1. Matanza en las Islas Faroe
Dinamarca y la barbarie de sus Islas Faroe
A pesar de haber ratificado en 1977 la convención
sobre especies amenazadas, Dinamarca permite y
lleva a cabo atroces matanzas en sus Islas Faroe.
¿Qué puede llevar al ser humano a regocijarse ante
tanta crueldad y sufrimiento? ¿Tan grande es la
insensibilidad de determinados grupos de personas?
Tristeza, vergüenza y dolor es lo único que se puede
sentir ante imágenes como las presentes.
El Gobierno Autónomo de Islas Faroe dependiente de Dinamarca, no planea
proteger ninguna de las especies amenazadas y protegidas por el CITES. Ha
declarado oficialmente que los costos de implementación de CITES exceden los
beneficios económicos del comercio y alega que la inclusión de estas especies
marinas se encuentra más allá de la competencia de dicha convención.
2. La exportación de alrededor de 1.500 tallas en marfil de narval y 150 cuernos a
Dinamarca como artículos personales cada año, sugiere que se está abusando y
enmascarando un comercio
significativo dentro y a través de
Dinamarca.
WDCS está llamando a la
comunidad internacional a
presionar a Dinamarca para que se
oponga a cualquier intento por
reasumir la cacería comercial y el
comercio internacional en
productos derivados de cetáceos;
Por años, WDCS ha trabajado
contra las no sostenibles, pobremente reguladas e inhumanas cacerías de
cetáceos en Groenlandia e Islas Faroe.
La cruel matanza de Ballenas Piloto
Las ballenas son seres marinos con una alto grado de evolución en su sistema
nervioso y por tanto inteligentes, con una gran variedad de comportamientos
sociales y con la capacidad de sufrir un fuerte nivel de estrés, profundo dolor,
pánico y terror.
Cada año los habitantes de las Islas Faroe matan de la forma más violenta y
terrorífica a más de 1.500 ballenas piloto. Son escenas de crueldad medieval
dignas de los más insensibles.
3. Familias enteras de ballenas
con madres preñadas, crías
en período de lactancia,
jóvenes ballenatos y adultos
de gran esbeltez son
aniquilados de la forma más
feroz e inhumana por estos
isleños. Las aguas se tiñen
de sangre a pesar de
tratarse del mismo mar. La
agonía de familias enteras de
ballenas es lenta y cruel. Sus
implacables torturadores, a
veces borrachos, se echan al
agua con trajes de neopreno
y con la ignorante indiferencia de cualquier verdugo.
Los cazadores acosan y dirigen a las
manadas de cetáceos hasta la
bahía. La cacería será lenta pero
implacable. Las ballenas exhaustas,
confundidas y aterrorizadas son
empujadas hacia las aguas poco
profundas. Entonces es cuando
empieza el horrendo baño de
sangre. Los verdugos armados con
garfios y cuchillos de 2 kilos de peso
comienzan a asestar puñaladas y
violentos cuchillazos en una
desenfrenada orgía de violencia. Las
horribles mutilaciones tiñen de rojo
toda la bahía.
Los habitantes de las Islas Faroe
celebran la carnicería en un
ambiente grotescamente festivo. Tal
es el regocijo en el exterminio, que
las autoridades locales dan día libre
4. a los escolares para que puedan divertirse en la terrible matanza.
¿Es posible justificar esta terrible escabechina de ballenas bajo el arropo de una
fiesta local? ¿Es éticamente aceptable el acto brutal? ¿cómo es posible que el ser
humano se regocije ante tanto sufrimiento y horror?