La semilla y la vida de Camilo Torres Restrepo sigue vigente en su análisis de las estructuras de poder y la violencia, en su apuesta de estudiar y transformar los barrios obreros y la pobreza en las ciudades, en la fe como praxis revolucionaria, en su llamado a la unidad y la propuesta del Frente Unido, en la exigencia de los derechos de las mujeres, en su ejemplo de vida y, fundamentalmente, en la posibilidad de construir un país en paz.
1. ¿QUÉ SIGNIFICA CAMILO TORRES RESTREPO HOY?
Sábado, 15 Febrero 2014.
La semilla y la vida de Camilo Torres Restrepo sigue vigente en su
análisis de las estructuras de poder y la violencia, en su apuesta de
estudiar y transformar los barrios obreros y la pobreza en las
ciudades, en la fe como praxis revolucionaria, en su llamado a la
unidad y la propuesta del Frente Unido, en la exigencia de los
derechos de las mujeres, en su ejemplo de vida y,
fundamentalmente, en la posibilidad de construir un país en paz.
Fernanda Espinosa.
Fuente: www.desdeabajo.info
Cada 15 de febrero, y con más fuerza éste en el que nos acercamos a
los cincuenta años del asesinato del padre Camilo Torres Restrepo, se
renuevan las preguntas ¿qué significa él hoy para nosotros? ¿Cuál es
su legado para las generaciones actuales y para los retos del presente
contexto? ¿Qué tan distinta es la Colombia de hoy a la que vivió y
caminó Camilo? Preguntas que sin duda no pierden vigencia.
Hacemos aquí algunas consideraciones al respecto.
Camilo Torres Restrepo, el intelectual, el sociólogo, el cura, el
guerrillero, el alfabetizador popular, el investigador, el teólogo, el que
fue asesinado en Patio Cemento, en febrero de 1966, a sus 37 años…
El personaje integral que fue, sus múltiples facetas, y su vida como
ejemplo de sacrificio deben ser revisitadas y recreadas.
Mientras Camilo vivía, era presidente de Colombia Eduardo Santos
Montejo (1938-1942), el tío-abuelo del actual presidente Juan Manuel
Santos. A Camilo Torres no le hubiera impresionado tanto ver la
2. Colombia actual, finalmente las estructuras de poder siguen intactas,
es la misma clase política la que sigue conduciendo los destinos de la
nación con el mismo proyecto. En ese periodo el sistema democrático
estaba cerrado al bipartidismo, se había implementado el Frente
Nacional y existía una fuerte desconfianza del sistema electoral. Si
bien ya no estamos en el Frente Nacional, falta mucho camino en la
construcción de la democracia real en Colombia.
Camilo analizó en diversos textos la violencia que se perpetúa en
Colombia, él se refería a “La Violencia de los cincuenta”, pero su
análisis podría dar cuenta de la violencia actual que arroja cifras
aterradoras. La Unidad de Víctimas acaba de registrar la víctima
número 6´073.473 desde 1984 hasta el 20131, una cifra mayor a la
de la población total de un país como Nicaragua. Él reconocía la
importancia que tenía en este conflicto el problema de la tierra y la
desigualdad en el campo. El gamonalismo y el modelo de gran
latifundio fueron estructurales desde “la Violencia” bipartidista. Más
recientemente los grandes propietarios de la tierra han estado ligados
al fomento del paramilitarismo. Además, la gran desigualdad en la
propiedad de la tierra y la pobreza del campesinado han sido
catalizadores de la guerra. Todas estas razones evidencian la
importancia del tema agrario en el país y su relación intrínseca con el
conflicto.
Sin embargo, ciertamente el país sí se ha transformado en casi 50
años, con cambios fundamentales como la urbanización. Efecto del
conflicto armado y del desplazamiento forzado, las ciudades han
crecido exponencialmente: hoy Colombia tiene más del 75% de sus
habitantes residiendo en los núcleos urbanos. Un gran problema de
las ciudades es su pauperización y los cinturones de miseria, casi de
forma profética la pobreza en las ciudades también había llamado la
atención de Camilo. En 1958 se graduó como sociólogo con el trabajo
“Una aproximación estadística a la realidad socioeconómica de
Bogotá” (publicado en 1987 como “La proletarización de Bogotá”),
estudio pionero en sociología urbana del país.
En este texto Camilo plantea el problema de la «pobreza» de la cual
son víctimas los centros urbanos colombianos y define la
proletarización como: “el proceso por el cual una gran proporción de
asalariados pierden todo otro medio de subsistencia distinto a su
propia fuerza de trabajo. Por lo tanto la proletarización supone una
estructura socioeconómica, de división del trabajo, de concentración
capitalista y de industrialización, elementos estos que han coincidido
3. de hecho con el nacimiento de las grandes ciudades modernas». Su
proyecto de tesis de doctorado en sociología, diseñado en 1962 pero
nunca terminado, proponía estudiar la asimilación de migrantes a los
medios urbanos y examinar en detalle la experiencia de diez familias
de origen campesino residentes en Bogotá.
Camilo fundó el Movimiento Universitario de Promoción Comunal
(MUNIPROC), y desarrolló trabajos de investigación y de acción social
en barrios populares y obreros de Bogotá, como el barrio Tunjuelito.
Es decir, reconoció la importancia del trabajo popular y barrial en las
ciudades, desde la alfabetización popular, pero también desde la
investigación académica. Estos aportes tienen especial vigencia
cuando reconocemos que pensar una alternativa en el país pasa hoy
por el derecho a la ciudad, y es un tema que adquiere cada día más
importancia.
La figura de Camilo Torres Restrepo adquirió reconocimiento en otras
partes del mundo. En América Latina su desarrollo, junto con otros
sacerdotes y religiosos de la “Teología de la Liberación” o “Iglesia de
la Liberación”, dejó un legado importante que hoy se expresa con
fuerza, por ejemplo, en Brasil con las comunidades eclesiales de
base. Llama la atención, por ejemplo, su reconocimiento en países de
Europa como Bélgica y Holanda, donde se ha reconocido su figura,
pero especialmente se ha estudiado su conceptualización de la praxis
y de la Investigación-Acción Participativa, desarrollada por Fals
Borda. Así pues, Camilo Torres Restrepo constituye un símbolo de
rebeldía latinoamericana, y se ha convertido en un mito internacional.
Entre sus legados debemos resaltar la fe como praxis revolucionaria.
Su desarrollo del pensamiento revolucionario de Jesús, su apostolado
consecuente, su apuesta por la iglesia de los pobres contraria a la
jerarquía eclesiástica, la misma que en la actualidad está
desprestigiada por sus incoherencias, sus escándalos de violaciones a
menores, la corrupción en su interior, su respaldo al poder y a los
poderosos, su reforzamiento del patriarcado, al igual que su
misoginia. Camilo es vigente como ejemplo de la posibilidad de vivir
la fe de una manera distinta, alejada de esas instituciones y con
potencial transformador.
Camilo ha sido reconocido por su llamado a la unidad, desde nuestras
historias de sectarismos y fragmentaciones, de esos caminos de
fratricidio y disputas dentro de la izquierda. Él plantea la unidad como
un propósito. Por los grandes retos que afronta el país, la discusión
4. hoy sobre la unidad en la diversidad es fundamental. La unidad de la
izquierda es importante para posicionar una agenda de país en paz,
un pacto por la solución política y negociada al conflicto social y
armado, y la necesaria profundización de la democracia, la
movilización y encuentro en la acción2.
Más allá de su famosa frase: “para realizar la unión de los
revolucionarios debemos insistir en todo lo que nos une y prescindir
de todo lo que nos separa”, desarrolló algunos aportes claves sobre la
unidad. Por ejemplo, frente a la construcción del sujeto político
revolucionario, combatiendo el individualismo. Adicionalmente la
necesidad de un programa unitario de soluciones para la situación
colombiana, así fue como comenzó a hablarse de la plataforma del
Padre Camilo, a reproducirse y circular de mano en mano.
Concretándose en la Plataforma del Frente Unido del Pueblo
Colombiano3 cuyos objetivos eran: reforma agraria, reforma urbana,
planificación, política tributaria, nacionalizaciones, relaciones
internacionales, seguridad social y salud pública, política familiar,
fuerzas armadas, derechos de la mujer.
Camilo decía “unidos contra el enemigo principal”, proponiendo la
identificación de un enemigo común. En ningún momento dejó de
preocuparse y plantear la unidad popular y revolucionaria: «nosotros
tenemos que lograr la unión revolucionaria por encima de las
ideologías que nos separan, los colombianos hemos sido muy dados a
las discusiones filosóficas y a las divergencias especulativas. Nos
perdemos en discusiones que, aunque desde el punto de vista teórico
son muy valiosas, en las condiciones actuales del país resultan
completamente bizantinas».
Justamente una de las contradicciones de la unidad son “los egos” de
la izquierda, tan negativos para el proceso de unión en la diversidad,
una de sus aportaciones que aun hoy no se han descubierto
totalmente. Para Camilo había que ir más allá del individuo y el
énfasis estaba en los proyectos colectivos en seres humanos guiados
por el amor eficaz y el humanismo, aquello que tantas veces se nos
escapa en las sociedades modernas.
Lentamente nuestra sociedad ha reconocido los derechos y el papel
político de las mujeres, aunque aún falta mucho en este camino,
como se evidencia por ejemplo en las recientes agresiones sexuales.
Desde 1965 Camilo se preguntó por los derechos de las mujeres. Con
las limitaciones de su contexto histórico, Camilo escribió: “la mujer
5. colombiana, como la mujer de todo país subdesarrollado, ha estado
siempre en condiciones de inferioridad respecto del hombre y la
sociedad (…) la mujer colombiana tiene la conciencia de ser explotada
no solamente por la sociedad, como la mayoría de los colombianos,
sino también por el hombre”4. De igual manera, Camilo reconoció
problemáticas como de la doble o incluso triple jornada a la que se
sometían las mujeres de todas las clases sociales. Y
fundamentalmente el papel político que tenemos, camino en el cual
necesitamos avanzar.
Alrededor de Camilo poco a poco han aparecido figuras femeninas
muy importantes como su madre Isabel Restrepo, su hermana Gerda
María Westendorp y su compañera Marguerite Marie Guitemie Olivieri.
Aún falta mucho para reconocer el papel histórico de mujeres no
únicamente como figuras que gravitan alrededor de un hombre.
A Marguerite-Marie Guitemie Olivieri se le ha conocido como “la
confidente de Camilo”, pero su propia historia de vida es destacable.
Había nacido en 1933, en Francia, aunque su familia era de Córcega.
Fue hija de un célebre médico. Guitemie vivía en un barrio pobre de
París, acompañando a los “curas obreros” en trabajos de sabotaje
contra el régimen francés que se imponía a la fuerza en Argelia. Tuvo
formación en la lucha por la liberación de los argelinos. Durante su
breve paso por Colombia, debido a su participación en las luchas de
Camilo Torres, dejó una huella imborrable en la historia del país aún
no visibilizada. Según algunos biógrafos, ella también intento
vincularse a las filas guerrilleras pero en esos tiempos no se
aceptaban mujeres.
Isabel Restrepo Gaviria, la madre de Camilo, era igualmente
temeraria, fuerte, una mujer de carácter. Se casó dos veces: la
primera, con el ciudadano alemán Carlos Westendorp. De esta unión
nacieron Carlos Edgardo y Gerda María. Del segundo matrimonio
provienen Luis Femando y Camilo. Camilo fue muy cercano con su
hermana, Gerda María Westendorp, quien fue la primera mujer en
ingresar a la Universidad. En los años que se discutía si la educación
profesional de las mujeres era “una pérdida de tiempo” o debía ser
solo exclusiva en profesiones denominadas “femeninas”. En el año
1935 ingresó a Medicina en la Universidad Nacional de Colombia,
pero se especializó en Filología e Idiomas5. Muy poco se ha dicho
todavía sobre las mujeres que abrieron la teología de la liberación.
Recientemente se ha visibilizado a Leonor Esguerra6, pero junto con
ella otras monjas también participaron de la Golconda7.
6. Más allá de reconocer una ideología o una doctrina “camilista”, se
trata de ver una nueva óptica sobre este personaje y la consecuencia
en su vida. Camilo Torres no estaba de acuerdo con ningún “ISMO” y
creo que menos con uno que llevara su nombre, más se trata de una
práctica en el quehacer casi cotidiano, eso es reconocer la figura
integral de su obra.
Finalmente, Camilo tiene tanto que decirnos sobre la paz, más aun en
medio de un proceso de negociación con las FARC y posiblemente
dentro de poco con el ELN. Para una construcción de la paz integral
en el país, tendremos que recuperar propuestas como el Frente
Unido, pero sobre todo el humanismo y la ética para reconstruir el
tejido social desgastado por tantos años de conflicto armado.
1
http://www.semana.com/nacion/multimedia/seis-millones-devictimas-contando/376351-3
2
¿ES POSIBLE LA UNIDAD?
http://www.palabrasalmargen.com/index.php/articulos/nacional/item
/es-posible-la-unidad
3
Periódico Frente Unido, Núm. 6, Bogotá, 30 de septiembre de 1965
4
Camilo Torres Mensaje a las mujeres Periódico Frente Unido, año 1,
número 8, 14 de octubre de 1965, Colombia.
5
Adriana Mayol. Diez mujeres que abrieron camino. Tesis de grado
inédita. Universidad de La Sabana,
Facultad de Comunicación Social y Periodismo. Entrevista realizada
con Gerda Westendorp.
Bogotá, 1987.
6
Esguerra Leonor y Claux, C. I. ( 11). La búsqueda. Colombia:
Aguilar.
7
Ver: rdila, rias, Espinosa “ las mujeres en la Golconda” En: rias,
. B., ( 13). De Camilo a Golconda. Bogotá. Proyecto Memoria
istórica.