Un ecosistema está compuesto de elementos bióticos y abióticos. Los elementos bióticos son los seres vivos como plantas y animales, mientras que los elementos abióticos son factores no vivos como el clima y el suelo. Las especies bióticas interactúan entre sí y con su ambiente a través de procesos como la depredación, competencia y simbiosis, formando ciclos de energía y nutrientes.