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Enfrentarse con rigor a la disci-
plina de marketing requiere conocer
los mecanismos que crean, dinami-
zan y aseguran el establecimiento de
relaciones avanzadas entre las orga-
nizaciones y los públicos con los que
interactúan.
A través de la lectura de
“Marketing relacional” descubrirá
nuevas e inteligentes visiones para la
seducción y fidelización de los clientes.
INTRODUCCIÓN
El marketing relacional es un
concepto nacido en la década pasa-
da. Desarrollado esencialmente para
las teorías del marketing de servicios
y podemos definirlo de las siguientes
maneras:
· Consiste en establecer, man-
tener, realzar y negociar relaciones
con el cliente, de tal modo que los
objetivos de las partes involucradas
se consigan.
· Es una aproximación centra-
da en el cliente donde una empresa
busca relaciones empresariales a
largo plazo con los clientes actuales y
potenciales.
El objetivo del marketing rela-
cional es convertir el actual monólo-
go existente entre las marcas y los
consumidores en un diálogo, en el
que ambas partes se beneficien del
intercambio de información convir-
tiendo lo que antes era una transac-
CMR no ha de reducirse a la aplica-
ción de herramientas tecnológicas.
Las llamadas soluciones CMR
pueden dividirse en tres partes:
1. CMR analítico. Hace refe-
rencia al almacenamiento (en el data
warehouse) proceso, modelización y
explotación de la información dispo-
nible. Son herramientas orientadas al
conocimiento. Ofrecen información
valiosa sobre las relaciones que a
nivel interno (entre los diferentes
departamentos de la empresa) y
externo (para los clientes, proveedo-
res y suministradores).
Un CMR analítico debe ser
capaz de:
· Identificar por qué sucedió
mediante la incorporación de mode-
los analíticos de información basados
en técnicas multivariables.
· Prever qué sucederá en fun-
ción de modelos predictivos.
· Establecer alertas sobre lo
que sucederá.
· Proponer alternativas me-
diante la incorporación de objetivos y
en función del análisis de la informa-
ción disponible de todas las fases
anteriores.
2. CMR operacional u opera-
tivo. Hace referencia a los procesos
de negocio en la compañía. Se dife-
rencian en dos partes:
a) Back office. Todos los proce-
sos organizativos que configuran el
entramado del negocio y dan forma
al mismo. El CMR interviene en el
back office considerando a éste como
un público interno, cuyas interaccio-
nes y relaciones están orientadas
hacia la satisfacción del cliente, la
consecución de objetivos y optimiza-
ción de los recursos de la compañía:
· Parte de la base del intercam-
bio de comunicación fluida entre
diferentes departamentos que inte-
gran el sistema de la organización.
· Incorpora procedimientos
sobre dicho intercambio.
· Propone alternativas a las
posibles desviaciones.
· Valora la efectividad de las
partes involucradas.
· Facilita la toma de decisiones.
b) El front-office. Hace referen-
cia a todas las áreas de la empresa
que entran en relación directa con el
cliente. Un CMR operacional en el
front office tiene que:
· Ofrecer información relevan-
te y actualizada al cliente.
· Asegurar la privacidad de los
datos aportados.
· Facilitar una interconexión
con todas aquellas áreas del back
office cuya actividad afecte o pueda
afectar a la satisfacción del cliente
(especialmente producción y logísti-
ca de envíos).
· Representar adecuadamente
a la compañía (es el punto de contac-
to del cliente con la empresa).
· Almacenar y distribuir la
información aportada por el cliente.
· Facilitar y apoyar las relacio-
nes mediante un intercambio de
información fluido y constante en el
tiempo.
· Integrar el mayor número
posible de canales de comunicación.
· Estar personalizado en fun-
ción de los intereses e inquietudes
del cliente.
3. CMR de colaboración, in-
teracción directa. Es una de las más
innovadoras herramientas informáti-
cas desarrolladas al servicio de la
empresa. Algunas de las característi-
cas del CMR de colaboración son:
· Su integración e intercone-
xión con el CMR analítico y operacio-
nal.
· Su orientación hacia preventa
y venta, su apoyo a la posventa y su
focalización hacia el establecimiento
de relaciones.
· Su integración con los recur-
sos de personalización de la comuni-
cación.
· La búsqueda continuada de
la identidad del interlocutor.
· Su alta compatibilidad con
tecnologías de telecomunicaciones.
· La flexibilidad que ofrece
para la programación de eventos y
respuestas ante determinados estí-
mulos o acciones del interlocutor.
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EFFECTIVE MANAGEMENT
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EFFECTIVE MANAGEMENT
AÑO VI Nº 136
Effective Management
RESÚMENES DE GESTIÓN
Marketing
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Effective Management, S.L.
C/ Industria, 64, Bajos- 08960 Sant Just Desvern -Barcelona- (España).
Tel. 93-473 75 97 Fax 93-473 75 97. E-mail: effective@effective-management.com
Web: www.effective-management.com
Edición: Effective Management, S.L.
Depósito legal: B-17.662-97
Impresión: Impressors de Barcelona, S.L.
Maquetación: S&R Publit, S.L.
Corrección de estilo: Antoni Vives.
Dirección Comercial: Jordi García.
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Ningún texto publicado en Effective Management puede ser reproducido total o parcialmente, en
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MARKETING RELACIONAL
Pedro J. Reinares,
José Manuel Ponzoa
303 páginas
Libros seleccionados y recomendados por:
Oriol Amat, Antonio Argandoña, Josep Bertrán, Eulogio Bordas,
Josep Chías, Luis Mª Huete, Esteban Masifern, Raúl Peralba,
Josep M. Piqué, Franc Ponti, Luis Torras, Joan Tugores.
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Comparación entre la venta de transacciones y la venta de relaciones
Venta de transacciones
El vendedor y la empresa.
Estímulo-respuesta, estados
mentales.
Ventas cerradas, volumen de
pedido.
Hacer visitas, cerrar ventas.
Una dirección del vendedor al
cliente.
Sin ningún compromiso.
Poco o ninguno.
Satisfacción de necesidades, solución
de problemas, consultiva.
Confianza, planificación conjunta, bene-
ficios mutuos.
Consultor y aliado a largo plazo. Persona
clave en la empresa del cliente.
Dos sentidos y colaborativa.
Activamente implicado en el proceso de
toma de decisiones del cliente.
Continuado a fin de asegurar la satisfac-
ción del cliente, ofrecerle valor añadido
y controlar las oportunidades.
El cliente y los clientes del cliente.
Perspectiva
Enfoques de
venta personal
Resultados
deseados
Papel del
vendedor
Naturaleza de la
comunicación
Grado de
compromiso
Seguimiento
postventa
Venta de relaciones
la propia empresa o establecimientos
adheridos al programa. El trato espe-
cial y el reconocimiento del cliente
son sus pautas diferenciales. En fun-
ción del número de empresas que
participan y al grado de implicación
de las mismas los programas pueden
clasificarse como:
- Multi-sponsors o multimarca.
Surgen por el acuerdo entre diferen-
tes compañías líderes en diferentes
sectores de consumo con el objeto
de ofrecer al titular una oferta amplia
de posibilidades de consecución de
puntos, a la vez que se comparten los
costes derivados de la propia admi-
nistración del programa y obtención
de premios. La principal crítica reali-
zada sobre este tipo de programas es
la pérdida de identificación de la en-
seña, que cede su notoriedad a una
marca diferente que la represen-
ta en el ámbito de la fideliza-
ción. Travel Club es un
ejemplo.
- Mono-sponsors o
monomarca. Surgen
de la necesidad de
una empresa de
desarr ollar un
programa que la
represente frente
al cliente. El pro-
grama es por la
propia compañía
que lo patrocina.
Club Caprabo, por
ejemplo.
- Sectoriales o mo-
no-sponsors con aso-
ciados. Ante la dificul-
tad de ofrecer un valor
verdaderamente diferencial
al cliente y alto coste de los
programas, algunas empresas han
optado por desarrollar programas
mixtos, que intentan aglutinar las
ventajas de los programas multi-
sponsor conservando el nivel de
identificación de la marca de los
mono-sponsors. El programa Puntos
Estrella de La Caixa.
Vinculación de clientes
La vinculación es entendida
como número de servicios y produc-
tos que un determinado individuo
compra, la frecuencia con que lo hace
o incluso el tiempo que lo lleva ha-
ciendo. No contempla la satisfacción
y la exclusividad, dos de los factores
que mejor definen a la fidelización.
La relación entre vinculación y
fidelización se origina a partir del
índice de satisfacción. A partir de una
situación de fuerte vinculación con el
cliente estamos en una situación de
privilegio para desarrollar una política
de fidelización tendente a conseguir
una aceptación de índole emocional
y una respuesta eficiente a las necesi-
dades del cliente, para que una vez
finalizadas las obligaciones contraídas
(fin de la vinculación), sigamos sien-
do elegidos.
Retención de clientes
La retención de clientes hace
referencia a una reacción de la em-
presa por la que se evita la pérdida
de un cliente adecuando el servicio
u oferta; dichas acciones se suelen
realizar de forma puntual para man-
tener una determinada cartera de
clientes.
Resulta básico en una planifica-
ción de la retención de nuestros
clientes conocer cuáles son las causas
que originan una pérdida potencial
de clientes. Las principales son:
· Acciones de la competencia
directamente encaminadas a mejorar
la situación del cliente con respecto a
su situación actual.
· Factores ajenos a la relación:
cambio de ubicación geográfica, fa-
llecimiento, etc.
· Quejas y reclamaciones no
explicitadas por el cliente pero cau-
santes directas del abandono.
· Quejas y reclamaciones desa-
tendidas por la empresa.
· Desvinculación progresiva
generada por una relación sin sufi-
cientes incentivos.
· Acumulación de situaciones
no favorables para el consumidor.
· Errores en los procedimien-
tos de comunicación necesarios para
crear vínculos permanentes entre el
cliente y la empresa.
Invertir en el conocimiento del
proceso que ha generado la pérdida
es tan importante como conocer
cómo relacionarnos con éxito con
nuestros clientes. La posible pérdida
del cliente pone en evidencia que
algo está fallando en nuestros pro-
pios procesos relacionales ya que no
hemos sido capaces de anticiparnos a
una situación que hace fracasar todo
el esfuerzo que hemos realizado con
ese cliente.
Algunos consejos básicos a
tener en cuenta en los procedimien-
tos para gestionar situaciones de cri-
sis son:
· Establecer procedimientos
automatizados que permitan señali-
zar los puntos críticos de la relación.
Estos indicadores posibilitan una re-
solución estándar que probablemen-
te solucione la incidencia.
· Es necesario realizar un análi-
sis riguroso que permita establecer
modelizaciones sobre el proceso que
finalmente produce al abandono.
Estas pautas permitirán crear un sis-
tema de avisos que anticipe las situa-
ciones que conducen al inicio del
abandono.
· Los procedimientos anterio-
res deben permitir elaborar una cate-
gorización de los clientes según su
propensión al abandono. Esta infor-
mación permitirá aplicar tanto pro-
gramas de seguimiento individualiza-
dos como discriminar los recursos en
función del riesgo de abandono y del
valor del cliente.
· Las soluciones deben ser fle-
xibles y estar totalmente pactadas
con el cliente; sólo de esta manera
podemos dar por finalizada una
situación que puede ser una bola
de nieve que continuará generando
problemas y dañará la imagen de la
empresa.
CUSTOMER RELATIONSHIP MANA-
GEMENT (CMR)
Según Price Waterhouse Coo-
pers, el CMR es una combinación de
cambios estratégicos, de procesos
organizativos y tecnologías, para bus-
car mejorar la gestión del negocio, en
torno al comportamiento de sus
clientes. Implica la adquisición y
desarrollo de conocimientos sobre
clientes para usar esta información en
los puntos de contacto, obteniendo
así mayores ingresos y eficiencia
operativa.
Todas las definiciones de CMR
incluyen las siguientes premisas:
· Estrategia de negocio centra-
da en el cliente.
· Incluyen diferentes públicos
en relación con la empresa: especial-
mente, empleados y clientes.
· Enfatizan la necesidad de
añadir valor al cliente mediante el
conocimiento de sus necesidades y
mediante la orientación y personali-
zación de la oferta.
· Incluyen la aplicación de una
tecnología accesible y manejable por
empresa para conseguir la fidelidad
de los clientes y un aumento de los
beneficios.
· Insisten en que el término
ción en una relación. De esta manera,
la empresa y sus consumidores cola-
boran en la búsqueda del beneficio
mutuo.
Las acciones de marketing re-
lacional son no la panacea estratégi-
ca. Muchos autores ya plantean la
necesidad de reflexionar sobre los
siguientes elementos:
· El marketing relacional busca
incrementar las relaciones en una
progresión de selección y reducción
de sus actuales consumidores. Ello
supone aumentar la dependencia
sobre un menor número de ellos. Es
posible que la empresa quede más
vulnerable frente a acciones de la
competencia o cambios inesperados
de estos consumidores.
· Asimismo, concentrarse en el
porcentaje de consumidores más
rentable puede suponer un menor
esfuerzo en términos de marketing
sobre un grupo mayor, que pueden
ser los consumidores potenciales fu-
turos. Ante el abandono de nuestras
acciones, ese numeroso grupo fácil-
mente puede reaccionar frente a ac-
ciones de nuestros competidores.
Tampoco menospreciemos la posible
mala imagen creada entre los grupos
de consumidores sobre los que explí-
citamente realicemos acciones que
pueden ser percibidas como discrimi-
natorias.
· Al centrar nuestras acciones
en un target cuantitativamente redu-
cido, éstos se acostumbran a recibir
un trato preferencial. Ello origina un
espiral donde, para mantener viva la
relación, cada vez es más necesario
prestar mejor servicio, que en el futu-
ro, puede llegar a ser una situación
insostenible.
· Teniendo en cuenta la ten-
dencia actual al rápido cambio de
conducta y necesidades de los con-
sumidores, es posible que a lo largo
del tiempo en que la empresa tarda
en consolidar la relación, las relacio-
nes hayan cambiado.
LA ESTRATEGIA RELACIONAL
Hablar de estrategia relacional
supondrá, según los casos, generar
un modelo de negocio orientado
plenamente a las relaciones (tras
considerar a las mismas como parte
fundamental de nuestra ventaja
competitiva), revisar parte de la
estrategia existente (después de ha-
ber identificado la necesidad de in-
cluir vínculos relacionales con uno
varios segmentos de clientes) o, sim-
plemente, incorporar en la estrategia
tradicional objetivos relacionales con
la suficiente entidad como para ser
formulados y diferenciados, y orien-
tados a incrementar los intercambios
de ideas y servicios con el público
objetivo.
Uno de los errores más fre-
cuentes al diseñar una estrategia rela-
cional suele derivarse de la excesiva
focalización hacia las relaciones de
los objetivos, planes y presupuestos
de marketing, desatendiendo las
transacciones. Éstas son la base sobre
las que la empresa tendrá que esta-
blecer una estrategia relacional, in-
corporando a las mismas el factor
tiempo o frecuencia y favoreciendo la
respuesta o retroalimentación, me-
diante la aplicación de técnicas de
marketing relacional que garanticen
su continuidad y las satisfacción de
las partes en el tiempo.
En la elaboración de un plan
estratégico relacional se deberá partir
de una estructura que contemple las
siguientes fases:
1. Análisis de la situación.
Esta fase contempla un estudio deta-
llado del contexto en el que la em-
presa ejercerá su estrategia relacio-
nal.
2. Determinación de la acti-
vidad de la empresa orientada al
cliente. Orientar la empresa al clien-
te supone considerarle; esto es, que
nuestra organización sea en parte
como el cliente espera. Orientarse al
cliente también significa satisfacer sus
necesidades, entre otras razones,
porque la empresa es capaz de inci-
dir sobre la motivación del cliente
mediante la relación que este man-
tiene con nosotros.
3. Objetivos relacionales de
la empresa. Definir objetivos relacio-
nales no es más que desagregar
nuestra misión relacional. El ejercicio
de síntesis y comprensión que
nos ha permitido llegar a un
único enunciado tras la
observación de la reali-
dad, a la detección de
la necesidad y al con-
traste de uno y otro
con nuestras capa-
cidades, compren-
d e f e n ó m e n o s
múltiples que re-
quieren ser aten-
didos por separa-
do. Es fundamen-
tal que las accio-
nes realizadas por
la empresa sean co-
herentes con los ob-
jetivos marcados. Al-
gunos de los principales
objetivos estratégicos son:
· No sea grandilocuen-
te. Traduzca los objetivos para su
personal y adáptelos a su lenguaje.
· Es importante ser ambicioso,
pero realista; no se marque objetivos
que nunca vaya a cumplir.
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EFFECTIVE MANAGEMENT
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EFFECTIVE MANAGEMENT
Título: MARKETING RELACIONAL.
Los Autores: Pedro Reinaes es Doctor en CC Económicas y Empresariales y posee
un master en Marketing Estratégico, José Manuel Ponzoa es Licenciado en CC de la
información y doctorado en Investigación Comercial y Marketing.
©2002 Pearson Education, S.A. www.pearsoneducation.com. Resumido con
permiso del editor.
¿Cómo obtener el libro?
a. Llamar al teléfono 93 473 75 97
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Effective Management. Si lo prefiere, puede llamar por teléfono y le atendere-
mos personalmente o ponerse en contacto por e-mail.
Si es Ud. empresa y desea varias suscripciones, disfrutará de un descuento pro-
mocional en función de la cantidad que precise.
¿Cómo conseguir más de una copia de los resúmenes?
Llámenos por teléfono. Las copias sucesivas del mismo ejemplar tienen un pre-
cio muy ventajoso para Ud.
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Fidelización
La lealtad o fidelidad constitu-
ye la medida de la vinculación del
cliente a la marca o empresa; refleja
la posibilidad de que el cliente cam-
bie a otra marca, especialmente
cuando se modifica alguna caracterís-
tica en funcionamiento o precio, o
cuando las acciones de captación de
los competidores logran calar en la
percepción que sobre el índice de
satisfacción posee el consumidor
para lograr la prueba del producto y
su posterior reiteración en la compra.
El nexo entre marketing rela-
cional y fidelización se provoca
mediante la intervención del primero
en los procesos de satisfacción del
cliente. La oferta de la empresa inter-
viene, tomando como propia la
necesidad del cliente para ofrecerle
una respuesta que éste no puede o
no desea solucionar por sus medios.
A los programas de fideliza-
ción se les denomina programas de
recompensa puesto que estimulan la
elección del cliente ofreciéndole un
beneficio que incide sobre aquello
que verdaderamente resulta moti-
vador.
Un programa de fidelización
bien diseñado supone, además de un
soporte de alta valía para la recopila-
ción y actualización de informaciones
importantes sobre el cliente, un
auténtico laboratorio en el que poder
contrastar las conclusiones obtenidas
del análisis de las mismas. La correc-
ta articulación de un programa de
fidelización ha de incorporar la pues-
ta en marcha de un sistema que per-
mita:
1. Adquirir información (de
forma permanente). Las principales
fuentes por las que podemos adquirir
conocimiento son:
· El formulario de inscripción
en el programa
· Los formularios que poste-
riormente se dirijan al cliente (nor-
malmente incentivando su respuesta
mediante puntos o regalos) con obje-
to de completar o actualizar la infor-
mación obtenida a través del formu-
lario de inscripción.
· La información derivada de
las relaciones mantenidas con el
cliente tanto de índole comunicativo
como económico.
· La información derivada de la
respuesta y ausencia de respuesta a
nuestras propuestas.
2. Facilitar la toma de deci-
siones (a corto plazo). Mediante el
análisis continuado de la base de
datos de clientes la empresa dispone
de una ventaja competitiva impor-
tante frente a su competencia. Pri-
mero, porque puede ceñirse a detec-
tar los cambios y necesidades de un
universo de clientes sobre los que
disponemos información relevante
de difícil acceso para nuestros com-
petidores y, en segundo térmno, la
ventaja competitiva vendrá derivada
de la capacidad de reacción que las
relaciones avanzadas van a propiciar-
nos para hacer frente a las acciones
de nuestros competidores.
En un sistema relacional so-
portado por una base de datos orien-
tada a facilitar información válida
para la toma de decisiones en el
corto plazo, podemos diferenciar dos
niveles de toma de decisiones:
· Las derivadas de la actuación
que se requiere frente a un determi-
nado cliente que, hasta el momento,
era gestionado en el sistema de rela-
ción con unos parámetros determina-
dos y que requiere un nuevo enfo-
que, que podemos denomiar evolu-
ción táctica de las relaciones.
· Las derivadas de las actuacio-
nes tácticas de la compañía definidas
en sus planes estratégicos.
3. Planificar correctamente el
futuro. El proceso de evolución tácti-
ca de la relación con el cliente ha de
ser generado de forma automática
por la base de datos de clientes,
entendida como una herra-
mienta dinámica y no co-
mo un simple almacén
de datos.
Los progra-
mas de fidelización
pueden clasificarse
de la siguiente ma-
nera:
· Programas
de recompensa ba-
sados en puntos.
Consiste en acumu-
lar puntos en función
de determinados es-
fuerzos de compra,
visita o participación
canjeables por un catálogo
de productos que permanece
con escasas diferencias en el
tiempo e incorpora ofertas de precios
en puntos de forma puntual.
· Programas de recompensa
basados en cupones descuento.
Consiste en conseguir reducciones
de precio en futuras compras dentro
del establecimiento, normalmente
articulados mediante vales de des-
cuento con valor facial en dinero.
· Programas basados en tratos
preferenciales. Ofrecen la posibilidad
de conseguir ventajas adicionales en
· Jerarquice los objetivos y es-
tablezca una clasificación a dos nive-
les: por áreas de desempeño y, den-
tro de ésta, por orden de importan-
cia.
· Nunca pierda de vista a sus
clientes; lo que es bueno para la em-
presa puede no serlo para el cliente.
· Segmente, segmente. No
tiene un único negocio, tiene tantos
como grupos, segmentos o indivi-
duos rentables pueda identificar.
· Diferencie e identifique den-
tro de los objetivos relacionales:
- Aquellos basados en los
intercambios de bienes y servicios
que aportan beneficios económicos a
la organización.
- Los orientados puramente a
satisfacer necesidades de comunica-
ción y a favorecer la relación no eco-
nómica del cliente.
- Aquellos que favorecen la
diferenciación con nues-
tros competidores.
· Utilice un método
propio, asocie el ob-
jetivo a una imagen
y le permitirá re-
cordar el rumbo
sin tener que mi-
rar la brújula.
· Sea conformis-
ta. La sonora feli-
citación de un
objetivo cumplido
es la alerta que
nos avisa de la
necesidad de esta-
blecer uno nuevo más
elevado.
4. Alcance de la estrate-
gia relacional. Idealmente,
la estrategia relacional debería
abarcar la totalidad de los clientes,
productos o servicios. Sin embargo,
no todos los negocios requieren de
estrategias, relaciones puras y, muy
al contrario, la observación de la rea-
lidad aconseja frecuentemente estra-
tegias mixtas, en las que se combi-
nan estrategias relacionales y transac-
cionales. Las propias premisas del
marketing relacional abogan por la
orientación al cliente. Sin embargo,
es preciso considerar que éste puede
no desear mantener una relación
avanzada con la empresa.
5. Metodología para valorar
la implementación de una unidad
de negocio relacional. La aplicación
del marketing relacional supone una
alta inversión para la empresa, sólo
aplicable en los casos en los que la
rentabilidad o beneficio por el cliente
es importante; por tanto debe ser
capaz de determinar si se genera el
margen suficiente entre un segmento
concreto de nuestra cartera como
para establecer relaciones avanzadas
con el mismo.
Existen tres situaciones posi-
bles:
· En el caso de que el 10% de
nuestros clientes genere el 40% del
margen bruto, se dan las circunstan-
cias para establecer una unidad rela-
cional. Los clientes requieren, al me-
nos, ser tratados mediante la puesta
en marcha de acciones establecidas
en un plan de marketing que favorez-
ca las relaciones y permita su identi-
ficación.
· En el caso de una concentra-
ción del margen entre un número de
clientes más amplio (el 25% de nues-
tros clientes genera el 40% del mar-
gen bruto), la decisión más apropiada
será establecer una unidad de nego-
cio relacional mixta, o intentar pro-
fundizar en el estudio para detectar si
existe un grupo menos reducido con
altas posibilidades de rentabilidades
futuras sobre el que invertir.
· En las situaciones de disper-
sión es difícil encontrar un núcleo de
clientes que aporte más margen que
el promedio total de la cartera (35%
de nuestros clientes genera el 40%
del margen bruto). En estos casos, la
necesidad de aplicar una estrategia
relacional no está justificada.
Tipos de unidades estratégicas de
negocio
La creación de una unidad
relacional puede derivarse tanto de la
creación de una nueva empresa,
como de la evolución de un área de
negocio sobre la que se ha detectado
la oportunidad mediante una mejora
sustancial en la calidad percibida por
el cliente.
La clasificación de las unidades
de negocio puede hacerse en función
de dos criterios:
A). Basándonos en el tipo de
negocio de la empresa práctica po-
demos encontrar:
1. Unidades relacionales pu-
ras. Son aquellas en las que la prácti-
ca totalidad de la cartera de clientes
utiliza o compra un determinado pro-
ducto, cuyo valor discriminante con
el resto de productos comercializa-
dos por la empresa reside en las rela-
ciones que, a través del mismo, se
consiguen o ponen en práctica entre
la empresa y el cliente.
Las características de estas
unidades son:
· La estrategia transaccional no
actúa de forma directa, exceptuando
la posible interacción del cliente con
otras unidades no relacionales puras
dentro de la empresa.
· Dispondrá de una estructura
caracterizada por el trato directo con
el cliente.
· Suelen incorporar productos
y servicios: complejos, de alta vincu-
lación, con componentes de alta
emotividad y basados en procesos
de inteligencia y técnica.
2. Unidades relacionales
mixtas. Son aquellas en las que la es-
trategia transaccional convive con la
relacional. Estas unidades comparten
estructuras orientadas a conseguir
metas en uno y otro sentido. Son uni-
dades muy dinámicas desde el punto
de las relaciones y redes que se esta-
blecen a diferentes niveles: directa-
mente con el cliente, con los actores
intermedios, y entre actores interme-
dios y el cliente.
Las características de estas
unidades son:
· Dispondrán de una estructura
caracterizada por combinar el trato
directo e indirecto (a través de inter-
mediarios) con el cliente, tanto en lo
relativo a la comunicación como a la
venta y servicio.
· Suelen incorporar productos
y servicios: de alto valor añadido, en
el que el punto de venta desempeña
un papel importante, en los que el
usuario no coincide con el comprador
y suministros al hogar que implican
mantenimiento o pueden aparejar
servicios adicionales.
3. Unidades transaccionales
puras. Aquella que gestiona y admi-
nistra una determinada empresa ba-
sándose en una estrategia transaccio-
nal; ésta se caracteriza por la ausencia
de incorporación en sus objetivos, lo
que definimos como relaciones avan-
zadas para con los clientes a los que
se dirige su oferta.
Estas unidades se caracterizan
por la ausencia de los siguientes fac-
tores:
· Acciones directas a sus clien-
tes de comunicación, publicidad,
promoción, etc. que incorporan ele-
mentos de personalización y adapta-
ción.
· Una clara identificación y res-
puesta a las necesidades individuales
de los clientes.
· Una retroalimentación efi-
ciente de los sistemas de información
sobre el cliente.
B) Atendiendo a la tipología
de los clientes, podemos identificar
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Claves del éxito de un
programa de fidelización
· Innovación (creatividad y tecnología).
· Notoriedad del programa.
· Participación activa de titulares.
· Nivel de penetración del progra-
ma/total clientes.
· Influencia en decisiones de compra.
· Valor percibido por la participación.
· Ajuste nivel de compra/recompensa.
Variables indicadoras del nivel de lealtad
Nivel de contratación de productos y servicios:
Frecuencia en la renovación o utilización de productos y servicios:
Interacción del cliente con diferentes canales de venta utilizados por la empresa:
Interacción del cliente con diferentes canales de venta utilizados por la empresa:
Lealtad explícita:
· Potencial de contratación del cliente versus contratación real.
· Productos o servicios contratados en exclusiva versus compartidos con otros competidores.
· Contratación de productos de alta vinculación (aquellos que suponen un alto nivel de
compromiso y de relación futura con la empresa).
· Número y valor de los productos contratados en un determinado período.
· Índice de respuesta a la propuesta de nuevos productos.
· Cancelación de servicios sujetos a renovación en el tiempo.
· Canales propios versus canales alternativos.
· Frecuencia de visita y tiempo promedio de visitas.
· Posición relativa de la interacción versus potencial y tiempo o número de contactos reali-
zadosen nuestros competidores.
· Presencia en eventos, presentaciones de productos, ferias, etc.
· Inscripción en programas de fidelización, clubes o servicios de información periódica
sobre la empresa o sus productos.
· Nivel de retroalimentación.
· Cláusulas de exclusividad aceptadas en contratos.
· Lealtad por ventaja (empresas que cubren una necesidad con un nivel de satisfacción no
disponible en el mercado.
· Sensibilidad al precio.
· Búsqueda de nuevas alternativas (potencial y actitud declarada o contrastada).
las siguientes unidades de negocio:
1. Unidades relacionales
nominativas. Están dirigidas a los
clientes más rentables de la empresa.
Son aquellas en las que todos los
clientes se gestionan exclusivamente
de forma relacional. En éstas desta-
can las siguientes características:
· Cada cliente es conocido. La
empresa dispone de información
relevante sobre el mismo.
· Existe un alto grado de trato
personalizado.
· Se dedican recursos elevados
por clientes.
· Las relaciones tratan de supe-
rar el propio proyecto económico
para entrar cada vez más cerca del
factor personal.
· Utilización de planes de mar-
keting relacionales.
· La captación de nuevos clien-
tes suele generarse mediante relacio-
nes personales o por recomendación
de algún cliente ya existente.
2. Unidades relacionales
grupales. Están dirigidas a clientes
que no aportan el suficiente margen
como para ser tratados de forma
independiente o diferenciada. Las
características de estas unidades son:
· Se dispone de información
relevante debidamente almacenada
que permitirá a la empresa comenzar
un camino de afianzamiento de las
relaciones con sus clientes.
· Menor dedicación personal,
motivada por la necesidad de com-
partir los recursos de la empresa.
· Utilización de planes de téc-
nicas relacionales, complementadas
con otras transaccionales para su ad-
ministración.
· Utilización simultánea de
métodos de captación basa-
dos en redes (networking)
con otros tradicionales
(task force, comercia-
les, etc.).
3. Unidades
seudo-relaciona-
les. Son unidades
transaccionales
que están evolu-
c i o n a n d o p a r a
convertirse en uni-
dades relaciona-
les. Sus caracterís-
ticas son:
· Suelen ser
frecuentes en empre-
sa de reciente crea-
ción.
· Los clientes son
parcialmente conocidos.
· Utilización de planes de
marketing transaccionales a los que
se añade un cierto aditamiento de
marketing directo y atención al
cliente.
La gestión de la comunicación rela-
cional
El proceso de comunicación
entre la empresa y los distintos públi-
cos relacionales es un elemento fun-
damental en la consolidación de la
estrategia relacional. Una integración
sólida del conjunto de instrumentos,
canales y medios utilizados por la
empresa para comunicarse con sus
clientes es el punto de partida de la
estrategia relacional. Ver figura 1.
A continuación, se desarrollan
algunos de los principios básicos que
se deben explicar en acciones de co-
municación creadas específicamente
para desarrollar relaciones:
· La comunicación relacional
da valor añadido. Este valor añadido
se debe repartir de forma equilibrada
entre ambas partes.
· La comunicación relacional
construye relaciones de confianza y
protege y salvaguarda la intimidad.
· La comunicación relacional
incentiva el diálogo: sistemas de ac-
ceso rápidos, gratuitos sencillos y
con personal especializado.
FIDELIZACIÓN, VINCULACIÓN Y
RETENCIÓN DE CLIENTES
El factor tiempo
El desarrollo de la cartera de
clientes de la empresa es, ante
todo, un fenómeno tempo-
ral, cuya evolución pasa
básicamente por cuatro
estados: captación,
mantenimiento, fide-
lización y abando-
no. Sólo uno de
cada tres clientes
que capta la em-
presa realizará
todo el recorrido,
es decir, es sus-
ceptible de ser
fidelizado.
El proceso de evo-
lución de la clientela
muestra un alto grado
de correlación con la
propia evolución en el
tiempo de la compañía (y de
sus productos o servicios en el
mercado) que, a su vez, podemos
clasificar en otras cuatro fases:
1. Fase de lanzamiento. En
esta fase la empresa ha de definir
cuál será el nivel de importancia que
se otorgará al mantenimiento de su
cartera de clientes en el futuro. La
satisfacción del cliente y su fideliza-
ción van unidas. Hacer que converjan
desde el principio de la relación,
tanto con los productos como con la
propia empresa, incidirá en el éxito
de la misma. No hacerlo supondrá un
pérdida de oportunidad que un com-
petidor podrá aprovechar.
Es en esta fase cuando hemos
de controlar algunos puntos críticos
que pueden afectar seriamente el
futuro de la empresa:
· La necesidad de una dimen-
sión adecuada de los recursos de la
empresa para ofrecer una respuesta
efectiva en el nuevo escenario.
· La falsa seguridad que nos
aporta contar con un supuesto núcleo
de clientes que garantizan nuestra
continuidad.
· La rápida sustitución por nue-
vos clientes de aquellos que nos
abandonan. Creemos que estamos
actuando de forma correcta al conse-
guir atraer nuevos clientes, valorando
los abandonos como un proceso nor-
mal en nuestra evolución.
La articulación de estructuras
y planes comerciales y de marketing
basados en la captación de clientes.
La ganancia de experiencia en este
sentido no ha de limitar ni ofrecer
una barrera para la aplicación del
marketing relacional.
En la fase de lanzamiento de-
bemos plantearnos las siguientes
cuestiones:
· Competencia o competencia
interna. ¿Vamos a utilizar la cartera
de clientes existentes (en fase de
mantenimiento o fidelización) como
base sobre la que apoyar los nuevos
lanzamientos (cooperación interna)?
O, por el contrario, ¿desarrollaremos
una estrategia más agresiva, a través
de la creación de unidades de nego-
cio, marcas o empresas que compi-
tan entre sí por el cliente (competen-
cia interna)?
· Crecimiento por extensión o
profundidad. ¿Desarrollaremos pro-
ductos y servicios orientados y a la
medida de los clientes (profundidad)
o, por el contrario, a crear productos
que atraigan a los clientes potencia-
les tras detectar y corregir los moti-
vos de su no-contratación?
· Captación y canibalización.
¿Vamos a ofrecer ventajas adicionales
en los nuevos lanzamientos (de pre-
cio, servicio, promoción, etc.) con el
objeto de atraer a nuevos clientes,
aun cuando las mismas puedan supo-
ner el traspaso (canibalización) de
una parte o del total de nuestra car-
tera (o el abandono de parte de la
misma por percepción de desventa-
ja) a la nueva oferta y, por consi-
guiente, una reducción en nuestros
márgenes?
· Reacción y planificación. ¿Son
nuestros lanzamientos una respuesta
al desarrollo de nuevos productos
por parte de nuestros competidores
(reacción), o están sujetos y respon-
den a una planificación propia en la
que se toman las oportunidades de
mercado y se ofrecen soluciones a las
necesidades de clientes actuales y
potenciales?
· Prueba y apuesta firme. Al
realizar un lanzamiento, ¿estamos
comprobando sobre nuestra cartera
actual la relación y aceptación del
mismo con el objeto de continuar,
mejorar o abandonar el lanzamiento
hacia nuevos clientes potenciales?; o,
al contrario, ¿creemos firmemente en
que el lanzamiento beneficiará en pri-
mer lugar a los actuales clientes y
muy probablemente será capaz de
atraer a nuevos clientes?
2. Fase de perfeccionamien-
to. El paso de la fase de lanzamiento
a la de perfeccionamiento es uno de
los momentos más críticos en la evo-
lución de la empresa; en ésta el man-
tenimiento y fidelización de los clien-
tes ocupan un papel importante.
3. Fase de consolidación. Se
caracteriza por el reconocimiento de
los competidores y clientes, aunque
gozar de una alta reputación no sig-
nifca tener que dejar cada día por
ella; muy al contrario, sólo supone
haber encontrado un camino para
conseguirla. Seguir siendo accesibles
a los intereses de quienes han conse-
guido situarnos en posición tan ele-
vada parece inevitable, como tam-
bién lo es hacer que el ciclo lanza-
miento-perfeccionamiento-consoli-
dación de nuestra oferta se mantenga
más activo que nunca.
El factor confianza
La confianza es un valor princi-
pal en la retención y fidelización, pues-
to que las relaciones más avanzadas se
fundamentan en la firme esperanza
que cada parte deposita en la otra.
La confianza se genera desde
las primeras transacciones entre
em-presa y cliente. En su genera-
ción, és-tas van a depender princi-
palmente de dos factores:
1. El nivel de expectativas
generado en el cliente, que ha de ser:
· Lo suficientemente alto como
para incentivar su contratación.
· Realista, para evitar la des-
confianza.
· Flexible, para permitirnos
crecer en el tiempo.
2. El nivel de experiencia del
cliente, que deberemos conocer pre-
viamente para ofrecerle:
· Aquello que verdaderamente
está demandando: ajuste a intereses.
· Una respuesta que evite aso-
ciaciones con experiencias anteriores
no adecuadas: ajuste a desintereses.
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Los canales de la comunicación relacional
Canal Ventajas Desventajas
· Procedimientos contrastados.
· Automatización de los procedimientos.
· Alcance elevado.
· Buena capacidad de personalización.
· No intrusivo y de eficacia contratada.
· Elevado alcance y capacidad de seg-
mentación.
· Retroalimentación en tiempo real.
· Control de medidas de eficacia.
· Costes bajos.
· Medio audiovisual de creación novedosa.
· Establece sinergias entre Internet y el
medio televisivo.
· Favorece acciones impulsivas.
· Alta calidad de la comunicación relacio-
nal.
· Adecuado para transmitir objetivos cor-
porativos rigurosos.
· Canal selectivo.
· Interactividad y feedback.
· Medio no intrusivo y costes bajos.
· Sistemas de medición de eficacia sofisti-
cados.
· Automatización de los procesos.
· Óptimo para públicos internos y B to B.
· Pôco utilizado en acciones relacionales.
· Favorece el desarrollo de acciones rela-
cionales de calidad allí donde esté
implantado.
· Automatización de los procesos.
· Costes bajos.
· Automatización de los procesos.
· Alcance limitado.
· Audiencia poco propensa a la fidelización.
· Percepción negativa del medio por
webs de caja calidad.
· Escasa integración con el resto de canales.
· Escasa utilización fuera de acciones
logísticas.
· Nula implantación en empresas
pequeñas.
· Información escasamente identificada con
consumidores finales.
· Incompatibilidad de sistemas.
· Necesidad de personalizar la información.
· Poca disposición del minorista a compartir
información.
· Necesidad de “partenariados”.
· Pérdida de autonomía de los promotores.
· No decididos los protocolos estándares.
· Alto volumen de información.
· Multiplicidad de aplicaciones.
· Elevada penetración poblacional.
· Calidad y cantidad de la información.
· Permite también acciones transaccionales.
· Calidad de información financiera.
· Apto para acciones relacionales novedo-
sas y facilidad de uso.
· Elevada capilarización territorial.
· Conexión de los mundos on y off line.
· Influencia en las decisiones en el punto
de venta.
· Elevada eficacia.
· Permite buenos desarrollos creativos.
· Calidad de la información recogida.
· Elevado coste.
· Necesidad de acuerdos con terceros.
· Lentitud de procesos.
· Alto coste y escasa familiarización del
público masivo con este tipo de
soportes.
· Confidencialidad de los datos.
· Necesidad de “partenariados” con enti-
dades financieras.
· Necesidad de cruzar datos.
· Infraestructuras no controladas.
· Elevada competencia de formatos.
· No fidelizan en sí mismas.
· Necesidad de masa crítica.
· No apto para consumidores finales.
· Falta de integración con los otros proce-
sos.
· Necesidad de formación especializada.
· Alta tasa de rotación.
· Necesidad de apoyo tecnológico.
· Limitada capacidad de contactos.
· Costes elevados.
· Alcance limitado y selectivo.
· Tecnología no consolidada.
· Falta de experiencias previas y modeli-
zaciones..
· Apto para conseguir notoriedad y gene-
rar tráfico.
· Apto para conseguir un alto volumen de
información en bases de datos no cualifi-
cadas.
· Respuesta condicionada a la implicación
del target.
· Spamming.
· Necesidad de realizar un plan de medios.
· No genera afinidad.
· Se hace necesaria una segmentación
posterior.
· Saturación de los mensajes.
· Saturación y escasa respuesta.
· Elevado margen de error en las bases de
datos externas.
· Tiempo de preparación de las acciones.
· No apto para deteminados targets.
· Percepción de intromisión.
· Dilema de outsourcing en las campañas.
Teléfono
Correo
postal
Mass
media
Televisión
digital
Fuerza de
ventas
Internet
Intranet/
Extranet
EDI
Terminales
punto de
venta
Tarjetas
inteli-
gentes
Tarjetas
conven-
cionales
Cajeros
automá-
ticos
Pantallas
de infor-
mación
Acciones
de mer-
chadising
Correo
electró-
nico
Figura 1
las siguientes unidades de negocio:
1. Unidades relacionales
nominativas. Están dirigidas a los
clientes más rentables de la empresa.
Son aquellas en las que todos los
clientes se gestionan exclusivamente
de forma relacional. En éstas desta-
can las siguientes características:
· Cada cliente es conocido. La
empresa dispone de información
relevante sobre el mismo.
· Existe un alto grado de trato
personalizado.
· Se dedican recursos elevados
por clientes.
· Las relaciones tratan de supe-
rar el propio proyecto económico
para entrar cada vez más cerca del
factor personal.
· Utilización de planes de mar-
keting relacionales.
· La captación de nuevos clien-
tes suele generarse mediante relacio-
nes personales o por recomendación
de algún cliente ya existente.
2. Unidades relacionales
grupales. Están dirigidas a clientes
que no aportan el suficiente margen
como para ser tratados de forma
independiente o diferenciada. Las
características de estas unidades son:
· Se dispone de información
relevante debidamente almacenada
que permitirá a la empresa comenzar
un camino de afianzamiento de las
relaciones con sus clientes.
· Menor dedicación personal,
motivada por la necesidad de com-
partir los recursos de la empresa.
· Utilización de planes de téc-
nicas relacionales, complementadas
con otras transaccionales para su ad-
ministración.
· Utilización simultánea de
métodos de captación basa-
dos en redes (networking)
con otros tradicionales
(task force, comercia-
les, etc.).
3. Unidades
seudo-relaciona-
les. Son unidades
transaccionales
que están evolu-
c i o n a n d o p a r a
convertirse en uni-
dades relaciona-
les. Sus caracterís-
ticas son:
· Suelen ser
frecuentes en empre-
sa de reciente crea-
ción.
· Los clientes son
parcialmente conocidos.
· Utilización de planes de
marketing transaccionales a los que
se añade un cierto aditamiento de
marketing directo y atención al
cliente.
La gestión de la comunicación rela-
cional
El proceso de comunicación
entre la empresa y los distintos públi-
cos relacionales es un elemento fun-
damental en la consolidación de la
estrategia relacional. Una integración
sólida del conjunto de instrumentos,
canales y medios utilizados por la
empresa para comunicarse con sus
clientes es el punto de partida de la
estrategia relacional. Ver figura 1.
A continuación, se desarrollan
algunos de los principios básicos que
se deben explicar en acciones de co-
municación creadas específicamente
para desarrollar relaciones:
· La comunicación relacional
da valor añadido. Este valor añadido
se debe repartir de forma equilibrada
entre ambas partes.
· La comunicación relacional
construye relaciones de confianza y
protege y salvaguarda la intimidad.
· La comunicación relacional
incentiva el diálogo: sistemas de ac-
ceso rápidos, gratuitos sencillos y
con personal especializado.
FIDELIZACIÓN, VINCULACIÓN Y
RETENCIÓN DE CLIENTES
El factor tiempo
El desarrollo de la cartera de
clientes de la empresa es, ante
todo, un fenómeno tempo-
ral, cuya evolución pasa
básicamente por cuatro
estados: captación,
mantenimiento, fide-
lización y abando-
no. Sólo uno de
cada tres clientes
que capta la em-
presa realizará
todo el recorrido,
es decir, es sus-
ceptible de ser
fidelizado.
El proceso de evo-
lución de la clientela
muestra un alto grado
de correlación con la
propia evolución en el
tiempo de la compañía (y de
sus productos o servicios en el
mercado) que, a su vez, podemos
clasificar en otras cuatro fases:
1. Fase de lanzamiento. En
esta fase la empresa ha de definir
cuál será el nivel de importancia que
se otorgará al mantenimiento de su
cartera de clientes en el futuro. La
satisfacción del cliente y su fideliza-
ción van unidas. Hacer que converjan
desde el principio de la relación,
tanto con los productos como con la
propia empresa, incidirá en el éxito
de la misma. No hacerlo supondrá un
pérdida de oportunidad que un com-
petidor podrá aprovechar.
Es en esta fase cuando hemos
de controlar algunos puntos críticos
que pueden afectar seriamente el
futuro de la empresa:
· La necesidad de una dimen-
sión adecuada de los recursos de la
empresa para ofrecer una respuesta
efectiva en el nuevo escenario.
· La falsa seguridad que nos
aporta contar con un supuesto núcleo
de clientes que garantizan nuestra
continuidad.
· La rápida sustitución por nue-
vos clientes de aquellos que nos
abandonan. Creemos que estamos
actuando de forma correcta al conse-
guir atraer nuevos clientes, valorando
los abandonos como un proceso nor-
mal en nuestra evolución.
La articulación de estructuras
y planes comerciales y de marketing
basados en la captación de clientes.
La ganancia de experiencia en este
sentido no ha de limitar ni ofrecer
una barrera para la aplicación del
marketing relacional.
En la fase de lanzamiento de-
bemos plantearnos las siguientes
cuestiones:
· Competencia o competencia
interna. ¿Vamos a utilizar la cartera
de clientes existentes (en fase de
mantenimiento o fidelización) como
base sobre la que apoyar los nuevos
lanzamientos (cooperación interna)?
O, por el contrario, ¿desarrollaremos
una estrategia más agresiva, a través
de la creación de unidades de nego-
cio, marcas o empresas que compi-
tan entre sí por el cliente (competen-
cia interna)?
· Crecimiento por extensión o
profundidad. ¿Desarrollaremos pro-
ductos y servicios orientados y a la
medida de los clientes (profundidad)
o, por el contrario, a crear productos
que atraigan a los clientes potencia-
les tras detectar y corregir los moti-
vos de su no-contratación?
· Captación y canibalización.
¿Vamos a ofrecer ventajas adicionales
en los nuevos lanzamientos (de pre-
cio, servicio, promoción, etc.) con el
objeto de atraer a nuevos clientes,
aun cuando las mismas puedan supo-
ner el traspaso (canibalización) de
una parte o del total de nuestra car-
tera (o el abandono de parte de la
misma por percepción de desventa-
ja) a la nueva oferta y, por consi-
guiente, una reducción en nuestros
márgenes?
· Reacción y planificación. ¿Son
nuestros lanzamientos una respuesta
al desarrollo de nuevos productos
por parte de nuestros competidores
(reacción), o están sujetos y respon-
den a una planificación propia en la
que se toman las oportunidades de
mercado y se ofrecen soluciones a las
necesidades de clientes actuales y
potenciales?
· Prueba y apuesta firme. Al
realizar un lanzamiento, ¿estamos
comprobando sobre nuestra cartera
actual la relación y aceptación del
mismo con el objeto de continuar,
mejorar o abandonar el lanzamiento
hacia nuevos clientes potenciales?; o,
al contrario, ¿creemos firmemente en
que el lanzamiento beneficiará en pri-
mer lugar a los actuales clientes y
muy probablemente será capaz de
atraer a nuevos clientes?
2. Fase de perfeccionamien-
to. El paso de la fase de lanzamiento
a la de perfeccionamiento es uno de
los momentos más críticos en la evo-
lución de la empresa; en ésta el man-
tenimiento y fidelización de los clien-
tes ocupan un papel importante.
3. Fase de consolidación. Se
caracteriza por el reconocimiento de
los competidores y clientes, aunque
gozar de una alta reputación no sig-
nifca tener que dejar cada día por
ella; muy al contrario, sólo supone
haber encontrado un camino para
conseguirla. Seguir siendo accesibles
a los intereses de quienes han conse-
guido situarnos en posición tan ele-
vada parece inevitable, como tam-
bién lo es hacer que el ciclo lanza-
miento-perfeccionamiento-consoli-
dación de nuestra oferta se mantenga
más activo que nunca.
El factor confianza
La confianza es un valor princi-
pal en la retención y fidelización, pues-
to que las relaciones más avanzadas se
fundamentan en la firme esperanza
que cada parte deposita en la otra.
La confianza se genera desde
las primeras transacciones entre
em-presa y cliente. En su genera-
ción, és-tas van a depender princi-
palmente de dos factores:
1. El nivel de expectativas
generado en el cliente, que ha de ser:
· Lo suficientemente alto como
para incentivar su contratación.
· Realista, para evitar la des-
confianza.
· Flexible, para permitirnos
crecer en el tiempo.
2. El nivel de experiencia del
cliente, que deberemos conocer pre-
viamente para ofrecerle:
· Aquello que verdaderamente
está demandando: ajuste a intereses.
· Una respuesta que evite aso-
ciaciones con experiencias anteriores
no adecuadas: ajuste a desintereses.
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Los canales de la comunicación relacional
Canal Ventajas Desventajas
· Procedimientos contrastados.
· Automatización de los procedimientos.
· Alcance elevado.
· Buena capacidad de personalización.
· No intrusivo y de eficacia contratada.
· Elevado alcance y capacidad de seg-
mentación.
· Retroalimentación en tiempo real.
· Control de medidas de eficacia.
· Costes bajos.
· Medio audiovisual de creación novedosa.
· Establece sinergias entre Internet y el
medio televisivo.
· Favorece acciones impulsivas.
· Alta calidad de la comunicación relacio-
nal.
· Adecuado para transmitir objetivos cor-
porativos rigurosos.
· Canal selectivo.
· Interactividad y feedback.
· Medio no intrusivo y costes bajos.
· Sistemas de medición de eficacia sofisti-
cados.
· Automatización de los procesos.
· Óptimo para públicos internos y B to B.
· Pôco utilizado en acciones relacionales.
· Favorece el desarrollo de acciones rela-
cionales de calidad allí donde esté
implantado.
· Automatización de los procesos.
· Costes bajos.
· Automatización de los procesos.
· Alcance limitado.
· Audiencia poco propensa a la fidelización.
· Percepción negativa del medio por
webs de caja calidad.
· Escasa integración con el resto de canales.
· Escasa utilización fuera de acciones
logísticas.
· Nula implantación en empresas
pequeñas.
· Información escasamente identificada con
consumidores finales.
· Incompatibilidad de sistemas.
· Necesidad de personalizar la información.
· Poca disposición del minorista a compartir
información.
· Necesidad de “partenariados”.
· Pérdida de autonomía de los promotores.
· No decididos los protocolos estándares.
· Alto volumen de información.
· Multiplicidad de aplicaciones.
· Elevada penetración poblacional.
· Calidad y cantidad de la información.
· Permite también acciones transaccionales.
· Calidad de información financiera.
· Apto para acciones relacionales novedo-
sas y facilidad de uso.
· Elevada capilarización territorial.
· Conexión de los mundos on y off line.
· Influencia en las decisiones en el punto
de venta.
· Elevada eficacia.
· Permite buenos desarrollos creativos.
· Calidad de la información recogida.
· Elevado coste.
· Necesidad de acuerdos con terceros.
· Lentitud de procesos.
· Alto coste y escasa familiarización del
público masivo con este tipo de
soportes.
· Confidencialidad de los datos.
· Necesidad de “partenariados” con enti-
dades financieras.
· Necesidad de cruzar datos.
· Infraestructuras no controladas.
· Elevada competencia de formatos.
· No fidelizan en sí mismas.
· Necesidad de masa crítica.
· No apto para consumidores finales.
· Falta de integración con los otros proce-
sos.
· Necesidad de formación especializada.
· Alta tasa de rotación.
· Necesidad de apoyo tecnológico.
· Limitada capacidad de contactos.
· Costes elevados.
· Alcance limitado y selectivo.
· Tecnología no consolidada.
· Falta de experiencias previas y modeli-
zaciones..
· Apto para conseguir notoriedad y gene-
rar tráfico.
· Apto para conseguir un alto volumen de
información en bases de datos no cualifi-
cadas.
· Respuesta condicionada a la implicación
del target.
· Spamming.
· Necesidad de realizar un plan de medios.
· No genera afinidad.
· Se hace necesaria una segmentación
posterior.
· Saturación de los mensajes.
· Saturación y escasa respuesta.
· Elevado margen de error en las bases de
datos externas.
· Tiempo de preparación de las acciones.
· No apto para deteminados targets.
· Percepción de intromisión.
· Dilema de outsourcing en las campañas.
Teléfono
Correo
postal
Mass
media
Televisión
digital
Fuerza de
ventas
Internet
Intranet/
Extranet
EDI
Terminales
punto de
venta
Tarjetas
inteli-
gentes
Tarjetas
conven-
cionales
Cajeros
automá-
ticos
Pantallas
de infor-
mación
Acciones
de mer-
chadising
Correo
electró-
nico
Figura 1
Fidelización
La lealtad o fidelidad constitu-
ye la medida de la vinculación del
cliente a la marca o empresa; refleja
la posibilidad de que el cliente cam-
bie a otra marca, especialmente
cuando se modifica alguna caracterís-
tica en funcionamiento o precio, o
cuando las acciones de captación de
los competidores logran calar en la
percepción que sobre el índice de
satisfacción posee el consumidor
para lograr la prueba del producto y
su posterior reiteración en la compra.
El nexo entre marketing rela-
cional y fidelización se provoca
mediante la intervención del primero
en los procesos de satisfacción del
cliente. La oferta de la empresa inter-
viene, tomando como propia la
necesidad del cliente para ofrecerle
una respuesta que éste no puede o
no desea solucionar por sus medios.
A los programas de fideliza-
ción se les denomina programas de
recompensa puesto que estimulan la
elección del cliente ofreciéndole un
beneficio que incide sobre aquello
que verdaderamente resulta moti-
vador.
Un programa de fidelización
bien diseñado supone, además de un
soporte de alta valía para la recopila-
ción y actualización de informaciones
importantes sobre el cliente, un
auténtico laboratorio en el que poder
contrastar las conclusiones obtenidas
del análisis de las mismas. La correc-
ta articulación de un programa de
fidelización ha de incorporar la pues-
ta en marcha de un sistema que per-
mita:
1. Adquirir información (de
forma permanente). Las principales
fuentes por las que podemos adquirir
conocimiento son:
· El formulario de inscripción
en el programa
· Los formularios que poste-
riormente se dirijan al cliente (nor-
malmente incentivando su respuesta
mediante puntos o regalos) con obje-
to de completar o actualizar la infor-
mación obtenida a través del formu-
lario de inscripción.
· La información derivada de
las relaciones mantenidas con el
cliente tanto de índole comunicativo
como económico.
· La información derivada de la
respuesta y ausencia de respuesta a
nuestras propuestas.
2. Facilitar la toma de deci-
siones (a corto plazo). Mediante el
análisis continuado de la base de
datos de clientes la empresa dispone
de una ventaja competitiva impor-
tante frente a su competencia. Pri-
mero, porque puede ceñirse a detec-
tar los cambios y necesidades de un
universo de clientes sobre los que
disponemos información relevante
de difícil acceso para nuestros com-
petidores y, en segundo térmno, la
ventaja competitiva vendrá derivada
de la capacidad de reacción que las
relaciones avanzadas van a propiciar-
nos para hacer frente a las acciones
de nuestros competidores.
En un sistema relacional so-
portado por una base de datos orien-
tada a facilitar información válida
para la toma de decisiones en el
corto plazo, podemos diferenciar dos
niveles de toma de decisiones:
· Las derivadas de la actuación
que se requiere frente a un determi-
nado cliente que, hasta el momento,
era gestionado en el sistema de rela-
ción con unos parámetros determina-
dos y que requiere un nuevo enfo-
que, que podemos denomiar evolu-
ción táctica de las relaciones.
· Las derivadas de las actuacio-
nes tácticas de la compañía definidas
en sus planes estratégicos.
3. Planificar correctamente el
futuro. El proceso de evolución tácti-
ca de la relación con el cliente ha de
ser generado de forma automática
por la base de datos de clientes,
entendida como una herra-
mienta dinámica y no co-
mo un simple almacén
de datos.
Los progra-
mas de fidelización
pueden clasificarse
de la siguiente ma-
nera:
· Programas
de recompensa ba-
sados en puntos.
Consiste en acumu-
lar puntos en función
de determinados es-
fuerzos de compra,
visita o participación
canjeables por un catálogo
de productos que permanece
con escasas diferencias en el
tiempo e incorpora ofertas de precios
en puntos de forma puntual.
· Programas de recompensa
basados en cupones descuento.
Consiste en conseguir reducciones
de precio en futuras compras dentro
del establecimiento, normalmente
articulados mediante vales de des-
cuento con valor facial en dinero.
· Programas basados en tratos
preferenciales. Ofrecen la posibilidad
de conseguir ventajas adicionales en
· Jerarquice los objetivos y es-
tablezca una clasificación a dos nive-
les: por áreas de desempeño y, den-
tro de ésta, por orden de importan-
cia.
· Nunca pierda de vista a sus
clientes; lo que es bueno para la em-
presa puede no serlo para el cliente.
· Segmente, segmente. No
tiene un único negocio, tiene tantos
como grupos, segmentos o indivi-
duos rentables pueda identificar.
· Diferencie e identifique den-
tro de los objetivos relacionales:
- Aquellos basados en los
intercambios de bienes y servicios
que aportan beneficios económicos a
la organización.
- Los orientados puramente a
satisfacer necesidades de comunica-
ción y a favorecer la relación no eco-
nómica del cliente.
- Aquellos que favorecen la
diferenciación con nues-
tros competidores.
· Utilice un método
propio, asocie el ob-
jetivo a una imagen
y le permitirá re-
cordar el rumbo
sin tener que mi-
rar la brújula.
· Sea conformis-
ta. La sonora feli-
citación de un
objetivo cumplido
es la alerta que
nos avisa de la
necesidad de esta-
blecer uno nuevo más
elevado.
4. Alcance de la estrate-
gia relacional. Idealmente,
la estrategia relacional debería
abarcar la totalidad de los clientes,
productos o servicios. Sin embargo,
no todos los negocios requieren de
estrategias, relaciones puras y, muy
al contrario, la observación de la rea-
lidad aconseja frecuentemente estra-
tegias mixtas, en las que se combi-
nan estrategias relacionales y transac-
cionales. Las propias premisas del
marketing relacional abogan por la
orientación al cliente. Sin embargo,
es preciso considerar que éste puede
no desear mantener una relación
avanzada con la empresa.
5. Metodología para valorar
la implementación de una unidad
de negocio relacional. La aplicación
del marketing relacional supone una
alta inversión para la empresa, sólo
aplicable en los casos en los que la
rentabilidad o beneficio por el cliente
es importante; por tanto debe ser
capaz de determinar si se genera el
margen suficiente entre un segmento
concreto de nuestra cartera como
para establecer relaciones avanzadas
con el mismo.
Existen tres situaciones posi-
bles:
· En el caso de que el 10% de
nuestros clientes genere el 40% del
margen bruto, se dan las circunstan-
cias para establecer una unidad rela-
cional. Los clientes requieren, al me-
nos, ser tratados mediante la puesta
en marcha de acciones establecidas
en un plan de marketing que favorez-
ca las relaciones y permita su identi-
ficación.
· En el caso de una concentra-
ción del margen entre un número de
clientes más amplio (el 25% de nues-
tros clientes genera el 40% del mar-
gen bruto), la decisión más apropiada
será establecer una unidad de nego-
cio relacional mixta, o intentar pro-
fundizar en el estudio para detectar si
existe un grupo menos reducido con
altas posibilidades de rentabilidades
futuras sobre el que invertir.
· En las situaciones de disper-
sión es difícil encontrar un núcleo de
clientes que aporte más margen que
el promedio total de la cartera (35%
de nuestros clientes genera el 40%
del margen bruto). En estos casos, la
necesidad de aplicar una estrategia
relacional no está justificada.
Tipos de unidades estratégicas de
negocio
La creación de una unidad
relacional puede derivarse tanto de la
creación de una nueva empresa,
como de la evolución de un área de
negocio sobre la que se ha detectado
la oportunidad mediante una mejora
sustancial en la calidad percibida por
el cliente.
La clasificación de las unidades
de negocio puede hacerse en función
de dos criterios:
A). Basándonos en el tipo de
negocio de la empresa práctica po-
demos encontrar:
1. Unidades relacionales pu-
ras. Son aquellas en las que la prácti-
ca totalidad de la cartera de clientes
utiliza o compra un determinado pro-
ducto, cuyo valor discriminante con
el resto de productos comercializa-
dos por la empresa reside en las rela-
ciones que, a través del mismo, se
consiguen o ponen en práctica entre
la empresa y el cliente.
Las características de estas
unidades son:
· La estrategia transaccional no
actúa de forma directa, exceptuando
la posible interacción del cliente con
otras unidades no relacionales puras
dentro de la empresa.
· Dispondrá de una estructura
caracterizada por el trato directo con
el cliente.
· Suelen incorporar productos
y servicios: complejos, de alta vincu-
lación, con componentes de alta
emotividad y basados en procesos
de inteligencia y técnica.
2. Unidades relacionales
mixtas. Son aquellas en las que la es-
trategia transaccional convive con la
relacional. Estas unidades comparten
estructuras orientadas a conseguir
metas en uno y otro sentido. Son uni-
dades muy dinámicas desde el punto
de las relaciones y redes que se esta-
blecen a diferentes niveles: directa-
mente con el cliente, con los actores
intermedios, y entre actores interme-
dios y el cliente.
Las características de estas
unidades son:
· Dispondrán de una estructura
caracterizada por combinar el trato
directo e indirecto (a través de inter-
mediarios) con el cliente, tanto en lo
relativo a la comunicación como a la
venta y servicio.
· Suelen incorporar productos
y servicios: de alto valor añadido, en
el que el punto de venta desempeña
un papel importante, en los que el
usuario no coincide con el comprador
y suministros al hogar que implican
mantenimiento o pueden aparejar
servicios adicionales.
3. Unidades transaccionales
puras. Aquella que gestiona y admi-
nistra una determinada empresa ba-
sándose en una estrategia transaccio-
nal; ésta se caracteriza por la ausencia
de incorporación en sus objetivos, lo
que definimos como relaciones avan-
zadas para con los clientes a los que
se dirige su oferta.
Estas unidades se caracterizan
por la ausencia de los siguientes fac-
tores:
· Acciones directas a sus clien-
tes de comunicación, publicidad,
promoción, etc. que incorporan ele-
mentos de personalización y adapta-
ción.
· Una clara identificación y res-
puesta a las necesidades individuales
de los clientes.
· Una retroalimentación efi-
ciente de los sistemas de información
sobre el cliente.
B) Atendiendo a la tipología
de los clientes, podemos identificar
E F F E C T I V E M A N A G E M E N T : R E S Ú M E N E S D E P R O F E S I O N A L E S P A R A P R O F E S I O N A L E S
E F F E C T I V E M A N A G E M E N T : R E S Ú M E N E S D E P R O F E S I O N A L E S P A R A P R O F E S I O N A L E S
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EFFECTIVE MANAGEMENT
3
EFFECTIVE MANAGEMENT
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S U M M A
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Claves del éxito de un
programa de fidelización
· Innovación (creatividad y tecnología).
· Notoriedad del programa.
· Participación activa de titulares.
· Nivel de penetración del progra-
ma/total clientes.
· Influencia en decisiones de compra.
· Valor percibido por la participación.
· Ajuste nivel de compra/recompensa.
Variables indicadoras del nivel de lealtad
Nivel de contratación de productos y servicios:
Frecuencia en la renovación o utilización de productos y servicios:
Interacción del cliente con diferentes canales de venta utilizados por la empresa:
Interacción del cliente con diferentes canales de venta utilizados por la empresa:
Lealtad explícita:
· Potencial de contratación del cliente versus contratación real.
· Productos o servicios contratados en exclusiva versus compartidos con otros competidores.
· Contratación de productos de alta vinculación (aquellos que suponen un alto nivel de
compromiso y de relación futura con la empresa).
· Número y valor de los productos contratados en un determinado período.
· Índice de respuesta a la propuesta de nuevos productos.
· Cancelación de servicios sujetos a renovación en el tiempo.
· Canales propios versus canales alternativos.
· Frecuencia de visita y tiempo promedio de visitas.
· Posición relativa de la interacción versus potencial y tiempo o número de contactos reali-
zadosen nuestros competidores.
· Presencia en eventos, presentaciones de productos, ferias, etc.
· Inscripción en programas de fidelización, clubes o servicios de información periódica
sobre la empresa o sus productos.
· Nivel de retroalimentación.
· Cláusulas de exclusividad aceptadas en contratos.
· Lealtad por ventaja (empresas que cubren una necesidad con un nivel de satisfacción no
disponible en el mercado.
· Sensibilidad al precio.
· Búsqueda de nuevas alternativas (potencial y actitud declarada o contrastada).
la propia empresa o establecimientos
adheridos al programa. El trato espe-
cial y el reconocimiento del cliente
son sus pautas diferenciales. En fun-
ción del número de empresas que
participan y al grado de implicación
de las mismas los programas pueden
clasificarse como:
- Multi-sponsors o multimarca.
Surgen por el acuerdo entre diferen-
tes compañías líderes en diferentes
sectores de consumo con el objeto
de ofrecer al titular una oferta amplia
de posibilidades de consecución de
puntos, a la vez que se comparten los
costes derivados de la propia admi-
nistración del programa y obtención
de premios. La principal crítica reali-
zada sobre este tipo de programas es
la pérdida de identificación de la en-
seña, que cede su notoriedad a una
marca diferente que la represen-
ta en el ámbito de la fideliza-
ción. Travel Club es un
ejemplo.
- Mono-sponsors o
monomarca. Surgen
de la necesidad de
una empresa de
desarr ollar un
programa que la
represente frente
al cliente. El pro-
grama es por la
propia compañía
que lo patrocina.
Club Caprabo, por
ejemplo.
- Sectoriales o mo-
no-sponsors con aso-
ciados. Ante la dificul-
tad de ofrecer un valor
verdaderamente diferencial
al cliente y alto coste de los
programas, algunas empresas han
optado por desarrollar programas
mixtos, que intentan aglutinar las
ventajas de los programas multi-
sponsor conservando el nivel de
identificación de la marca de los
mono-sponsors. El programa Puntos
Estrella de La Caixa.
Vinculación de clientes
La vinculación es entendida
como número de servicios y produc-
tos que un determinado individuo
compra, la frecuencia con que lo hace
o incluso el tiempo que lo lleva ha-
ciendo. No contempla la satisfacción
y la exclusividad, dos de los factores
que mejor definen a la fidelización.
La relación entre vinculación y
fidelización se origina a partir del
índice de satisfacción. A partir de una
situación de fuerte vinculación con el
cliente estamos en una situación de
privilegio para desarrollar una política
de fidelización tendente a conseguir
una aceptación de índole emocional
y una respuesta eficiente a las necesi-
dades del cliente, para que una vez
finalizadas las obligaciones contraídas
(fin de la vinculación), sigamos sien-
do elegidos.
Retención de clientes
La retención de clientes hace
referencia a una reacción de la em-
presa por la que se evita la pérdida
de un cliente adecuando el servicio
u oferta; dichas acciones se suelen
realizar de forma puntual para man-
tener una determinada cartera de
clientes.
Resulta básico en una planifica-
ción de la retención de nuestros
clientes conocer cuáles son las causas
que originan una pérdida potencial
de clientes. Las principales son:
· Acciones de la competencia
directamente encaminadas a mejorar
la situación del cliente con respecto a
su situación actual.
· Factores ajenos a la relación:
cambio de ubicación geográfica, fa-
llecimiento, etc.
· Quejas y reclamaciones no
explicitadas por el cliente pero cau-
santes directas del abandono.
· Quejas y reclamaciones desa-
tendidas por la empresa.
· Desvinculación progresiva
generada por una relación sin sufi-
cientes incentivos.
· Acumulación de situaciones
no favorables para el consumidor.
· Errores en los procedimien-
tos de comunicación necesarios para
crear vínculos permanentes entre el
cliente y la empresa.
Invertir en el conocimiento del
proceso que ha generado la pérdida
es tan importante como conocer
cómo relacionarnos con éxito con
nuestros clientes. La posible pérdida
del cliente pone en evidencia que
algo está fallando en nuestros pro-
pios procesos relacionales ya que no
hemos sido capaces de anticiparnos a
una situación que hace fracasar todo
el esfuerzo que hemos realizado con
ese cliente.
Algunos consejos básicos a
tener en cuenta en los procedimien-
tos para gestionar situaciones de cri-
sis son:
· Establecer procedimientos
automatizados que permitan señali-
zar los puntos críticos de la relación.
Estos indicadores posibilitan una re-
solución estándar que probablemen-
te solucione la incidencia.
· Es necesario realizar un análi-
sis riguroso que permita establecer
modelizaciones sobre el proceso que
finalmente produce al abandono.
Estas pautas permitirán crear un sis-
tema de avisos que anticipe las situa-
ciones que conducen al inicio del
abandono.
· Los procedimientos anterio-
res deben permitir elaborar una cate-
gorización de los clientes según su
propensión al abandono. Esta infor-
mación permitirá aplicar tanto pro-
gramas de seguimiento individualiza-
dos como discriminar los recursos en
función del riesgo de abandono y del
valor del cliente.
· Las soluciones deben ser fle-
xibles y estar totalmente pactadas
con el cliente; sólo de esta manera
podemos dar por finalizada una
situación que puede ser una bola
de nieve que continuará generando
problemas y dañará la imagen de la
empresa.
CUSTOMER RELATIONSHIP MANA-
GEMENT (CMR)
Según Price Waterhouse Coo-
pers, el CMR es una combinación de
cambios estratégicos, de procesos
organizativos y tecnologías, para bus-
car mejorar la gestión del negocio, en
torno al comportamiento de sus
clientes. Implica la adquisición y
desarrollo de conocimientos sobre
clientes para usar esta información en
los puntos de contacto, obteniendo
así mayores ingresos y eficiencia
operativa.
Todas las definiciones de CMR
incluyen las siguientes premisas:
· Estrategia de negocio centra-
da en el cliente.
· Incluyen diferentes públicos
en relación con la empresa: especial-
mente, empleados y clientes.
· Enfatizan la necesidad de
añadir valor al cliente mediante el
conocimiento de sus necesidades y
mediante la orientación y personali-
zación de la oferta.
· Incluyen la aplicación de una
tecnología accesible y manejable por
empresa para conseguir la fidelidad
de los clientes y un aumento de los
beneficios.
· Insisten en que el término
ción en una relación. De esta manera,
la empresa y sus consumidores cola-
boran en la búsqueda del beneficio
mutuo.
Las acciones de marketing re-
lacional son no la panacea estratégi-
ca. Muchos autores ya plantean la
necesidad de reflexionar sobre los
siguientes elementos:
· El marketing relacional busca
incrementar las relaciones en una
progresión de selección y reducción
de sus actuales consumidores. Ello
supone aumentar la dependencia
sobre un menor número de ellos. Es
posible que la empresa quede más
vulnerable frente a acciones de la
competencia o cambios inesperados
de estos consumidores.
· Asimismo, concentrarse en el
porcentaje de consumidores más
rentable puede suponer un menor
esfuerzo en términos de marketing
sobre un grupo mayor, que pueden
ser los consumidores potenciales fu-
turos. Ante el abandono de nuestras
acciones, ese numeroso grupo fácil-
mente puede reaccionar frente a ac-
ciones de nuestros competidores.
Tampoco menospreciemos la posible
mala imagen creada entre los grupos
de consumidores sobre los que explí-
citamente realicemos acciones que
pueden ser percibidas como discrimi-
natorias.
· Al centrar nuestras acciones
en un target cuantitativamente redu-
cido, éstos se acostumbran a recibir
un trato preferencial. Ello origina un
espiral donde, para mantener viva la
relación, cada vez es más necesario
prestar mejor servicio, que en el futu-
ro, puede llegar a ser una situación
insostenible.
· Teniendo en cuenta la ten-
dencia actual al rápido cambio de
conducta y necesidades de los con-
sumidores, es posible que a lo largo
del tiempo en que la empresa tarda
en consolidar la relación, las relacio-
nes hayan cambiado.
LA ESTRATEGIA RELACIONAL
Hablar de estrategia relacional
supondrá, según los casos, generar
un modelo de negocio orientado
plenamente a las relaciones (tras
considerar a las mismas como parte
fundamental de nuestra ventaja
competitiva), revisar parte de la
estrategia existente (después de ha-
ber identificado la necesidad de in-
cluir vínculos relacionales con uno
varios segmentos de clientes) o, sim-
plemente, incorporar en la estrategia
tradicional objetivos relacionales con
la suficiente entidad como para ser
formulados y diferenciados, y orien-
tados a incrementar los intercambios
de ideas y servicios con el público
objetivo.
Uno de los errores más fre-
cuentes al diseñar una estrategia rela-
cional suele derivarse de la excesiva
focalización hacia las relaciones de
los objetivos, planes y presupuestos
de marketing, desatendiendo las
transacciones. Éstas son la base sobre
las que la empresa tendrá que esta-
blecer una estrategia relacional, in-
corporando a las mismas el factor
tiempo o frecuencia y favoreciendo la
respuesta o retroalimentación, me-
diante la aplicación de técnicas de
marketing relacional que garanticen
su continuidad y las satisfacción de
las partes en el tiempo.
En la elaboración de un plan
estratégico relacional se deberá partir
de una estructura que contemple las
siguientes fases:
1. Análisis de la situación.
Esta fase contempla un estudio deta-
llado del contexto en el que la em-
presa ejercerá su estrategia relacio-
nal.
2. Determinación de la acti-
vidad de la empresa orientada al
cliente. Orientar la empresa al clien-
te supone considerarle; esto es, que
nuestra organización sea en parte
como el cliente espera. Orientarse al
cliente también significa satisfacer sus
necesidades, entre otras razones,
porque la empresa es capaz de inci-
dir sobre la motivación del cliente
mediante la relación que este man-
tiene con nosotros.
3. Objetivos relacionales de
la empresa. Definir objetivos relacio-
nales no es más que desagregar
nuestra misión relacional. El ejercicio
de síntesis y comprensión que
nos ha permitido llegar a un
único enunciado tras la
observación de la reali-
dad, a la detección de
la necesidad y al con-
traste de uno y otro
con nuestras capa-
cidades, compren-
d e f e n ó m e n o s
múltiples que re-
quieren ser aten-
didos por separa-
do. Es fundamen-
tal que las accio-
nes realizadas por
la empresa sean co-
herentes con los ob-
jetivos marcados. Al-
gunos de los principales
objetivos estratégicos son:
· No sea grandilocuen-
te. Traduzca los objetivos para su
personal y adáptelos a su lenguaje.
· Es importante ser ambicioso,
pero realista; no se marque objetivos
que nunca vaya a cumplir.
E F F E C T I V E M A N A G E M E N T : R E S Ú M E N E S D E P R O F E S I O N A L E S P A R A P R O F E S I O N A L E S
E F F E C T I V E M A N A G E M E N T : R E S Ú M E N E S D E P R O F E S I O N A L E S P A R A P R O F E S I O N A L E S
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EFFECTIVE MANAGEMENT
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EFFECTIVE MANAGEMENT
Título: MARKETING RELACIONAL.
Los Autores: Pedro Reinaes es Doctor en CC Económicas y Empresariales y posee
un master en Marketing Estratégico, José Manuel Ponzoa es Licenciado en CC de la
información y doctorado en Investigación Comercial y Marketing.
©2002 Pearson Education, S.A. www.pearsoneducation.com. Resumido con
permiso del editor.
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Enfrentarse con rigor a la disci-
plina de marketing requiere conocer
los mecanismos que crean, dinami-
zan y aseguran el establecimiento de
relaciones avanzadas entre las orga-
nizaciones y los públicos con los que
interactúan.
A través de la lectura de
“Marketing relacional” descubrirá
nuevas e inteligentes visiones para la
seducción y fidelización de los clientes.
INTRODUCCIÓN
El marketing relacional es un
concepto nacido en la década pasa-
da. Desarrollado esencialmente para
las teorías del marketing de servicios
y podemos definirlo de las siguientes
maneras:
· Consiste en establecer, man-
tener, realzar y negociar relaciones
con el cliente, de tal modo que los
objetivos de las partes involucradas
se consigan.
· Es una aproximación centra-
da en el cliente donde una empresa
busca relaciones empresariales a
largo plazo con los clientes actuales y
potenciales.
El objetivo del marketing rela-
cional es convertir el actual monólo-
go existente entre las marcas y los
consumidores en un diálogo, en el
que ambas partes se beneficien del
intercambio de información convir-
tiendo lo que antes era una transac-
CMR no ha de reducirse a la aplica-
ción de herramientas tecnológicas.
Las llamadas soluciones CMR
pueden dividirse en tres partes:
1. CMR analítico. Hace refe-
rencia al almacenamiento (en el data
warehouse) proceso, modelización y
explotación de la información dispo-
nible. Son herramientas orientadas al
conocimiento. Ofrecen información
valiosa sobre las relaciones que a
nivel interno (entre los diferentes
departamentos de la empresa) y
externo (para los clientes, proveedo-
res y suministradores).
Un CMR analítico debe ser
capaz de:
· Identificar por qué sucedió
mediante la incorporación de mode-
los analíticos de información basados
en técnicas multivariables.
· Prever qué sucederá en fun-
ción de modelos predictivos.
· Establecer alertas sobre lo
que sucederá.
· Proponer alternativas me-
diante la incorporación de objetivos y
en función del análisis de la informa-
ción disponible de todas las fases
anteriores.
2. CMR operacional u opera-
tivo. Hace referencia a los procesos
de negocio en la compañía. Se dife-
rencian en dos partes:
a) Back office. Todos los proce-
sos organizativos que configuran el
entramado del negocio y dan forma
al mismo. El CMR interviene en el
back office considerando a éste como
un público interno, cuyas interaccio-
nes y relaciones están orientadas
hacia la satisfacción del cliente, la
consecución de objetivos y optimiza-
ción de los recursos de la compañía:
· Parte de la base del intercam-
bio de comunicación fluida entre
diferentes departamentos que inte-
gran el sistema de la organización.
· Incorpora procedimientos
sobre dicho intercambio.
· Propone alternativas a las
posibles desviaciones.
· Valora la efectividad de las
partes involucradas.
· Facilita la toma de decisiones.
b) El front-office. Hace referen-
cia a todas las áreas de la empresa
que entran en relación directa con el
cliente. Un CMR operacional en el
front office tiene que:
· Ofrecer información relevan-
te y actualizada al cliente.
· Asegurar la privacidad de los
datos aportados.
· Facilitar una interconexión
con todas aquellas áreas del back
office cuya actividad afecte o pueda
afectar a la satisfacción del cliente
(especialmente producción y logísti-
ca de envíos).
· Representar adecuadamente
a la compañía (es el punto de contac-
to del cliente con la empresa).
· Almacenar y distribuir la
información aportada por el cliente.
· Facilitar y apoyar las relacio-
nes mediante un intercambio de
información fluido y constante en el
tiempo.
· Integrar el mayor número
posible de canales de comunicación.
· Estar personalizado en fun-
ción de los intereses e inquietudes
del cliente.
3. CMR de colaboración, in-
teracción directa. Es una de las más
innovadoras herramientas informáti-
cas desarrolladas al servicio de la
empresa. Algunas de las característi-
cas del CMR de colaboración son:
· Su integración e intercone-
xión con el CMR analítico y operacio-
nal.
· Su orientación hacia preventa
y venta, su apoyo a la posventa y su
focalización hacia el establecimiento
de relaciones.
· Su integración con los recur-
sos de personalización de la comuni-
cación.
· La búsqueda continuada de
la identidad del interlocutor.
· Su alta compatibilidad con
tecnologías de telecomunicaciones.
· La flexibilidad que ofrece
para la programación de eventos y
respuestas ante determinados estí-
mulos o acciones del interlocutor.
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EFFECTIVE MANAGEMENT
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EFFECTIVE MANAGEMENT
AÑO VI Nº 136
Effective Management
RESÚMENES DE GESTIÓN
Marketing
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MARKETING RELACIONAL
Pedro J. Reinares,
José Manuel Ponzoa
303 páginas
Libros seleccionados y recomendados por:
Oriol Amat, Antonio Argandoña, Josep Bertrán, Eulogio Bordas,
Josep Chías, Luis Mª Huete, Esteban Masifern, Raúl Peralba,
Josep M. Piqué, Franc Ponti, Luis Torras, Joan Tugores.
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Comparación entre la venta de transacciones y la venta de relaciones
Venta de transacciones
El vendedor y la empresa.
Estímulo-respuesta, estados
mentales.
Ventas cerradas, volumen de
pedido.
Hacer visitas, cerrar ventas.
Una dirección del vendedor al
cliente.
Sin ningún compromiso.
Poco o ninguno.
Satisfacción de necesidades, solución
de problemas, consultiva.
Confianza, planificación conjunta, bene-
ficios mutuos.
Consultor y aliado a largo plazo. Persona
clave en la empresa del cliente.
Dos sentidos y colaborativa.
Activamente implicado en el proceso de
toma de decisiones del cliente.
Continuado a fin de asegurar la satisfac-
ción del cliente, ofrecerle valor añadido
y controlar las oportunidades.
El cliente y los clientes del cliente.
Perspectiva
Enfoques de
venta personal
Resultados
deseados
Papel del
vendedor
Naturaleza de la
comunicación
Grado de
compromiso
Seguimiento
postventa
Venta de relaciones

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Marketingrelacional

  • 1. Enfrentarse con rigor a la disci- plina de marketing requiere conocer los mecanismos que crean, dinami- zan y aseguran el establecimiento de relaciones avanzadas entre las orga- nizaciones y los públicos con los que interactúan. A través de la lectura de “Marketing relacional” descubrirá nuevas e inteligentes visiones para la seducción y fidelización de los clientes. INTRODUCCIÓN El marketing relacional es un concepto nacido en la década pasa- da. Desarrollado esencialmente para las teorías del marketing de servicios y podemos definirlo de las siguientes maneras: · Consiste en establecer, man- tener, realzar y negociar relaciones con el cliente, de tal modo que los objetivos de las partes involucradas se consigan. · Es una aproximación centra- da en el cliente donde una empresa busca relaciones empresariales a largo plazo con los clientes actuales y potenciales. El objetivo del marketing rela- cional es convertir el actual monólo- go existente entre las marcas y los consumidores en un diálogo, en el que ambas partes se beneficien del intercambio de información convir- tiendo lo que antes era una transac- CMR no ha de reducirse a la aplica- ción de herramientas tecnológicas. Las llamadas soluciones CMR pueden dividirse en tres partes: 1. CMR analítico. Hace refe- rencia al almacenamiento (en el data warehouse) proceso, modelización y explotación de la información dispo- nible. Son herramientas orientadas al conocimiento. Ofrecen información valiosa sobre las relaciones que a nivel interno (entre los diferentes departamentos de la empresa) y externo (para los clientes, proveedo- res y suministradores). Un CMR analítico debe ser capaz de: · Identificar por qué sucedió mediante la incorporación de mode- los analíticos de información basados en técnicas multivariables. · Prever qué sucederá en fun- ción de modelos predictivos. · Establecer alertas sobre lo que sucederá. · Proponer alternativas me- diante la incorporación de objetivos y en función del análisis de la informa- ción disponible de todas las fases anteriores. 2. CMR operacional u opera- tivo. Hace referencia a los procesos de negocio en la compañía. Se dife- rencian en dos partes: a) Back office. Todos los proce- sos organizativos que configuran el entramado del negocio y dan forma al mismo. El CMR interviene en el back office considerando a éste como un público interno, cuyas interaccio- nes y relaciones están orientadas hacia la satisfacción del cliente, la consecución de objetivos y optimiza- ción de los recursos de la compañía: · Parte de la base del intercam- bio de comunicación fluida entre diferentes departamentos que inte- gran el sistema de la organización. · Incorpora procedimientos sobre dicho intercambio. · Propone alternativas a las posibles desviaciones. · Valora la efectividad de las partes involucradas. · Facilita la toma de decisiones. b) El front-office. Hace referen- cia a todas las áreas de la empresa que entran en relación directa con el cliente. Un CMR operacional en el front office tiene que: · Ofrecer información relevan- te y actualizada al cliente. · Asegurar la privacidad de los datos aportados. · Facilitar una interconexión con todas aquellas áreas del back office cuya actividad afecte o pueda afectar a la satisfacción del cliente (especialmente producción y logísti- ca de envíos). · Representar adecuadamente a la compañía (es el punto de contac- to del cliente con la empresa). · Almacenar y distribuir la información aportada por el cliente. · Facilitar y apoyar las relacio- nes mediante un intercambio de información fluido y constante en el tiempo. · Integrar el mayor número posible de canales de comunicación. · Estar personalizado en fun- ción de los intereses e inquietudes del cliente. 3. CMR de colaboración, in- teracción directa. Es una de las más innovadoras herramientas informáti- cas desarrolladas al servicio de la empresa. Algunas de las característi- cas del CMR de colaboración son: · Su integración e intercone- xión con el CMR analítico y operacio- nal. · Su orientación hacia preventa y venta, su apoyo a la posventa y su focalización hacia el establecimiento de relaciones. · Su integración con los recur- sos de personalización de la comuni- cación. · La búsqueda continuada de la identidad del interlocutor. · Su alta compatibilidad con tecnologías de telecomunicaciones. · La flexibilidad que ofrece para la programación de eventos y respuestas ante determinados estí- mulos o acciones del interlocutor. E F F E C T I V E M A N A G E M E N T : R E S Ú M E N E S D E P R O F E S I O N A L E S P A R A P R O F E S I O N A L E S 8 EFFECTIVE MANAGEMENT 1 EFFECTIVE MANAGEMENT AÑO VI Nº 136 Effective Management RESÚMENES DE GESTIÓN Marketing E F F E C T I V E M A N A G E M E N T : R E S Ú M E N E S D E P R O F E S I O N A L E S P A R A P R O F E S I O N A L E S Effective Management, S.L. C/ Industria, 64, Bajos- 08960 Sant Just Desvern -Barcelona- (España). Tel. 93-473 75 97 Fax 93-473 75 97. E-mail: effective@effective-management.com Web: www.effective-management.com Edición: Effective Management, S.L. Depósito legal: B-17.662-97 Impresión: Impressors de Barcelona, S.L. Maquetación: S&R Publit, S.L. Corrección de estilo: Antoni Vives. Dirección Comercial: Jordi García. La distribución de esta publicación es exclusiva de Effective Management, S.L. Ningún texto publicado en Effective Management puede ser reproducido total o parcialmente, en cualquier forma o por cualquier medio, sin autorización escrita del editor. E F F E C T I V E M A NAGEMENT PU B L I C A T I O N S B O O K S U M M A R I E S MARKETING RELACIONAL Pedro J. Reinares, José Manuel Ponzoa 303 páginas Libros seleccionados y recomendados por: Oriol Amat, Antonio Argandoña, Josep Bertrán, Eulogio Bordas, Josep Chías, Luis Mª Huete, Esteban Masifern, Raúl Peralba, Josep M. Piqué, Franc Ponti, Luis Torras, Joan Tugores. E F F E C T I V E M A NAGEMENT PU B L I C A T I O N S B O O K S U M M A R I E S Comparación entre la venta de transacciones y la venta de relaciones Venta de transacciones El vendedor y la empresa. Estímulo-respuesta, estados mentales. Ventas cerradas, volumen de pedido. Hacer visitas, cerrar ventas. Una dirección del vendedor al cliente. Sin ningún compromiso. Poco o ninguno. Satisfacción de necesidades, solución de problemas, consultiva. Confianza, planificación conjunta, bene- ficios mutuos. Consultor y aliado a largo plazo. Persona clave en la empresa del cliente. Dos sentidos y colaborativa. Activamente implicado en el proceso de toma de decisiones del cliente. Continuado a fin de asegurar la satisfac- ción del cliente, ofrecerle valor añadido y controlar las oportunidades. El cliente y los clientes del cliente. Perspectiva Enfoques de venta personal Resultados deseados Papel del vendedor Naturaleza de la comunicación Grado de compromiso Seguimiento postventa Venta de relaciones
  • 2. la propia empresa o establecimientos adheridos al programa. El trato espe- cial y el reconocimiento del cliente son sus pautas diferenciales. En fun- ción del número de empresas que participan y al grado de implicación de las mismas los programas pueden clasificarse como: - Multi-sponsors o multimarca. Surgen por el acuerdo entre diferen- tes compañías líderes en diferentes sectores de consumo con el objeto de ofrecer al titular una oferta amplia de posibilidades de consecución de puntos, a la vez que se comparten los costes derivados de la propia admi- nistración del programa y obtención de premios. La principal crítica reali- zada sobre este tipo de programas es la pérdida de identificación de la en- seña, que cede su notoriedad a una marca diferente que la represen- ta en el ámbito de la fideliza- ción. Travel Club es un ejemplo. - Mono-sponsors o monomarca. Surgen de la necesidad de una empresa de desarr ollar un programa que la represente frente al cliente. El pro- grama es por la propia compañía que lo patrocina. Club Caprabo, por ejemplo. - Sectoriales o mo- no-sponsors con aso- ciados. Ante la dificul- tad de ofrecer un valor verdaderamente diferencial al cliente y alto coste de los programas, algunas empresas han optado por desarrollar programas mixtos, que intentan aglutinar las ventajas de los programas multi- sponsor conservando el nivel de identificación de la marca de los mono-sponsors. El programa Puntos Estrella de La Caixa. Vinculación de clientes La vinculación es entendida como número de servicios y produc- tos que un determinado individuo compra, la frecuencia con que lo hace o incluso el tiempo que lo lleva ha- ciendo. No contempla la satisfacción y la exclusividad, dos de los factores que mejor definen a la fidelización. La relación entre vinculación y fidelización se origina a partir del índice de satisfacción. A partir de una situación de fuerte vinculación con el cliente estamos en una situación de privilegio para desarrollar una política de fidelización tendente a conseguir una aceptación de índole emocional y una respuesta eficiente a las necesi- dades del cliente, para que una vez finalizadas las obligaciones contraídas (fin de la vinculación), sigamos sien- do elegidos. Retención de clientes La retención de clientes hace referencia a una reacción de la em- presa por la que se evita la pérdida de un cliente adecuando el servicio u oferta; dichas acciones se suelen realizar de forma puntual para man- tener una determinada cartera de clientes. Resulta básico en una planifica- ción de la retención de nuestros clientes conocer cuáles son las causas que originan una pérdida potencial de clientes. Las principales son: · Acciones de la competencia directamente encaminadas a mejorar la situación del cliente con respecto a su situación actual. · Factores ajenos a la relación: cambio de ubicación geográfica, fa- llecimiento, etc. · Quejas y reclamaciones no explicitadas por el cliente pero cau- santes directas del abandono. · Quejas y reclamaciones desa- tendidas por la empresa. · Desvinculación progresiva generada por una relación sin sufi- cientes incentivos. · Acumulación de situaciones no favorables para el consumidor. · Errores en los procedimien- tos de comunicación necesarios para crear vínculos permanentes entre el cliente y la empresa. Invertir en el conocimiento del proceso que ha generado la pérdida es tan importante como conocer cómo relacionarnos con éxito con nuestros clientes. La posible pérdida del cliente pone en evidencia que algo está fallando en nuestros pro- pios procesos relacionales ya que no hemos sido capaces de anticiparnos a una situación que hace fracasar todo el esfuerzo que hemos realizado con ese cliente. Algunos consejos básicos a tener en cuenta en los procedimien- tos para gestionar situaciones de cri- sis son: · Establecer procedimientos automatizados que permitan señali- zar los puntos críticos de la relación. Estos indicadores posibilitan una re- solución estándar que probablemen- te solucione la incidencia. · Es necesario realizar un análi- sis riguroso que permita establecer modelizaciones sobre el proceso que finalmente produce al abandono. Estas pautas permitirán crear un sis- tema de avisos que anticipe las situa- ciones que conducen al inicio del abandono. · Los procedimientos anterio- res deben permitir elaborar una cate- gorización de los clientes según su propensión al abandono. Esta infor- mación permitirá aplicar tanto pro- gramas de seguimiento individualiza- dos como discriminar los recursos en función del riesgo de abandono y del valor del cliente. · Las soluciones deben ser fle- xibles y estar totalmente pactadas con el cliente; sólo de esta manera podemos dar por finalizada una situación que puede ser una bola de nieve que continuará generando problemas y dañará la imagen de la empresa. CUSTOMER RELATIONSHIP MANA- GEMENT (CMR) Según Price Waterhouse Coo- pers, el CMR es una combinación de cambios estratégicos, de procesos organizativos y tecnologías, para bus- car mejorar la gestión del negocio, en torno al comportamiento de sus clientes. Implica la adquisición y desarrollo de conocimientos sobre clientes para usar esta información en los puntos de contacto, obteniendo así mayores ingresos y eficiencia operativa. Todas las definiciones de CMR incluyen las siguientes premisas: · Estrategia de negocio centra- da en el cliente. · Incluyen diferentes públicos en relación con la empresa: especial- mente, empleados y clientes. · Enfatizan la necesidad de añadir valor al cliente mediante el conocimiento de sus necesidades y mediante la orientación y personali- zación de la oferta. · Incluyen la aplicación de una tecnología accesible y manejable por empresa para conseguir la fidelidad de los clientes y un aumento de los beneficios. · Insisten en que el término ción en una relación. De esta manera, la empresa y sus consumidores cola- boran en la búsqueda del beneficio mutuo. Las acciones de marketing re- lacional son no la panacea estratégi- ca. Muchos autores ya plantean la necesidad de reflexionar sobre los siguientes elementos: · El marketing relacional busca incrementar las relaciones en una progresión de selección y reducción de sus actuales consumidores. Ello supone aumentar la dependencia sobre un menor número de ellos. Es posible que la empresa quede más vulnerable frente a acciones de la competencia o cambios inesperados de estos consumidores. · Asimismo, concentrarse en el porcentaje de consumidores más rentable puede suponer un menor esfuerzo en términos de marketing sobre un grupo mayor, que pueden ser los consumidores potenciales fu- turos. Ante el abandono de nuestras acciones, ese numeroso grupo fácil- mente puede reaccionar frente a ac- ciones de nuestros competidores. Tampoco menospreciemos la posible mala imagen creada entre los grupos de consumidores sobre los que explí- citamente realicemos acciones que pueden ser percibidas como discrimi- natorias. · Al centrar nuestras acciones en un target cuantitativamente redu- cido, éstos se acostumbran a recibir un trato preferencial. Ello origina un espiral donde, para mantener viva la relación, cada vez es más necesario prestar mejor servicio, que en el futu- ro, puede llegar a ser una situación insostenible. · Teniendo en cuenta la ten- dencia actual al rápido cambio de conducta y necesidades de los con- sumidores, es posible que a lo largo del tiempo en que la empresa tarda en consolidar la relación, las relacio- nes hayan cambiado. LA ESTRATEGIA RELACIONAL Hablar de estrategia relacional supondrá, según los casos, generar un modelo de negocio orientado plenamente a las relaciones (tras considerar a las mismas como parte fundamental de nuestra ventaja competitiva), revisar parte de la estrategia existente (después de ha- ber identificado la necesidad de in- cluir vínculos relacionales con uno varios segmentos de clientes) o, sim- plemente, incorporar en la estrategia tradicional objetivos relacionales con la suficiente entidad como para ser formulados y diferenciados, y orien- tados a incrementar los intercambios de ideas y servicios con el público objetivo. Uno de los errores más fre- cuentes al diseñar una estrategia rela- cional suele derivarse de la excesiva focalización hacia las relaciones de los objetivos, planes y presupuestos de marketing, desatendiendo las transacciones. Éstas son la base sobre las que la empresa tendrá que esta- blecer una estrategia relacional, in- corporando a las mismas el factor tiempo o frecuencia y favoreciendo la respuesta o retroalimentación, me- diante la aplicación de técnicas de marketing relacional que garanticen su continuidad y las satisfacción de las partes en el tiempo. En la elaboración de un plan estratégico relacional se deberá partir de una estructura que contemple las siguientes fases: 1. Análisis de la situación. Esta fase contempla un estudio deta- llado del contexto en el que la em- presa ejercerá su estrategia relacio- nal. 2. Determinación de la acti- vidad de la empresa orientada al cliente. Orientar la empresa al clien- te supone considerarle; esto es, que nuestra organización sea en parte como el cliente espera. Orientarse al cliente también significa satisfacer sus necesidades, entre otras razones, porque la empresa es capaz de inci- dir sobre la motivación del cliente mediante la relación que este man- tiene con nosotros. 3. Objetivos relacionales de la empresa. Definir objetivos relacio- nales no es más que desagregar nuestra misión relacional. El ejercicio de síntesis y comprensión que nos ha permitido llegar a un único enunciado tras la observación de la reali- dad, a la detección de la necesidad y al con- traste de uno y otro con nuestras capa- cidades, compren- d e f e n ó m e n o s múltiples que re- quieren ser aten- didos por separa- do. Es fundamen- tal que las accio- nes realizadas por la empresa sean co- herentes con los ob- jetivos marcados. Al- gunos de los principales objetivos estratégicos son: · No sea grandilocuen- te. Traduzca los objetivos para su personal y adáptelos a su lenguaje. · Es importante ser ambicioso, pero realista; no se marque objetivos que nunca vaya a cumplir. E F F E C T I V E M A N A G E M E N T : R E S Ú M E N E S D E P R O F E S I O N A L E S P A R A P R O F E S I O N A L E S E F F E C T I V E M A N A G E M E N T : R E S Ú M E N E S D E P R O F E S I O N A L E S P A R A P R O F E S I O N A L E S 2 EFFECTIVE MANAGEMENT 7 EFFECTIVE MANAGEMENT Título: MARKETING RELACIONAL. Los Autores: Pedro Reinaes es Doctor en CC Económicas y Empresariales y posee un master en Marketing Estratégico, José Manuel Ponzoa es Licenciado en CC de la información y doctorado en Investigación Comercial y Marketing. ©2002 Pearson Education, S.A. www.pearsoneducation.com. Resumido con permiso del editor. ¿Cómo obtener el libro? a. Llamar al teléfono 93 473 75 97 b. Enviar fax al nº 93 473 75 97 c. Enviar un e-mail: effective@effective-management.com Y se lo cargaremos a su tarjeta de crédito. d. 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  • 3. Fidelización La lealtad o fidelidad constitu- ye la medida de la vinculación del cliente a la marca o empresa; refleja la posibilidad de que el cliente cam- bie a otra marca, especialmente cuando se modifica alguna caracterís- tica en funcionamiento o precio, o cuando las acciones de captación de los competidores logran calar en la percepción que sobre el índice de satisfacción posee el consumidor para lograr la prueba del producto y su posterior reiteración en la compra. El nexo entre marketing rela- cional y fidelización se provoca mediante la intervención del primero en los procesos de satisfacción del cliente. La oferta de la empresa inter- viene, tomando como propia la necesidad del cliente para ofrecerle una respuesta que éste no puede o no desea solucionar por sus medios. A los programas de fideliza- ción se les denomina programas de recompensa puesto que estimulan la elección del cliente ofreciéndole un beneficio que incide sobre aquello que verdaderamente resulta moti- vador. Un programa de fidelización bien diseñado supone, además de un soporte de alta valía para la recopila- ción y actualización de informaciones importantes sobre el cliente, un auténtico laboratorio en el que poder contrastar las conclusiones obtenidas del análisis de las mismas. La correc- ta articulación de un programa de fidelización ha de incorporar la pues- ta en marcha de un sistema que per- mita: 1. Adquirir información (de forma permanente). Las principales fuentes por las que podemos adquirir conocimiento son: · El formulario de inscripción en el programa · Los formularios que poste- riormente se dirijan al cliente (nor- malmente incentivando su respuesta mediante puntos o regalos) con obje- to de completar o actualizar la infor- mación obtenida a través del formu- lario de inscripción. · La información derivada de las relaciones mantenidas con el cliente tanto de índole comunicativo como económico. · La información derivada de la respuesta y ausencia de respuesta a nuestras propuestas. 2. Facilitar la toma de deci- siones (a corto plazo). Mediante el análisis continuado de la base de datos de clientes la empresa dispone de una ventaja competitiva impor- tante frente a su competencia. Pri- mero, porque puede ceñirse a detec- tar los cambios y necesidades de un universo de clientes sobre los que disponemos información relevante de difícil acceso para nuestros com- petidores y, en segundo térmno, la ventaja competitiva vendrá derivada de la capacidad de reacción que las relaciones avanzadas van a propiciar- nos para hacer frente a las acciones de nuestros competidores. En un sistema relacional so- portado por una base de datos orien- tada a facilitar información válida para la toma de decisiones en el corto plazo, podemos diferenciar dos niveles de toma de decisiones: · Las derivadas de la actuación que se requiere frente a un determi- nado cliente que, hasta el momento, era gestionado en el sistema de rela- ción con unos parámetros determina- dos y que requiere un nuevo enfo- que, que podemos denomiar evolu- ción táctica de las relaciones. · Las derivadas de las actuacio- nes tácticas de la compañía definidas en sus planes estratégicos. 3. Planificar correctamente el futuro. El proceso de evolución tácti- ca de la relación con el cliente ha de ser generado de forma automática por la base de datos de clientes, entendida como una herra- mienta dinámica y no co- mo un simple almacén de datos. Los progra- mas de fidelización pueden clasificarse de la siguiente ma- nera: · Programas de recompensa ba- sados en puntos. Consiste en acumu- lar puntos en función de determinados es- fuerzos de compra, visita o participación canjeables por un catálogo de productos que permanece con escasas diferencias en el tiempo e incorpora ofertas de precios en puntos de forma puntual. · Programas de recompensa basados en cupones descuento. Consiste en conseguir reducciones de precio en futuras compras dentro del establecimiento, normalmente articulados mediante vales de des- cuento con valor facial en dinero. · Programas basados en tratos preferenciales. Ofrecen la posibilidad de conseguir ventajas adicionales en · Jerarquice los objetivos y es- tablezca una clasificación a dos nive- les: por áreas de desempeño y, den- tro de ésta, por orden de importan- cia. · Nunca pierda de vista a sus clientes; lo que es bueno para la em- presa puede no serlo para el cliente. · Segmente, segmente. No tiene un único negocio, tiene tantos como grupos, segmentos o indivi- duos rentables pueda identificar. · Diferencie e identifique den- tro de los objetivos relacionales: - Aquellos basados en los intercambios de bienes y servicios que aportan beneficios económicos a la organización. - Los orientados puramente a satisfacer necesidades de comunica- ción y a favorecer la relación no eco- nómica del cliente. - Aquellos que favorecen la diferenciación con nues- tros competidores. · Utilice un método propio, asocie el ob- jetivo a una imagen y le permitirá re- cordar el rumbo sin tener que mi- rar la brújula. · Sea conformis- ta. La sonora feli- citación de un objetivo cumplido es la alerta que nos avisa de la necesidad de esta- blecer uno nuevo más elevado. 4. Alcance de la estrate- gia relacional. Idealmente, la estrategia relacional debería abarcar la totalidad de los clientes, productos o servicios. Sin embargo, no todos los negocios requieren de estrategias, relaciones puras y, muy al contrario, la observación de la rea- lidad aconseja frecuentemente estra- tegias mixtas, en las que se combi- nan estrategias relacionales y transac- cionales. Las propias premisas del marketing relacional abogan por la orientación al cliente. Sin embargo, es preciso considerar que éste puede no desear mantener una relación avanzada con la empresa. 5. Metodología para valorar la implementación de una unidad de negocio relacional. La aplicación del marketing relacional supone una alta inversión para la empresa, sólo aplicable en los casos en los que la rentabilidad o beneficio por el cliente es importante; por tanto debe ser capaz de determinar si se genera el margen suficiente entre un segmento concreto de nuestra cartera como para establecer relaciones avanzadas con el mismo. Existen tres situaciones posi- bles: · En el caso de que el 10% de nuestros clientes genere el 40% del margen bruto, se dan las circunstan- cias para establecer una unidad rela- cional. Los clientes requieren, al me- nos, ser tratados mediante la puesta en marcha de acciones establecidas en un plan de marketing que favorez- ca las relaciones y permita su identi- ficación. · En el caso de una concentra- ción del margen entre un número de clientes más amplio (el 25% de nues- tros clientes genera el 40% del mar- gen bruto), la decisión más apropiada será establecer una unidad de nego- cio relacional mixta, o intentar pro- fundizar en el estudio para detectar si existe un grupo menos reducido con altas posibilidades de rentabilidades futuras sobre el que invertir. · En las situaciones de disper- sión es difícil encontrar un núcleo de clientes que aporte más margen que el promedio total de la cartera (35% de nuestros clientes genera el 40% del margen bruto). En estos casos, la necesidad de aplicar una estrategia relacional no está justificada. Tipos de unidades estratégicas de negocio La creación de una unidad relacional puede derivarse tanto de la creación de una nueva empresa, como de la evolución de un área de negocio sobre la que se ha detectado la oportunidad mediante una mejora sustancial en la calidad percibida por el cliente. La clasificación de las unidades de negocio puede hacerse en función de dos criterios: A). Basándonos en el tipo de negocio de la empresa práctica po- demos encontrar: 1. Unidades relacionales pu- ras. Son aquellas en las que la prácti- ca totalidad de la cartera de clientes utiliza o compra un determinado pro- ducto, cuyo valor discriminante con el resto de productos comercializa- dos por la empresa reside en las rela- ciones que, a través del mismo, se consiguen o ponen en práctica entre la empresa y el cliente. Las características de estas unidades son: · La estrategia transaccional no actúa de forma directa, exceptuando la posible interacción del cliente con otras unidades no relacionales puras dentro de la empresa. · Dispondrá de una estructura caracterizada por el trato directo con el cliente. · Suelen incorporar productos y servicios: complejos, de alta vincu- lación, con componentes de alta emotividad y basados en procesos de inteligencia y técnica. 2. Unidades relacionales mixtas. Son aquellas en las que la es- trategia transaccional convive con la relacional. Estas unidades comparten estructuras orientadas a conseguir metas en uno y otro sentido. Son uni- dades muy dinámicas desde el punto de las relaciones y redes que se esta- blecen a diferentes niveles: directa- mente con el cliente, con los actores intermedios, y entre actores interme- dios y el cliente. Las características de estas unidades son: · Dispondrán de una estructura caracterizada por combinar el trato directo e indirecto (a través de inter- mediarios) con el cliente, tanto en lo relativo a la comunicación como a la venta y servicio. · Suelen incorporar productos y servicios: de alto valor añadido, en el que el punto de venta desempeña un papel importante, en los que el usuario no coincide con el comprador y suministros al hogar que implican mantenimiento o pueden aparejar servicios adicionales. 3. Unidades transaccionales puras. Aquella que gestiona y admi- nistra una determinada empresa ba- sándose en una estrategia transaccio- nal; ésta se caracteriza por la ausencia de incorporación en sus objetivos, lo que definimos como relaciones avan- zadas para con los clientes a los que se dirige su oferta. Estas unidades se caracterizan por la ausencia de los siguientes fac- tores: · Acciones directas a sus clien- tes de comunicación, publicidad, promoción, etc. que incorporan ele- mentos de personalización y adapta- ción. · Una clara identificación y res- puesta a las necesidades individuales de los clientes. · Una retroalimentación efi- ciente de los sistemas de información sobre el cliente. B) Atendiendo a la tipología de los clientes, podemos identificar E F F E C T I V E M A N A G E M E N T : R E S Ú M E N E S D E P R O F E S I O N A L E S P A R A P R O F E S I O N A L E S E F F E C T I V E M A N A G E M E N T : R E S Ú M E N E S D E P R O F E S I O N A L E S P A R A P R O F E S I O N A L E S 6 EFFECTIVE MANAGEMENT 3 EFFECTIVE MANAGEMENT E F F E C T I V E M A NAGEMENT PU B L I C A T I O N S B O O K S U M M A R I E S Claves del éxito de un programa de fidelización · Innovación (creatividad y tecnología). · Notoriedad del programa. · Participación activa de titulares. · Nivel de penetración del progra- ma/total clientes. · Influencia en decisiones de compra. · Valor percibido por la participación. · Ajuste nivel de compra/recompensa. Variables indicadoras del nivel de lealtad Nivel de contratación de productos y servicios: Frecuencia en la renovación o utilización de productos y servicios: Interacción del cliente con diferentes canales de venta utilizados por la empresa: Interacción del cliente con diferentes canales de venta utilizados por la empresa: Lealtad explícita: · Potencial de contratación del cliente versus contratación real. · Productos o servicios contratados en exclusiva versus compartidos con otros competidores. · Contratación de productos de alta vinculación (aquellos que suponen un alto nivel de compromiso y de relación futura con la empresa). · Número y valor de los productos contratados en un determinado período. · Índice de respuesta a la propuesta de nuevos productos. · Cancelación de servicios sujetos a renovación en el tiempo. · Canales propios versus canales alternativos. · Frecuencia de visita y tiempo promedio de visitas. · Posición relativa de la interacción versus potencial y tiempo o número de contactos reali- zadosen nuestros competidores. · Presencia en eventos, presentaciones de productos, ferias, etc. · Inscripción en programas de fidelización, clubes o servicios de información periódica sobre la empresa o sus productos. · Nivel de retroalimentación. · Cláusulas de exclusividad aceptadas en contratos. · Lealtad por ventaja (empresas que cubren una necesidad con un nivel de satisfacción no disponible en el mercado. · Sensibilidad al precio. · Búsqueda de nuevas alternativas (potencial y actitud declarada o contrastada).
  • 4. las siguientes unidades de negocio: 1. Unidades relacionales nominativas. Están dirigidas a los clientes más rentables de la empresa. Son aquellas en las que todos los clientes se gestionan exclusivamente de forma relacional. En éstas desta- can las siguientes características: · Cada cliente es conocido. La empresa dispone de información relevante sobre el mismo. · Existe un alto grado de trato personalizado. · Se dedican recursos elevados por clientes. · Las relaciones tratan de supe- rar el propio proyecto económico para entrar cada vez más cerca del factor personal. · Utilización de planes de mar- keting relacionales. · La captación de nuevos clien- tes suele generarse mediante relacio- nes personales o por recomendación de algún cliente ya existente. 2. Unidades relacionales grupales. Están dirigidas a clientes que no aportan el suficiente margen como para ser tratados de forma independiente o diferenciada. Las características de estas unidades son: · Se dispone de información relevante debidamente almacenada que permitirá a la empresa comenzar un camino de afianzamiento de las relaciones con sus clientes. · Menor dedicación personal, motivada por la necesidad de com- partir los recursos de la empresa. · Utilización de planes de téc- nicas relacionales, complementadas con otras transaccionales para su ad- ministración. · Utilización simultánea de métodos de captación basa- dos en redes (networking) con otros tradicionales (task force, comercia- les, etc.). 3. Unidades seudo-relaciona- les. Son unidades transaccionales que están evolu- c i o n a n d o p a r a convertirse en uni- dades relaciona- les. Sus caracterís- ticas son: · Suelen ser frecuentes en empre- sa de reciente crea- ción. · Los clientes son parcialmente conocidos. · Utilización de planes de marketing transaccionales a los que se añade un cierto aditamiento de marketing directo y atención al cliente. La gestión de la comunicación rela- cional El proceso de comunicación entre la empresa y los distintos públi- cos relacionales es un elemento fun- damental en la consolidación de la estrategia relacional. Una integración sólida del conjunto de instrumentos, canales y medios utilizados por la empresa para comunicarse con sus clientes es el punto de partida de la estrategia relacional. Ver figura 1. A continuación, se desarrollan algunos de los principios básicos que se deben explicar en acciones de co- municación creadas específicamente para desarrollar relaciones: · La comunicación relacional da valor añadido. Este valor añadido se debe repartir de forma equilibrada entre ambas partes. · La comunicación relacional construye relaciones de confianza y protege y salvaguarda la intimidad. · La comunicación relacional incentiva el diálogo: sistemas de ac- ceso rápidos, gratuitos sencillos y con personal especializado. FIDELIZACIÓN, VINCULACIÓN Y RETENCIÓN DE CLIENTES El factor tiempo El desarrollo de la cartera de clientes de la empresa es, ante todo, un fenómeno tempo- ral, cuya evolución pasa básicamente por cuatro estados: captación, mantenimiento, fide- lización y abando- no. Sólo uno de cada tres clientes que capta la em- presa realizará todo el recorrido, es decir, es sus- ceptible de ser fidelizado. El proceso de evo- lución de la clientela muestra un alto grado de correlación con la propia evolución en el tiempo de la compañía (y de sus productos o servicios en el mercado) que, a su vez, podemos clasificar en otras cuatro fases: 1. Fase de lanzamiento. En esta fase la empresa ha de definir cuál será el nivel de importancia que se otorgará al mantenimiento de su cartera de clientes en el futuro. La satisfacción del cliente y su fideliza- ción van unidas. Hacer que converjan desde el principio de la relación, tanto con los productos como con la propia empresa, incidirá en el éxito de la misma. No hacerlo supondrá un pérdida de oportunidad que un com- petidor podrá aprovechar. Es en esta fase cuando hemos de controlar algunos puntos críticos que pueden afectar seriamente el futuro de la empresa: · La necesidad de una dimen- sión adecuada de los recursos de la empresa para ofrecer una respuesta efectiva en el nuevo escenario. · La falsa seguridad que nos aporta contar con un supuesto núcleo de clientes que garantizan nuestra continuidad. · La rápida sustitución por nue- vos clientes de aquellos que nos abandonan. Creemos que estamos actuando de forma correcta al conse- guir atraer nuevos clientes, valorando los abandonos como un proceso nor- mal en nuestra evolución. La articulación de estructuras y planes comerciales y de marketing basados en la captación de clientes. La ganancia de experiencia en este sentido no ha de limitar ni ofrecer una barrera para la aplicación del marketing relacional. En la fase de lanzamiento de- bemos plantearnos las siguientes cuestiones: · Competencia o competencia interna. ¿Vamos a utilizar la cartera de clientes existentes (en fase de mantenimiento o fidelización) como base sobre la que apoyar los nuevos lanzamientos (cooperación interna)? O, por el contrario, ¿desarrollaremos una estrategia más agresiva, a través de la creación de unidades de nego- cio, marcas o empresas que compi- tan entre sí por el cliente (competen- cia interna)? · Crecimiento por extensión o profundidad. ¿Desarrollaremos pro- ductos y servicios orientados y a la medida de los clientes (profundidad) o, por el contrario, a crear productos que atraigan a los clientes potencia- les tras detectar y corregir los moti- vos de su no-contratación? · Captación y canibalización. ¿Vamos a ofrecer ventajas adicionales en los nuevos lanzamientos (de pre- cio, servicio, promoción, etc.) con el objeto de atraer a nuevos clientes, aun cuando las mismas puedan supo- ner el traspaso (canibalización) de una parte o del total de nuestra car- tera (o el abandono de parte de la misma por percepción de desventa- ja) a la nueva oferta y, por consi- guiente, una reducción en nuestros márgenes? · Reacción y planificación. ¿Son nuestros lanzamientos una respuesta al desarrollo de nuevos productos por parte de nuestros competidores (reacción), o están sujetos y respon- den a una planificación propia en la que se toman las oportunidades de mercado y se ofrecen soluciones a las necesidades de clientes actuales y potenciales? · Prueba y apuesta firme. Al realizar un lanzamiento, ¿estamos comprobando sobre nuestra cartera actual la relación y aceptación del mismo con el objeto de continuar, mejorar o abandonar el lanzamiento hacia nuevos clientes potenciales?; o, al contrario, ¿creemos firmemente en que el lanzamiento beneficiará en pri- mer lugar a los actuales clientes y muy probablemente será capaz de atraer a nuevos clientes? 2. Fase de perfeccionamien- to. El paso de la fase de lanzamiento a la de perfeccionamiento es uno de los momentos más críticos en la evo- lución de la empresa; en ésta el man- tenimiento y fidelización de los clien- tes ocupan un papel importante. 3. Fase de consolidación. Se caracteriza por el reconocimiento de los competidores y clientes, aunque gozar de una alta reputación no sig- nifca tener que dejar cada día por ella; muy al contrario, sólo supone haber encontrado un camino para conseguirla. Seguir siendo accesibles a los intereses de quienes han conse- guido situarnos en posición tan ele- vada parece inevitable, como tam- bién lo es hacer que el ciclo lanza- miento-perfeccionamiento-consoli- dación de nuestra oferta se mantenga más activo que nunca. El factor confianza La confianza es un valor princi- pal en la retención y fidelización, pues- to que las relaciones más avanzadas se fundamentan en la firme esperanza que cada parte deposita en la otra. La confianza se genera desde las primeras transacciones entre em-presa y cliente. En su genera- ción, és-tas van a depender princi- palmente de dos factores: 1. El nivel de expectativas generado en el cliente, que ha de ser: · Lo suficientemente alto como para incentivar su contratación. · Realista, para evitar la des- confianza. · Flexible, para permitirnos crecer en el tiempo. 2. El nivel de experiencia del cliente, que deberemos conocer pre- viamente para ofrecerle: · Aquello que verdaderamente está demandando: ajuste a intereses. · Una respuesta que evite aso- ciaciones con experiencias anteriores no adecuadas: ajuste a desintereses. E F F E C T I V E M A N A G E M E N T : R E S Ú M E N E S D E P R O F E S I O N A L E S P A R A P R O F E S I O N A L E S E F F E C T I V E M A N A G E M E N T : R E S Ú M E N E S D E P R O F E S I O N A L E S P A R A P R O F E S I O N A L E S 4 EFFECTIVE MANAGEMENT 5 EFFECTIVE MANAGEMENT E F F E C T I V E M A NAGEMENT PU B L I C A T I O N S B O O K S U M M A R I E S Los canales de la comunicación relacional Canal Ventajas Desventajas · Procedimientos contrastados. · Automatización de los procedimientos. · Alcance elevado. · Buena capacidad de personalización. · No intrusivo y de eficacia contratada. · Elevado alcance y capacidad de seg- mentación. · Retroalimentación en tiempo real. · Control de medidas de eficacia. · Costes bajos. · Medio audiovisual de creación novedosa. · Establece sinergias entre Internet y el medio televisivo. · Favorece acciones impulsivas. · Alta calidad de la comunicación relacio- nal. · Adecuado para transmitir objetivos cor- porativos rigurosos. · Canal selectivo. · Interactividad y feedback. · Medio no intrusivo y costes bajos. · Sistemas de medición de eficacia sofisti- cados. · Automatización de los procesos. · Óptimo para públicos internos y B to B. · Pôco utilizado en acciones relacionales. · Favorece el desarrollo de acciones rela- cionales de calidad allí donde esté implantado. · Automatización de los procesos. · Costes bajos. · Automatización de los procesos. · Alcance limitado. · Audiencia poco propensa a la fidelización. · Percepción negativa del medio por webs de caja calidad. · Escasa integración con el resto de canales. · Escasa utilización fuera de acciones logísticas. · Nula implantación en empresas pequeñas. · Información escasamente identificada con consumidores finales. · Incompatibilidad de sistemas. · Necesidad de personalizar la información. · Poca disposición del minorista a compartir información. · Necesidad de “partenariados”. · Pérdida de autonomía de los promotores. · No decididos los protocolos estándares. · Alto volumen de información. · Multiplicidad de aplicaciones. · Elevada penetración poblacional. · Calidad y cantidad de la información. · Permite también acciones transaccionales. · Calidad de información financiera. · Apto para acciones relacionales novedo- sas y facilidad de uso. · Elevada capilarización territorial. · Conexión de los mundos on y off line. · Influencia en las decisiones en el punto de venta. · Elevada eficacia. · Permite buenos desarrollos creativos. · Calidad de la información recogida. · Elevado coste. · Necesidad de acuerdos con terceros. · Lentitud de procesos. · Alto coste y escasa familiarización del público masivo con este tipo de soportes. · Confidencialidad de los datos. · Necesidad de “partenariados” con enti- dades financieras. · Necesidad de cruzar datos. · Infraestructuras no controladas. · Elevada competencia de formatos. · No fidelizan en sí mismas. · Necesidad de masa crítica. · No apto para consumidores finales. · Falta de integración con los otros proce- sos. · Necesidad de formación especializada. · Alta tasa de rotación. · Necesidad de apoyo tecnológico. · Limitada capacidad de contactos. · Costes elevados. · Alcance limitado y selectivo. · Tecnología no consolidada. · Falta de experiencias previas y modeli- zaciones.. · Apto para conseguir notoriedad y gene- rar tráfico. · Apto para conseguir un alto volumen de información en bases de datos no cualifi- cadas. · Respuesta condicionada a la implicación del target. · Spamming. · Necesidad de realizar un plan de medios. · No genera afinidad. · Se hace necesaria una segmentación posterior. · Saturación de los mensajes. · Saturación y escasa respuesta. · Elevado margen de error en las bases de datos externas. · Tiempo de preparación de las acciones. · No apto para deteminados targets. · Percepción de intromisión. · Dilema de outsourcing en las campañas. Teléfono Correo postal Mass media Televisión digital Fuerza de ventas Internet Intranet/ Extranet EDI Terminales punto de venta Tarjetas inteli- gentes Tarjetas conven- cionales Cajeros automá- ticos Pantallas de infor- mación Acciones de mer- chadising Correo electró- nico Figura 1
  • 5. las siguientes unidades de negocio: 1. Unidades relacionales nominativas. Están dirigidas a los clientes más rentables de la empresa. Son aquellas en las que todos los clientes se gestionan exclusivamente de forma relacional. En éstas desta- can las siguientes características: · Cada cliente es conocido. La empresa dispone de información relevante sobre el mismo. · Existe un alto grado de trato personalizado. · Se dedican recursos elevados por clientes. · Las relaciones tratan de supe- rar el propio proyecto económico para entrar cada vez más cerca del factor personal. · Utilización de planes de mar- keting relacionales. · La captación de nuevos clien- tes suele generarse mediante relacio- nes personales o por recomendación de algún cliente ya existente. 2. Unidades relacionales grupales. Están dirigidas a clientes que no aportan el suficiente margen como para ser tratados de forma independiente o diferenciada. Las características de estas unidades son: · Se dispone de información relevante debidamente almacenada que permitirá a la empresa comenzar un camino de afianzamiento de las relaciones con sus clientes. · Menor dedicación personal, motivada por la necesidad de com- partir los recursos de la empresa. · Utilización de planes de téc- nicas relacionales, complementadas con otras transaccionales para su ad- ministración. · Utilización simultánea de métodos de captación basa- dos en redes (networking) con otros tradicionales (task force, comercia- les, etc.). 3. Unidades seudo-relaciona- les. Son unidades transaccionales que están evolu- c i o n a n d o p a r a convertirse en uni- dades relaciona- les. Sus caracterís- ticas son: · Suelen ser frecuentes en empre- sa de reciente crea- ción. · Los clientes son parcialmente conocidos. · Utilización de planes de marketing transaccionales a los que se añade un cierto aditamiento de marketing directo y atención al cliente. La gestión de la comunicación rela- cional El proceso de comunicación entre la empresa y los distintos públi- cos relacionales es un elemento fun- damental en la consolidación de la estrategia relacional. Una integración sólida del conjunto de instrumentos, canales y medios utilizados por la empresa para comunicarse con sus clientes es el punto de partida de la estrategia relacional. Ver figura 1. A continuación, se desarrollan algunos de los principios básicos que se deben explicar en acciones de co- municación creadas específicamente para desarrollar relaciones: · La comunicación relacional da valor añadido. Este valor añadido se debe repartir de forma equilibrada entre ambas partes. · La comunicación relacional construye relaciones de confianza y protege y salvaguarda la intimidad. · La comunicación relacional incentiva el diálogo: sistemas de ac- ceso rápidos, gratuitos sencillos y con personal especializado. FIDELIZACIÓN, VINCULACIÓN Y RETENCIÓN DE CLIENTES El factor tiempo El desarrollo de la cartera de clientes de la empresa es, ante todo, un fenómeno tempo- ral, cuya evolución pasa básicamente por cuatro estados: captación, mantenimiento, fide- lización y abando- no. Sólo uno de cada tres clientes que capta la em- presa realizará todo el recorrido, es decir, es sus- ceptible de ser fidelizado. El proceso de evo- lución de la clientela muestra un alto grado de correlación con la propia evolución en el tiempo de la compañía (y de sus productos o servicios en el mercado) que, a su vez, podemos clasificar en otras cuatro fases: 1. Fase de lanzamiento. En esta fase la empresa ha de definir cuál será el nivel de importancia que se otorgará al mantenimiento de su cartera de clientes en el futuro. La satisfacción del cliente y su fideliza- ción van unidas. Hacer que converjan desde el principio de la relación, tanto con los productos como con la propia empresa, incidirá en el éxito de la misma. No hacerlo supondrá un pérdida de oportunidad que un com- petidor podrá aprovechar. Es en esta fase cuando hemos de controlar algunos puntos críticos que pueden afectar seriamente el futuro de la empresa: · La necesidad de una dimen- sión adecuada de los recursos de la empresa para ofrecer una respuesta efectiva en el nuevo escenario. · La falsa seguridad que nos aporta contar con un supuesto núcleo de clientes que garantizan nuestra continuidad. · La rápida sustitución por nue- vos clientes de aquellos que nos abandonan. Creemos que estamos actuando de forma correcta al conse- guir atraer nuevos clientes, valorando los abandonos como un proceso nor- mal en nuestra evolución. La articulación de estructuras y planes comerciales y de marketing basados en la captación de clientes. La ganancia de experiencia en este sentido no ha de limitar ni ofrecer una barrera para la aplicación del marketing relacional. En la fase de lanzamiento de- bemos plantearnos las siguientes cuestiones: · Competencia o competencia interna. ¿Vamos a utilizar la cartera de clientes existentes (en fase de mantenimiento o fidelización) como base sobre la que apoyar los nuevos lanzamientos (cooperación interna)? O, por el contrario, ¿desarrollaremos una estrategia más agresiva, a través de la creación de unidades de nego- cio, marcas o empresas que compi- tan entre sí por el cliente (competen- cia interna)? · Crecimiento por extensión o profundidad. ¿Desarrollaremos pro- ductos y servicios orientados y a la medida de los clientes (profundidad) o, por el contrario, a crear productos que atraigan a los clientes potencia- les tras detectar y corregir los moti- vos de su no-contratación? · Captación y canibalización. ¿Vamos a ofrecer ventajas adicionales en los nuevos lanzamientos (de pre- cio, servicio, promoción, etc.) con el objeto de atraer a nuevos clientes, aun cuando las mismas puedan supo- ner el traspaso (canibalización) de una parte o del total de nuestra car- tera (o el abandono de parte de la misma por percepción de desventa- ja) a la nueva oferta y, por consi- guiente, una reducción en nuestros márgenes? · Reacción y planificación. ¿Son nuestros lanzamientos una respuesta al desarrollo de nuevos productos por parte de nuestros competidores (reacción), o están sujetos y respon- den a una planificación propia en la que se toman las oportunidades de mercado y se ofrecen soluciones a las necesidades de clientes actuales y potenciales? · Prueba y apuesta firme. Al realizar un lanzamiento, ¿estamos comprobando sobre nuestra cartera actual la relación y aceptación del mismo con el objeto de continuar, mejorar o abandonar el lanzamiento hacia nuevos clientes potenciales?; o, al contrario, ¿creemos firmemente en que el lanzamiento beneficiará en pri- mer lugar a los actuales clientes y muy probablemente será capaz de atraer a nuevos clientes? 2. Fase de perfeccionamien- to. El paso de la fase de lanzamiento a la de perfeccionamiento es uno de los momentos más críticos en la evo- lución de la empresa; en ésta el man- tenimiento y fidelización de los clien- tes ocupan un papel importante. 3. Fase de consolidación. Se caracteriza por el reconocimiento de los competidores y clientes, aunque gozar de una alta reputación no sig- nifca tener que dejar cada día por ella; muy al contrario, sólo supone haber encontrado un camino para conseguirla. Seguir siendo accesibles a los intereses de quienes han conse- guido situarnos en posición tan ele- vada parece inevitable, como tam- bién lo es hacer que el ciclo lanza- miento-perfeccionamiento-consoli- dación de nuestra oferta se mantenga más activo que nunca. El factor confianza La confianza es un valor princi- pal en la retención y fidelización, pues- to que las relaciones más avanzadas se fundamentan en la firme esperanza que cada parte deposita en la otra. La confianza se genera desde las primeras transacciones entre em-presa y cliente. En su genera- ción, és-tas van a depender princi- palmente de dos factores: 1. El nivel de expectativas generado en el cliente, que ha de ser: · Lo suficientemente alto como para incentivar su contratación. · Realista, para evitar la des- confianza. · Flexible, para permitirnos crecer en el tiempo. 2. El nivel de experiencia del cliente, que deberemos conocer pre- viamente para ofrecerle: · Aquello que verdaderamente está demandando: ajuste a intereses. · Una respuesta que evite aso- ciaciones con experiencias anteriores no adecuadas: ajuste a desintereses. E F F E C T I V E M A N A G E M E N T : R E S Ú M E N E S D E P R O F E S I O N A L E S P A R A P R O F E S I O N A L E S E F F E C T I V E M A N A G E M E N T : R E S Ú M E N E S D E P R O F E S I O N A L E S P A R A P R O F E S I O N A L E S 4 EFFECTIVE MANAGEMENT 5 EFFECTIVE MANAGEMENT E F F E C T I V E M A NAGEMENT PU B L I C A T I O N S B O O K S U M M A R I E S Los canales de la comunicación relacional Canal Ventajas Desventajas · Procedimientos contrastados. · Automatización de los procedimientos. · Alcance elevado. · Buena capacidad de personalización. · No intrusivo y de eficacia contratada. · Elevado alcance y capacidad de seg- mentación. · Retroalimentación en tiempo real. · Control de medidas de eficacia. · Costes bajos. · Medio audiovisual de creación novedosa. · Establece sinergias entre Internet y el medio televisivo. · Favorece acciones impulsivas. · Alta calidad de la comunicación relacio- nal. · Adecuado para transmitir objetivos cor- porativos rigurosos. · Canal selectivo. · Interactividad y feedback. · Medio no intrusivo y costes bajos. · Sistemas de medición de eficacia sofisti- cados. · Automatización de los procesos. · Óptimo para públicos internos y B to B. · Pôco utilizado en acciones relacionales. · Favorece el desarrollo de acciones rela- cionales de calidad allí donde esté implantado. · Automatización de los procesos. · Costes bajos. · Automatización de los procesos. · Alcance limitado. · Audiencia poco propensa a la fidelización. · Percepción negativa del medio por webs de caja calidad. · Escasa integración con el resto de canales. · Escasa utilización fuera de acciones logísticas. · Nula implantación en empresas pequeñas. · Información escasamente identificada con consumidores finales. · Incompatibilidad de sistemas. · Necesidad de personalizar la información. · Poca disposición del minorista a compartir información. · Necesidad de “partenariados”. · Pérdida de autonomía de los promotores. · No decididos los protocolos estándares. · Alto volumen de información. · Multiplicidad de aplicaciones. · Elevada penetración poblacional. · Calidad y cantidad de la información. · Permite también acciones transaccionales. · Calidad de información financiera. · Apto para acciones relacionales novedo- sas y facilidad de uso. · Elevada capilarización territorial. · Conexión de los mundos on y off line. · Influencia en las decisiones en el punto de venta. · Elevada eficacia. · Permite buenos desarrollos creativos. · Calidad de la información recogida. · Elevado coste. · Necesidad de acuerdos con terceros. · Lentitud de procesos. · Alto coste y escasa familiarización del público masivo con este tipo de soportes. · Confidencialidad de los datos. · Necesidad de “partenariados” con enti- dades financieras. · Necesidad de cruzar datos. · Infraestructuras no controladas. · Elevada competencia de formatos. · No fidelizan en sí mismas. · Necesidad de masa crítica. · No apto para consumidores finales. · Falta de integración con los otros proce- sos. · Necesidad de formación especializada. · Alta tasa de rotación. · Necesidad de apoyo tecnológico. · Limitada capacidad de contactos. · Costes elevados. · Alcance limitado y selectivo. · Tecnología no consolidada. · Falta de experiencias previas y modeli- zaciones.. · Apto para conseguir notoriedad y gene- rar tráfico. · Apto para conseguir un alto volumen de información en bases de datos no cualifi- cadas. · Respuesta condicionada a la implicación del target. · Spamming. · Necesidad de realizar un plan de medios. · No genera afinidad. · Se hace necesaria una segmentación posterior. · Saturación de los mensajes. · Saturación y escasa respuesta. · Elevado margen de error en las bases de datos externas. · Tiempo de preparación de las acciones. · No apto para deteminados targets. · Percepción de intromisión. · Dilema de outsourcing en las campañas. Teléfono Correo postal Mass media Televisión digital Fuerza de ventas Internet Intranet/ Extranet EDI Terminales punto de venta Tarjetas inteli- gentes Tarjetas conven- cionales Cajeros automá- ticos Pantallas de infor- mación Acciones de mer- chadising Correo electró- nico Figura 1
  • 6. Fidelización La lealtad o fidelidad constitu- ye la medida de la vinculación del cliente a la marca o empresa; refleja la posibilidad de que el cliente cam- bie a otra marca, especialmente cuando se modifica alguna caracterís- tica en funcionamiento o precio, o cuando las acciones de captación de los competidores logran calar en la percepción que sobre el índice de satisfacción posee el consumidor para lograr la prueba del producto y su posterior reiteración en la compra. El nexo entre marketing rela- cional y fidelización se provoca mediante la intervención del primero en los procesos de satisfacción del cliente. La oferta de la empresa inter- viene, tomando como propia la necesidad del cliente para ofrecerle una respuesta que éste no puede o no desea solucionar por sus medios. A los programas de fideliza- ción se les denomina programas de recompensa puesto que estimulan la elección del cliente ofreciéndole un beneficio que incide sobre aquello que verdaderamente resulta moti- vador. Un programa de fidelización bien diseñado supone, además de un soporte de alta valía para la recopila- ción y actualización de informaciones importantes sobre el cliente, un auténtico laboratorio en el que poder contrastar las conclusiones obtenidas del análisis de las mismas. La correc- ta articulación de un programa de fidelización ha de incorporar la pues- ta en marcha de un sistema que per- mita: 1. Adquirir información (de forma permanente). Las principales fuentes por las que podemos adquirir conocimiento son: · El formulario de inscripción en el programa · Los formularios que poste- riormente se dirijan al cliente (nor- malmente incentivando su respuesta mediante puntos o regalos) con obje- to de completar o actualizar la infor- mación obtenida a través del formu- lario de inscripción. · La información derivada de las relaciones mantenidas con el cliente tanto de índole comunicativo como económico. · La información derivada de la respuesta y ausencia de respuesta a nuestras propuestas. 2. Facilitar la toma de deci- siones (a corto plazo). Mediante el análisis continuado de la base de datos de clientes la empresa dispone de una ventaja competitiva impor- tante frente a su competencia. Pri- mero, porque puede ceñirse a detec- tar los cambios y necesidades de un universo de clientes sobre los que disponemos información relevante de difícil acceso para nuestros com- petidores y, en segundo térmno, la ventaja competitiva vendrá derivada de la capacidad de reacción que las relaciones avanzadas van a propiciar- nos para hacer frente a las acciones de nuestros competidores. En un sistema relacional so- portado por una base de datos orien- tada a facilitar información válida para la toma de decisiones en el corto plazo, podemos diferenciar dos niveles de toma de decisiones: · Las derivadas de la actuación que se requiere frente a un determi- nado cliente que, hasta el momento, era gestionado en el sistema de rela- ción con unos parámetros determina- dos y que requiere un nuevo enfo- que, que podemos denomiar evolu- ción táctica de las relaciones. · Las derivadas de las actuacio- nes tácticas de la compañía definidas en sus planes estratégicos. 3. Planificar correctamente el futuro. El proceso de evolución tácti- ca de la relación con el cliente ha de ser generado de forma automática por la base de datos de clientes, entendida como una herra- mienta dinámica y no co- mo un simple almacén de datos. Los progra- mas de fidelización pueden clasificarse de la siguiente ma- nera: · Programas de recompensa ba- sados en puntos. Consiste en acumu- lar puntos en función de determinados es- fuerzos de compra, visita o participación canjeables por un catálogo de productos que permanece con escasas diferencias en el tiempo e incorpora ofertas de precios en puntos de forma puntual. · Programas de recompensa basados en cupones descuento. Consiste en conseguir reducciones de precio en futuras compras dentro del establecimiento, normalmente articulados mediante vales de des- cuento con valor facial en dinero. · Programas basados en tratos preferenciales. Ofrecen la posibilidad de conseguir ventajas adicionales en · Jerarquice los objetivos y es- tablezca una clasificación a dos nive- les: por áreas de desempeño y, den- tro de ésta, por orden de importan- cia. · Nunca pierda de vista a sus clientes; lo que es bueno para la em- presa puede no serlo para el cliente. · Segmente, segmente. No tiene un único negocio, tiene tantos como grupos, segmentos o indivi- duos rentables pueda identificar. · Diferencie e identifique den- tro de los objetivos relacionales: - Aquellos basados en los intercambios de bienes y servicios que aportan beneficios económicos a la organización. - Los orientados puramente a satisfacer necesidades de comunica- ción y a favorecer la relación no eco- nómica del cliente. - Aquellos que favorecen la diferenciación con nues- tros competidores. · Utilice un método propio, asocie el ob- jetivo a una imagen y le permitirá re- cordar el rumbo sin tener que mi- rar la brújula. · Sea conformis- ta. La sonora feli- citación de un objetivo cumplido es la alerta que nos avisa de la necesidad de esta- blecer uno nuevo más elevado. 4. Alcance de la estrate- gia relacional. Idealmente, la estrategia relacional debería abarcar la totalidad de los clientes, productos o servicios. Sin embargo, no todos los negocios requieren de estrategias, relaciones puras y, muy al contrario, la observación de la rea- lidad aconseja frecuentemente estra- tegias mixtas, en las que se combi- nan estrategias relacionales y transac- cionales. Las propias premisas del marketing relacional abogan por la orientación al cliente. Sin embargo, es preciso considerar que éste puede no desear mantener una relación avanzada con la empresa. 5. Metodología para valorar la implementación de una unidad de negocio relacional. La aplicación del marketing relacional supone una alta inversión para la empresa, sólo aplicable en los casos en los que la rentabilidad o beneficio por el cliente es importante; por tanto debe ser capaz de determinar si se genera el margen suficiente entre un segmento concreto de nuestra cartera como para establecer relaciones avanzadas con el mismo. Existen tres situaciones posi- bles: · En el caso de que el 10% de nuestros clientes genere el 40% del margen bruto, se dan las circunstan- cias para establecer una unidad rela- cional. Los clientes requieren, al me- nos, ser tratados mediante la puesta en marcha de acciones establecidas en un plan de marketing que favorez- ca las relaciones y permita su identi- ficación. · En el caso de una concentra- ción del margen entre un número de clientes más amplio (el 25% de nues- tros clientes genera el 40% del mar- gen bruto), la decisión más apropiada será establecer una unidad de nego- cio relacional mixta, o intentar pro- fundizar en el estudio para detectar si existe un grupo menos reducido con altas posibilidades de rentabilidades futuras sobre el que invertir. · En las situaciones de disper- sión es difícil encontrar un núcleo de clientes que aporte más margen que el promedio total de la cartera (35% de nuestros clientes genera el 40% del margen bruto). En estos casos, la necesidad de aplicar una estrategia relacional no está justificada. Tipos de unidades estratégicas de negocio La creación de una unidad relacional puede derivarse tanto de la creación de una nueva empresa, como de la evolución de un área de negocio sobre la que se ha detectado la oportunidad mediante una mejora sustancial en la calidad percibida por el cliente. La clasificación de las unidades de negocio puede hacerse en función de dos criterios: A). Basándonos en el tipo de negocio de la empresa práctica po- demos encontrar: 1. Unidades relacionales pu- ras. Son aquellas en las que la prácti- ca totalidad de la cartera de clientes utiliza o compra un determinado pro- ducto, cuyo valor discriminante con el resto de productos comercializa- dos por la empresa reside en las rela- ciones que, a través del mismo, se consiguen o ponen en práctica entre la empresa y el cliente. Las características de estas unidades son: · La estrategia transaccional no actúa de forma directa, exceptuando la posible interacción del cliente con otras unidades no relacionales puras dentro de la empresa. · Dispondrá de una estructura caracterizada por el trato directo con el cliente. · Suelen incorporar productos y servicios: complejos, de alta vincu- lación, con componentes de alta emotividad y basados en procesos de inteligencia y técnica. 2. Unidades relacionales mixtas. Son aquellas en las que la es- trategia transaccional convive con la relacional. Estas unidades comparten estructuras orientadas a conseguir metas en uno y otro sentido. Son uni- dades muy dinámicas desde el punto de las relaciones y redes que se esta- blecen a diferentes niveles: directa- mente con el cliente, con los actores intermedios, y entre actores interme- dios y el cliente. Las características de estas unidades son: · Dispondrán de una estructura caracterizada por combinar el trato directo e indirecto (a través de inter- mediarios) con el cliente, tanto en lo relativo a la comunicación como a la venta y servicio. · Suelen incorporar productos y servicios: de alto valor añadido, en el que el punto de venta desempeña un papel importante, en los que el usuario no coincide con el comprador y suministros al hogar que implican mantenimiento o pueden aparejar servicios adicionales. 3. Unidades transaccionales puras. Aquella que gestiona y admi- nistra una determinada empresa ba- sándose en una estrategia transaccio- nal; ésta se caracteriza por la ausencia de incorporación en sus objetivos, lo que definimos como relaciones avan- zadas para con los clientes a los que se dirige su oferta. Estas unidades se caracterizan por la ausencia de los siguientes fac- tores: · Acciones directas a sus clien- tes de comunicación, publicidad, promoción, etc. que incorporan ele- mentos de personalización y adapta- ción. · Una clara identificación y res- puesta a las necesidades individuales de los clientes. · Una retroalimentación efi- ciente de los sistemas de información sobre el cliente. B) Atendiendo a la tipología de los clientes, podemos identificar E F F E C T I V E M A N A G E M E N T : R E S Ú M E N E S D E P R O F E S I O N A L E S P A R A P R O F E S I O N A L E S E F F E C T I V E M A N A G E M E N T : R E S Ú M E N E S D E P R O F E S I O N A L E S P A R A P R O F E S I O N A L E S 6 EFFECTIVE MANAGEMENT 3 EFFECTIVE MANAGEMENT E F F E C T I V E M A NAGEMENT PU B L I C A T I O N S B O O K S U M M A R I E S Claves del éxito de un programa de fidelización · Innovación (creatividad y tecnología). · Notoriedad del programa. · Participación activa de titulares. · Nivel de penetración del progra- ma/total clientes. · Influencia en decisiones de compra. · Valor percibido por la participación. · Ajuste nivel de compra/recompensa. Variables indicadoras del nivel de lealtad Nivel de contratación de productos y servicios: Frecuencia en la renovación o utilización de productos y servicios: Interacción del cliente con diferentes canales de venta utilizados por la empresa: Interacción del cliente con diferentes canales de venta utilizados por la empresa: Lealtad explícita: · Potencial de contratación del cliente versus contratación real. · Productos o servicios contratados en exclusiva versus compartidos con otros competidores. · Contratación de productos de alta vinculación (aquellos que suponen un alto nivel de compromiso y de relación futura con la empresa). · Número y valor de los productos contratados en un determinado período. · Índice de respuesta a la propuesta de nuevos productos. · Cancelación de servicios sujetos a renovación en el tiempo. · Canales propios versus canales alternativos. · Frecuencia de visita y tiempo promedio de visitas. · Posición relativa de la interacción versus potencial y tiempo o número de contactos reali- zadosen nuestros competidores. · Presencia en eventos, presentaciones de productos, ferias, etc. · Inscripción en programas de fidelización, clubes o servicios de información periódica sobre la empresa o sus productos. · Nivel de retroalimentación. · Cláusulas de exclusividad aceptadas en contratos. · Lealtad por ventaja (empresas que cubren una necesidad con un nivel de satisfacción no disponible en el mercado. · Sensibilidad al precio. · Búsqueda de nuevas alternativas (potencial y actitud declarada o contrastada).
  • 7. la propia empresa o establecimientos adheridos al programa. El trato espe- cial y el reconocimiento del cliente son sus pautas diferenciales. En fun- ción del número de empresas que participan y al grado de implicación de las mismas los programas pueden clasificarse como: - Multi-sponsors o multimarca. Surgen por el acuerdo entre diferen- tes compañías líderes en diferentes sectores de consumo con el objeto de ofrecer al titular una oferta amplia de posibilidades de consecución de puntos, a la vez que se comparten los costes derivados de la propia admi- nistración del programa y obtención de premios. La principal crítica reali- zada sobre este tipo de programas es la pérdida de identificación de la en- seña, que cede su notoriedad a una marca diferente que la represen- ta en el ámbito de la fideliza- ción. Travel Club es un ejemplo. - Mono-sponsors o monomarca. Surgen de la necesidad de una empresa de desarr ollar un programa que la represente frente al cliente. El pro- grama es por la propia compañía que lo patrocina. Club Caprabo, por ejemplo. - Sectoriales o mo- no-sponsors con aso- ciados. Ante la dificul- tad de ofrecer un valor verdaderamente diferencial al cliente y alto coste de los programas, algunas empresas han optado por desarrollar programas mixtos, que intentan aglutinar las ventajas de los programas multi- sponsor conservando el nivel de identificación de la marca de los mono-sponsors. El programa Puntos Estrella de La Caixa. Vinculación de clientes La vinculación es entendida como número de servicios y produc- tos que un determinado individuo compra, la frecuencia con que lo hace o incluso el tiempo que lo lleva ha- ciendo. No contempla la satisfacción y la exclusividad, dos de los factores que mejor definen a la fidelización. La relación entre vinculación y fidelización se origina a partir del índice de satisfacción. A partir de una situación de fuerte vinculación con el cliente estamos en una situación de privilegio para desarrollar una política de fidelización tendente a conseguir una aceptación de índole emocional y una respuesta eficiente a las necesi- dades del cliente, para que una vez finalizadas las obligaciones contraídas (fin de la vinculación), sigamos sien- do elegidos. Retención de clientes La retención de clientes hace referencia a una reacción de la em- presa por la que se evita la pérdida de un cliente adecuando el servicio u oferta; dichas acciones se suelen realizar de forma puntual para man- tener una determinada cartera de clientes. Resulta básico en una planifica- ción de la retención de nuestros clientes conocer cuáles son las causas que originan una pérdida potencial de clientes. Las principales son: · Acciones de la competencia directamente encaminadas a mejorar la situación del cliente con respecto a su situación actual. · Factores ajenos a la relación: cambio de ubicación geográfica, fa- llecimiento, etc. · Quejas y reclamaciones no explicitadas por el cliente pero cau- santes directas del abandono. · Quejas y reclamaciones desa- tendidas por la empresa. · Desvinculación progresiva generada por una relación sin sufi- cientes incentivos. · Acumulación de situaciones no favorables para el consumidor. · Errores en los procedimien- tos de comunicación necesarios para crear vínculos permanentes entre el cliente y la empresa. Invertir en el conocimiento del proceso que ha generado la pérdida es tan importante como conocer cómo relacionarnos con éxito con nuestros clientes. La posible pérdida del cliente pone en evidencia que algo está fallando en nuestros pro- pios procesos relacionales ya que no hemos sido capaces de anticiparnos a una situación que hace fracasar todo el esfuerzo que hemos realizado con ese cliente. Algunos consejos básicos a tener en cuenta en los procedimien- tos para gestionar situaciones de cri- sis son: · Establecer procedimientos automatizados que permitan señali- zar los puntos críticos de la relación. Estos indicadores posibilitan una re- solución estándar que probablemen- te solucione la incidencia. · Es necesario realizar un análi- sis riguroso que permita establecer modelizaciones sobre el proceso que finalmente produce al abandono. Estas pautas permitirán crear un sis- tema de avisos que anticipe las situa- ciones que conducen al inicio del abandono. · Los procedimientos anterio- res deben permitir elaborar una cate- gorización de los clientes según su propensión al abandono. Esta infor- mación permitirá aplicar tanto pro- gramas de seguimiento individualiza- dos como discriminar los recursos en función del riesgo de abandono y del valor del cliente. · Las soluciones deben ser fle- xibles y estar totalmente pactadas con el cliente; sólo de esta manera podemos dar por finalizada una situación que puede ser una bola de nieve que continuará generando problemas y dañará la imagen de la empresa. CUSTOMER RELATIONSHIP MANA- GEMENT (CMR) Según Price Waterhouse Coo- pers, el CMR es una combinación de cambios estratégicos, de procesos organizativos y tecnologías, para bus- car mejorar la gestión del negocio, en torno al comportamiento de sus clientes. Implica la adquisición y desarrollo de conocimientos sobre clientes para usar esta información en los puntos de contacto, obteniendo así mayores ingresos y eficiencia operativa. Todas las definiciones de CMR incluyen las siguientes premisas: · Estrategia de negocio centra- da en el cliente. · Incluyen diferentes públicos en relación con la empresa: especial- mente, empleados y clientes. · Enfatizan la necesidad de añadir valor al cliente mediante el conocimiento de sus necesidades y mediante la orientación y personali- zación de la oferta. · Incluyen la aplicación de una tecnología accesible y manejable por empresa para conseguir la fidelidad de los clientes y un aumento de los beneficios. · Insisten en que el término ción en una relación. De esta manera, la empresa y sus consumidores cola- boran en la búsqueda del beneficio mutuo. Las acciones de marketing re- lacional son no la panacea estratégi- ca. Muchos autores ya plantean la necesidad de reflexionar sobre los siguientes elementos: · El marketing relacional busca incrementar las relaciones en una progresión de selección y reducción de sus actuales consumidores. Ello supone aumentar la dependencia sobre un menor número de ellos. Es posible que la empresa quede más vulnerable frente a acciones de la competencia o cambios inesperados de estos consumidores. · Asimismo, concentrarse en el porcentaje de consumidores más rentable puede suponer un menor esfuerzo en términos de marketing sobre un grupo mayor, que pueden ser los consumidores potenciales fu- turos. Ante el abandono de nuestras acciones, ese numeroso grupo fácil- mente puede reaccionar frente a ac- ciones de nuestros competidores. Tampoco menospreciemos la posible mala imagen creada entre los grupos de consumidores sobre los que explí- citamente realicemos acciones que pueden ser percibidas como discrimi- natorias. · Al centrar nuestras acciones en un target cuantitativamente redu- cido, éstos se acostumbran a recibir un trato preferencial. Ello origina un espiral donde, para mantener viva la relación, cada vez es más necesario prestar mejor servicio, que en el futu- ro, puede llegar a ser una situación insostenible. · Teniendo en cuenta la ten- dencia actual al rápido cambio de conducta y necesidades de los con- sumidores, es posible que a lo largo del tiempo en que la empresa tarda en consolidar la relación, las relacio- nes hayan cambiado. LA ESTRATEGIA RELACIONAL Hablar de estrategia relacional supondrá, según los casos, generar un modelo de negocio orientado plenamente a las relaciones (tras considerar a las mismas como parte fundamental de nuestra ventaja competitiva), revisar parte de la estrategia existente (después de ha- ber identificado la necesidad de in- cluir vínculos relacionales con uno varios segmentos de clientes) o, sim- plemente, incorporar en la estrategia tradicional objetivos relacionales con la suficiente entidad como para ser formulados y diferenciados, y orien- tados a incrementar los intercambios de ideas y servicios con el público objetivo. Uno de los errores más fre- cuentes al diseñar una estrategia rela- cional suele derivarse de la excesiva focalización hacia las relaciones de los objetivos, planes y presupuestos de marketing, desatendiendo las transacciones. Éstas son la base sobre las que la empresa tendrá que esta- blecer una estrategia relacional, in- corporando a las mismas el factor tiempo o frecuencia y favoreciendo la respuesta o retroalimentación, me- diante la aplicación de técnicas de marketing relacional que garanticen su continuidad y las satisfacción de las partes en el tiempo. En la elaboración de un plan estratégico relacional se deberá partir de una estructura que contemple las siguientes fases: 1. Análisis de la situación. Esta fase contempla un estudio deta- llado del contexto en el que la em- presa ejercerá su estrategia relacio- nal. 2. Determinación de la acti- vidad de la empresa orientada al cliente. Orientar la empresa al clien- te supone considerarle; esto es, que nuestra organización sea en parte como el cliente espera. Orientarse al cliente también significa satisfacer sus necesidades, entre otras razones, porque la empresa es capaz de inci- dir sobre la motivación del cliente mediante la relación que este man- tiene con nosotros. 3. Objetivos relacionales de la empresa. Definir objetivos relacio- nales no es más que desagregar nuestra misión relacional. El ejercicio de síntesis y comprensión que nos ha permitido llegar a un único enunciado tras la observación de la reali- dad, a la detección de la necesidad y al con- traste de uno y otro con nuestras capa- cidades, compren- d e f e n ó m e n o s múltiples que re- quieren ser aten- didos por separa- do. Es fundamen- tal que las accio- nes realizadas por la empresa sean co- herentes con los ob- jetivos marcados. Al- gunos de los principales objetivos estratégicos son: · No sea grandilocuen- te. Traduzca los objetivos para su personal y adáptelos a su lenguaje. · Es importante ser ambicioso, pero realista; no se marque objetivos que nunca vaya a cumplir. E F F E C T I V E M A N A G E M E N T : R E S Ú M E N E S D E P R O F E S I O N A L E S P A R A P R O F E S I O N A L E S E F F E C T I V E M A N A G E M E N T : R E S Ú M E N E S D E P R O F E S I O N A L E S P A R A P R O F E S I O N A L E S 2 EFFECTIVE MANAGEMENT 7 EFFECTIVE MANAGEMENT Título: MARKETING RELACIONAL. Los Autores: Pedro Reinaes es Doctor en CC Económicas y Empresariales y posee un master en Marketing Estratégico, José Manuel Ponzoa es Licenciado en CC de la información y doctorado en Investigación Comercial y Marketing. ©2002 Pearson Education, S.A. www.pearsoneducation.com. Resumido con permiso del editor. ¿Cómo obtener el libro? a. Llamar al teléfono 93 473 75 97 b. Enviar fax al nº 93 473 75 97 c. Enviar un e-mail: effective@effective-management.com Y se lo cargaremos a su tarjeta de crédito. d. Enviar petición por correo a: Effective Management, S.L. C/ Av Industria, 64, bajos 08960 Sant Just Desvern (Barcelona) Web: www.efective-management.com Por favor, incluya un talón nominal por el valor del libro: 30,00 euros (Gastos de envío incluidos). ¿Cómo suscribirse? Incluya en una hoja de papel su petición y sus datos personales y envíela a Effective Management. Si lo prefiere, puede llamar por teléfono y le atendere- mos personalmente o ponerse en contacto por e-mail. Si es Ud. empresa y desea varias suscripciones, disfrutará de un descuento pro- mocional en función de la cantidad que precise. ¿Cómo conseguir más de una copia de los resúmenes? Llámenos por teléfono. Las copias sucesivas del mismo ejemplar tienen un pre- cio muy ventajoso para Ud. E F F E C T I V E M A NAGEMENT PU B L I C A T I O N S B O O K S U M M A R I E S
  • 8. Enfrentarse con rigor a la disci- plina de marketing requiere conocer los mecanismos que crean, dinami- zan y aseguran el establecimiento de relaciones avanzadas entre las orga- nizaciones y los públicos con los que interactúan. A través de la lectura de “Marketing relacional” descubrirá nuevas e inteligentes visiones para la seducción y fidelización de los clientes. INTRODUCCIÓN El marketing relacional es un concepto nacido en la década pasa- da. Desarrollado esencialmente para las teorías del marketing de servicios y podemos definirlo de las siguientes maneras: · Consiste en establecer, man- tener, realzar y negociar relaciones con el cliente, de tal modo que los objetivos de las partes involucradas se consigan. · Es una aproximación centra- da en el cliente donde una empresa busca relaciones empresariales a largo plazo con los clientes actuales y potenciales. El objetivo del marketing rela- cional es convertir el actual monólo- go existente entre las marcas y los consumidores en un diálogo, en el que ambas partes se beneficien del intercambio de información convir- tiendo lo que antes era una transac- CMR no ha de reducirse a la aplica- ción de herramientas tecnológicas. Las llamadas soluciones CMR pueden dividirse en tres partes: 1. CMR analítico. Hace refe- rencia al almacenamiento (en el data warehouse) proceso, modelización y explotación de la información dispo- nible. Son herramientas orientadas al conocimiento. Ofrecen información valiosa sobre las relaciones que a nivel interno (entre los diferentes departamentos de la empresa) y externo (para los clientes, proveedo- res y suministradores). Un CMR analítico debe ser capaz de: · Identificar por qué sucedió mediante la incorporación de mode- los analíticos de información basados en técnicas multivariables. · Prever qué sucederá en fun- ción de modelos predictivos. · Establecer alertas sobre lo que sucederá. · Proponer alternativas me- diante la incorporación de objetivos y en función del análisis de la informa- ción disponible de todas las fases anteriores. 2. CMR operacional u opera- tivo. Hace referencia a los procesos de negocio en la compañía. Se dife- rencian en dos partes: a) Back office. Todos los proce- sos organizativos que configuran el entramado del negocio y dan forma al mismo. El CMR interviene en el back office considerando a éste como un público interno, cuyas interaccio- nes y relaciones están orientadas hacia la satisfacción del cliente, la consecución de objetivos y optimiza- ción de los recursos de la compañía: · Parte de la base del intercam- bio de comunicación fluida entre diferentes departamentos que inte- gran el sistema de la organización. · Incorpora procedimientos sobre dicho intercambio. · Propone alternativas a las posibles desviaciones. · Valora la efectividad de las partes involucradas. · Facilita la toma de decisiones. b) El front-office. Hace referen- cia a todas las áreas de la empresa que entran en relación directa con el cliente. Un CMR operacional en el front office tiene que: · Ofrecer información relevan- te y actualizada al cliente. · Asegurar la privacidad de los datos aportados. · Facilitar una interconexión con todas aquellas áreas del back office cuya actividad afecte o pueda afectar a la satisfacción del cliente (especialmente producción y logísti- ca de envíos). · Representar adecuadamente a la compañía (es el punto de contac- to del cliente con la empresa). · Almacenar y distribuir la información aportada por el cliente. · Facilitar y apoyar las relacio- nes mediante un intercambio de información fluido y constante en el tiempo. · Integrar el mayor número posible de canales de comunicación. · Estar personalizado en fun- ción de los intereses e inquietudes del cliente. 3. CMR de colaboración, in- teracción directa. Es una de las más innovadoras herramientas informáti- cas desarrolladas al servicio de la empresa. Algunas de las característi- cas del CMR de colaboración son: · Su integración e intercone- xión con el CMR analítico y operacio- nal. · Su orientación hacia preventa y venta, su apoyo a la posventa y su focalización hacia el establecimiento de relaciones. · Su integración con los recur- sos de personalización de la comuni- cación. · La búsqueda continuada de la identidad del interlocutor. · Su alta compatibilidad con tecnologías de telecomunicaciones. · La flexibilidad que ofrece para la programación de eventos y respuestas ante determinados estí- mulos o acciones del interlocutor. E F F E C T I V E M A N A G E M E N T : R E S Ú M E N E S D E P R O F E S I O N A L E S P A R A P R O F E S I O N A L E S 8 EFFECTIVE MANAGEMENT 1 EFFECTIVE MANAGEMENT AÑO VI Nº 136 Effective Management RESÚMENES DE GESTIÓN Marketing E F F E C T I V E M A N A G E M E N T : R E S Ú M E N E S D E P R O F E S I O N A L E S P A R A P R O F E S I O N A L E S Effective Management, S.L. C/ Industria, 64, Bajos- 08960 Sant Just Desvern -Barcelona- (España). Tel. 93-473 75 97 Fax 93-473 75 97. E-mail: effective@effective-management.com Web: www.effective-management.com Edición: Effective Management, S.L. Depósito legal: B-17.662-97 Impresión: Impressors de Barcelona, S.L. Maquetación: S&R Publit, S.L. Corrección de estilo: Antoni Vives. Dirección Comercial: Jordi García. La distribución de esta publicación es exclusiva de Effective Management, S.L. Ningún texto publicado en Effective Management puede ser reproducido total o parcialmente, en cualquier forma o por cualquier medio, sin autorización escrita del editor. E F F E C T I V E M A NAGEMENT PU B L I C A T I O N S B O O K S U M M A R I E S MARKETING RELACIONAL Pedro J. Reinares, José Manuel Ponzoa 303 páginas Libros seleccionados y recomendados por: Oriol Amat, Antonio Argandoña, Josep Bertrán, Eulogio Bordas, Josep Chías, Luis Mª Huete, Esteban Masifern, Raúl Peralba, Josep M. Piqué, Franc Ponti, Luis Torras, Joan Tugores. E F F E C T I V E M A NAGEMENT PU B L I C A T I O N S B O O K S U M M A R I E S Comparación entre la venta de transacciones y la venta de relaciones Venta de transacciones El vendedor y la empresa. Estímulo-respuesta, estados mentales. Ventas cerradas, volumen de pedido. Hacer visitas, cerrar ventas. Una dirección del vendedor al cliente. Sin ningún compromiso. Poco o ninguno. Satisfacción de necesidades, solución de problemas, consultiva. Confianza, planificación conjunta, bene- ficios mutuos. Consultor y aliado a largo plazo. Persona clave en la empresa del cliente. Dos sentidos y colaborativa. Activamente implicado en el proceso de toma de decisiones del cliente. Continuado a fin de asegurar la satisfac- ción del cliente, ofrecerle valor añadido y controlar las oportunidades. El cliente y los clientes del cliente. Perspectiva Enfoques de venta personal Resultados deseados Papel del vendedor Naturaleza de la comunicación Grado de compromiso Seguimiento postventa Venta de relaciones