesis imposible
Valga todo este racconto para darle sustento a la
tesis inicial: la construcción de una oposición ma-
yoritaria es, pese a la desaprobación mayoritaria
del gobierno, una tarea casi tan difícil como la de
superar la grieta. No sólo se trata de recuperar vo-
luntades e iniciativa en los sectores medios, y de
tratar de evitar en esa tarea la propensión a repre-
sentar esos sectores como lo haría un menchevi-
que. Se trata, sobre todo, y por ahora, de que quien
representa al pobretariado no contiene ni deja de
herir al moyanismo social, y de que quien conduce
a este último no logra contener ni descristinizar
al pobretariado. Todo sucede como si se pudiera
esperar menos una figura de síntesis que una agre-
gación de estrategias políticas destinadas a coor-
dinar su capacidad de representación en un mis-
mo sentido. Y esto no puede ocurrir sin respon-
der cuestiones naturalizadas que las estrategias
actualmente concurrentes dejan en la oscuridad:
¿es lo mismo oponerse de forma consistente, efec-
tiva y entonces radical al macrismo que apoyarse
en las esperanzas de los más débiles?, ¿represen-
tar y conducir al moyanismo social es optar por
una estrategia de oposición “moderada” para no
ser confundido con un “revoltoso”? ¿No sería po-
sible conectar mejor el cable azul del moyanismo
social con el cable rojo de la actitud opositora sin
mochilas para contener mejor a todos, incluso a
nuestros condenados de la Tierra? g
1. Véase “El moyanismo social”, por Martín Rodríguez, Le
Monde diplomatique, edición Cono Sur, junio de 2017.
*Antropólogo.
© Le Monde diplomatique, edición Cono Sur
Esas mujeres
del conurbano
que morirían por
Cristina son en
ese imaginario la
multitud obrera de
Carpani e incluso
los peronistas de
Santoro.
8 | 	 Edición 217 | julio 2017
L
a gran pregunta que atravesó al cam-
po sindical durante el kirchnerismo
fue cómo los sindicatos recuperaban
supodercorporativomientrashacían
políticaenuncontextoderegresodel
Estado. Las diferentes respuestas en
tornoaquéimplicabahacerpolítica,sihabíaquere-
cuperarelroldecolumnavertebral,convertirseenla
cabezadelmovimientonacionalofundirseenelkirch-
nerismo,fuerondecisivasparaelprocesodefragmen-
tación. Como resultado, en diciembre de 2015 había
cincocentralesyporlomenoscuatronucleamientos.
Desde ese entonces el contexto socioeconómico
cambió drásticamente. El gobierno de Cambiemos
operóungironeoconservadorque,entreotrascues-
tiones,desmantelólasinstitucionesyproteccionesla-
borales.Aunqueaúnnoformalizóunproyectodere-
formalaboral,hayindicadoresquemuestranelrum-
bodesupolítica:laincorporaciónenlasnegociacio-
por Ana Natalucci*
nesparitariasdeaumentosporproductividad,elpago
porpresentismooloscambiosenelotorgamientode
licencias.Enestacoyuntura,laseleccionessonpen-
sadascomolainstanciaparalegitimarunaacciónde
gobierno –y con ella, el ajuste que anticipan actores
gubernamentalesclave–quenofuelaprometidadu-
rantelacampañaelectoral.
En cuanto al mundo sindical, la pregunta se abre
actualmenteendosdirecciones.Porunlado,¿cómo
seresisteesatransformaciónenlasrelacioneslabo-
rales? Y por otro, ¿cuál es la estrategia sindical en el
proceso político actual y específicamente en la con-
tienda electoral? ¿Qué implican los posicionamien-
tosdeapoyoquediferentesdirigentessindicaleshan
realizadoalasfuerzaspolíticasysusprecandidatos?
¿En qué medida contribuyen a reconstruir la repre-
sentaciónsindical?
Comopremisageneral,cadaposicionamientosu-
poneunsolapamientodevariasdimensiones:econó-
micas,organizacionales,gremiales,deidentificación
partidaria e ideológicas. El modo en que se conju-
guen y la que predomine definirán el perfil que asu-
macadaorganizaciónsindical.Enesteescenario,es
importante tener presente que no es la CGT como
centrallaqueintervieneenlascontiendaselectora-
les, sino que son los nucleamientos los que deciden
cuálessuparticipación.Porúltimo,tambiénhayque
considerarquelaacciónpolíticatieneunadobledi-
rección:unaorientadahacialosacuerdosintraCGT
quepermiteladinámicainternayotrahaciaelcam-
po político. En definitiva, un accionar político con
demandas corporativas y políticas. Sobre estas últi-
masnosvamosaconcentrar.
Breve historia de la desindicalización
Desdelos80sehabladeladesindicalizacióndelpero-
nismo.Pero,¿quésignificaesto?¿Quelossindicalistas
dejarondeserperonistasodehacerpolítica?¿oqueel
Dossier
La disputa por
el liderazgo
Sub.coop
Despuésdelsueño
delpresidenteobrero
por Ana Natalucci*
La acción sindical en la contienda electoral
A pesar del proceso de desindicalización del peronismo y de la creciente fragmentación
y heterogeneidad del movimiento obrero, los dirigentes gremiales continúan jugando
activamente en el terreno de la política, como lo confirma su participación en las listas
para las PASO. ¿Cuáles son los desafíos de la representación sindical en el escenario actual?
| 9
peronismonoalbergaestetipoderepresentaciones?
Enverdad,cuandosealudeaesteprocesosealudeal
momentoenelqueelperonismorenuncióaladistri-
buciónmovimientistaquehabíaadoptadoensumo-
mentooriginario.Esdecir,laorganizaciónporcuotas
como estrategia para organizar las diferentes ramas
quecoexistíanensuinterior.Deestosetratóbásica-
mente la Renovación Peronista, de la derogación de
esoscuposjuntoconelfortalecimientodelsectorpo-
líticoluegodeloslargosañosdelaproscripción.Los
recursosymilitantesyanoproveníansólodelarama
sindical, sino que había una creciente expansión de
loterritorial.Finalmente,elvirajeneoliberalasumi-
doporCarlosMenemnosólovacióideológicamente
almovimiento,sinoqueprodujounbrutaldesacople
consusbasessociales.
En 2003, con la emergencia del kirchnerismo, el
peronismoseconvirtiómásenunaposibilidadiden-
tificatoria,enelsentidodeofrecerunvocabularioco-
múnyunimaginariodesdeelcualformularunainter-
pelaciónpolítica,queenunareapropiacióndelafor-
maorganizativa.Notodoslosdirigentescompartían
estapercepción,deallíquealgunosreclamaranrecu-
rrentementelarestitucióndel33%deloslugares.Co-
moseñalaEzequielMeler(1),sibienesteporcentaje
nosiempresecumplió,funcionabacomounorienta-
dordelaacción;unimaginarioconstruidoalrededor
deunpasadoqueseesperabarecuperar.
En este contexto se produjeron las transforma-
ciones del mundo del trabajo que modificaron la fi-
sonomíadelaclasetrabajadoraydesarmaroneluni-
verso obrero en el cual el sindicato era la mediación
organizativa prioritaria. De este modo se puede en-
tenderporquélosmovimientossociales,lejosdeser
transitorios,tuvieronunsignificativocrecimiento,al
puntodecompartirelespaciopolíticoconlossindi-
catosypartidospolíticosconlosquenosiemprehan
tenidobuenarelación.
En consecuencia, por cuestiones estructurales y
políticas internas al peronismo la desindicalización
delperonismohacobradouncarácterirreversible.
Formas de hacer política
Ahorabien,¿esteprocesodedesindicalizaciónimpli-
cóquelosdirigentessindicaleshayandejadodehacer
política?¿Cómoentenderentonceslossucesivosin-
tentosdelosnucleamientossindicalespormantener,
condiferentesnivelesdeestabilidad,relacionescon
fraccionesdelperonismo?
Unarecapitulaciónbrevemuestraqueentre2005
y 2011 los posicionamientos estaban distribuidos en
dosgrupos.Elprimero,conformadoporLuisBarrio-
nuevooGerónimoVenegas(fallecidoel26dejunio)y
sualianzaconEduardoDuhalde.Elsegundo,porlos
nucleamientosdelaCGTAzopardo(Independientes
yMTA)enelFrenteparalaVictoria(FPV).Enesepe-
ríodo,además,todaslasfraccionessindicalescontaban
condiputados,porloquelasumatoriatotalerasignifi-
cativa.Noobstante,lafragmentacióndelespaciolicua-
basuincidenciapolítica.
Larupturadelmoyanismoconelkirchnerismoyla
posteriorfracturadelaCGTen2012movierontodoel
tablero:sihastaentoncessediscutíaelsaltoalapolítica
comomododerecuperarelpoderpolítico,desdeen-
toncesseampliaronlostópicos:ellugardelmovimien-
toobreroenelperonismo,lasformasdehacerpolítica
legitimadasylossujetosautorizados.
Esteprocesodefragmentaciónnoclausurólasex-
pectativas políticas de los nucleamientos sindicales;
másbienlasreorientó.Así,enmayode2013,Moyano
yunconjuntodesindicatosagrupadosenlaCGTAzo-
pardofundaronelPartidodelaCultura,laEducacióny
elTrabajo(CET)queparalaseleccionesdemediotér-
minodeeseañoestablecióunaalianzaconFrancisco
deNarváezenelFrenteUnidosporLibertadyTrabajo.
Estafuerzaobtuvoel5,43%delosvotosysequedócon
elcuartolugar.LadivisióndelaCGTtambiénalcanzóa
laJuventudSindical.Suconductor,FacundoMoyano,
seacercóalFrenteRenovadoryen2015renovósuban-
cacomodiputadobajoesabandera.
EnlaCGTAlsinaladiscusiónfuedisparacausade
ladiversidaddesectoresinvolucrados.Losprincipa-
les, sin embargo, eran dos: el Movimiento de Acción
SindicalArgentino(MASA)ylaCorrienteFederalde
Trabajadores (CFT). El MASA se conformó a partir
de la emergencia de dicha CGT y en su documento
fundacional,“Unidosodominados”,sereconocíaco-
mocontinuadordelalíneadelMovimientodeTraba-
jadores Argentinos (MTA). Los acuerdos se restrin-
gían a las negociaciones gremiales y a la alianza con
el gobierno nacional presidido por Cristina Fernán-
dezdeKirchner.Enlaseleccionesde2013y2015ju-
garondentrodelFPV.Elsegundonucleamientoesla
actualCorrienteFederaldeTrabajadores(CFT),cu-
yoorigenseremontaafinesde2014cuandosurgióla
CorrientePolíticoSindicalFederal(CPSF),integra-
da principalmente por gremios del interior del país.
Enla“DeclaracióndeCórdoba”postulabalanecesi-
daddediscutirunprogramadelmovimientoobrero
yprofundizarelproyectonacionalypopular.En2015,
laCPSFapoyóactivamentelacandidaturapresiden-
cialdeDanielScioli(FPV).Atravésdeacuerdosconel
“NúcleodelMTA”ylaAsociaciónBancariaenagosto
de2016fundaronlaCFT.Unadesusfraccionesper-
maneciócercanaalkirchnerismo,manteniendoreu-
nionescondirigentespolíticos,inclusiveconlamis-
maCFK.Alrespecto,haydosacontecimientosrecien-
tesparadestacar.Porunlado,lareuniónorganizada
enelSindicatoArgentinodeDocentesPrivados(SA-
DOP)elpasado4demayodondelaexpresidentain-
sinuó una autocrítica a la relación que mantuvo du-
rantesugobiernoconlossindicatos.Porotro,ellan-
zamiento del Frente Sindical para la Victoria (FSV)
a principios de junio, una especie de agrupación de
extraccióngremialperoconparticipacióndirectaen
el espacio político kirchnerista. La gran novedad de
este espacio es la articulación de dirigentes prove-
nientesdelaCGTylaCTA,quepermitiórenovarlos
debatesalinteriordelmovimientoobreroehizoex-
plícitounclivajegeneracional.
Para resumir, los sindicatos y sus dirigentes si-
guen haciendo política, aún en este marco de frag-
mentación.Valedestacarquecomolossindicatosno
cuentan con personería política para presentarse a
elecciones,debenaliarseconfrenteselectorales.Pa-
raellocreanpartidospolíticosconpersoneríasaco-
tadas a ciertos distritos, lo que permite entender al-
gunasdesusacciones.
En el escenario actual, y frente a las elecciones
legislativas, algunos nucleamientos han optado por
hacer política por fuera de sus sindicatos (MASA),
otrospensandoenlacontigüidaddeltrabajocorpo-
rativo y el político (CET y gremios pertenecientes
a la Confederación Argentina de Trabajadores del
Transporte,CATT)yotrosfundiéndoseenunespa-
ciopolíticomayor(FSV).Losdosprimerossuponen
acuerdos coyunturales con algún frente político en
los que prima una lógica de intercambio de militan-
tesparafiscalizaryderecursosparalacampañapor
lugaresexpectantesenlaslistas.Sinembargo,laper-
manencia de los diputados electos en esos bloques
legislativos suele ser precaria; una vez asumida la
banca se forman bloques gremiales que responden
alnucleamientoantesquealfrenteelectoral.
Desde esta lógica deben entenderse los recientes
acuerdosentreHugoMoyano(Camioneros),LuisBa-
rrionuevo(Gastronómicos),ArmandoCavalieri(Co-
mercio),RobertoFernández(UTA)yOmarMaturano
(La Fraternidad) con el Frente Renovador de Sergio
Massa,yeldeHéctorDaerconFlorencioRandazzo.
UncasomáscomplejoesdelpartidoFepresidido,has-
tasufallecimiento,porGerónimoVenegas,ferviente
anti-kirchnerista,cuyatrayectoriaoscilóentreDuahl-
deyCambiemosdesde2015.Enestecasopareceprio-
rizarseunacuerdoideológicoentrecúpulas,sobreto-
do si se tiene en cuenta la diferencia brutal entre las
basessocialesdecadafuerza.Laúltimaposición(hoy
reflejadaenelFSV)suponelaparticipaciónenelespa-
ciokirchnerista,nocomocabezaocolumnasinocomo
unapartemás.Enestesentido,implicaelpasajedeuna
concepcióndelmovimientismocomodistribuciónde
cuotasaunoentendidocomoconstrucciónpolítica.
LatrayectoriadelaCentraldelosTrabajadoresde
laArgentina(CTA)hasidodiferente.Desdesufractu-
raen2010lasposicionessebifurcaronentreloscon-
fesamente kirchneristas y aquellos que siguen bre-
gando por un instrumento electoral autónomo. La
CTA de los Trabajadores –presidida por Hugo Yas-
ky–haparticipadoentre2013y2017delFPV.LaCTA
Autónomasufrióotroquiebreacausadelasdisputas
alinteriordelaAsociacióndeTrabajadoresdelEsta-
do(ATE).ElsecretariogeneraldelaseccionalCapi-
tal,DanielCatalano,esunactivomiembrodelespacio
sindicalkirchneristayunodelosfundadoresdelFSV.
Porsuparte,lalíneadeVíctorDeGennaroyHugoGo-
doy(ATENacional)ensayópara2015elFrentePopu-
lar–quenologrólacantidaddevotosnecesariapara
presentarse en las elecciones generales– y reciente-
mentefundóelFrenteSocialistayPopular.
Una nueva representación
Algunaspreguntassiguenabiertas:¿porquésilosdi-
rigentessindicalesintentansucesivamentehacerpo-
líticayganarpuestospolíticoselectivosseguimosha-
blando de un proceso de desindicalización? ¿Cuáles
sonlosdesafíosdelarepresentaciónsindicaleneles-
cenarioactual?Comosemencionóanteriormente,el
sindicatoperdiósuestatutocomomediaciónorgani-
zacionalprioritaria,perdiendoelmonopoliodelare-
presentacióndelmundopopular.Enestesentido,es-
tudiosrecientesdelcampodelahistoriapolíticahan
deconstruidociertoscon-
sensosclásicosdelahisto-
grafíayhanensayadoque
la pervivencia del pero-
nismo no debe atribuirse
sólo a una clase social re-
lativamentehomogéneao
alafortalezadelasorgani-
zacionessindicalesquese
incorporaronaél,aundu-
rante su proscripción. La
explicación debe buscar-
se también en el carácter
constitutivo que tenían
los sindicatos en la vida
asociativa del mundo po-
pularcomoordenadoresdelaexperienciacotidiana.
Volviendoalpresente,siacordamosconestaspre-
misasyasumimosqueesemundopopularorganizado
poreltrabajofordistahasufridounatremendamuta-
ción desde la emergencia del neoliberalismo, es evi-
dentequelarepresentaciónsindicaltalcomolacono-
cíamoshastaahoracambióinexorablemente.
Esteprocesonofuevoluntaddelactorsindical,ni
exclusivodeArgentina,endondehayintentosdere-
construiraquellarepresentación.Enotrotrabajo(2)
analicé las implicancias para la acción sindical en el
marcodeunaclasetrabajadorasumamentefragmen-
tada,nosólorespectodelacoberturalegalysindical,
sinotambiénalinteriordelcolectivodetrabajadores
formales. La insistencia de los nucleamientos sindi-
calesporseguirparticipandoenpolíticaycontarcon
diputados propios es una estrategia en el camino de
reconstituiresarepresentación.Sibienestaestrate-
giaesnecesaria,yaquehansidodiputadossindicales
losquetuvieronunaatenciónespecialacambiosre-
gresivosperotambiénprogresivosenmateriadenor-
mativa laboral, ésta no puede ser la única. De hecho
durante2016laCGTpromovióelfortalecimientodel
vínculoconmovimientossocialesycolectivosdetra-
bajadorescomolaConfederacióndeTrabajadoresde
laEconomíaPopular(CTEP).
Este proceso está en curso y no tiene un destino
predeterminado.Dependerámásbiendelasacciones
sindicalesydesucapacidadparaampliaryconsolidar
unanuevarepresentaciónsobrelaactualyheterogé-
neaclasetrabajadora.g
1.EzequielMeler,“Lasinternasjusticialistasde1983:reflexiones
preliminares”,ponenciapresentadaenelworkshopElEstado,
lopolítico,lacuestiónsocialylacuestiónsindical(1850-2014),
UniversidadNacionaldeLanús,BuenosAires,2014.
2.AnaNatalucci,“Elsindicalismoperonistaduranteelkirchnerismo
(2003-2015)”,enMartínRodríguez(dir.)¿Existelaclaseobrera?,
LeMondediplomatique/Capitalintelectual,BuenosAires,2017.
*Doctora en Ciencias Sociales. Investigadora Adjunta del CONICET
con sede en el Instituto de Investigaciones Gino Germani, UBA.
© Le Monde diplomatique, edición Cono Sur
La ruptura del
moyanismo con el
kirchnerismo y la
posterior fractura
de la CGT en 2012
movieron todo el
tablero.
10 | 	 Edición 217 | julio 2017
África,saqueohistórico
Mientras en el Primer Mundo avanzan las fuerzas xenófobas como
respuesta a la crisis migratoria, son pocos los que se preguntan por
las causas de esa migración y cómo atenderlas. Y en África, a pesar de
que la colonización ha terminado, las prácticas del saqueo no cesan.
La hipocresía de los países del Norte
por Ignacio Ramonet*
C
on la llegada del verano boreal,
volvemosaasistiralosrepetidos
y a veces trágicos asaltos contra
lasmurallasalambradasdeMe-
lilla, llevados a cabo –con sofis-
ticadastécnicasyartimañasdeasediome-
dieval– por disciplinadas columnas de
jóvenes subsaharianos. En otras zonas
(Canarias, la isla italiana de Lampedusa,
las costas de Sicilia, de Grecia, de Chipre,
deMaltaylaislafrancesadeMayotte,cer-
cadeMadagascar),los“invasores”llegan
casi siempre a las playas de noche –cuan-
donozozobran–,ensilenciosasembarca-
ciones,comoantañolohacíansindudavi-
kingos,normandososarracenos.
EnEuropayenotraspartesdelmundo
rico, muchos (entre ellos Donald Trump)
tiendenaconsideraraesos“asaltantes”co-
mo agresores, delincuentes y hasta crimi-
nales.Laextremaderechaeuropeareclama
másmanodurapararepeleralosintrusos,
menosmiramientosylaadopciónurgente
demedidasmásradicales.Másvigilancia,
máspolicía,másejército,másexpulsiones.
Ynosiempresepreguntaporquéesasper-
sonasestándispuestasacorrertantosries-
gospara,endefinitiva,poner,porpreciovil,
su fuerza de trabajo al servicio de nuestro
confortynuestroaltoniveldevida.
Secuelas de la colonización
ElÁfricaSubsaharianaesunadelasregio-
nesmásempobrecidasdelplaneta,conuna
pobrezaextremaqueseexplicapordiver-
sos factores. En primer lugar: la trata de
esclavos,crimenygenocidioquevaciódu-
rantesigloselsubcontinentedemillonesde
sushombresymujeresmásjóvenes,sanosy
fornidos,obligandoacomunidadesenteras
avivirescondidasyaisladasenlasprofundi-
dadesdelajungla,sincontactoalgunocon
los progresos de la técnica y de la ciencia.
TambiénennecesariorecordarqueÁfrica
ha sido, hasta hace apenas unos decenios,
tierradecolonización.Deunacolonización
impuestaporlaspotenciaseuropeasasan-
greyfuego,abasedeguerras,exterminios
ydeportaciones.Todoslospodereslocales
queosaronoponerseyresistiralosconquis-
tadores–portugueses,holandeses,británi-
cos,franceses,alemanes,italianosoespaño-
les–fueronaplastados.Enelaspectoeconó-
micolaspotenciascolonialesestablecieron,
demodoautoritario,unaeconomíafundada
enlaexportacióndemateriasprimashacia
lametrópoliyenelconsumoobligatoriode
productosmanufacturadosproducidosen
Europa.Deesamanera,Áfricaperdióenlos
dostableros.Yesadobleexplotación,enlo
esencial,nosehamodificado.
Por ejemplo, Costa de Marfil, primer
productormundialdecacao(el40%delvo-
lumenmundial)nuncahapodidodesarro-
llarunaindustriachocolateraexportadora.
LomismosepuedeafirmardeMalioNíger,
dosdelosprincipalesproductoresdealgo-
dón,quienessehallaronenlaimposibilidad
demontarunaverdaderaindustriatextil.Y
eso porque, en general, las excesivas ta-
rifas aduaneras impuestas por los países
importadores ricos a los eventuales pro-
ductoselaboradosenelSurarruinantoda
posiblecompetenciaconlosproductosfa-
bricadosenelNorte.
Los países desarrollados quieren con-
servarlaexclusividaddelatransformación
de las materias primas o, en el marco de la
globalización liberal, aceptan deslocali-
zarsusfábricashaciaChinaoBangladesh,
dondelamanodeobraeshábil,dócilyso-
bretodobarata.Peronoestándispuestosa
invertirenÁfrica,niendesarrollareneste
continenteunsectorindustrialimportante.
La división internacional del trabajo,
efectuada en favor de los intereses de los
paísesdelNorte,atribuyeaÁfricaunpapel
subalterno, lo cual le impide entrar en el
círculovirtuosodeldesarrollo.
Lasfabulosasriquezasminerasyfores-
talesdelcontinenteafricanosonvendidas
a precios de saldo, para el mayor enrique-
cimiento de las empresas importadoras y
transformadoras del Norte. De ese modo,
nosecreanempleosnisiquieraenlasindus-
triasagroalimentarias,elsectorbásicoapar-
tirdelcualsepuedeedificarunverdadero
desarrolloagrícola,ymástardeindustrial.
Por eso también África es el último conti-
nentequeaúnconoceconregularidadcrisis
alimentariasyhastahambrunas.
Estaregióndelmundo,amenudocalifi-
cadaporlosmediosdominantesdelNorte
de “subdesarrollada”, “violenta” e “infer-
nal”, no habría conocido tal inestabilidad
política–golpesdeEstado,insurrecciones,
masacres, genocidios, guerras civiles, te-
rrorismo yihadista–, si los países ricos del
Norte(empezandoporlasantiguaspoten-
ciascoloniales)lehubiesenofrecidoposi-
bilidades de desarrollo reales en lugar de
seguir explotándola. La pobreza crecien-
te se ha convertido en causa de desorden
político,decorrupción,denepotismoyde
inestabilidadcrónica.Yestamismainesta-
bilidaddesalientaalosinversores,tantolo-
calescomointernacionales.Conlocualse
cierraelcírculoviciosodellaberintodela
pobreza.
La crisis del “oro blanco”
Todo esto explica por qué hoy un (o una)
jovendelsurdelSahara,enplenasaludya
menudo con buena formación educativa,
nodeseaseguirviviendoenloqueeselca-
labozodelmundo.Decenasdemiles,enes-
temomento,estánmarchandohacialospe-
ligrosos caminos que conducen a Europa,
conlaesperanzadepodervivir,porfin,una
vidanormal.Yquizátambiénconlareivin-
dicacióninconscientedequelesdebemos
algodenuestrariquezaactual.
Estoessoloelcomienzo,ynosesabequé
tipodemuroshabráqueconstruirparades-
alentar el flujo. Porque el Banco Mundial
acabadeadvertirquelabombademográfica
yahaestallado,yqueenlospaísespobresse
cuentanpormilloneslosjóvenesmenores
de22añosquenoencuentrantrabajoensus
países.Ycuyaúnicaperspectivaescorreral
asaltodelasmurallasdeEuropa.
ParaalgunospaísesafricanosdelSahel,
queestánentrelosEstadosmáspobresdel
mundo, como Mali, Burkina Faso, Níger y
Chad,elalgodón,el“oroblanco”,represen-
ta entre un 30% y un 40% del valor de sus
exportaciones.Es,porconsiguiente,unpro-
ductovitaldelqueviven,directamente,tres
millonesdeagricultores,eindirectamente
más de quince millones de personas… “El
algodónestáligadoalahistoriadeÁfricay
a la penosa historia de la esclavitud –dice
AminataTraoré,exministradeCulturade
Mali–,perohoyqueremosquenosayudea
liberarnosynoquenosesclavicedenuevo.”
Estospaísespobres,enlosúltimosdece-
nios,hansacrificadootrasinfraestructuras
yhanhechoesfuerzosconsiderables(cons-
truccióndeembalses,canalesderiego)para
aumentarlassuperficiesdedicadasalculti-
vodelalgodón.Yhoyseencuentranenuna
situacióndramáticaporque,apesardelbají-
simo costo de una producción realizada
porcampesinospobres,elalgodónafrica-
nonoescompetitivoparalaexportacióny
resultamáscaroqueelqueproducenalgu-
nospaísesricoscomoEstadosUnidos,que
controlael30%delasexportacionesmun-
dialesdelafibrablanca.
¿Cómoesposiblequeelalgodónprodu-
cidoapreciodeoroenNorteaméricaresulte
másbaratoqueelquesecultivaacostoin-
frahumano en África? Sencillamente por-
que Washington vierte a sus productores
dealgodónsubvencionesanualesporunos
3.000millonesdedólares.Esoexplicaque
elalgodónestadounidensepuedavenderse
enelmercadointernacionalaunprecioin-
ferioraldesucostoyhastamásbajoqueel
preciodel“oroblanco”africano.
Consecuencia: si esas subvenciones se
mantienen,seproduciráunacatástrofeeco-
nómicadegranenvergaduraenesospaíses
africanosdelSahel.Millonesdeagriculto-
res seguirán abandonando el campo para
iraenrolarseenlosejércitosyihadistasque
controlangranpartedelSahel,oiránaha-
cinarseenlosbarriosdechabolasdelaspe-
riferiasurbanasdesdedondelamiseriayel
hambreempujaránalosmásatrevidosatra-
tardeemigraraEuropa.Abordodecayucos
hastaCanarias,oatravesandoeldesiertodel
SaharahastaLibiaintentandodespuéscru-
zaraItalia.
Delalgodónalapatera(1)solohayunpa-
so.Yaunqueparezcaquenohayvínculoal-
guno,lospaísesdelaUniónEuropea,yentre
estoslosmásexpuestosalaentradadelos
inmigrantes clandestinos subsaharianos,
deberían insistir para que se supriman las
subvenciones a las exportaciones agríco-
las,yenparticularalasdelalgodón,quesolo
beneficianaunosmilesdeagricultoresnor-
teamericanosmientrasarruinanamillones
deafricanos.
Soluciones reales
Recordemosquelaactividadprincipal,aes-
calaplanetaria,siguesiendolaagricultura.
Detodosloscampesinosdelmundo,apenas
unos 30 millones disponen de un tractor,
250millonestrabajanconinstrumentosde
tracciónanimaly1.300millonesusanherra-
mientasmanuales.Esaesladramáticareali-
daddelaagriculturadehoy.
Enjuniode2005,paratratarlasituación
deÁfricayparaseduciralaopiniónpública
mundial,losjefesdeEstadodelG-8invita-
ronalospresidentesdeSudáfrica,Argelia,
Etiopía,Ghana,SenegalyTanzania,además
deaKofiAnnan,entoncessecretariogene-
raldelaOrganizacióndelasNacionesUni-
das(ONU).LaideadeTonyBlair,enaquel
momentoprimerministrobritánicoyquien
presidíaeseG-8,erareducirladeudaexter-
na de los países en desarrollo, después de
haberreducidoladetrecepaísespobresde
África.Tambiénproponíaaumentarlaayu-
dapúblicaaldesarrollo(APD)unos25.000
millonesdedólaresalañoduranteunlustro
hastaalcanzarel0,75%delproductonacio-
nalbruto(PNB).Elpresidenteestadouni-
denseGeorgeW.Bushseopusobajoelpre-
textodequeÁfricanoseríacapazdeabsor-
bertalcantidaddecapitales.Sinembargo,la
ayudapropuestaporTonyBlairerainferior
aloqueestabacostandoentonceslaguerra
deIrak.Otrosobservadoresrecordaronque
Estados Unidos consintió consagrar, des-
pués de la Segunda Guerra Mundial, no el
0,75%desuPNB,sinoel1%durantecuatro
añosparaayudarareconstruirEuropacon
elPlanMarshall...
Si de verdad quisieran ayudar a África,
lospaísesricostendríanquetomar,conur-
gencia, cinco medidas sencillas: primera,
suprimir definitivamente la deuda exter-
naafricana(porcadadólarprestado,Áfri-
cayahadevuelto1,3dólaressóloenintere-
ses);segunda,suprimirlassubvencionesa
lasexportacionesagrícolasqueinundan,a
precios de saldo, los mercados de los paí-
sesendesarrolloydestruyenlaagricultura
local;tercera,abrirlosmercadosagrícolas
de Norteamérica, de la Unión Europea y
deJapónalosproductosafricanos;cuarta,
aceptar que los países africanos establez-
canunapolíticaproteccionistaenfavorde
sus producciones locales tanto agrícolas
como industriales, sin que el Fondo Mo-
netarioInternacionaloelBancoMundial
lossancione,yquinta,reorientarlainves-
tigaciónfarmacéuticaparacurarlasepide-
mias endémicas de África (cuando hoy, el
90%delainvestigaciónfarmacéuticaestá
orientada a mejorar la vida del 10% de la
poblaciónricamundial).
Losrecursosabundanyexistensolucio-
nesparaerradicarlapobrezaenÁfricayen
elrestodelplaneta;faltavoluntadpolítica.
¿Cuándoporfinsepodráadmitirquesupri-
miendolapobrezaylasinjusticias,sesupri-
men las principales causas del terrorismo
enelmundo?g
1. Embarcación pequeña usada para el trans-
porte de inmigrantes ilegales.
*Director de Le Monde diplomatique, edición española.
© Le Monde diplomatique,ediciónespañola
En los países
pobres se cuentan
por millones los
jóvenes menores
de 22 años que no
encuentran trabajo
en sus países.
| 11
168
58
47
gráficos e infografías
mapas
artículos
El AtlasDE LA ARGENTINA
La democracia
inconclusa
¡YA SALIÓ!
w w w . e l d i p l o . o r g
Una obra imprescindible
para entender los
principales avances,
desafíos y fracasos de
una democracia aún
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De la deuda externa a la soja,
de la crisis de los partidos
políticos al federalismo, de
las relaciones con América
Latina al vínculo con China,
de los hábitos alimenticios a
los derechos humanos, del
cine a la cumbia y de ahí a
Borges y Maradona, El Atlas
de la Argentina ofrece una
mirada panorámica
de un país en permanente
transformación.
12 | 	 Edición 217 | julio 2017
De la independencia
a la hambruna
Luego de su independencia en 2011, el conflicto político que estalló
en diciembre de 2013 profundiza la crisis social en Sudán del Sur.
Mientras que la violencia, la crisis alimentaria y su déficit sanitario
empujan a sus habitantes al exilio, la comunidad internacional ha
hecho oídos sordos a un estado de emergencia calamitoso.
El apoyo ciego de Washington al presidente Salva Kiir
por Gérard Prunier*
un monto de 1.600 millones de dólares,
sóloobtuvounaparsimoniosaehipotéti-
carespuesta:46%deanunciosyninguna
certeza con respecto al desembolso. La
ONU se vio entonces obligada a reducir
las raciones de alimentos que distribuía
enUganda,elpaísmásafectado.Eldirec-
tor ejecutivo del Programa Mundial de
Alimentos, David Beasley califica la si-
tuación como “inaceptable”.
Sialprincipioelconflictoeraunague-
rra organizada entre grupos opuestos,
actualmenteseasemejaaunlodazaldes-
integrador. Ya no es posible negociar con
eficacia ni con el gobierno ni con los “re-
beldes”,porquenadieestáenposiciónde
garantizarunmínimodeseguridad,nisi-
quieraparaunvisitantedelatalladelpa-
pa Francisco.
Conflictos internos
¿Cómo entender semejante desastre?
La primera “explicación” que brinda-
ron los medios estaba enormemente te-
ñida por el desdén internacional hacia
África: dos caudillos de etnias diferentes
–Salva Kiir, dinka y Riak Machar, nuer–
se habían convertido en Presidente y Vi-
cepresidente durante la independencia.
El segundo habría procurado suplantar
al primero mediante un golpe de Esta-
do apoyado por su etnia. Su intento frus-
trado habría provocado una feroz repre-
sión. Esta explicación está muy alejada
de la realidad. Hay que darle crédito a
Linda Thomas-Greenfield, subsecreta-
ria de Estado de Asuntos Africanos del
presidente Barack Obama, por haber si-
dolaúnicaintegrantedeungobiernooc-
cidental que desmintió la existencia de
una tentativa de golpe de Estado en Su-
dán del Sur.
Entonces, ¿qué sucedió realmen-
te? Las causas profundas del conflicto
se remontan a la política colonial bri-
tánica en Sudán. Las poblaciones ára-
bes instaladas en el norte del país go-
zaban entonces de un juicio favorable
por parte de Londres, que les reservaba
la mayor parte de sus inversiones eco-
nómicas, gastos en infraestructura y en
educación (2). Contrariamente, la par-
te sur del país siguió en el subdesarro-
llo y la falta de instrucción. Tras la in-
dependencia, en 1956, la colonización
interna del Sur, cristiano y animista,
por el Norte musulmán sucedió a la de
los británicos y provocó dos guerras,
entre 1956 y 1972 y posteriormente en-
tre 1984 y 2002.
Durante la primera guerra, los com-
bates se desarrollaron principalmente
en la parte ecuatorial de Sudán, en el ex-
tremo sur del país. Esta guerra tuvo co-
mo consecuencia un simple reordena-
miento administrativo interno: el Sur se
volvió “autónomo”, es decir, dotado de
ungobiernoregional.Peroelacuerdode
paz, firmado en febrero de 1972, no re-
sistió su disolución por parte del presi-
dente sudanés Gaafar Nimeiry en 1982.
El descubrimiento de petróleo agudi-
zaba el apetito de Jartum por el control
del Sur. La guerra no tardó en desatar-
se nuevamente, en 1984, dirigida por los
pastores dinkas y nuers de las regiones
de Jonglei, en el Alto Nilo y de Bahr-el-
Ghazal (ver mapa). Los habitantes de
las regiones ecuatoriales, agotados por
el primer conflicto, se negaron a par-
ticipar. El mismo jefe de la rebelión, el
coronel John Garang, pertenecía a la et-
nia dinka. Militar destacado y pensador
político visionario, Garang también era,
desgraciadamente, tribalista y autorita-
rio. Las múltiples traiciones e intentos
de derrocamiento de los que fue objeto
en el seno de su movimiento, el Ejérci-
to de Liberación del Pueblo de Sudán
E
lpasado30demayo,elVatica-
no anunció la suspensión sine
die del viaje del papa Francis-
co a Sudán del Sur previsto
para el mes de octubre. No se
tratódeunasimpleescapatoria:eltrasla-
do se volvió realmente imposible debido
a la violencia que arrasa al joven país de
África Central, independiente desde el
2011. El balance del conflicto, que estalló
el 13 de diciembre de 2013, muestra cada
vez más resultados negativos: 1.732.000
refugiados fuera de las fronteras, cerca
de3millonesdedesplazadosdelinterior
y más de 5 millones en estado de emer-
gencia alimentaria aguda. Según la ofici-
na del Alto Comisionado de las Naciones
Unidas para los Refugiados (ACNUR),
Agnès Stienne
7.800
Juba
Malakal
Bor
Bentiu
ToritYambio
Wau
Rumbek
Kuajok
Aweil
Sudán
República
Centroafricana
Sudán del Sur
Etiopía
KeniaUganda
República
Democrática
del Congo
72.360
32.000
70.000
928.000
Bahr-el-Ghazal
Occidental
Bahr-el-Ghazal
del Norte
Warab
Abyei
Lacs
Ecuatoria
Occidental
Ecuatoria
Central
Ecuatoria
Oriental
Jonglei
Unité
Alto Nilo
Región contemplada por las
tomas de tierra
Flujo de refugiados
Fuente: Michael Izady, gulf2000.columbia.edu; Alto Comisionado de las
Naciones Unidas para los Refugiados; OCHA ; Usaid; ECOS Online; Land Matrix.
Principales
grupos étnicos
Dinkas Nuers
Chillouks, Anuaks
Baris
Zandés
Grave emergencia
alimentaria
Foco de violencia
Explotación petrolera
Número de refugiados,
primavera 2017
Número de desplazados
Campo de refugiados
400.000
15.300
1.600
12.500
126.800
177.000
125.600
123.500
33.500
524.200
277.400
428.600
0 200 km
la situación sanitaria exige un esfuerzo
desmedido para recibirlos por parte de
los países de la región: Uganda (900.000
personas), Etiopía (250.000), República
Democrática del Congo (80.000), Sudán
(400.000), Kenia (100.000) e incluso la
República Centroafricana, que es víc-
tima de una fuerte inseguridad (2.200).
Estas cifras, que datan del 31 de mayo,
probablemente ya se encuentran aleja-
das de la realidad: el ACNUR estima que
más de 60.000 personas huyen cada mes
hacia el extranjero.
La cantidad precisa de víctimas sigue
siendo desconocida. Fuentes extraofi-
ciales cercanas a la Organización de las
Naciones Unidas (ONU) estiman que los
decesosllegana300.000,lamayoríaoca-
sionadosporlasenfermedades,lafaltade
atención a los heridos, la hambruna y las
largascaminatasencondicionesparticu-
larmente difíciles. Los combates habrían
provocado la muerte de 50.000 perso-
nas. Esta contabilidad macabra debe ser
considerada con respecto a la población
total de Sudán del Sur que se estima en
aproximadamente 12 millones (nunca se
realizó ningún censo en el país). El con-
flicto ya causó al menos los mismos da-
ñosyviolenciaquelalargaguerraquelos
sursudaneses mantuvieron contra Jar-
tum (1984-2002) (1). Las iglesias, algu-
nas organizaciones no gubernamentales
(ONG) y la ONU intentaron llevar ayuda
a las poblaciones. Pero el llamado lanza-
do por las Naciones Unidas en 2015, por
| 13
(ELPS), fueron aplastados por su ma-
no de hierro. Tras una muerte acciden-
tal, en julio de 2005, poco después del
acuerdodepazdeenero,Garangdejóun
ELPS marcado por las relaciones de do-
minación y el tribalismo dinka.
Kiir lo reemplazó a la cabeza del
ELPS y en la presidencia de la región
autónoma de Sudán del Sur, puesto que
le aseguró la vicepresidencia de Sudán,
bajo el mando de Omar Al-Bachir. En
abril del 2010, gana ampliamente la pre-
sidencia de la región autónoma, que de-
sea conducir a la independencia.
En 2011, el entusiasmo por la inde-
pendencia de Sudán del Sur es tal que
se expande hasta Estados Unidos, tan-
to entre los demócratas de William
Clinton como entre los republicanos de
George W. Bush. La comunidad interna-
cional recibió con una confianza injusti-
ficada a un nuevo Estado pobre, sin edu-
cación (la tasa de alfabetización era del
20% para los hombres y del 2% para las
mujeres), sin experiencia política, fuer-
temente armado, desprovisto de redes
administrativas y que obtiene el 98% de
sus recursos financieros de la explota-
ción petrolera, a la cual sólo los dirigen-
tes del ELPS tenían acceso.
Tras el referéndum de autodetermi-
nación en enero de 2011, el Sur entró en
secesión y Kiir se convirtió en jefe del
nuevo Estado independiente, sin elec-
ciones, aunque su vicepresidente, Ma-
char, ocupara una jerarquía más alta y
fuera más conocido entre los dirigentes
nuers del movimiento. Cuando en 2012,
la presión internacional lleva a anunciar
elecciones para el 2015, el pánico invade
a ciertoscírculosdirigentesdinkas.Ade-
másdeMachar,elpresidentetendríaque
haber enfrentado a otros dos candidatos
de peso: la viuda del coronel Garang, Re-
becca Nyandeng, también dinka, pero
mujer independiente, y Pagan Amum, el
secretario general del ELPS, un Shilluk.
Al crear el Consejo de Notables de
Jieng (“jieng” significa “dinka” en su
lengua), los partidarios de Kiir suscitan
la reprobación de todos, incluso de los
dinkas demócratas. En un contexto des-
favorable en el cual es difícil determinar
el verdadero rol de unos y otros, el Con-
sejo desempeña el papel de verdadero
pero ilegítimo “gobierno” del país.
Autónomo desde la firma de los
acuerdos de paz en 2005, el país que-
dó en manos de los militares del ELPS
y no vivió ningún despegue económico.
La corrupción es tal que el mismo pre-
sidente reclamó en una carta pública
a su gobierno “los 4.000 millones que
desviaron desde la independencia”: 22
millones de dólares fueron recupera-
dos. No se hizo nada por la educación, la
salud o la infraestructura. Los enfrenta-
mientos interétnicos, generalmente li-
gados al robo de ganado, se multiplican
y ningún gobierno logra controlarlos.
Peor aun, las tropas del ejército “nacio-
nal” se comportan de hecho como una
milicia dinka (progubernamental), o
nuer cuando prefieren la rebelión.
En 2013, la preparación de las elec-
ciones y la candidatura anunciada de
Machar llevan al presidente Kiir a pur-
gar su gobierno de toda oposición po-
sible y a darle al jefe de Estado Mayor,
el general Paul Malong, un rol cada vez
más preponderante. El 13 de diciem-
bre de 2013, mientras que los soldados
dinkas intentan desarmar por orden de
Malong a los soldados nuers, estos se re-
belan y se ven rápidamente aplastados.
Las tropas “leales” –de varias etnias, pe-
ro mayormente dinkas– emprenden en-
tonces la masacre sistemática de todos
los nuers que encuentran en la capital,
Mientras que el conflicto alcanza di-
mensiones catastróficas para los civiles,
se evoca la puesta bajo tutela, a través de
un mandato de la ONU, del Estado más
insolvente del mundo. Esta decisión, sin
duda eficaz al menos a título provisorio,
tendría un costo elevado: sus opositores
corren con ventaja al oponer a esta dis-
pendiosa generosidad el rechazo de un
colonialismo anticuado. g
1. Véase “Luchas de poder en Sudán del Sur” ,
por Gérard Prunier, Le Monde diplomatique,
edición Cono Sur, febrero de 2014.
2. M. W. Daly, Empire on the Nile: The Anglo-Egyptian
Sudan, 1898-1934 e Imperial Sudan : The Anglo-
Egyptian Condominium, 1934-1956, Cambridge
University Press, 1986 y 1991 respectivamente.
*Consultor independiente, miembro del Atlantic Council.
Traducción: María Julia Zaparart
Juba. Aunque la cantidad de muertos si-
gue siendo desconocida, se estima que
entre seis y diez mil personas fueron
asesinadas en tres días.
Los soldados nuers que permane-
cían en el interior se sublevan. Machar,
que había logrado escapar, los comanda.
Durante el primer año de guerra (2014),
los observadores extranjeros, sobre to-
do los diplomáticos, “explican” la gue-
rra como la conjunción de una rivalidad
personal (Machar contra Kiir) y de una
rivalidad étnica (nuers contra dinkas).
Pero a medida que pasa el tiempo, casi
todas las demás etnias, principalmen-
te en las tres regiones ecuatoriales y en
Bahr-el-Ghazal, se sublevan contra el
gobierno de Juba y el monopolio que los
dinkas ejercen en el poder. La guerra se
generaliza y las débiles estructuras he-
redadas del ELPS no pueden resistir. La
rebelión no logra estructurarse mien-
tras que el gobierno se divide en capas.
Ante los ojos del mundo
¿Qué hace al respecto la “comunidad
internacional”? Muy poco. La ONU y
Estados Unidos siguen defendiendo la
“legitimidad” del régimen surgido del
ELPS. En mayo de 2014, el Consejo de
Seguridad refuerza la Misión de Asis-
tencia de las Naciones Unidas en la Re-
públicadeSudándelSur(UNMISS)que
se estableció desde la independencia en
2011: se sumaron cinco mil cascos blan-
cos a los trece mil que ya estaban en el
terreno. El mandato de la UNMISS se
reorientó hacia la supervisión y la pro-
tección de los campamentos de despla-
zados (aproximadamente cien mil per-
sonas). Las infraestructuras, ya satura-
das, se encuentran actualmente cerra-
das para los nuevos desplazados que si-
guen llegando.
Conforme a la nueva política diplo-
mática que promueve “soluciones afri-
canas para los problemas africanos”, el
tratamiento de la crisis fue derivado a la
Autoridad Intergubernamental para el
Desarrollo, una organización regional
del Este africano cuya capacidad de ges-
tión de problemas es, en realidad, muy
limitada, incluso nula. Sus miembros
son demasiado débiles para actuar mi-
litarmente (Sudán del Sur, Somalia, Yi-
buti), o están implicados en políticas re-
gionales que se contradicen mutuamen-
te (Sudán, Etiopía, Eritrea, Kenia, Ugan-
da). Tras interminables discusiones, el
17 de agosto de 2015 se firma un acuerdo
de paz en Nairobi (Kenia).
Machar, que teme por su seguridad,
reclama garantías. Termina por volver
a Juba donde se salva por muy poco de
un intento de asesinato el 8 de julio de
2016 y logra escapar a pie a la República
Democrática del Congo. Luego de errar
algunas semanas, se instala finalmente
en Adís Abeba, adonde se había dirigido
conlaesperanzadelograrlaintervención
de la Unión Africana, cuya sede se en-
cuentra en la capital etíope. Machar se
encuentra actualmente recluido en una
residencia bajo vigilancia en Sudáfrica
aunque nunca fue juzgado. Uno de sus
tenientes, Taban Deng Gaï, quien ha-
bía sido condenado por el movimiento
rebelde, fue sobornado para legitimar
el acuerdo de paz firmado en agosto de
2015, que el gobierno de Juba dice que-
rer aplicar, aunque nunca hizo el más
mínimo gesto para su implementación.
Para la “comunidad internacional”,
que se aferra a la leyenda del intento de
golpe de Estado frustrado, Machar es
responsable de la guerra. El entonces
secretario de Estado norteamericano,
John Kerry, cuyo país es muy influyen-
te en la parte anglófona del continen-
te, contribuyó a darle crédito a esta te-
sis. Entonces, hay que apartar a Machar
para resolver la crisis. Pero se produce
lo contrario. Sin jefe, la rebelión se des-
integra en una serie de grupos armados
autónomos. Por su parte, el gobierno de
Juba intenta construir una especie de
“diálogo nacional” con los miembros
extremadamente sumisos del Consejo
de Notables de Jieng, unánimemente
rechazados por las iglesias, la sociedad
civil y lo que queda de los medios. A la
violencia de los combates se agrega aho-
ra el estado de hambruna, oficialmente
declarado por Juba desde el 21 de febre-
ro y que afecta al menos a cien mil per-
sonas en el norte del país.
Actualmente, muchos dinkas desean
que el presidente Kiir se retire, pero
debido al grado de desorden en el país,
el retiro no bastaría para lograr la paz.
Ya no es posible
negociar con
eficacia ni con el
gobierno ni con los
“rebeldes”, porque
nadie garantiza
un mínimo de
seguridad.
Archivo
LuchasdepoderenSudándelSur
porGérardPrunier,Nº176,febrerode
2014.
AmargodivorcioenSudán
porJean-BaptisteGallopin,Nº156,ju-
niode2012.
HaciaelnacimientodeSudándelSur
porGérardPrunier,Nº140,febrero de
2011.
14 | 	 Edición 217 | julio 2017
El sueño de una
China verde
Tras el retiro de Estados Unidos del Acuerdo de París, China se presenta
como líder en la lucha contra el cambio climático. En el país más
contaminado del mundo, el poder central alienta las iniciativas a favor
del medio ambiente… siempre que no se vea él mismo cuestionado.
Cambio climático. Desafíos políticos de la contaminación
por Guillaume Pitron*, enviado especial
S
i hay dos colores que movilizan
en forma constante el imagina-
rio de los chinos, claramente
son el verde y el azul. A lo largo
del país, afiches oficiales a favor
delaecologíasuelenrepresentarunaciu-
dadela de cristal que se erige entre valles
exuberantes y cielos azulados. Y el presi-
dente Xi Jinping insiste, alimentando su
esperanzadevercadadía“montañasver-
des” y “un cielo azul” en el Reino del Me-
dio,“demaneraquenuestroshijospuedan
disfrutardeunentornoagradable”(1).Pe-
ro,cuandolaseñoraWeiDongyingempe-
zóafotografiarelríoQianTangquecorre
bajosusventanasensupueblo,Wuli(pro-
vinciadeZhejiang),enelsudestedelpaís,
sólovioreflejostornasoladosanaranjados
bajouncieloblanquecino.Desparramadas
sobrelasbaldosasdesucomedor,cincoki-
losdefotoscompiladasdesde2003mues-
tran las canalizaciones de una fábrica de
tinturadelgrupoquímicochinoRuicaide-
rramandotorrentesdecolorantesenelrío.
Comouncuerpocontagioso,lasaguasdel
Qianprontoafectaronasusvecinosconun
malnocivoylostransformaronencronis-
tasdeunrecuentomacabro:alrededorde
sesentadeellosyafallecierondecáncerde
pulmón, hígado o estómago, “seis más el
añopasado”,especificaWeiDongying.La
madreyelhermanodesumarido,unhom-
bredignoqueasienteconlacabezaalescu-
charla,tambiénsucumbieron.
Nueva conciencia ecológica
Wuli:unlaberintodecallejuelasdedosmil
habitantesquepodemosrecorrersinsen-
tarnosenelasientotraserodeuntaxipara
nointrigaralossoplonesquemerodean.Y
sólonosbajamosdeltaxialfinaldeunca-
llejón sin salida, para saludar a Wei Don-
gying. Entonces nos recibe una cantilena
que mezcla gritos, arengas y clamores de
furia.Duranteaños,estamujerde51años
acumulólaspruebasdelacontaminación
química, tomó anotaciones en mapas, hi-
zopresentacionesantelostribunalesyde-
nunciólainaccióndelasautoridades–las
que, según cuenta ella, no tienen proble-
ma en meterse en los bolsillos “sobres ro-
jos”atiborradosdedinerodemanodein-
dustrialesacambiodesumutismo–.Tras
quinceañosdelucha,WeiDongyingsela-
menta:“Lasfábricasnosemovieronyno-
sotrosseguimosatascadosacá.¿Realmen-
tenuestrocombatesirvióparaalgo?”.
Siguiendo el ejemplo de esta referente
delaluchaecologista,unanebulosademi-
litantesverdesvienecreciendodesdehace
unos veinte años. Al formular una crítica
aguda del desastre ambiental ocasionado
por tres décadas de capitalismo, actual-
mente cuestionan la validez del principal
Pacíficas o violentas, las autoridades
contaron712 manifestacioneslocalescon-
tra la contaminación en 2013 (2); algunos
hablan de 30.000 a 50.000 personas. Esta
nueva conciencia ecológica alimentó un
terreno fértil para la eclosión de las aso-
ciacionesambientalistas.Laprimera,Los
AmigosdelaNaturaleza,nacióenPekín
en 1993. Yiqun Wu tenía 31 años cuando
comenzóatrabajarallíjuntoadecenasde
voluntarios. Yiqun Wu recuerda: “En esa
épocaanadielepreocupabaelmedioam-
biente. Nuestras acciones se limitaban a
plantarárbolesyhacerornitología”.Acti-
vidadesinofensivas,hastaelmomentoen
elqueesospionerosverdes, inspirándose
en sus pares estadounidenses, se reunie-
ronycrearonunaONG–unasiglacontra-
dictoriaconelcarácteromnipotentedeun
régimenenelquelasestructurasinterme-
diasautorizadas(ligasdejuventud,asocia-
cionesprofesionales,sindicatos)siempre
procedierondesuautoridad–.
Una libertad peculiar
Sinembargo,lasuperacióndelaislamiento
económico del país favoreció la afluencia
de donaciones extranjeras hacia las ON-
GE. Catástrofes tales como las crecidas
mortales en 1998, agravadas por la defo-
restación y la erosión de los suelos del río
Yangzi, movilizaron a nuevos actores so-
ciales para socorrer a los habitantes ribe-
reños.Lomismoocurrióconelemblemá-
tico bloqueo, en 2004, de la construcción
de una represa sobre el río Nu, en la pro-
vincia meridional de Yunnan, que habría
inundadounsitionaturalconsideradopa-
trimonio mundial por la Organización de
lasNacionesUnidasparalaEducación,la
CienciaylaCultura(Unesco).Enunsiste-
ma en el que todo parte de la cima, para-
dójicamente las ONGE emergieron de la
baseydesdeelextranjero.Así,elpaís,que
contabaconnueveONGEen1994,segúnla
embajadadeFranciaenPekín,oficialmen-
tetieneenlaactualidadcercade8.000de
las500.000 ONGdeclaradas(3).Sucanti-
dadseduplicóentre2008y2013deforma
talque,“detodoslosmovimientosasocia-
tivos,losqueconciernenalmedioambien-
te conocieron el crecimiento más fuerte
enestosúltimosaños”,aseguraYiqunWu,
fundadordelaONGEVerdeEterno.
Pekín decidió concederles una liber-
taddeacciónsingular.“Anivellocal,pue-
denemprendergrancantidaddeacciones
ycriticaralgobierno.Ustedessesorpren-
deríandelatoleranciadelpoderrespecto
deellos”,observaJoshChin,corresponsal
del diario The Wall Street Journal en Pe-
kín. Yiqun Wu, que creó Verde Eterno en
2012 con 100.000 yuanes (13.000 euros)
defondospersonales,consiente:anterior-
mentedesconfiadas,ahoralasautoridades
pekinesaslessolicitansuparticipaciónpa-
ra llevar a cabo campañas de limpieza –y,
depaso,novacilanenfinanciarlas–.Inclu-
solasONGEsoninvitadasporelEstadoa
evaluarelimpactoecológicodeproyectos
de construcción de autopistas o fábricas.
Algunas,comoelInstitutodeAsuntosPú-
blicosyMedioambientales,dirigidoporel
célebremilitanteMaJun,editanunalista
negra de las compañías menos respetuo-
sasdelasregulacionesecológicas,sintra-
tarcondeferenciaalasmuypoderosasem-
presasdelEstado.
Inclusive, desde 2015, son las únicas
que pueden pedir compensación ante la
justicia contra degradaciones al medio
ambiente, alentadas por “regulaciones
ambientalescadavezmásseveras”,seale-
graelabogadoambientalistaWangCanfa.
Así,esteaño,unajurisdicciónconsideraba
admisibleunadenunciadeLosAmigosde
la Naturaleza contra la empresa petrole-
raestadounidenseConocoPhillips,acusa-
dadeserresponsabledeunamareanegra
mecanismodelegitimidaddelPartidoCo-
munista Chino (PCC) desde Deng Xiao-
ping:lapolíticadecrecimientoeconómico.
Frente a la magnitud de la contamina-
ción, el Partido dio pruebas de pragma-
tismoalconcederalasorganizacionesno
gubernamentales ecologistas (ONGE) un
amplio margen de acción. Pero, como sus
combates amenazan con debilitar al régi-
men,tambiénsonobjetodeunarepresión
constante. Los militantes verdes se en-
cuentran, así, en una situación de insegu-
ridadpermanente,tironeadosentrelacrí-
ticaalpoderylanecesidaddeinscribirsu
acciónalargoplazo.
La joven Shen Chunyi forma parte de
los numerosos ciudadanos chinos indig-
nados. Como los nueve millones de habi-
tantesdeChengdu,lalúgubrecapitaldela
provincia de Sichuan, esta estudiante de
19 años, de delicada silueta y mirada me-
lancólica, siente que cayó en la trampa de
lacontaminaciónatmosférica.Laculpaes
delincesantetráficovehicularydelapre-
sencia de una fábrica petroquímica en la
ciudad vecina de Pengzhou. Shen Chun-
yi suspira: “Pasamos el otoño y el invier-
no sin nunca ver el cielo. Por eso, hace al-
gunosdías,cuandoelsollogróasomar,¡la
gente salió con sus cámaras de fotos!”. La
situación se volvió tan intolerable que en
diciembre de 2016 varios centenares de
personasprotestaronenTianfuSquare,la
plazaprincipaldelamegalópolis,conmás-
caras anticontaminación en la cara. “La
manifestación fue dispersada, sus líderes
detenidos y los medios de comunicación
oficialesfueronsilenciados”,relataunha-
bitanteprotegidoporelanonimato.Ynose
sabequéfuedeloslíderes.
Aunque pasaron varios meses, una at-
mósferapesadasigueflotandosobreTian-
fuSquare,bajolamiradadeunaintimidante
estatuadeMaoZedong.Policíasprovistos
de equipamiento antidisturbios cruzan la
plaza con paso viril. Más lejos, una escua-
dradevehículos,conlucesrojizas, parece
dispuestaaromperlaformación.Depronto
dosautosempiezanaseguiranuestrotaxi.
Y,enalgunoslugarespúblicos,unhombre,
probablementedelaseguridadinterior,nos
sacófotos…MásvaleabandonarChengdu.
Li Keran, All the Mountains Blanketed in Red Scroll, 1964 (fragmento intervenido, gentileza Christie’s)
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Lmd 217

  • 1. julio 2017 el dipló, una voz clara en medio del ruido Capital Intelectual S.A. Paraguay 1535 (1061) Buenos Aires, Argentina Publicación mensual Año XIX, Nº 217 Precio del ejemplar: $80 En Uruguay: 100 pesos www.eldiplo.org 9771514522005 00211 China: nueva potencia ecológica Dossier Luego del retiro de Estados Unidos del Acuerdo de París, China se presenta como líder global en la lucha contra el cambio climático. El poder central alienta las iniciativas a favor del medio ambiente… siempre y cuando no amenacen sus intereses estratégicos. Páginas 14 a 16 00217 Cristina Kichner y Mauricio Macri en la Bolsa de Comercio, 2-8-12 (Marcos Brindicci / Reuters) La candidatura de Cristina Kirchner plantea un desafío político de cara a unas elecciones en las que se definirá el futuro del modelo macrista. La disputa por el liderazgo José Natanson Julio Burdman Pablo Semán Ana Natalucci Ignacio Ramonet Guillaume Pitron Florence Beaugé Serge halimi 
  • 2. 2 | Edición 217 | julio 2017 por José Natanson E l fenómeno suele pasar por debajo del radar de las encuestas y las in- vestigaciones sociológicas. Cuan- do se pregunta de manera abierta, nadie, o casi nadie, se anima a ad- mitirlo. Y sin embargo ocurre: en ocasiones, quizás sin gritarlo pero de manera perfecta- mente democrática, las sociedades eligen po- líticas –y políticos– que conducen a mayores niveles de desigualdad. En otras palabras, la injusticia social no es solo resultado de las ten- dencias ingobernables de la economía o la ma- la praxis de la gestión estatal; también puede ser popular. Por supuesto, fuerzas globales irresistibles, entre las que cabe mencionar el auge de una economía financiera descontrolada, la hete- rogeneidad del mundo laboral y la debilidad de los Estados nacionales, propician socie- dades más inequitativas. Pero lo que interesa aquí no son los efectos casi gravitatorios del capitalismo globalizado sino los motivos por los cuales, en determinadas condiciones de tiempo y espacio, las sociedades se inclinan de manera más o menos consciente por mode- los desigualadores, con todas sus consecuen- cias en términos de convivencia ciudadana, paz social e inseguridad pública. ¿Cómo se explica semejante cosa? El acadé- mico francés François Dubet propone invertir el razonamiento (1). Frente a los estudios de sociología política que suelen argumentar que la mayor desigualdad, propiciada por las ten- dencias globales mencionadas más arriba, de- riva en una crisis de los lazos sociales, Dubet postula que es el resquebrajamiento de la con- vivencia lo que permite que se profundice la inequidad social. En suma, la desigualdad es resultado de una crisis de la solidaridad. El planteo de Dubet pone en cuestión la te- sis del filósofo liberal John Rawls, que soste- nía que, de los tres colores de la tríada revo- lucionaria francesa, la fraternidad, que aquí llamaríamos solidaridad, es el que tiene me- nos peso en la construcción de las democra- cias modernas. Para Dubet, la fraternidad es condición de posibilidad de la igualdad. La explicación es bastante simple: aunque infini- tamente mejor para la mayoría, la igualdad es, para una minoría privilegiada, cara. Por eso una sociedad más equilibrada implica que los sectores más ricos estén dispuestos a resignar ganancias por vía de una estructura imposi- tiva progresiva que redistribuya mejor el in- greso; exige, en suma, que haya algunos que acepten “pagar por otros”, sacrificarse por personas… a las que ni siquiera conocen. Para que este esfuerzo se concrete en la práctica es necesario un sentido común que remita a la idea de que somos más o menos se- mejantes y que convivimos en un mismo espa- cio, que es territorial pero también simbólico, la mayoría de quienes formulan este discurso estén lejos de ser ejemplos de self made men queda para otro análisis: lo central es que re- sulta políticamente eficaz. Esto se explica en buena medida porque el argumento encarna en un actor concreto, el verdadero sujeto social de esta nueva batalla cultural: el trabajador meritocrático. Habi- tante de la periferia de las ciudades globaliza- das, asalariado en el sector industrial o cuen- tapropista con algún capital propio (un taxi, un kiosco), el trabajador meritocrático man- tiene –igual que el macrismo– una relación ambigua y problemática con el Estado. Lejos del vínculo vital de los sectores excluidos, que dependen de la Asignación Universal o la jubi- lación mínima para su supervivencia cotidia- na, pero lejos también de la prescindencia de los grupos más acomodados, combina depen- dencia estatal con un rechazo casi pulsional por la política: obra social con escuela públi- ca, colectivo diario al trabajo con universidad del conurbano, escuela parroquial con dos se- manas en Mar del Plata. En este contexto, las mejoras de bienestar experimentadas durante el kirchnerismo sue- len ser atribuidas menos al contexto político que al esfuerzo individual del “nadie me re- galó nada”, y por eso la vía de ascenso social hacia la clase media pura, que es el gran ideal aspiracional, es vista menos como una cons- trucción colectiva que como una escalera ha- cia lo privado: del hospital a la obra social y de ahí a la prepaga. Durante su largo ciclo en el poder, el kirch- nerismo nunca encontró la forma de hablar- le a este sector social, al que paradójicamen- te había hecho mucho por ensanchar, y al fi- nal optó por abandonarlo a su suerte, como si ya no mereciera su distinguida atención. En cambio el macrismo, tomando la posta de Ser- gio Massa, desplegó una estrategia para sedu- cirlo que incluyó la promesa de satisfacer sus dos grandes demandas: la baja del impuesto a las ganancias y la lucha contra la inseguri- dad. De este modo logró sumarlo al voto repu- blicano y al apoyo del campo hasta redondear una base social tan amplia como policlasista: sin la adhesión tardía del trabajador merito- crático, Cambiemos nunca hubiera ganado la provincia de Buenos Aires ni municipios co- mo Lanús, Tres de Febrero o Quilmes. Con su concepción de la sociedad como una pecera donde las personas nadan sueltas, sus apelaciones en singular y sus referencias casi calvinistas al esfuerzo y la cultura del trabajo, cuya contracara es por supuesto un rechazo implícito a la pereza y la dependencia estatal, el macrismo interpela a este sector social y, de manera sutil pero perfectamente visible, cambia el eje del debate público: al poner el fo- co en la pobreza en reemplazo de la desigual- Cuando la desigualdad es una elección popular histórico, lingüístico y afectivo. Sin la idea de que compartimos un destino colectivo, de que nuestro futuro está de alguna manera en- lazado al de los demás, es difícil que los gru- pos más favorecidos de la sociedad acepten el sacrificio que implica sostener a los que me- nos tienen. Esta dificultad se profundiza en un mo- mento en que cobran cada vez más importan- cia los valores relacionados con la identidad individual, que expresan no lo que tenemos en común, sea nuestro lugar en la pirámide so- cial (clase), nuestro trabajo (sindicato) o nues- tra ideología (partido político), sino lo que nos distingue, lo que nos hace diferentes el uno del otro. El efecto de este auge identitario es ambiguo: si por un lado fortalece el pluralis- mo, la tolerancia y el multiculturalismo, por otro tiende a consolidar el individualismo de la “sociedad de la desconfianza”, en la que las personas se miran como si estuvieran senta- das a una mesa de póker. En ambos casos la pregunta es la misma: ¿cómo asegurar la so- lidaridad en un contexto de exacerbación del individualismo? El trabajador meritocrático ¿La sociedad argentina optó de manera de- liberada por mayores niveles de inequidad cuando eligió a Mauricio Macri en las presi- denciales del 2015? Aunque es cierto que el macrismo prometió mantener las políticas sociales, cosa que hasta el momento cumplió, y “no sacarle a nadie lo que ya tiene”, cosa que no hizo, también es verdad que la desigualdad estuvo completamente ausente de su discurso de campaña y que la redistribución del ingre- so, tan socorrida durante el kirchnerismo, ha desaparecido del debate público. Como señalamos en otra oportunidad (2), la filosofía que orienta la gestión macrista no apunta a construir una sociedad más igualita- ria (igualdad de resultados) sino a garantizar condiciones iguales para todos (igualdad de oportunidades): la idea es consolidar una línea equitativa de largada para que luego los indivi- duos, que en su singularidad identitaria son to- dos distintos (y por lo tanto quieren cosas dis- tintas), compitan entre sí, y que cada uno llegue hasta donde pueda. Bajo esta perspectiva, la ba- lanza de la justicia se desplaza de la redistribu- ción del ingreso a la redistribución de las opor- tunidades, de la igualdad social al esfuerzo in- dividual, del Estado al mercado. Típicamente liberal, se trata de uno de los pocos conceptos abstractos a los que ca- da tanto recurre el macrismo, verificable en las apelaciones al ciudadano-vecino utilizan- do la segunda persona del singular (“Te hablo a vos, que querés estar mejor”) y en las refe- rencias permanentes a recuperar una “cultu- ra del trabajo” supuestamente extraviada por los desvaríos del populismo. El hecho de que
  • 3. | 3 dad, opta por un problema más con- sensual y menos conflictivo, abierto a las soluciones piadosas al estilo Igle- sia Católica. El resultado invisible del nuevo enfoque liberal que nos gobier- na es un resquebrajamiento de la tra- ma de solidaridades identificada por Dubet como una de las causas para la legitimación de la injusticia social. Al aire La cultura de masas suele reflejar estas muta- ciones sociales. ¿Dónde las vemos? A la espera de una obra de arte más potente, un libro o una película, llamemos la atención sobre la deriva de “Meritócratas”, el comentado aviso publi- citario del Chevrolet Cruce. Estrenado cinco meses después del cambio de gobierno, el spot invitaba a imaginar un mundo en donde “ca- da persona tiene lo que merece”, donde “el que llegó, llegó por su cuenta, sin que nadie le re- gale nada”. Sobre un fondo de edificios vidria- dos, aeropuertos, anteojos modernos y sushi, la publicidad sostenía que “un verdadero me- ritócrata es aquel que sabe qué tiene que ha- cer y lo hace, sin chamuyos”, porque “sabe que cuanto más trabaja, más suerte tiene”, antes de un cierre casi de campaña: “El meritócrata pertenece a una minoría que no para de avan- zar y que nunca fue reconocida. Hasta ahora”. ¿Qué nos dice “Meritócratas” sobre la Ar- gentina actual? Los publicistas podrán ser superficiales y frívolos, pero disponen de un instinto agudo a la hora de detectar tempra- namente las corrientes subterráneas de la so- ciedad, que es en definitiva la que compra o de- ja de comprar los productos que ofrecen. Con la publicidad de Chevrolet, los creativos de la agencia Commonwealth McCann buscaban conectar con el Zeitgeist del macrismo: que se hayan animado a poner al aire semejante aviso demuestra que el clima de época efectivamente había cambiado, del mismo modo que el hecho de que al poco tiempo lo hayan tenido que sacar del aire, forzados por la reacción negativa, las memes y las burlas, sugiere que la perspectiva liberal-individualista todavía noha cristalizado en una nueva hegemonía cultural. g 1. François Dubet, ¿Por qué preferimos la desigualdad? (aunque digamos lo contrario), Editorial Siglo XXI, 2016. 2. Véase el editorial “Contra la igualdad de oportunidades”, Le Monde diplomatique, edición Cono Sur, enero de 2016. © Le Monde diplomatique, edición Cono Sur Staff Di­rec­tor: José Natanson Re­dac­ción Pablo Stancanelli (editor) Creusa Muñoz (editora) Luciana Garbarino Laura Oszust Se­cre­ta­ria Pa­tri­cia Or­fi­la se­cre­ta­ria@el­di­plo.org Co­rrec­ción Alfredo Cortés Diagramación Ariana Jenik Cristina Melo Co­la­bo­ra­do­res lo­ca­les Fernando Bogado Julio Burdman Nazaret Castro Julián Chappa Carolina Keve Alfredo López Rita Ana Natalucci Josefina Sartora Pablo Semán Ilustración Gustavo Cimadoro Juan Soto Tra­duc­to­res Julia Bucci Victoria Cozzo Georgina Fraser Teresa Garufi Aldo Giacometti Florencia Giménez Zapiola Víctor Goldstein Patricia Minarrieta Bárbara Poey Sowerby Gustavo Recalde María Julia Zaparart Carlos Alberto Zito Diseño original Javier Vera Ocampo Publicidad Maia Sona msona@capin.com.ar contacto@eldiplo.org ww­w.el­di­plo.org Fotocromos e impresión: Rotativos Patagonia S.A. 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Capital Intelectual S.A. Le Monde diplomatique (París) La circulación de Le Monde diplomatique, edición Cono Sur, del mes de junio de 2017 fue de 25.700 ejemplares. Fundador: Hubert Beuve-Méry Presidente del Directorio y Director de la Redacción: Serge Halimi Jefe de Redacción: Philippe Descamps 1-3 rue Stephen-Pichon, 75013 París Tél.: (331) 53 94 96 21 Fax: (331) 53 94 96 26 Mail: secretariat@monde-diplomatique.fr Internet: www.monde-diplomatique.fr Editorial Unvistazoa lademocracia argentina E n“Delrigorenlaciencia”,brevísimore- lato incluido en El hacedor, Jorge Luis Borgesimaginaunmundoendondeel arte de la cartografía había adquirido talrigurosidadqueelmapadeunapro- vincia ocupaba toda una ciudad, y el del imperio to- daunaprovincia.Comoesos“mapasdesmesurados” nosatisfacíanalosexpertos,loscartógrafosconstru- yeronunmapadelimperiodesumismotamaño,que “coincidíapuntualmenteconél”.Luego,generaciones menos fanáticas entendieron que el esfuerzo era in- útil y entregaron aquel mapa a “las inclemencias del solylosinviernos”. Pormásprecisoquesea,elmapanuncaeslaima- gen objetiva, la copia fiel de lo que está en el terreno, sinounarepresentacióninevitablementedeformada. Puedeparecerunespejo,peroseráunespejoimper- fectoque,comoenlasviejasferias,devuelveunaima- gen más flaca o más gorda o esmerilada. Un mapa es siempreunarepresentaciónqueinvolucralasubjeti- vidaddesuautoryqueporlotantoconllevaunacierta cargaideológica:unmapaesunpuntodevista. Estalimitación,queestambiénunaventaja,esel puntodepartidadeElAtlasdelaArgentina,elnuevo lanzamientodeLeMondediplomatiquequeestaráala ventaenkioscosylibreríasenlosprimerosdíasdeju- lio.Sielmapaeslafotodeformada,losgráficosdeba- rrasytortassonlaexpresióndecantidades,desubas y bajas; los cuadros desagregan datos y permiten un análisismásmatizado,entantolascronologíassonla representacióndeuntiempoqueavecesexpresamos comounalíneayqueotraspreferimosdibujarcomo uncaminodeavancesyretrocesoseincluso–otravez Borges–comounlaberintodeflechasquesecruzan. ElAtlasdelaArgentinasiguelalíneadepublicacio- nescartográficasqueelDiplóvieneeditadoconsingu- lar éxito desde su lanzamiento en Argentina hace ya casidosdécadas,conladiferenciadequeenestecaso setratadeunaobraíntegramenteelaboradaaquípor nuestrostaffeditorialjuntoaespecialistasyperiodis- tasyunequipodediseñadores,infógrafos,diagrama- doresyexpertosenestadísticas.Es,hastadondesabe- mos,elprimerAtlasdeestascaracterísticasquesepu- blicaenelpaís. Elespírituqueloguíaeslacomprensiónapartirde laideade“vistazo”:laposibilidaddeentenderuntema conelclickinstantáneodeunamiradaapartirdeuna seriedeelementosgráficosquelohacenrápidamente accesible.Lostextosexplican,refuerzanoprofundi- zaneldiseñodeinformación:laapuestaesvisual. Ypolítica.Lejosdelosaplanadostextosacadémicos pero también de las urgencias superficiales de la co- yuntura,ElAtlasdelaArgentinaproponeunamirada profundabajolaideaarticuladorade“democraciain- conclusa”.Enlíneaconelclásicoconceptodelmaestro AldoFerrer,sostenemosqueelnuestroesunpaísame- dioterminar,capazdesoportar“pisosdesufrimiento” inéditosenelcontextodelaregióncomodelograrha- zañasincreíbles–entreellasloscuentosdeBorges–. Poresorecurrimosaunenfoquepanorámicodela política,laeconomía,lasrelacionesexteriores,laso- ciedadylacultura.Deladeudaexternaalasoja,dela crisisdelospartidospolíticosalfederalismo,delain- serciónenAméricaLatinaalvínculoconChina,delos hábitosalimenticiosalosderechoshumanos,delcine alacumbiaydeahíaBorgesyMaradona,nuestrosdos argentinosuniversales,ElAtlasdelaArgentinaofrece unvistazoalosavances,desafíosyfracasos,losíconosy lossueñosdeunpaístanagotadorcomoapasionante. g © Le Monde diplomatique, edición Cono Sur
  • 4. 4 | Edición 217 | julio 2017 Lamisión S upongamos un policidio en Argen- tina, como ese que fantasea la serie Sobreviviente Designado. Una bom- ba que destruye el Congreso el día de la apertura presidencial y saca de es- cena a todo el gobierno y la dirigen- cia política nacional. ¿Qué sucedería, en tal caso, con nuestros partidos políticos? La mayoría no quedaría en pie. El PRO estaría en problemas: es pequeño, tiene pocos afiliados, carece de actores de base; cuesta imaginarlo sin Macri, Rodríguez Larreta o Vidal. Y sabemos que no habría Coali- ción Cívica sin Carrió. La UCR podría sobrevi- vir, porque hay una cultura radical y una cante- ra de dirigentes para recordarla y representarla. por Julio Burdman* El peronismo ante el voto aspiracional Nadie duda, sin embargo, que seguiría habiendo peronismo. Porque el peronismo, a pesar de ser un partido personalista, tiene vida independien- temente de sus líderes fuertes. O, mejor dicho, es anterior a ellos. El peronismo realmente existen- te es una gigantesca red nacional de actores so- ciales que forman parte del Estado argentino. Y esa red necesita un presidente propio para operar. Las oligarquías provinciales necesitan un amigo en la Casa Rosada que les asegure la transferencia de los fondos nacionales. Y para un gobernador peronista, nada mejor que un presidente peronis- ta, casi dijo el General. Los intendentes bonaeren- ses, desde hace no demasiado tiempo, están en la misma. Los sindicatos necesitan que el modelo criollo de relaciones laborales siga funcionando. Los movimientos sociales, que los programas se sigan pagando. Y así. Un partido de gobierno Esa red es la que hace del peronismo un partido de gobierno. Cualquier presidente, Macri inclui- do, debe gobernar con él. El saber peronológico agrega que toda esa gobernabilidad se acomoda, se organiza y pasa al frente una vez que tiene un líder. Lo que no es fácil es construir ese liderazgo. Hay que demostrar capacidad y tener un proyec- to. Los orígenes de las presidencias de Carlos Me- nem, Eduardo Duhalde y Néstor Kirchner tuvie- ron importantes dosis de accidentalidad: ninguno Dossier La disputa por el liderazgo Demasiado enfrascado en su autopercepción como partido de mayorías, el peronismo subestimó a Cambiemos y reconoce tardíamente una de las claves de su éxito: el componente aspiracional. Los peronistas saben que su suerte en octubre se jugará, en parte, en su capacidad para construir un mensaje que contemple esta dimensión. M.A.f.I.A.
  • 5. | 5 de ellos había sido anticipado por nadie. Además, todos ellos respondieron a una situación de crisis y tuvieron una respuesta a ella. Lo que la ciencia política no termina de expli- car es por qué ese liderazgo de gobierno peronis- ta tiene que construirse con audacia. Es la clásica tortilla que se hace rompiendo huevos. ¿Por qué el peronismo post 83 nunca puede elegir para la conducción de toda esa maquinaria a un geren- te prudente y negociador que administre todo ese poder? Menem llegó desafiando al número pues- to, que era Antonio Cafiero, y además fue el más noventista de todos los presidentes latinoameri- canos. Kirchner vio la oportunidad, se negó a ser el administrador general que quería Duhalde, se rebeló y encabezó un nuevo populismo. Ya sabe- mos que el peronismo no es un partido, es un mo- vimiento, y que no tiene ni el espacio ni la costum- bre de elegir a sus jefes en forma institucionali- zada y aburrida. Hay, asimismo, relaciones con el pueblo y con la mística que evidentemente con- ducen a los conductores a la adrenalina. La de Cristina Fernández de Kirchner fue la presidencia peronista que más se acercó a un ori- gen tradicional porque la postularon desde el po- derysin desafíosaljefenatural.Aunqueahoraque intenta volver a liderar el panperonismo recurre nuevamente a la audacia. La Unidad Ciudadana, lanzada formalmente el 20 de junio en Sarandí, implica salirse del peronismo con la expectati- va de liderarlo desde afuera. CFK, quien se sigue definiendo como “militante peronista” en su bio de Twitter, sabe perfectamente que sin la red pe- ronista no hay proyecto de poder. Su nuevo parti- do cristinista se conformó, fundamentalmente, a partir del peronismo bonaerense, con el respaldo de un grupo creciente de intendentes (46 al mo- mento de cerrar esta nota), incluyendo a La Ma- tanza y al presidente del partido. Ella ve también una oportunidad para que la Unidad Ciudadana se constituya en otras provincias como Chaco (Jorge Capitanich será uno de los que la acompañarán en la apuesta), Santa Fe, Entre Ríos y más. Hoy el ob- jetivo principal del kirchnerismo no es ganarle a Macri, sino liderar a la oposición. CFK sabe que el voto peronista puede dividirse pero que, en última instancia, la red peronista se unirá en 2019. Antes de las elecciones, o después de ellas. Una pretensión ambiciosa El problema que se le presenta al peronismo en- frascado en este proceso es Cambiemos. Un par- tido en ciernes, al que los peronistas observan poco y, en muchos casos, entienden menos. El peronismo estuvo siempre muy acostumbrado a que el “otro partido” era simplemente una con- secuencia de lo que hace o deja de hacer el pero- nismo y que estaba formado por sectores sociales incapaces de formar una mayoría (a no ser que el peronismo cometa la suficiente cantidad de erro- res). El peronismo siempre se ve a sí mismo como el partido de las mayorías, y juega con la certeza de que eso terminará de alinearse en algún mo- mento. Pero Cambiemos, aunque sea la continui- dad del radicalismo, del liberalismo, del antipe- ronismo y de otros ismos que el peronismo supo derrotar, es también algo más que eso. Cambiemos se ha consolidado como el partido de la numerosa clase media argentina. Y de to- do lo que hay por encima de ella. El clasemedie- ro argentino, una categoría con algo de análisis sociológico y mucho de construcción social, vota por Cambiemos con ganas. En estos votantes, hoy la marca Cambiemos se desempeña mejor en las encuestas que la mayoría de sus dirigentes. Pero Cambiemos también tiene la intención de arre- batarle al peronismo una partecita de lo que hay por debajo del Ecuador de la clase media, y con- cretar así su propio 40% el día de las elecciones. Es una pretensión ambiciosa. Pero el peronismo, poco habituado a tener contrincantes ambiciosos en las urnas, se desorienta. Sobre todo, porque lo hace con herramientas distintas (1). Construir un liberalismo económico popular –es decir, mayoritario en las urnas– es una mi- sión titánica en casi cualquier país del mundo. Para ello se necesita una robusta mayoría de elec- tores que crean que menos Estado es mejor para ellos. Y, por lo general, las mayorías electorales no comulgan con esa idea. En regiones con alto nivel de vida, un mercado en expansión y, sobre todo, grandes porciones del electorado que son cuentapropistas y tienen poca interacción con el Estado, es posible encontrar una mayoría de vo- tantes con ideas liberales en lo económico. En al- gunos distritos de Estados Unidos, Suiza o Ingla- terra ocurrió. En América Latina, un continente lleno de pobres, luce imposible. La comunicación cambiemita En los 80 y principios de los 90, Reagan y That- cher encarnaron una nueva fórmula para la po- pularización de las ideas favorables al merca- do entre los votantes. Se trataba de un apoyo al empresario como líder social. En las encuestas que realiza Gallup sistemáticamente en Estados Unidos, lo habitual fue –y sigue siendo– que el pequeño empresario tenga una valoración muy buena en la sociedad y el gran empresario no. Al- go similar ocurre entre nosotros: todos aman a las Pymes, nadie quiere a las grandes empresas. Pero en los años de oro de Reagan, esa brecha se cerró. En la opinión pública, la gran innovación del po- pulismo capitalista reaganeano fue eliminar las distinciones entre grandes y pequeñas empresas y hacer del empresario, chico, mediano o grande, un héroe social estadounidense que se veía ase- diado por la voracidad del Estado. Ese empresa- rio era de carne y hueso, no un constructo teóri- co impersonal como el mercado: era el joven Bill Gates que desarrollaba software en un garage, los productores de Hollywood, el señor Heinz que había creado la mejor salsa de tomate. Esta fórmula era mejor que tratar de conven- cer a una mayoría de que el Estado era un pro- blema para ellos mismos: ahora, el Estado es un problema para nuestros héroes, aquellos que to- dos queremos ser. Y que podríamos llegar a ser, dado que el chico de anteojos que arma compu- tadoras en un garage y el gran empresario del software son básicamente la misma persona. Los iguala el rechazo al Estado voraz, que im- pide que uno se convierta en el otro. El Estado voraz tal vez nos provea de bienes básicos, pero mata nuestro sueño. El voto aspiracional en su máxima expresión. El PRO no es reaganismo. En principio, por- que no comparte esa exaltación del Estado mí- nimo: cree en el gradualismo, en la obra pública como motor de crecimiento y en la acción social del Estado para compensar a los más pobres. Tal vez algunos integrantes del PRO crean en el Es- tado mínimo, pero son minoría y no conducen el gobierno. Sin embargo, Macri y su gobierno sí creen que tenemos que ir hacia un gobierno con menos Estado y mayor libertad de acción para el sector privado. Desplegar ese programa es difícil, porque la sociedad argentina no quiere reducir el tamaño del Estado. Por eso el mensaje del PRO tiene di- ferentes aristas. Por un lado, hay un núcleo duro que se alimenta de y se moviliza por el rechazo moral al kirchnerismo que busca hacerse exten- sivo a sus políticas. Este componente es impor- tante en el cambiemismo, y permite justificar sus políticas. Algunos ajustes “son necesarios” por- que lo que heredamos era un desastre. Esto se asemeja más a una política de shock que al voto aspiracional. Y contra eso, CFK tiene argumen- tos “racionales” que consisten, básicamente, en defender a su gobierno. Pero el discurso de Cambiemos también tiene un componente aspiracional. El reaganismo se- ñalaba a los exitosos del sector privado como mo- delos; Macri y sus colaboradores son, ellos mis- mos, los modelos. Se presentan a sí mismos como líderes exitosos en la vida privada que llegan al Estado por vocación social. Y buena parte de la razón que los asiste deriva de que ellos expresan y representan algo mejor que sus adversarios. Y no necesariamente por sus argumentos. Algunos votantes dicen que eligen a Cambiemos porque “los prefieren a los otros”, y en esa frase no es- tá claro si hablan de gobiernos o de personas. La comunicación cambiemita trabaja con esa ambi- güedad, y eso explica por qué son tan importan- tes las formas del optimismo, el saber escuchar, la sinceridad, el reconoci- miento de los errores y todas esas característi- cas de estilo exitoso que hoy parecieran conden- sar el universo cambie- mita. Un conjunto de recordatorios de que ellos, los que gobiernan, se destacan por sus vir- tudes personales. ¿Acaso todos los vo- tantes cambiemitas aparecen cautivados por este elemento nue- vo que ofrece su comu- nicación? Probable- mente no, y en sus elec- ciones haya muchos elementos tradicionales –el voto estratégico, el voto identidad, el voto recha- zo, el voto útil–. Pero hay razones para creer que hay una porción de este voto aspiracional, y que puede ser una clave de las elecciones por venir. El desafío del peronismo La dimensión aspiracional del voto por Cambie- mos es algo que descoloca al peronismo porque sus opciones de políticas aparecen representadas y justificadas en lo que ellos son, y no en lo que argumentan. Los políticos peronistas, como co- lectivo, están cuestionados en su reputación. La corrupción es equiparada al Estado peronista y a las políticas de los gobiernos peronistas. Enton- ces, post-política y post-peronismo se vuelven sinónimos. Dado que el peronismo es el partido de gobierno, el discurso de superación de la polí- tica que propone Cambiemos es intercambiable con el antiperonismo. No se meten con Perón ni con Eva, dos figuras mitológicas que no dañan a nadie. Pero sí son antiperonistas del peronismo realmente existente. En su lanzamiento en Sarandí, CFK hizo la ma- yor innovación estético-política que se recuerde. En lugar de ofrecer un discurso desde la cima de la montaña, trató de hacerse al costado de su pro- pia figura, se declaró como “una ciudadana más”, y se mezcló en un escenario accesible con las per- sonas con nombre y apellido. Dejó de ser la que más sabe, y trató de ponerse en el lugar de la que mejor entiende. Al hacer eso, reconoció que en el plano de la comunicación ella tenía falencias. Y sus contrincantes virtudes. Ello no quiere de- cir que lo suyo sea imitar a Cambiemos, porque la naturaleza de los mensajes no podría ser más di- ferente. El desafío del peronismo es construir su propio mensaje hacia aquellos pobres que buscan una vida material más exitosa, y no sólo mejores relaciones con el Estado y los servicios públicos. Y expresar todo eso a través de ejemplos y símbo- los, cosa que el PRO hace muy bien. Porque aspi- raciones, finalmente, tenemos todos. g 1.SobrelosconceptosdeJaimeDuránBarbaylasestrategias adoptadasparaelascenso deMauricioMacri,véase“La utopíadelaspequeñascosas”,por ChristopheVentura,Le Mondediplomatique,ediciónConoSur,marzode2017. *Politólogo. Profesor de la Universidad de Buenos Aires. © Le Monde diplomatique, edición Cono Sur Macri y sus colaboradores se presentan a sí mismos como líderes exitosos en la vida privada que llegan al Estado por vocación social.
  • 6. 6 | Edición 217 | julio 2017 La grieta opositora S i pudiéramos quitar el tamiz de los filtros institucionales, los cronogra- mas electorales y los egos en pugna podríamos ver con más claridad que lo que se expresa en esta elección son las propiedades más duraderas y pregnantes de la estructura social y los efectos históricos que fraguan en ella un conjunto relati- vamente limitado de invocaciones políticas. Y si algo queda claro de ese ping pong entre estructura social y vida política es, en nuestra tesis, que hasta ahora la oposición oscila sin síntesis posible en- tre dos modos de existencia histórica de los secto- res populares y dos modos casi opuestos de refe- rirse a ellos. La decisión de Cristina Fernández de por Pablo Semán* Entre el “pobretariado” y el “moyanismo social” Kirchner de impulsar una fuerza ciento por cien- to propia en la Provincia de Buenos Aires, los po- tenciales límites de esta estrategia para superar la imagen negativa de la ex presidenta en 2019, los lí- mites que enfrentan las estrategias de Sergio Mas- sa o Florencio Randazzo y la dura desaprobación que obtiene el gobierno en buena parte del electo- rado bonaerense expresan la compleja y contra- dictoria superficie que ofrecen los sectores popu- lares en su totalidad a la interpelación política. Sectores populares En aras de la simplicidad, podemos entender a los sectores populares como el conjunto de los trabajadores manuales calificados y no califica- dos que forman el 53% de la población y que en general se encuentran en los primeros cinco de- ciles de ingresos. En una población económica- mente activa (PEA) urbana de 15.000.000 de per- sonas tenemos subconjuntos amplios y diferen- tes entre sí, como el de las empleadas domésticas (1.168.000), los empleos manufactureros (poco más de 2.000.000), los empleados de la construc- ción (1.500.000) y el importante grupo de los em- pleados de comercio (3.000.000). La dinámica social de estos sectores es la de la fragilidad, aun en contextos de recuperación co- mo los que se dieron a partir de las políticas públi- cas impulsadas por el kirchnerismo y por la suba de precios de las exportaciones argentinas. Si lle- Dossier La disputa por el liderazgo Pese a la significativa desaprobación hacia la alianza Cambiemos parece improbable la construcción de una oposición unificada. Las distintas propuestas del peronismo que se enfrentan en la Provincia de Buenos Aires son un reflejo de la heterogeneidad de los sectores populares y de la dificultad de una misma fuerza para interpelarlos en su conjunto. Movilización hacia Plaza de Mayo, 22-12-15 (Marcos Brindicci/Reuters)
  • 7. | 7 vódiezañosdepolíticasdeingresosrelativamente orientadas a favor de los sectores populares recu- perar una participación del salario en el Producto Interno Bruto (PIB) como la de un año no tan bue- no como 1998, con una medición que en ese en- tonces, y en la actualidad, compensaba la pérdida de la movilidad social ascendente en términos de educación, trabajo y patrimonio con el paliativo del poder de consumo, es decir, una medición que ponderaba como mejoría algo que más bien pare- cía un empeoramiento histórico que la memoria popular no dejaba de registrar al menos en parte, bastó una devaluación para que esa participación volviera a descender. Esa fragilidad que erosiona desde hace décadas el perfil social erigido durante el primer peronismo se traduce en oleadas de pér- didas que supimos conseguir y se asienta en altísi- mosniveles depobrezay desempleo estructural.A esa sociedad que acumula más daños que benefi- cios, pero también las más diversas tradiciones de contienda, le hablan el gobierno y el peronismo en sus más diversas versiones. Bandera del “pobretariado” Comencemos por las invocaciones en las que se intenta capturar el mundo popular tratando de entender las operaciones de la imaginación políti- ca del cristinismo. Lo que dicen sus militantes, sus simpatizantes tuiteros, sus mandos medios o sus jefescoincide en un gradoconjuntodeelementali- dad y contundencia como si su organización fuese al mismo tiempo transparente y chata como una lámina de cristal desde la que trasciende, en vo- ces y en luces, una estrategia. Esta sería: preserva- mos nuestras fuerzas, no se las regalamos a nadie y si ganamos ahora luego nos llevamos puestos a los indecisos y a los arrepentidos por imperio de la crisis económica o por prepotencia de trabajo, en un reencuentro final en el que si el líder imita, casi inconscientemente, el recorrido de la Larga Marcha de Mao, el pueblo realiza la parábola del hijo pródigo (que, como aclaran los teólogos, no subraya tanto el retorno del vástago como la figura del padre misericordioso). Desde esa tesitura se interpretan los datos de la opiniónpública(mearriesgoaincluiraquílasmíti- casencuestasque“sólomanejanlospolíticos”)que hablan de un alto piso electoral basado en la cons- tancia del apoyo de los más pobres de la Provincia de Buenos Aires como la expresión circunstancial de una realidad primaria a la que el trabajo político de la jefa y las agrupaciones que la siguen sin con- diciones han dado lugar y que deben seguir tallan- do contra viento y marea. En ese nivel más real que la coyuntura de las elecciones el kirchnerismo ve, además de una formidable e irrenunciable cantera electoral, y no sin algún grado de basamento em- pírico, la sedimentación en acero de la donación correspondida de la jefa en alma y cuerpo al “po- bretariado” paria y vector de deconstrucción de la Argentinaoligárquica.Nonosconfundimos:adife- rencia del proletariado, sujeto redentor del indus- trialismo, el kirchnerismo, retomando implícita- mente un concepto de la Teología de la Liberación, identifica en la masa de informales, trabajadores pobres, asalariados casi siempre precarios, algo más que la memoria irredenta de los buenos viejos tiempos, la rabia estructural y potencialmente des- estructurantedelcapitalismoexcluyente:esasmu- jeres del conurbano que morirían por Cristina, de las que muchos militantes se enorgullecen, son en ese imaginario la multitud obrera de Carpani e in- cluso los peronistas de Santoro, los marineros del Potemkin y, al mismo tiempo, los Stajanov del nue- vo siglo; en definitiva los rebeldes y, al mismo tiem- po, los constructores del proyecto. La radiografía electoral muestra el macizo apo- yo que obtiene Cristina entre los más pobres de la Provincia, el cual se nutre de años de inversión so- cial que, con todas las omisiones, desprolijidades y discontinuidades que se puedan apuntar, exis- tieron y se retroalimentaron de la pujanza de un mercado de trabajo y consumo que absorbía a los que, agarrados precariamente, hoy empiezan a caerse y les daba un horizonte a los que ni siquie- ra podían aferrarse a la cornisa del piso más ba- jo con la punta de los dedos. No fue magia: hubo crecimiento de la demanda agregada y políticas que, de las paritarias a las jubilaciones, pasando por las asignaciones mejoraron el ingreso popular y ayudaron a igualar mínimamente. Aun así, en es- tos sectores pudo crecer la popularidad de María Eugenia Vidal nutrida, entre otras razones, por un esfuerzo de la inversión social que se nota en los números del presupuesto nacional, y por una in- sistencia basada en la correcta percepción de que al conurbano hay que cuidarlo. Esta novedad crea brechas significativas, pero no amenazantes, en el predominio del cristinismo en la parte más baja de los sectores populares. Es que –como hasta los de- fensores del gobierno lo reconocen– el conurbano es el sector que más sufre la transición económi- ca que ellos imaginan como una marea progresi- va que inunda al país de beneficios en la dirección que va desde la agroindustria a la ciudad. Desafección hostil Las dificultades para el cristinismo y el campo fér- til de otras apuestas políticas comienzan un poco más arriba, pero también en los sectores popula- res. El terreno de lo que con Martín Rodríguez lla- mamos el moyanismo social (1) es el terreno en el que restan todos los gestos que un poco más abajo suman. Esa zona de la sociedad que no sólo inte- gra a los camioneros, sino a una buena parte de los trabajadores formales y no tanto, empezó a distan- ciarse del kirchnerismo a partir del ocultamien- to de la inflación: pocos tienen en cuenta el grado en que esa maniobra era un corrosivo político de amplio espectro y larga duración. Entre otras co- sasporque,encompensación,seconformabancon apuntar una falsedad tan irritante para esos suje- tos como el mismo ocultamiento: aumentos de sa- larios que supuestamente superaban la inflación cuando éstos, o no lo hacían, o sólo lo hacían tem- porariamente, mientras la oferta concentrada se cobraba en disminución de calidad lo que no podía llevarse como renta extraordinaria en el precio. Quien pueda comparar la transformación de la va- riedad y la calidad de lo que ofrecía un supermer- cado cualquiera en 2007 y en 2015 podrá enten- der que la dinámica inflacionaria arrasaba no sólo la previsibilidad sino también la calidad de vida. Mucho menos se asume hasta qué punto esa nega- ción llevaba a no querer creerle nada a un lideraz- go político que no sólo desmentía una percepción primaria indiscutible sino que, asumiendo una posición docente, los reprendía moralmente. Las bocas que se taparon con amonestaciones trasla- daron su descontento de la voz al gesto: los rictus descreídos del escepticismo, la empatía con la sa- ña y obviamente de allí a la venganza en el cuarto oscuro. Las distancias se agravaron cuando el au- mento de la base social que pagaba ganancias tocó a los engañados por la inflación, que eran además parte de las víctimas preferenciales de la insegu- ridad. El caldo de cultivo de la desafección hostil se engordó con decires que respecto de este últi- mo tema, y más allá de las políticas específicas y sus magras concreciones, dieron resultados que se corresponden con todas las potencias que el cris- tinismo acuerda a las batallas culturales, pero en este caso en contra. El moyanismo social y el pobretariado no son sólo agregados sociodemográficos, sino efectos de relaciones políticas que los constituyen in- cluso en una contraposición que caracteriza a la economía política y electoral del mundo popu- lar. Porcentualmente casi tan importante como el apoyo del pobretariado, el odio anticristinista del moyanismo social es irreductible pero electo- ralmente decisivo, y se termina de definir políti- camente entre el fuego cruzado de las por ahora ilusorias recuperaciones críticas de kirchneristas reloaded, los poskirchneristas, las operaciones de contrahegemonía que promueve el gobierno y, por supuesto, la glorificación isotrumpista con que el massismo se traduce mal y se extravía. Pero digamos algo más sobre las dinámicas que atraviesan a este grupo. En el conjunto de los sec- tores populares, como en casi toda la sociedad, las riquezas son percibidas como un conjunto finito de manera tal que lo que me falta a mí lo tiene otro que me lo sacó. A esa presunción básica la escena de López y sus bolsos le dio, con la contunden- cia innegable de la imagen presentida, todos los elementos que necesita para desplegar una com- prensión del malestar económico presente y fu- turo como efecto exclusivo de la corrupción K. Sobre llovido mojado vino a sumarse la dinámica mediática que les da sostén a sospechas modula- bles ora como vehemencia, ora como soberbia y que se estabilizó en este último punto con la di- fusión de grabaciones de las escuchas a CFK que dejan marcas duraderas en el imaginario (no por nada esto es algo que la actual campaña de CFK intenta desmentir con ingeniosos y potencial- mente efectivos cam- bios vocales pese a que muchos de sus parti- darios que la aman co- mo Venus de las pieles prefieran un ring tone de “Soy yo Cristina, pe- lotudo” y su imagen en tacones). En este con- texto, las opiniones po- pulares sobre CFK se distribuyen entre la afirmación consciente y sacrificadamente po- lémica del “roban pe- ro hacen”, el encanta- miento con los años de oro, indecible ante el bullying anti cristinista, y los odios retroalimen- tados del moyanismo social que incluso mantie- nen cierto crédito al gobierno. La síntesis imposible Valga todo este racconto para darle sustento a la tesis inicial: la construcción de una oposición ma- yoritaria es, pese a la desaprobación mayoritaria del gobierno, una tarea casi tan difícil como la de superar la grieta. No sólo se trata de recuperar vo- luntades e iniciativa en los sectores medios, y de tratar de evitar en esa tarea la propensión a repre- sentar esos sectores como lo haría un menchevi- que. Se trata, sobre todo, y por ahora, de que quien representa al pobretariado no contiene ni deja de herir al moyanismo social, y de que quien conduce a este último no logra contener ni descristinizar al pobretariado. Todo sucede como si se pudiera esperar menos una figura de síntesis que una agre- gación de estrategias políticas destinadas a coor- dinar su capacidad de representación en un mis- mo sentido. Y esto no puede ocurrir sin respon- der cuestiones naturalizadas que las estrategias actualmente concurrentes dejan en la oscuridad: ¿es lo mismo oponerse de forma consistente, efec- tiva y entonces radical al macrismo que apoyarse en las esperanzas de los más débiles?, ¿represen- tar y conducir al moyanismo social es optar por una estrategia de oposición “moderada” para no ser confundido con un “revoltoso”? ¿No sería po- sible conectar mejor el cable azul del moyanismo social con el cable rojo de la actitud opositora sin mochilas para contener mejor a todos, incluso a nuestros condenados de la Tierra? g 1. Véase “El moyanismo social”, por Martín Rodríguez, Le Monde diplomatique, edición Cono Sur, junio de 2017. *Antropólogo. © Le Monde diplomatique, edición Cono Sur Esas mujeres del conurbano que morirían por Cristina son en ese imaginario la multitud obrera de Carpani e incluso los peronistas de Santoro.
  • 8. 8 | Edición 217 | julio 2017 L a gran pregunta que atravesó al cam- po sindical durante el kirchnerismo fue cómo los sindicatos recuperaban supodercorporativomientrashacían políticaenuncontextoderegresodel Estado. Las diferentes respuestas en tornoaquéimplicabahacerpolítica,sihabíaquere- cuperarelroldecolumnavertebral,convertirseenla cabezadelmovimientonacionalofundirseenelkirch- nerismo,fuerondecisivasparaelprocesodefragmen- tación. Como resultado, en diciembre de 2015 había cincocentralesyporlomenoscuatronucleamientos. Desde ese entonces el contexto socioeconómico cambió drásticamente. El gobierno de Cambiemos operóungironeoconservadorque,entreotrascues- tiones,desmantelólasinstitucionesyproteccionesla- borales.Aunqueaúnnoformalizóunproyectodere- formalaboral,hayindicadoresquemuestranelrum- bodesupolítica:laincorporaciónenlasnegociacio- por Ana Natalucci* nesparitariasdeaumentosporproductividad,elpago porpresentismooloscambiosenelotorgamientode licencias.Enestacoyuntura,laseleccionessonpen- sadascomolainstanciaparalegitimarunaacciónde gobierno –y con ella, el ajuste que anticipan actores gubernamentalesclave–quenofuelaprometidadu- rantelacampañaelectoral. En cuanto al mundo sindical, la pregunta se abre actualmenteendosdirecciones.Porunlado,¿cómo seresisteesatransformaciónenlasrelacioneslabo- rales? Y por otro, ¿cuál es la estrategia sindical en el proceso político actual y específicamente en la con- tienda electoral? ¿Qué implican los posicionamien- tosdeapoyoquediferentesdirigentessindicaleshan realizadoalasfuerzaspolíticasysusprecandidatos? ¿En qué medida contribuyen a reconstruir la repre- sentaciónsindical? Comopremisageneral,cadaposicionamientosu- poneunsolapamientodevariasdimensiones:econó- micas,organizacionales,gremiales,deidentificación partidaria e ideológicas. El modo en que se conju- guen y la que predomine definirán el perfil que asu- macadaorganizaciónsindical.Enesteescenario,es importante tener presente que no es la CGT como centrallaqueintervieneenlascontiendaselectora- les, sino que son los nucleamientos los que deciden cuálessuparticipación.Porúltimo,tambiénhayque considerarquelaacciónpolíticatieneunadobledi- rección:unaorientadahacialosacuerdosintraCGT quepermiteladinámicainternayotrahaciaelcam- po político. En definitiva, un accionar político con demandas corporativas y políticas. Sobre estas últi- masnosvamosaconcentrar. Breve historia de la desindicalización Desdelos80sehabladeladesindicalizacióndelpero- nismo.Pero,¿quésignificaesto?¿Quelossindicalistas dejarondeserperonistasodehacerpolítica?¿oqueel Dossier La disputa por el liderazgo Sub.coop Despuésdelsueño delpresidenteobrero por Ana Natalucci* La acción sindical en la contienda electoral A pesar del proceso de desindicalización del peronismo y de la creciente fragmentación y heterogeneidad del movimiento obrero, los dirigentes gremiales continúan jugando activamente en el terreno de la política, como lo confirma su participación en las listas para las PASO. ¿Cuáles son los desafíos de la representación sindical en el escenario actual?
  • 9. | 9 peronismonoalbergaestetipoderepresentaciones? Enverdad,cuandosealudeaesteprocesosealudeal momentoenelqueelperonismorenuncióaladistri- buciónmovimientistaquehabíaadoptadoensumo- mentooriginario.Esdecir,laorganizaciónporcuotas como estrategia para organizar las diferentes ramas quecoexistíanensuinterior.Deestosetratóbásica- mente la Renovación Peronista, de la derogación de esoscuposjuntoconelfortalecimientodelsectorpo- líticoluegodeloslargosañosdelaproscripción.Los recursosymilitantesyanoproveníansólodelarama sindical, sino que había una creciente expansión de loterritorial.Finalmente,elvirajeneoliberalasumi- doporCarlosMenemnosólovacióideológicamente almovimiento,sinoqueprodujounbrutaldesacople consusbasessociales. En 2003, con la emergencia del kirchnerismo, el peronismoseconvirtiómásenunaposibilidadiden- tificatoria,enelsentidodeofrecerunvocabularioco- múnyunimaginariodesdeelcualformularunainter- pelaciónpolítica,queenunareapropiacióndelafor- maorganizativa.Notodoslosdirigentescompartían estapercepción,deallíquealgunosreclamaranrecu- rrentementelarestitucióndel33%deloslugares.Co- moseñalaEzequielMeler(1),sibienesteporcentaje nosiempresecumplió,funcionabacomounorienta- dordelaacción;unimaginarioconstruidoalrededor deunpasadoqueseesperabarecuperar. En este contexto se produjeron las transforma- ciones del mundo del trabajo que modificaron la fi- sonomíadelaclasetrabajadoraydesarmaroneluni- verso obrero en el cual el sindicato era la mediación organizativa prioritaria. De este modo se puede en- tenderporquélosmovimientossociales,lejosdeser transitorios,tuvieronunsignificativocrecimiento,al puntodecompartirelespaciopolíticoconlossindi- catosypartidospolíticosconlosquenosiemprehan tenidobuenarelación. En consecuencia, por cuestiones estructurales y políticas internas al peronismo la desindicalización delperonismohacobradouncarácterirreversible. Formas de hacer política Ahorabien,¿esteprocesodedesindicalizaciónimpli- cóquelosdirigentessindicaleshayandejadodehacer política?¿Cómoentenderentonceslossucesivosin- tentosdelosnucleamientossindicalespormantener, condiferentesnivelesdeestabilidad,relacionescon fraccionesdelperonismo? Unarecapitulaciónbrevemuestraqueentre2005 y 2011 los posicionamientos estaban distribuidos en dosgrupos.Elprimero,conformadoporLuisBarrio- nuevooGerónimoVenegas(fallecidoel26dejunio)y sualianzaconEduardoDuhalde.Elsegundo,porlos nucleamientosdelaCGTAzopardo(Independientes yMTA)enelFrenteparalaVictoria(FPV).Enesepe- ríodo,además,todaslasfraccionessindicalescontaban condiputados,porloquelasumatoriatotalerasignifi- cativa.Noobstante,lafragmentacióndelespaciolicua- basuincidenciapolítica. Larupturadelmoyanismoconelkirchnerismoyla posteriorfracturadelaCGTen2012movierontodoel tablero:sihastaentoncessediscutíaelsaltoalapolítica comomododerecuperarelpoderpolítico,desdeen- toncesseampliaronlostópicos:ellugardelmovimien- toobreroenelperonismo,lasformasdehacerpolítica legitimadasylossujetosautorizados. Esteprocesodefragmentaciónnoclausurólasex- pectativas políticas de los nucleamientos sindicales; másbienlasreorientó.Así,enmayode2013,Moyano yunconjuntodesindicatosagrupadosenlaCGTAzo- pardofundaronelPartidodelaCultura,laEducacióny elTrabajo(CET)queparalaseleccionesdemediotér- minodeeseañoestablecióunaalianzaconFrancisco deNarváezenelFrenteUnidosporLibertadyTrabajo. Estafuerzaobtuvoel5,43%delosvotosysequedócon elcuartolugar.LadivisióndelaCGTtambiénalcanzóa laJuventudSindical.Suconductor,FacundoMoyano, seacercóalFrenteRenovadoryen2015renovósuban- cacomodiputadobajoesabandera. EnlaCGTAlsinaladiscusiónfuedisparacausade ladiversidaddesectoresinvolucrados.Losprincipa- les, sin embargo, eran dos: el Movimiento de Acción SindicalArgentino(MASA)ylaCorrienteFederalde Trabajadores (CFT). El MASA se conformó a partir de la emergencia de dicha CGT y en su documento fundacional,“Unidosodominados”,sereconocíaco- mocontinuadordelalíneadelMovimientodeTraba- jadores Argentinos (MTA). Los acuerdos se restrin- gían a las negociaciones gremiales y a la alianza con el gobierno nacional presidido por Cristina Fernán- dezdeKirchner.Enlaseleccionesde2013y2015ju- garondentrodelFPV.Elsegundonucleamientoesla actualCorrienteFederaldeTrabajadores(CFT),cu- yoorigenseremontaafinesde2014cuandosurgióla CorrientePolíticoSindicalFederal(CPSF),integra- da principalmente por gremios del interior del país. Enla“DeclaracióndeCórdoba”postulabalanecesi- daddediscutirunprogramadelmovimientoobrero yprofundizarelproyectonacionalypopular.En2015, laCPSFapoyóactivamentelacandidaturapresiden- cialdeDanielScioli(FPV).Atravésdeacuerdosconel “NúcleodelMTA”ylaAsociaciónBancariaenagosto de2016fundaronlaCFT.Unadesusfraccionesper- maneciócercanaalkirchnerismo,manteniendoreu- nionescondirigentespolíticos,inclusiveconlamis- maCFK.Alrespecto,haydosacontecimientosrecien- tesparadestacar.Porunlado,lareuniónorganizada enelSindicatoArgentinodeDocentesPrivados(SA- DOP)elpasado4demayodondelaexpresidentain- sinuó una autocrítica a la relación que mantuvo du- rantesugobiernoconlossindicatos.Porotro,ellan- zamiento del Frente Sindical para la Victoria (FSV) a principios de junio, una especie de agrupación de extraccióngremialperoconparticipacióndirectaen el espacio político kirchnerista. La gran novedad de este espacio es la articulación de dirigentes prove- nientesdelaCGTylaCTA,quepermitiórenovarlos debatesalinteriordelmovimientoobreroehizoex- plícitounclivajegeneracional. Para resumir, los sindicatos y sus dirigentes si- guen haciendo política, aún en este marco de frag- mentación.Valedestacarquecomolossindicatosno cuentan con personería política para presentarse a elecciones,debenaliarseconfrenteselectorales.Pa- raellocreanpartidospolíticosconpersoneríasaco- tadas a ciertos distritos, lo que permite entender al- gunasdesusacciones. En el escenario actual, y frente a las elecciones legislativas, algunos nucleamientos han optado por hacer política por fuera de sus sindicatos (MASA), otrospensandoenlacontigüidaddeltrabajocorpo- rativo y el político (CET y gremios pertenecientes a la Confederación Argentina de Trabajadores del Transporte,CATT)yotrosfundiéndoseenunespa- ciopolíticomayor(FSV).Losdosprimerossuponen acuerdos coyunturales con algún frente político en los que prima una lógica de intercambio de militan- tesparafiscalizaryderecursosparalacampañapor lugaresexpectantesenlaslistas.Sinembargo,laper- manencia de los diputados electos en esos bloques legislativos suele ser precaria; una vez asumida la banca se forman bloques gremiales que responden alnucleamientoantesquealfrenteelectoral. Desde esta lógica deben entenderse los recientes acuerdosentreHugoMoyano(Camioneros),LuisBa- rrionuevo(Gastronómicos),ArmandoCavalieri(Co- mercio),RobertoFernández(UTA)yOmarMaturano (La Fraternidad) con el Frente Renovador de Sergio Massa,yeldeHéctorDaerconFlorencioRandazzo. UncasomáscomplejoesdelpartidoFepresidido,has- tasufallecimiento,porGerónimoVenegas,ferviente anti-kirchnerista,cuyatrayectoriaoscilóentreDuahl- deyCambiemosdesde2015.Enestecasopareceprio- rizarseunacuerdoideológicoentrecúpulas,sobreto- do si se tiene en cuenta la diferencia brutal entre las basessocialesdecadafuerza.Laúltimaposición(hoy reflejadaenelFSV)suponelaparticipaciónenelespa- ciokirchnerista,nocomocabezaocolumnasinocomo unapartemás.Enestesentido,implicaelpasajedeuna concepcióndelmovimientismocomodistribuciónde cuotasaunoentendidocomoconstrucciónpolítica. LatrayectoriadelaCentraldelosTrabajadoresde laArgentina(CTA)hasidodiferente.Desdesufractu- raen2010lasposicionessebifurcaronentreloscon- fesamente kirchneristas y aquellos que siguen bre- gando por un instrumento electoral autónomo. La CTA de los Trabajadores –presidida por Hugo Yas- ky–haparticipadoentre2013y2017delFPV.LaCTA Autónomasufrióotroquiebreacausadelasdisputas alinteriordelaAsociacióndeTrabajadoresdelEsta- do(ATE).ElsecretariogeneraldelaseccionalCapi- tal,DanielCatalano,esunactivomiembrodelespacio sindicalkirchneristayunodelosfundadoresdelFSV. Porsuparte,lalíneadeVíctorDeGennaroyHugoGo- doy(ATENacional)ensayópara2015elFrentePopu- lar–quenologrólacantidaddevotosnecesariapara presentarse en las elecciones generales– y reciente- mentefundóelFrenteSocialistayPopular. Una nueva representación Algunaspreguntassiguenabiertas:¿porquésilosdi- rigentessindicalesintentansucesivamentehacerpo- líticayganarpuestospolíticoselectivosseguimosha- blando de un proceso de desindicalización? ¿Cuáles sonlosdesafíosdelarepresentaciónsindicaleneles- cenarioactual?Comosemencionóanteriormente,el sindicatoperdiósuestatutocomomediaciónorgani- zacionalprioritaria,perdiendoelmonopoliodelare- presentacióndelmundopopular.Enestesentido,es- tudiosrecientesdelcampodelahistoriapolíticahan deconstruidociertoscon- sensosclásicosdelahisto- grafíayhanensayadoque la pervivencia del pero- nismo no debe atribuirse sólo a una clase social re- lativamentehomogéneao alafortalezadelasorgani- zacionessindicalesquese incorporaronaél,aundu- rante su proscripción. La explicación debe buscar- se también en el carácter constitutivo que tenían los sindicatos en la vida asociativa del mundo po- pularcomoordenadoresdelaexperienciacotidiana. Volviendoalpresente,siacordamosconestaspre- misasyasumimosqueesemundopopularorganizado poreltrabajofordistahasufridounatremendamuta- ción desde la emergencia del neoliberalismo, es evi- dentequelarepresentaciónsindicaltalcomolacono- cíamoshastaahoracambióinexorablemente. Esteprocesonofuevoluntaddelactorsindical,ni exclusivodeArgentina,endondehayintentosdere- construiraquellarepresentación.Enotrotrabajo(2) analicé las implicancias para la acción sindical en el marcodeunaclasetrabajadorasumamentefragmen- tada,nosólorespectodelacoberturalegalysindical, sinotambiénalinteriordelcolectivodetrabajadores formales. La insistencia de los nucleamientos sindi- calesporseguirparticipandoenpolíticaycontarcon diputados propios es una estrategia en el camino de reconstituiresarepresentación.Sibienestaestrate- giaesnecesaria,yaquehansidodiputadossindicales losquetuvieronunaatenciónespecialacambiosre- gresivosperotambiénprogresivosenmateriadenor- mativa laboral, ésta no puede ser la única. De hecho durante2016laCGTpromovióelfortalecimientodel vínculoconmovimientossocialesycolectivosdetra- bajadorescomolaConfederacióndeTrabajadoresde laEconomíaPopular(CTEP). Este proceso está en curso y no tiene un destino predeterminado.Dependerámásbiendelasacciones sindicalesydesucapacidadparaampliaryconsolidar unanuevarepresentaciónsobrelaactualyheterogé- neaclasetrabajadora.g 1.EzequielMeler,“Lasinternasjusticialistasde1983:reflexiones preliminares”,ponenciapresentadaenelworkshopElEstado, lopolítico,lacuestiónsocialylacuestiónsindical(1850-2014), UniversidadNacionaldeLanús,BuenosAires,2014. 2.AnaNatalucci,“Elsindicalismoperonistaduranteelkirchnerismo (2003-2015)”,enMartínRodríguez(dir.)¿Existelaclaseobrera?, LeMondediplomatique/Capitalintelectual,BuenosAires,2017. *Doctora en Ciencias Sociales. Investigadora Adjunta del CONICET con sede en el Instituto de Investigaciones Gino Germani, UBA. © Le Monde diplomatique, edición Cono Sur La ruptura del moyanismo con el kirchnerismo y la posterior fractura de la CGT en 2012 movieron todo el tablero.
  • 10. 10 | Edición 217 | julio 2017 África,saqueohistórico Mientras en el Primer Mundo avanzan las fuerzas xenófobas como respuesta a la crisis migratoria, son pocos los que se preguntan por las causas de esa migración y cómo atenderlas. Y en África, a pesar de que la colonización ha terminado, las prácticas del saqueo no cesan. La hipocresía de los países del Norte por Ignacio Ramonet* C on la llegada del verano boreal, volvemosaasistiralosrepetidos y a veces trágicos asaltos contra lasmurallasalambradasdeMe- lilla, llevados a cabo –con sofis- ticadastécnicasyartimañasdeasediome- dieval– por disciplinadas columnas de jóvenes subsaharianos. En otras zonas (Canarias, la isla italiana de Lampedusa, las costas de Sicilia, de Grecia, de Chipre, deMaltaylaislafrancesadeMayotte,cer- cadeMadagascar),los“invasores”llegan casi siempre a las playas de noche –cuan- donozozobran–,ensilenciosasembarca- ciones,comoantañolohacíansindudavi- kingos,normandososarracenos. EnEuropayenotraspartesdelmundo rico, muchos (entre ellos Donald Trump) tiendenaconsideraraesos“asaltantes”co- mo agresores, delincuentes y hasta crimi- nales.Laextremaderechaeuropeareclama másmanodurapararepeleralosintrusos, menosmiramientosylaadopciónurgente demedidasmásradicales.Másvigilancia, máspolicía,másejército,másexpulsiones. Ynosiempresepreguntaporquéesasper- sonasestándispuestasacorrertantosries- gospara,endefinitiva,poner,porpreciovil, su fuerza de trabajo al servicio de nuestro confortynuestroaltoniveldevida. Secuelas de la colonización ElÁfricaSubsaharianaesunadelasregio- nesmásempobrecidasdelplaneta,conuna pobrezaextremaqueseexplicapordiver- sos factores. En primer lugar: la trata de esclavos,crimenygenocidioquevaciódu- rantesigloselsubcontinentedemillonesde sushombresymujeresmásjóvenes,sanosy fornidos,obligandoacomunidadesenteras avivirescondidasyaisladasenlasprofundi- dadesdelajungla,sincontactoalgunocon los progresos de la técnica y de la ciencia. TambiénennecesariorecordarqueÁfrica ha sido, hasta hace apenas unos decenios, tierradecolonización.Deunacolonización impuestaporlaspotenciaseuropeasasan- greyfuego,abasedeguerras,exterminios ydeportaciones.Todoslospodereslocales queosaronoponerseyresistiralosconquis- tadores–portugueses,holandeses,británi- cos,franceses,alemanes,italianosoespaño- les–fueronaplastados.Enelaspectoeconó- micolaspotenciascolonialesestablecieron, demodoautoritario,unaeconomíafundada enlaexportacióndemateriasprimashacia lametrópoliyenelconsumoobligatoriode productosmanufacturadosproducidosen Europa.Deesamanera,Áfricaperdióenlos dostableros.Yesadobleexplotación,enlo esencial,nosehamodificado. Por ejemplo, Costa de Marfil, primer productormundialdecacao(el40%delvo- lumenmundial)nuncahapodidodesarro- llarunaindustriachocolateraexportadora. LomismosepuedeafirmardeMalioNíger, dosdelosprincipalesproductoresdealgo- dón,quienessehallaronenlaimposibilidad demontarunaverdaderaindustriatextil.Y eso porque, en general, las excesivas ta- rifas aduaneras impuestas por los países importadores ricos a los eventuales pro- ductoselaboradosenelSurarruinantoda posiblecompetenciaconlosproductosfa- bricadosenelNorte. Los países desarrollados quieren con- servarlaexclusividaddelatransformación de las materias primas o, en el marco de la globalización liberal, aceptan deslocali- zarsusfábricashaciaChinaoBangladesh, dondelamanodeobraeshábil,dócilyso- bretodobarata.Peronoestándispuestosa invertirenÁfrica,niendesarrollareneste continenteunsectorindustrialimportante. La división internacional del trabajo, efectuada en favor de los intereses de los paísesdelNorte,atribuyeaÁfricaunpapel subalterno, lo cual le impide entrar en el círculovirtuosodeldesarrollo. Lasfabulosasriquezasminerasyfores- talesdelcontinenteafricanosonvendidas a precios de saldo, para el mayor enrique- cimiento de las empresas importadoras y transformadoras del Norte. De ese modo, nosecreanempleosnisiquieraenlasindus- triasagroalimentarias,elsectorbásicoapar- tirdelcualsepuedeedificarunverdadero desarrolloagrícola,ymástardeindustrial. Por eso también África es el último conti- nentequeaúnconoceconregularidadcrisis alimentariasyhastahambrunas. Estaregióndelmundo,amenudocalifi- cadaporlosmediosdominantesdelNorte de “subdesarrollada”, “violenta” e “infer- nal”, no habría conocido tal inestabilidad política–golpesdeEstado,insurrecciones, masacres, genocidios, guerras civiles, te- rrorismo yihadista–, si los países ricos del Norte(empezandoporlasantiguaspoten- ciascoloniales)lehubiesenofrecidoposi- bilidades de desarrollo reales en lugar de seguir explotándola. La pobreza crecien- te se ha convertido en causa de desorden político,decorrupción,denepotismoyde inestabilidadcrónica.Yestamismainesta- bilidaddesalientaalosinversores,tantolo- calescomointernacionales.Conlocualse cierraelcírculoviciosodellaberintodela pobreza. La crisis del “oro blanco” Todo esto explica por qué hoy un (o una) jovendelsurdelSahara,enplenasaludya menudo con buena formación educativa, nodeseaseguirviviendoenloqueeselca- labozodelmundo.Decenasdemiles,enes- temomento,estánmarchandohacialospe- ligrosos caminos que conducen a Europa, conlaesperanzadepodervivir,porfin,una vidanormal.Yquizátambiénconlareivin- dicacióninconscientedequelesdebemos algodenuestrariquezaactual. Estoessoloelcomienzo,ynosesabequé tipodemuroshabráqueconstruirparades- alentar el flujo. Porque el Banco Mundial acabadeadvertirquelabombademográfica yahaestallado,yqueenlospaísespobresse cuentanpormilloneslosjóvenesmenores de22añosquenoencuentrantrabajoensus países.Ycuyaúnicaperspectivaescorreral asaltodelasmurallasdeEuropa. ParaalgunospaísesafricanosdelSahel, queestánentrelosEstadosmáspobresdel mundo, como Mali, Burkina Faso, Níger y Chad,elalgodón,el“oroblanco”,represen- ta entre un 30% y un 40% del valor de sus exportaciones.Es,porconsiguiente,unpro- ductovitaldelqueviven,directamente,tres millonesdeagricultores,eindirectamente más de quince millones de personas… “El algodónestáligadoalahistoriadeÁfricay a la penosa historia de la esclavitud –dice AminataTraoré,exministradeCulturade Mali–,perohoyqueremosquenosayudea liberarnosynoquenosesclavicedenuevo.” Estospaísespobres,enlosúltimosdece- nios,hansacrificadootrasinfraestructuras yhanhechoesfuerzosconsiderables(cons- truccióndeembalses,canalesderiego)para aumentarlassuperficiesdedicadasalculti- vodelalgodón.Yhoyseencuentranenuna situacióndramáticaporque,apesardelbají- simo costo de una producción realizada porcampesinospobres,elalgodónafrica- nonoescompetitivoparalaexportacióny resultamáscaroqueelqueproducenalgu- nospaísesricoscomoEstadosUnidos,que controlael30%delasexportacionesmun- dialesdelafibrablanca. ¿Cómoesposiblequeelalgodónprodu- cidoapreciodeoroenNorteaméricaresulte másbaratoqueelquesecultivaacostoin- frahumano en África? Sencillamente por- que Washington vierte a sus productores dealgodónsubvencionesanualesporunos 3.000millonesdedólares.Esoexplicaque elalgodónestadounidensepuedavenderse enelmercadointernacionalaunprecioin- ferioraldesucostoyhastamásbajoqueel preciodel“oroblanco”africano. Consecuencia: si esas subvenciones se mantienen,seproduciráunacatástrofeeco- nómicadegranenvergaduraenesospaíses africanosdelSahel.Millonesdeagriculto- res seguirán abandonando el campo para iraenrolarseenlosejércitosyihadistasque controlangranpartedelSahel,oiránaha- cinarseenlosbarriosdechabolasdelaspe- riferiasurbanasdesdedondelamiseriayel hambreempujaránalosmásatrevidosatra- tardeemigraraEuropa.Abordodecayucos hastaCanarias,oatravesandoeldesiertodel SaharahastaLibiaintentandodespuéscru- zaraItalia. Delalgodónalapatera(1)solohayunpa- so.Yaunqueparezcaquenohayvínculoal- guno,lospaísesdelaUniónEuropea,yentre estoslosmásexpuestosalaentradadelos inmigrantes clandestinos subsaharianos, deberían insistir para que se supriman las subvenciones a las exportaciones agríco- las,yenparticularalasdelalgodón,quesolo beneficianaunosmilesdeagricultoresnor- teamericanosmientrasarruinanamillones deafricanos. Soluciones reales Recordemosquelaactividadprincipal,aes- calaplanetaria,siguesiendolaagricultura. Detodosloscampesinosdelmundo,apenas unos 30 millones disponen de un tractor, 250millonestrabajanconinstrumentosde tracciónanimaly1.300millonesusanherra- mientasmanuales.Esaesladramáticareali- daddelaagriculturadehoy. Enjuniode2005,paratratarlasituación deÁfricayparaseduciralaopiniónpública mundial,losjefesdeEstadodelG-8invita- ronalospresidentesdeSudáfrica,Argelia, Etiopía,Ghana,SenegalyTanzania,además deaKofiAnnan,entoncessecretariogene- raldelaOrganizacióndelasNacionesUni- das(ONU).LaideadeTonyBlair,enaquel momentoprimerministrobritánicoyquien presidíaeseG-8,erareducirladeudaexter- na de los países en desarrollo, después de haberreducidoladetrecepaísespobresde África.Tambiénproponíaaumentarlaayu- dapúblicaaldesarrollo(APD)unos25.000 millonesdedólaresalañoduranteunlustro hastaalcanzarel0,75%delproductonacio- nalbruto(PNB).Elpresidenteestadouni- denseGeorgeW.Bushseopusobajoelpre- textodequeÁfricanoseríacapazdeabsor- bertalcantidaddecapitales.Sinembargo,la ayudapropuestaporTonyBlairerainferior aloqueestabacostandoentonceslaguerra deIrak.Otrosobservadoresrecordaronque Estados Unidos consintió consagrar, des- pués de la Segunda Guerra Mundial, no el 0,75%desuPNB,sinoel1%durantecuatro añosparaayudarareconstruirEuropacon elPlanMarshall... Si de verdad quisieran ayudar a África, lospaísesricostendríanquetomar,conur- gencia, cinco medidas sencillas: primera, suprimir definitivamente la deuda exter- naafricana(porcadadólarprestado,Áfri- cayahadevuelto1,3dólaressóloenintere- ses);segunda,suprimirlassubvencionesa lasexportacionesagrícolasqueinundan,a precios de saldo, los mercados de los paí- sesendesarrolloydestruyenlaagricultura local;tercera,abrirlosmercadosagrícolas de Norteamérica, de la Unión Europea y deJapónalosproductosafricanos;cuarta, aceptar que los países africanos establez- canunapolíticaproteccionistaenfavorde sus producciones locales tanto agrícolas como industriales, sin que el Fondo Mo- netarioInternacionaloelBancoMundial lossancione,yquinta,reorientarlainves- tigaciónfarmacéuticaparacurarlasepide- mias endémicas de África (cuando hoy, el 90%delainvestigaciónfarmacéuticaestá orientada a mejorar la vida del 10% de la poblaciónricamundial). Losrecursosabundanyexistensolucio- nesparaerradicarlapobrezaenÁfricayen elrestodelplaneta;faltavoluntadpolítica. ¿Cuándoporfinsepodráadmitirquesupri- miendolapobrezaylasinjusticias,sesupri- men las principales causas del terrorismo enelmundo?g 1. Embarcación pequeña usada para el trans- porte de inmigrantes ilegales. *Director de Le Monde diplomatique, edición española. © Le Monde diplomatique,ediciónespañola En los países pobres se cuentan por millones los jóvenes menores de 22 años que no encuentran trabajo en sus países.
  • 11. | 11 168 58 47 gráficos e infografías mapas artículos El AtlasDE LA ARGENTINA La democracia inconclusa ¡YA SALIÓ! w w w . e l d i p l o . o r g Una obra imprescindible para entender los principales avances, desafíos y fracasos de una democracia aún en construcción. EN VENTA EN KIOSCOS Y LIBRERÍAS De la deuda externa a la soja, de la crisis de los partidos políticos al federalismo, de las relaciones con América Latina al vínculo con China, de los hábitos alimenticios a los derechos humanos, del cine a la cumbia y de ahí a Borges y Maradona, El Atlas de la Argentina ofrece una mirada panorámica de un país en permanente transformación.
  • 12. 12 | Edición 217 | julio 2017 De la independencia a la hambruna Luego de su independencia en 2011, el conflicto político que estalló en diciembre de 2013 profundiza la crisis social en Sudán del Sur. Mientras que la violencia, la crisis alimentaria y su déficit sanitario empujan a sus habitantes al exilio, la comunidad internacional ha hecho oídos sordos a un estado de emergencia calamitoso. El apoyo ciego de Washington al presidente Salva Kiir por Gérard Prunier* un monto de 1.600 millones de dólares, sóloobtuvounaparsimoniosaehipotéti- carespuesta:46%deanunciosyninguna certeza con respecto al desembolso. La ONU se vio entonces obligada a reducir las raciones de alimentos que distribuía enUganda,elpaísmásafectado.Eldirec- tor ejecutivo del Programa Mundial de Alimentos, David Beasley califica la si- tuación como “inaceptable”. Sialprincipioelconflictoeraunague- rra organizada entre grupos opuestos, actualmenteseasemejaaunlodazaldes- integrador. Ya no es posible negociar con eficacia ni con el gobierno ni con los “re- beldes”,porquenadieestáenposiciónde garantizarunmínimodeseguridad,nisi- quieraparaunvisitantedelatalladelpa- pa Francisco. Conflictos internos ¿Cómo entender semejante desastre? La primera “explicación” que brinda- ron los medios estaba enormemente te- ñida por el desdén internacional hacia África: dos caudillos de etnias diferentes –Salva Kiir, dinka y Riak Machar, nuer– se habían convertido en Presidente y Vi- cepresidente durante la independencia. El segundo habría procurado suplantar al primero mediante un golpe de Esta- do apoyado por su etnia. Su intento frus- trado habría provocado una feroz repre- sión. Esta explicación está muy alejada de la realidad. Hay que darle crédito a Linda Thomas-Greenfield, subsecreta- ria de Estado de Asuntos Africanos del presidente Barack Obama, por haber si- dolaúnicaintegrantedeungobiernooc- cidental que desmintió la existencia de una tentativa de golpe de Estado en Su- dán del Sur. Entonces, ¿qué sucedió realmen- te? Las causas profundas del conflicto se remontan a la política colonial bri- tánica en Sudán. Las poblaciones ára- bes instaladas en el norte del país go- zaban entonces de un juicio favorable por parte de Londres, que les reservaba la mayor parte de sus inversiones eco- nómicas, gastos en infraestructura y en educación (2). Contrariamente, la par- te sur del país siguió en el subdesarro- llo y la falta de instrucción. Tras la in- dependencia, en 1956, la colonización interna del Sur, cristiano y animista, por el Norte musulmán sucedió a la de los británicos y provocó dos guerras, entre 1956 y 1972 y posteriormente en- tre 1984 y 2002. Durante la primera guerra, los com- bates se desarrollaron principalmente en la parte ecuatorial de Sudán, en el ex- tremo sur del país. Esta guerra tuvo co- mo consecuencia un simple reordena- miento administrativo interno: el Sur se volvió “autónomo”, es decir, dotado de ungobiernoregional.Peroelacuerdode paz, firmado en febrero de 1972, no re- sistió su disolución por parte del presi- dente sudanés Gaafar Nimeiry en 1982. El descubrimiento de petróleo agudi- zaba el apetito de Jartum por el control del Sur. La guerra no tardó en desatar- se nuevamente, en 1984, dirigida por los pastores dinkas y nuers de las regiones de Jonglei, en el Alto Nilo y de Bahr-el- Ghazal (ver mapa). Los habitantes de las regiones ecuatoriales, agotados por el primer conflicto, se negaron a par- ticipar. El mismo jefe de la rebelión, el coronel John Garang, pertenecía a la et- nia dinka. Militar destacado y pensador político visionario, Garang también era, desgraciadamente, tribalista y autorita- rio. Las múltiples traiciones e intentos de derrocamiento de los que fue objeto en el seno de su movimiento, el Ejérci- to de Liberación del Pueblo de Sudán E lpasado30demayo,elVatica- no anunció la suspensión sine die del viaje del papa Francis- co a Sudán del Sur previsto para el mes de octubre. No se tratódeunasimpleescapatoria:eltrasla- do se volvió realmente imposible debido a la violencia que arrasa al joven país de África Central, independiente desde el 2011. El balance del conflicto, que estalló el 13 de diciembre de 2013, muestra cada vez más resultados negativos: 1.732.000 refugiados fuera de las fronteras, cerca de3millonesdedesplazadosdelinterior y más de 5 millones en estado de emer- gencia alimentaria aguda. Según la ofici- na del Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Refugiados (ACNUR), Agnès Stienne 7.800 Juba Malakal Bor Bentiu ToritYambio Wau Rumbek Kuajok Aweil Sudán República Centroafricana Sudán del Sur Etiopía KeniaUganda República Democrática del Congo 72.360 32.000 70.000 928.000 Bahr-el-Ghazal Occidental Bahr-el-Ghazal del Norte Warab Abyei Lacs Ecuatoria Occidental Ecuatoria Central Ecuatoria Oriental Jonglei Unité Alto Nilo Región contemplada por las tomas de tierra Flujo de refugiados Fuente: Michael Izady, gulf2000.columbia.edu; Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Refugiados; OCHA ; Usaid; ECOS Online; Land Matrix. Principales grupos étnicos Dinkas Nuers Chillouks, Anuaks Baris Zandés Grave emergencia alimentaria Foco de violencia Explotación petrolera Número de refugiados, primavera 2017 Número de desplazados Campo de refugiados 400.000 15.300 1.600 12.500 126.800 177.000 125.600 123.500 33.500 524.200 277.400 428.600 0 200 km la situación sanitaria exige un esfuerzo desmedido para recibirlos por parte de los países de la región: Uganda (900.000 personas), Etiopía (250.000), República Democrática del Congo (80.000), Sudán (400.000), Kenia (100.000) e incluso la República Centroafricana, que es víc- tima de una fuerte inseguridad (2.200). Estas cifras, que datan del 31 de mayo, probablemente ya se encuentran aleja- das de la realidad: el ACNUR estima que más de 60.000 personas huyen cada mes hacia el extranjero. La cantidad precisa de víctimas sigue siendo desconocida. Fuentes extraofi- ciales cercanas a la Organización de las Naciones Unidas (ONU) estiman que los decesosllegana300.000,lamayoríaoca- sionadosporlasenfermedades,lafaltade atención a los heridos, la hambruna y las largascaminatasencondicionesparticu- larmente difíciles. Los combates habrían provocado la muerte de 50.000 perso- nas. Esta contabilidad macabra debe ser considerada con respecto a la población total de Sudán del Sur que se estima en aproximadamente 12 millones (nunca se realizó ningún censo en el país). El con- flicto ya causó al menos los mismos da- ñosyviolenciaquelalargaguerraquelos sursudaneses mantuvieron contra Jar- tum (1984-2002) (1). Las iglesias, algu- nas organizaciones no gubernamentales (ONG) y la ONU intentaron llevar ayuda a las poblaciones. Pero el llamado lanza- do por las Naciones Unidas en 2015, por
  • 13. | 13 (ELPS), fueron aplastados por su ma- no de hierro. Tras una muerte acciden- tal, en julio de 2005, poco después del acuerdodepazdeenero,Garangdejóun ELPS marcado por las relaciones de do- minación y el tribalismo dinka. Kiir lo reemplazó a la cabeza del ELPS y en la presidencia de la región autónoma de Sudán del Sur, puesto que le aseguró la vicepresidencia de Sudán, bajo el mando de Omar Al-Bachir. En abril del 2010, gana ampliamente la pre- sidencia de la región autónoma, que de- sea conducir a la independencia. En 2011, el entusiasmo por la inde- pendencia de Sudán del Sur es tal que se expande hasta Estados Unidos, tan- to entre los demócratas de William Clinton como entre los republicanos de George W. Bush. La comunidad interna- cional recibió con una confianza injusti- ficada a un nuevo Estado pobre, sin edu- cación (la tasa de alfabetización era del 20% para los hombres y del 2% para las mujeres), sin experiencia política, fuer- temente armado, desprovisto de redes administrativas y que obtiene el 98% de sus recursos financieros de la explota- ción petrolera, a la cual sólo los dirigen- tes del ELPS tenían acceso. Tras el referéndum de autodetermi- nación en enero de 2011, el Sur entró en secesión y Kiir se convirtió en jefe del nuevo Estado independiente, sin elec- ciones, aunque su vicepresidente, Ma- char, ocupara una jerarquía más alta y fuera más conocido entre los dirigentes nuers del movimiento. Cuando en 2012, la presión internacional lleva a anunciar elecciones para el 2015, el pánico invade a ciertoscírculosdirigentesdinkas.Ade- másdeMachar,elpresidentetendríaque haber enfrentado a otros dos candidatos de peso: la viuda del coronel Garang, Re- becca Nyandeng, también dinka, pero mujer independiente, y Pagan Amum, el secretario general del ELPS, un Shilluk. Al crear el Consejo de Notables de Jieng (“jieng” significa “dinka” en su lengua), los partidarios de Kiir suscitan la reprobación de todos, incluso de los dinkas demócratas. En un contexto des- favorable en el cual es difícil determinar el verdadero rol de unos y otros, el Con- sejo desempeña el papel de verdadero pero ilegítimo “gobierno” del país. Autónomo desde la firma de los acuerdos de paz en 2005, el país que- dó en manos de los militares del ELPS y no vivió ningún despegue económico. La corrupción es tal que el mismo pre- sidente reclamó en una carta pública a su gobierno “los 4.000 millones que desviaron desde la independencia”: 22 millones de dólares fueron recupera- dos. No se hizo nada por la educación, la salud o la infraestructura. Los enfrenta- mientos interétnicos, generalmente li- gados al robo de ganado, se multiplican y ningún gobierno logra controlarlos. Peor aun, las tropas del ejército “nacio- nal” se comportan de hecho como una milicia dinka (progubernamental), o nuer cuando prefieren la rebelión. En 2013, la preparación de las elec- ciones y la candidatura anunciada de Machar llevan al presidente Kiir a pur- gar su gobierno de toda oposición po- sible y a darle al jefe de Estado Mayor, el general Paul Malong, un rol cada vez más preponderante. El 13 de diciem- bre de 2013, mientras que los soldados dinkas intentan desarmar por orden de Malong a los soldados nuers, estos se re- belan y se ven rápidamente aplastados. Las tropas “leales” –de varias etnias, pe- ro mayormente dinkas– emprenden en- tonces la masacre sistemática de todos los nuers que encuentran en la capital, Mientras que el conflicto alcanza di- mensiones catastróficas para los civiles, se evoca la puesta bajo tutela, a través de un mandato de la ONU, del Estado más insolvente del mundo. Esta decisión, sin duda eficaz al menos a título provisorio, tendría un costo elevado: sus opositores corren con ventaja al oponer a esta dis- pendiosa generosidad el rechazo de un colonialismo anticuado. g 1. Véase “Luchas de poder en Sudán del Sur” , por Gérard Prunier, Le Monde diplomatique, edición Cono Sur, febrero de 2014. 2. M. W. Daly, Empire on the Nile: The Anglo-Egyptian Sudan, 1898-1934 e Imperial Sudan : The Anglo- Egyptian Condominium, 1934-1956, Cambridge University Press, 1986 y 1991 respectivamente. *Consultor independiente, miembro del Atlantic Council. Traducción: María Julia Zaparart Juba. Aunque la cantidad de muertos si- gue siendo desconocida, se estima que entre seis y diez mil personas fueron asesinadas en tres días. Los soldados nuers que permane- cían en el interior se sublevan. Machar, que había logrado escapar, los comanda. Durante el primer año de guerra (2014), los observadores extranjeros, sobre to- do los diplomáticos, “explican” la gue- rra como la conjunción de una rivalidad personal (Machar contra Kiir) y de una rivalidad étnica (nuers contra dinkas). Pero a medida que pasa el tiempo, casi todas las demás etnias, principalmen- te en las tres regiones ecuatoriales y en Bahr-el-Ghazal, se sublevan contra el gobierno de Juba y el monopolio que los dinkas ejercen en el poder. La guerra se generaliza y las débiles estructuras he- redadas del ELPS no pueden resistir. La rebelión no logra estructurarse mien- tras que el gobierno se divide en capas. Ante los ojos del mundo ¿Qué hace al respecto la “comunidad internacional”? Muy poco. La ONU y Estados Unidos siguen defendiendo la “legitimidad” del régimen surgido del ELPS. En mayo de 2014, el Consejo de Seguridad refuerza la Misión de Asis- tencia de las Naciones Unidas en la Re- públicadeSudándelSur(UNMISS)que se estableció desde la independencia en 2011: se sumaron cinco mil cascos blan- cos a los trece mil que ya estaban en el terreno. El mandato de la UNMISS se reorientó hacia la supervisión y la pro- tección de los campamentos de despla- zados (aproximadamente cien mil per- sonas). Las infraestructuras, ya satura- das, se encuentran actualmente cerra- das para los nuevos desplazados que si- guen llegando. Conforme a la nueva política diplo- mática que promueve “soluciones afri- canas para los problemas africanos”, el tratamiento de la crisis fue derivado a la Autoridad Intergubernamental para el Desarrollo, una organización regional del Este africano cuya capacidad de ges- tión de problemas es, en realidad, muy limitada, incluso nula. Sus miembros son demasiado débiles para actuar mi- litarmente (Sudán del Sur, Somalia, Yi- buti), o están implicados en políticas re- gionales que se contradicen mutuamen- te (Sudán, Etiopía, Eritrea, Kenia, Ugan- da). Tras interminables discusiones, el 17 de agosto de 2015 se firma un acuerdo de paz en Nairobi (Kenia). Machar, que teme por su seguridad, reclama garantías. Termina por volver a Juba donde se salva por muy poco de un intento de asesinato el 8 de julio de 2016 y logra escapar a pie a la República Democrática del Congo. Luego de errar algunas semanas, se instala finalmente en Adís Abeba, adonde se había dirigido conlaesperanzadelograrlaintervención de la Unión Africana, cuya sede se en- cuentra en la capital etíope. Machar se encuentra actualmente recluido en una residencia bajo vigilancia en Sudáfrica aunque nunca fue juzgado. Uno de sus tenientes, Taban Deng Gaï, quien ha- bía sido condenado por el movimiento rebelde, fue sobornado para legitimar el acuerdo de paz firmado en agosto de 2015, que el gobierno de Juba dice que- rer aplicar, aunque nunca hizo el más mínimo gesto para su implementación. Para la “comunidad internacional”, que se aferra a la leyenda del intento de golpe de Estado frustrado, Machar es responsable de la guerra. El entonces secretario de Estado norteamericano, John Kerry, cuyo país es muy influyen- te en la parte anglófona del continen- te, contribuyó a darle crédito a esta te- sis. Entonces, hay que apartar a Machar para resolver la crisis. Pero se produce lo contrario. Sin jefe, la rebelión se des- integra en una serie de grupos armados autónomos. Por su parte, el gobierno de Juba intenta construir una especie de “diálogo nacional” con los miembros extremadamente sumisos del Consejo de Notables de Jieng, unánimemente rechazados por las iglesias, la sociedad civil y lo que queda de los medios. A la violencia de los combates se agrega aho- ra el estado de hambruna, oficialmente declarado por Juba desde el 21 de febre- ro y que afecta al menos a cien mil per- sonas en el norte del país. Actualmente, muchos dinkas desean que el presidente Kiir se retire, pero debido al grado de desorden en el país, el retiro no bastaría para lograr la paz. Ya no es posible negociar con eficacia ni con el gobierno ni con los “rebeldes”, porque nadie garantiza un mínimo de seguridad. Archivo LuchasdepoderenSudándelSur porGérardPrunier,Nº176,febrerode 2014. AmargodivorcioenSudán porJean-BaptisteGallopin,Nº156,ju- niode2012. HaciaelnacimientodeSudándelSur porGérardPrunier,Nº140,febrero de 2011.
  • 14. 14 | Edición 217 | julio 2017 El sueño de una China verde Tras el retiro de Estados Unidos del Acuerdo de París, China se presenta como líder en la lucha contra el cambio climático. En el país más contaminado del mundo, el poder central alienta las iniciativas a favor del medio ambiente… siempre que no se vea él mismo cuestionado. Cambio climático. Desafíos políticos de la contaminación por Guillaume Pitron*, enviado especial S i hay dos colores que movilizan en forma constante el imagina- rio de los chinos, claramente son el verde y el azul. A lo largo del país, afiches oficiales a favor delaecologíasuelenrepresentarunaciu- dadela de cristal que se erige entre valles exuberantes y cielos azulados. Y el presi- dente Xi Jinping insiste, alimentando su esperanzadevercadadía“montañasver- des” y “un cielo azul” en el Reino del Me- dio,“demaneraquenuestroshijospuedan disfrutardeunentornoagradable”(1).Pe- ro,cuandolaseñoraWeiDongyingempe- zóafotografiarelríoQianTangquecorre bajosusventanasensupueblo,Wuli(pro- vinciadeZhejiang),enelsudestedelpaís, sólovioreflejostornasoladosanaranjados bajouncieloblanquecino.Desparramadas sobrelasbaldosasdesucomedor,cincoki- losdefotoscompiladasdesde2003mues- tran las canalizaciones de una fábrica de tinturadelgrupoquímicochinoRuicaide- rramandotorrentesdecolorantesenelrío. Comouncuerpocontagioso,lasaguasdel Qianprontoafectaronasusvecinosconun malnocivoylostransformaronencronis- tasdeunrecuentomacabro:alrededorde sesentadeellosyafallecierondecáncerde pulmón, hígado o estómago, “seis más el añopasado”,especificaWeiDongying.La madreyelhermanodesumarido,unhom- bredignoqueasienteconlacabezaalescu- charla,tambiénsucumbieron. Nueva conciencia ecológica Wuli:unlaberintodecallejuelasdedosmil habitantesquepodemosrecorrersinsen- tarnosenelasientotraserodeuntaxipara nointrigaralossoplonesquemerodean.Y sólonosbajamosdeltaxialfinaldeunca- llejón sin salida, para saludar a Wei Don- gying. Entonces nos recibe una cantilena que mezcla gritos, arengas y clamores de furia.Duranteaños,estamujerde51años acumulólaspruebasdelacontaminación química, tomó anotaciones en mapas, hi- zopresentacionesantelostribunalesyde- nunciólainaccióndelasautoridades–las que, según cuenta ella, no tienen proble- ma en meterse en los bolsillos “sobres ro- jos”atiborradosdedinerodemanodein- dustrialesacambiodesumutismo–.Tras quinceañosdelucha,WeiDongyingsela- menta:“Lasfábricasnosemovieronyno- sotrosseguimosatascadosacá.¿Realmen- tenuestrocombatesirvióparaalgo?”. Siguiendo el ejemplo de esta referente delaluchaecologista,unanebulosademi- litantesverdesvienecreciendodesdehace unos veinte años. Al formular una crítica aguda del desastre ambiental ocasionado por tres décadas de capitalismo, actual- mente cuestionan la validez del principal Pacíficas o violentas, las autoridades contaron712 manifestacioneslocalescon- tra la contaminación en 2013 (2); algunos hablan de 30.000 a 50.000 personas. Esta nueva conciencia ecológica alimentó un terreno fértil para la eclosión de las aso- ciacionesambientalistas.Laprimera,Los AmigosdelaNaturaleza,nacióenPekín en 1993. Yiqun Wu tenía 31 años cuando comenzóatrabajarallíjuntoadecenasde voluntarios. Yiqun Wu recuerda: “En esa épocaanadielepreocupabaelmedioam- biente. Nuestras acciones se limitaban a plantarárbolesyhacerornitología”.Acti- vidadesinofensivas,hastaelmomentoen elqueesospionerosverdes, inspirándose en sus pares estadounidenses, se reunie- ronycrearonunaONG–unasiglacontra- dictoriaconelcarácteromnipotentedeun régimenenelquelasestructurasinterme- diasautorizadas(ligasdejuventud,asocia- cionesprofesionales,sindicatos)siempre procedierondesuautoridad–. Una libertad peculiar Sinembargo,lasuperacióndelaislamiento económico del país favoreció la afluencia de donaciones extranjeras hacia las ON- GE. Catástrofes tales como las crecidas mortales en 1998, agravadas por la defo- restación y la erosión de los suelos del río Yangzi, movilizaron a nuevos actores so- ciales para socorrer a los habitantes ribe- reños.Lomismoocurrióconelemblemá- tico bloqueo, en 2004, de la construcción de una represa sobre el río Nu, en la pro- vincia meridional de Yunnan, que habría inundadounsitionaturalconsideradopa- trimonio mundial por la Organización de lasNacionesUnidasparalaEducación,la CienciaylaCultura(Unesco).Enunsiste- ma en el que todo parte de la cima, para- dójicamente las ONGE emergieron de la baseydesdeelextranjero.Así,elpaís,que contabaconnueveONGEen1994,segúnla embajadadeFranciaenPekín,oficialmen- tetieneenlaactualidadcercade8.000de las500.000 ONGdeclaradas(3).Sucanti- dadseduplicóentre2008y2013deforma talque,“detodoslosmovimientosasocia- tivos,losqueconciernenalmedioambien- te conocieron el crecimiento más fuerte enestosúltimosaños”,aseguraYiqunWu, fundadordelaONGEVerdeEterno. Pekín decidió concederles una liber- taddeacciónsingular.“Anivellocal,pue- denemprendergrancantidaddeacciones ycriticaralgobierno.Ustedessesorpren- deríandelatoleranciadelpoderrespecto deellos”,observaJoshChin,corresponsal del diario The Wall Street Journal en Pe- kín. Yiqun Wu, que creó Verde Eterno en 2012 con 100.000 yuanes (13.000 euros) defondospersonales,consiente:anterior- mentedesconfiadas,ahoralasautoridades pekinesaslessolicitansuparticipaciónpa- ra llevar a cabo campañas de limpieza –y, depaso,novacilanenfinanciarlas–.Inclu- solasONGEsoninvitadasporelEstadoa evaluarelimpactoecológicodeproyectos de construcción de autopistas o fábricas. Algunas,comoelInstitutodeAsuntosPú- blicosyMedioambientales,dirigidoporel célebremilitanteMaJun,editanunalista negra de las compañías menos respetuo- sasdelasregulacionesecológicas,sintra- tarcondeferenciaalasmuypoderosasem- presasdelEstado. Inclusive, desde 2015, son las únicas que pueden pedir compensación ante la justicia contra degradaciones al medio ambiente, alentadas por “regulaciones ambientalescadavezmásseveras”,seale- graelabogadoambientalistaWangCanfa. Así,esteaño,unajurisdicciónconsideraba admisibleunadenunciadeLosAmigosde la Naturaleza contra la empresa petrole- raestadounidenseConocoPhillips,acusa- dadeserresponsabledeunamareanegra mecanismodelegitimidaddelPartidoCo- munista Chino (PCC) desde Deng Xiao- ping:lapolíticadecrecimientoeconómico. Frente a la magnitud de la contamina- ción, el Partido dio pruebas de pragma- tismoalconcederalasorganizacionesno gubernamentales ecologistas (ONGE) un amplio margen de acción. Pero, como sus combates amenazan con debilitar al régi- men,tambiénsonobjetodeunarepresión constante. Los militantes verdes se en- cuentran, así, en una situación de insegu- ridadpermanente,tironeadosentrelacrí- ticaalpoderylanecesidaddeinscribirsu acciónalargoplazo. La joven Shen Chunyi forma parte de los numerosos ciudadanos chinos indig- nados. Como los nueve millones de habi- tantesdeChengdu,lalúgubrecapitaldela provincia de Sichuan, esta estudiante de 19 años, de delicada silueta y mirada me- lancólica, siente que cayó en la trampa de lacontaminaciónatmosférica.Laculpaes delincesantetráficovehicularydelapre- sencia de una fábrica petroquímica en la ciudad vecina de Pengzhou. Shen Chun- yi suspira: “Pasamos el otoño y el invier- no sin nunca ver el cielo. Por eso, hace al- gunosdías,cuandoelsollogróasomar,¡la gente salió con sus cámaras de fotos!”. La situación se volvió tan intolerable que en diciembre de 2016 varios centenares de personasprotestaronenTianfuSquare,la plazaprincipaldelamegalópolis,conmás- caras anticontaminación en la cara. “La manifestación fue dispersada, sus líderes detenidos y los medios de comunicación oficialesfueronsilenciados”,relataunha- bitanteprotegidoporelanonimato.Ynose sabequéfuedeloslíderes. Aunque pasaron varios meses, una at- mósferapesadasigueflotandosobreTian- fuSquare,bajolamiradadeunaintimidante estatuadeMaoZedong.Policíasprovistos de equipamiento antidisturbios cruzan la plaza con paso viril. Más lejos, una escua- dradevehículos,conlucesrojizas, parece dispuestaaromperlaformación.Depronto dosautosempiezanaseguiranuestrotaxi. Y,enalgunoslugarespúblicos,unhombre, probablementedelaseguridadinterior,nos sacófotos…MásvaleabandonarChengdu. Li Keran, All the Mountains Blanketed in Red Scroll, 1964 (fragmento intervenido, gentileza Christie’s)