Este documento explora por qué los niños son traviesos. La hipótesis es que los niños son traviesos para experimentar y saber las consecuencias de sus acciones. Se realizó un experimento con niños de diferentes grados de travesura y se concluyó que los niños traviesos no piensan en las consecuencias de sus actos mientras que los menos traviesos se arrepienten rápidamente. La educación recibida en los primeros años influye en el grado de travesura.