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franquismo, dada la descapitalización científi-
CIENCIA E IMPERIO EN EL SIGLO DE ca y pedagógica experimentada por dicho ré-
ORO: ¿QUÉ NOS ENSEÑA?1 gimen tras la Guerra Incivil. En general, llama
Una polémica que parece no tener fin la atención la forma de alegar por parte de
2 los defensores del honor patrio, incluido Me-
Por: Carlos Eduardo de Jesús Sierra Cuartas néndez y Pelayo, para sostener que el mun-
do hispano sí ha tenido producción científica.
En 1783, Nicolas Masson de Morvilliers dio a En pocas palabras, han acudido a la elabora-
la prensa un artículo polémico, aparecido en la ción de enumeraciones prolijas de autores,
Encyclopédie méthodique. Su título: Espagne.
Fue polémico a causa del hecho que su autor
sostenía que el mundo civilizado no le debía
nada a España en materia de logros científi-
cos. Desde luego, esta afirmación calentó los
ánimos en España y fue inevitable el enfrenta-
miento con Francia, al punto que poco faltó
para que estallase una guerra entre ambas na-
ciones. Este conflicto quedó resuelto por la vía
diplomática. En fin, he aquí una muestra de lo
aseverado por Masson: “El español tiene apti-
tud para las ciencias, existen muchos libros, y,
sin embargo, quizá sea la nación más ignoran-
te de Europa. ¿Qué se puede esperar de un
pueblo que necesita permiso de un fraile para
leer y pensar? ¡El libro de un protestante es
proscrito por ley, sin que importe sobre qué
tema trate, por la sola razón de que el autor es
protestante! Toda obra extranjera es detenida:
se le hace un proceso y se la juzga; si es vul-
gar y ridícula y sólo puede corromper el espíri-
tu, se le permite entrar en el reino, y se puede
comprar esta especie de veneno literario en
todas partes; si, por el contrario, es una obra libros, descubrimientos e inventos como evi-
inteligente, valiente, pensada, se la quema dencia al respecto. Pero, por desgracia, esto
como atentadora contra la religión, las costum- no es sinónimo de la incorporación del modo
bres y el bien del Estado: un libro impreso en científico de ver el mundo por parte de la so-
España sufre regularmente seis censuras an- ciedad. Es decir, sería como alegar que un
tes de poder ver la luz…”. país es rico porque hay en él diez mil mag-
nates, a pesar de que su población ascienda
Décadas después, hubo una segunda fase de a 45 ó 50 millones, y con un alto porcentaje
esta polémica, denominada Polémica de la de gente pobre. En la actualidad, sobran las
ciencia española. En concreto, una reseña de enumeraciones de grupos y proyectos de in-
Manuel de la Revilla aparecida en la Revista vestigación, de libros y artículos a granel, de
Contemporánea a mediados de 1876 produjo pergaminos de esto y aquello, en todas las
una reacción vehemente del joven Marcelino universidades hispanas, pero, en todo caso,
Menéndez y Pelayo, quien escribió un artículo es una píldora muy difícil de tragar la de que
titulado Mr. Masson, redivivo. Luego, en el si- las enumeraciones de marras son el reflejo
glo XX, una tercera fase tuvo lugar durante el de la existencia de cultura científica en los
países hispanos, máxime cuando se investi-
1
Texto de la conferencia dictada por el autor en la ga con detenimiento la historia de la ciencia y
Sociedad Julio Garavito, en el Planetario de Me- la tecnología en estos países que, como bien
dellín, el sábado 11 de junio de 2011. dice Marcelino Cereijido desde México, tie-
2
Profesor Asociado de la Universidad Nacional de nen investigación, pero carecen de ciencia.
Colombia. No pasan de ser feudalismos de alta
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tecnología según la expresión lapidaria de Da Vinci español, al igual que la publicación
Heinz Dieterich. de libros como Los 21 libros de los ingenios y
las máquinas, atribuido por error en un prin-
La paradoja de la ciencia en la España del cipio a Juanelo Turriano, si bien las inves-
Siglo de Oro tigaciones más recientes le conceden la auto-
ría correspondiente a Pedro Juan de Lasta-
Tras la toma de Granada en enero de 1492 nosa.
por parte de los ejércitos de los Reyes Católi-
cos, España pasó de reino a imperio, sobre to- Amén de Turriano y Lastanosa, hay muchas
do con motivo del descubrimiento de América. más figuras conspicuas en el ámbito de la
Ahora bien, ciencia y la tecnología durante el Siglo de
España con- Oro. He aquí otros ejemplos: Juan Luis Vi-
taba a la sa- ves, clave en el movimiento humanista junto
zón con me- con Erasmo y otros; Miguel Servet en el
nos de 8 mi- campo de la medicina; Ignacio de Loyola, cu-
llones de ha- ya obra magna, la Compañía de Jesús, ha
bitantes, un aportado numerosos científicos de primer
nivel de po- orden desde su fundación; Juan Bautista de
blación en Toledo, asociado al campo de la arquitectura,
extremo pre- máxime por el Monasterio de San Lorenzo de
cario a fin de El Escorial, su obra magna; y Juan de Herre-
controlar un ra, arquitecto, matemático y geómetra, quien
territorio in- sucedió a Toledo, al morir éste, en la direc-
menso. Ade- ción de las obras de El Escorial; Diego de
más, carecía Santiago, ligado a las actividades de destila-
de la infraes- ción patrocinadas por la corona española;
tructura ne- Pedro de Medina, indisociable de las medi-
cesaria para ciones de la altura del Sol; y, no podía faltar,
hacer real- el da Vinci español, Jerónimo de Ayanz y Be-
mente opera- aumont. Obsérvese que la historia de la cien-
tivo su nuevo cia y la tecnología durante el Siglo de Oro es
imperio. Por una faceta mal conocida si la comparamos
tanto, la mo- con otras, como la literatura y el arte. Ahora
narquía his- bien, conviene recordar que no ha sido el
pánica tuvo que apoyarse en la ciencia y la único Siglo de Oro en la historia hispana,
tecnología en un intento de construir tal infra- puesto que durante el califato y los reinos tai-
estructura. Sin embargo, poco podía contar fas en Al-Andalus, en pleno medioevo, hubo
para ello con los científicos y tecnólogos tres siglos de esplendor científico y cultural.
ibéricos, los cuales escaseaban. Así las cosas,
durante los reinados de Carlos V y Felipe II, lo Ahora bien, la monarquía hispánica no se
habitual fue acudir a los científicos y tecnólo- apoyó en exclusiva en la ciencia y la tec-
gos italianos, alemanes y flamencos. Entre és- nología para consolidar su nuevo imperio,
tos, el italiano Juanelo Turriano. No obstante, puesto que el idioma cumplió así mismo un
la ciencia cultivada con el apoyo de dicha mo- papel relevante. En concreto, la reina Isabel I
narquía fue la ciencia aplicada, no la funda- de Castilla apoyó la idea de Elio Antonio de
mental. De ahí el auge de actividades como la Nebrija de usar el idioma castellano, merced
cartografía, la astronomía de posición, la náuti- a su reglamentación por medio de una gra-
ca y otras por el estilo. De otro lado, la socie- mática, como instrumento para la reducción
dad hispana cristiana no tuvo inclinación por el de sus súbditos. Con esto, Nebrija fue inno-
cultivo de las artes mecánicas, como observó vador, habida cuenta que, hasta ese momen-
en su momento fray Luis de Granada en su In- to, las gramáticas habían sido usuales para
troducción al símbolo de la fe. Ante este pano- las lenguas muertas, no para las lenguas vi-
rama, resulta una verdadera rareza un caso vas como el castellano. Por su parte, Iván
como el de Jerónimo de Ayanz y Beaumont, el Illich, el crítico más lúcido de la sociedad in-
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dustrial, resume la situación de Nebrija como casos. He aquí un hecho incontestable res-
sigue: “Habla del matrimonio del imperio y de paldado por la propia Historia. A este respec-
la lengua con el soberano que, hacía muy po- to, un antiguo alumno de quien esto escribe,
co –y por un período muy corto-, le había arre- Rafael Guillermo Zapata Dederlé, quien se
batado a la Iglesia la Inquisición con el fin de encuentra en París adelantando estudios de
hacer de ella un instrumento secular del poder postgrado en ciencias sociales, cuenta que
real. La monarquía la empleó para adquirir un sus profesores franceses consideran como
dominio económico sobre los grandes y un hecho incontrovertible que el mundo his-
remplazar en los consejos del reino a los no- pano no ha contribuido en forma significativa
bles por los letrados de Nebrija. Esa monar- al acervo científico mundial, salvo por unas
quía fue la que transformó a los antiguos cuer- pocas figuras. De ahí que, por ejemplo, sue-
pos consultivos en organizaciones burocráti- ne a palabrería huera el encabezado de una
cas de funcionarios –instituciones que no te- noticia reciente: “Listo decreto para la cre-
nían más vocación que la de ejecutar las deci- ación de la Agencia Colombiana de Asuntos
siones reales”. Hasta aquí Illich. Precisamente, Espaciales –Colombia entra en la era espa-
los letrados constituyeron un nuevo género de cial”. En suma, quienquiera que conozca al
mercenarios que blandían la nueva arma forja- dedillo la historia de la ciencia y la tecnología
da por Nebrija: la gramática. imbricada con la historia del modo de produc-
ción capitalista, incluido el desarrollo precario
Henry Kamen, hispanista británico radicado en del capitalismo en países como el nuestro,
España, en su elegante investigación sobre la con unas relaciones asalariadas que no su-
historia de la Inquisición española, señala que peran al 54% de la población económicamen-
el impacto de ésta en la ciencia fue indirecto te activa, sabe bien que Colombia, con un
en gran medida, puesto que los españoles en bajo desarrollo industrial, carece de la in-
la Edad Moderna no eran tan dedicados a la fraestructura necesaria para aventuras espa-
ciencia como fue el caso en otras naciones eu- ciales. En fin, la ignorancia es muy atrevida,
ropeas. Además, los españoles que tomaban jamás duerme. Así, si escuchamos con hu-
en serio la ciencia marchaban a Italia. De otro mildad lo que tiene para enseñarnos el estu-
lado, destaca Kamen lo siguiente: “Las vastas dio de la ciencia y la tecnología durante el Si-
riquezas de la erudición abiertas por la expe- glo de Oro, comprenderemos mejor porque
riencia imperial durante la época de oro de la aún no tenemos ciencia.
Inquisición no se vieron nunca afectadas: las
historias de Herrera, Oviedo, Díaz y Gómara, Fuentes
la historia natural de Sahagún, los tratados so-
ILLICH, I. (2008). El trabajo fantasma. En ILLICH, I.
bre matemáticas, botánica, metalurgia y cons- Obras reunidas II (pp. 115-130). México: Fondo de
trucción de barcos que florecieron con Felipe II Cultura Económica.
nunca cayeron en el ámbito de los inquisido- KAMEN, H. (2004). La Inquisición española: Una revisión
histórica. Barcelona: Crítica.
res”. Así las cosas, concluye Kamen que si
LAFUENTE, A. y MOSCOSO, J. (Eds.). (1999). Madrid,
hubo un desequilibrio entre el progreso científi- ciencia y corte. Madrid: Comunidad de Madrid.
co entre España y el resto de Europa durante LÓPEZ P., J.M. (1986). La ciencia en la historia
el Renacimiento y después, la Inquisición no hispánica. Barcelona: Salvat.
MASSON DE MORVILLIERS, N. (1782). Espagne. En
fue responsable por ello, las causas fueron de
Encyclopédie méthodique (pp. 554-568). París: Panckou
otro orden. cke.
En general, la polémica de la ciencia española
no equivale a afirmar que falten las figuras que
hayan cultivado la ciencia en el mundo his- Órgano de difusión de la Sociedad Julio Garavito
pano. Más bien, a juicio de quien esto escribe, Comité Editorial:
la polémica de marras apunta en sentido es-
Director: Rodrigo Gallego
tricto a la ausencia de cultura científica, esto William Lalinde Editora: Olga Lucía Penagos
es, a la falta de incorporación del modo cien- León Jaime Restrepo
tífico de ver el mundo entre las sociedades Adalberto Lopera
hispanas, sumidas en una situación de feu- Correo E.: rgallegof@une.net.co A.A. 6748 Med. Col.
dalismo de alta tecnología en el mejor de los
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