La falta de concentración puede afectar el rendimiento académico y laboral. Algunas causas comunes son el estrés, la falta de sueño, el uso excesivo de dispositivos electrónicos y las distracciones ambientales. Es importante identificar las causas subyacentes y establecer hábitos de estudio y trabajo más efectivos para mejorar la capacidad de concentración a largo plazo.