texto argumentativo, ejemplos y ejercicios prácticos
Montañez y yacobucci reconocimiento trabajo y sufrimiento en la hipermodernidad
1. Eje 1: Transformaciones en la organización del trabajo, gobiernos y políticas públicas.
Mesa F
Reconocimiento. Trabajo y sufrimiento en la hipermodernidad. La problemática del
reconocimiento en los procesos de autogestión laboral.
Montañez Fierro, Sylvia1
; Yacobucci, F.
Introducción
Esta presentación tiene como objetivo trasmitir la experiencia que se está desarrollando
con jóvenes en situación de vulnerabilidad social, cuyas edades oscilan entre los 18 y los
29 años. Estos jóvenes educandos participan del convenio socio-educativo-laboral de la
ONG “Nosotros” y el Municipio “B” de la ciudad de Montevideo.
Uno de los objetivos principales de este convenio, es generar una experiencia laboral que
facilite su integración en las redes sociales y laborales, para lo cual se les ofrecen
trabajos de desobstrucción de alcantarillas, limpieza y mejora de plazas y parques. Son
once integrantes que conforman dos cuadrillas de trabajo, quienes desarrollan estas
tareas durante un periodo de seis meses a un año.
Presentación de la experiencia.
A partir de la experiencia que realizamos en estos años, como miembros del equipo
educativo de la ONG, hemos detectado que una vez finalizado el vínculo contractual, se
produce en la mayoría de los casos, un retorno de los jóvenes hacia la inestabilidad e
inseguridad laboral, reincidiendo en situaciones de desventaja social y exclusión social.
Esta ha sido una preocupación constante del equipo educativo, la cual hemos compartido
con los jóvenes y buscado diferentes alternativas a lo largo de estos años.
¿Qué entendemos por exclusión social?
Hablar de exclusión/inclusión social es un modo de interpretación social que permite
analizar procesos complejos que abarcan la exclusión económica, la exclusión política, la
exclusión ciudadana, la exclusión socio-cultural.
Se trata de pensar las fronteras que se marcan entre quienes se ven favorecidos por el
goce de sus derechos y aquellos que son privados de una parte de ellos provocando
disminución, deterioro de sus posibilidades y capacidades como personas, socavando su
dignidad e incluso la amenaza de la vida misma.
Entendemos que “la exclusión social se define como la imposibilidad o dificultad intensa
de acceder a los mecanismos de desarrollo personal e inserción socio-comunitaria y a los
sistemas preestablecidos de protección” (Subirats, J.)
Hablar de exclusión social, resulta para Castel, un concepto rígido e inmóvil. Este autor
prefiere legitimar el concepto de desafiliación para referirse a formas diferentes de
integración social, derivadas de determinado tipo de condición laboral.
El “desafiliado” responde a un proceso de pérdida del estatuto laboral colectivo, dotado de
una categoría social con derechos y obligaciones que derivan en la manifestación de una
1
Magister. Prof. Adj. Instituto de Fundamentos y Métodos en Psicología. Facultad de Psicología.
Universidad de la República. Uruguay
2. consecuente pertenencia social.
La aplicación del uso conceptual de desafiliación, nos obliga a descomponer el concepto y
a partir de la idea de filiación, en el sentido de la generación de vínculos que favorecen la
integración social (familia, organizaciones sociales y educativas, comunidades barriales).
Es por tanto que esta conceptualización responde a un proceso, un recorrido que implica
una disociación paulatina de la integración social, despojando al sujeto de sus lazos
vinculares a partir de la posición y categorización que ocupa en el contexto social.
Las situaciones de vulnerabilidad y precarización laboral derivan en la manifestación tácita
de la incertidumbre y la desestabilización económica que habilitan “estados de privación”
y en consecuencia “en la pérdida de sentido y en la limitación de la importancia de la
visión de futuro como expectativa de mejora colectiva de la existencia social” (Castel
1997; De Ípola 1998, pp. 19-49).
Autogestión Laboral. La creación de una cooperativa.
La expectativa del futuro, en el sentido de una mejora colectiva en el área laboral, se
expresó a partir de los diferentes encuentros semanales y en los talleres, en los cuales los
jóvenes han manifestado la posibilidad de lconformación de una cooperativa de trabajo o
de una cooperativa social.
El grupo construyó esta demanda y la necesidad de desvincularse de actividades
laborales precarias expresando la voluntad de acceder a formación y capacitación en
relación al cooperativismo para generar nuevas perspectivas laborales.
Manifestaron que cuentan con cierta experiencia y formación en diferentes oficios que han
aprendido de sus padres y/o de sus diferentes inserciones laborales, así como lo
aprendido en el trabajo actual (albaliñería, carpintería, herrería).
A partir de esta demanda hemos mantenido contacto y concretado encuentros con
panelistas, conferencistas sobre Cooperativismo, entre ellos con MIDES e INACOOP, a
modo de obtener la información necesaria y repensar el deseo de armar una cooperativa.
En las diferentes instancias grupales y en las situaciones vividas con ellos, nos han
llevado a una permanente reflexión, ¿será posible que logren un grupo que pueda
constituirse en una cooperativa social o cooperativa de trabajadores?
Incidencia del rol institucional
Queremos destacar, que de parte de la directiva de la ONG, así como de los capataces
de las dos cuadrillas, de manera explícita manifiestan a los jóvenes y a nosotras que
estamos perdiendo el tiempo y que los jóvenes jamás van a a ser capaces de conformar
una cooperativa laboral, así también que nada puede esperarse de ellos.
Desde lo institucional, se generan discursos que boicotean la propuesta educativa y que
conllevan a una permanente enajenación de los educandos a la metodología desarrollada
en los espacios de taller. Una tensión explícita entre el discurso institucional dominante e
imperativo y los logros que los participantes tienen dentro del taller.
Nos cuestionamos acerca de lo que implica la autogestión y la autonomía en las
3. decisiones para la construcción de una alternativa laboral. Desde este lugar, nos
posicionamos a repensar esta experiencia, ¿cómo juega la valoración individual y el
reconocimiento para lograr estos procesos?
Cuando surge en los jóvenes la posibilidad de la autogestión laboral es indudable que en
nuestra concepción teórica la posibilidad de orientar la búsqueda de perspectivas
laborales que les permitan desarrollarse como sujetos autónomos y portadores de un
saber, encajan con las alternativas que se direccionan hacia la transformación de los
proyectos de vida y la intervención en el espacio público.
¿Cuál es el escenario en el que nos encontramos?
Nuestra concepción teórica con la que partimos, tiene como premisa la necesidad buscar,
integrar y generar a través de una perspectiva educativa, sujetos autónomos capaces de
construir un proyecto de vida que permita su desarrollo laboral y personal a través de su
apropiación y transformación en el espacio público, así como la generación de procesos
de autogestión laboral que les permitan acceder a formas más autónomas de trabajo.
Para nosotras el vínculo intersubjetivo, la posibilidad de interactuar y generar nuevas
condiciones de vida, la asunción de responsabilidades a través de la cooperación y el
fortalecimiento de los vínculos, son concepciones que guían y direccionan de manera
explícita nuestra participación con los jóvenes.
Pichon Rivière, establecía una conceptualización de aprendizaje ligada estrechamente
con la noción de vínculo, este proceso implica la importancia de relaciones intersubjetivas
en diálogo y en cotejo facilitadoras del proceso de socialización.
Se trata también de alcanzar una comprensión multidimensional de la dinámica de los
procesos de exclusión social.
Procesos subjetivos que derivaron del proceso grupal.
En el transcurso de los talleres sobre la conformación de la posible cooperativa,
emergieron diferentes manifestaciones grupales y singulares que dieron cuenta de
algunas de las dimensiones que estaban en juego.
Uno de las manifestaciones que expresaron claramente, fue la duda sobre la capacidad
como grupo, el miedo al fracaso, el no sentirse capaces de enfrentar el desafío, el sentir y
pensar de cada uno, que aunque ese es su deseo y lo visualizan como un cambio
favorable en sus vidas, piensan que no cuentan con las aptitudes ni las posibilidades para
lograrlo.
La frustración se hizo presente con toda su fuerza, las manifestaciones de baja
autoestima en las verbalizaciones “yo no puedo” “no podemos” “si Uds. me dan trabajo,
hago lo que tengo que hacer, pero así …”.
Es entonces que nos cuestionamos desde el espacio educativo, ¿cómo opera el
reconocimiento social en el ámbito laboral? ¿es determinante en la conformación de un
grupo de trabajo? Se abre paso al interjuego entre las frustraciones individuales y la
afectación en la construcción colectiva, entre la aceptación de determinadas condiciones
laborales y las limitaciones que acarrean en el proceso grupal para cambiarlas o
mejorarlas. Nos preguntamos si el reconocimiento es uno de los mediadores en la
articulación de lo individual y lo colectivo.
4. Trabajo y sufrimiento.
En el mundo global y local al decir de Christophe Dejours (2006) nos confrontamos con
millones de personas que han perdido el empleo, otros que no han podido conseguirlo,
aquellos que quieren volver a trabajar. Todas estas personas sufren, llevadas a la
incertidumbre, a la desesperación, a expresiones de angustia y a enfermedades de
diverso tipo a nivel psico-físico.
La sensación de miedo por el presente y el futuro y el riesgo de desafiliación social
aumentan cada día y minan la confianza en sí mismo y en el futuro del mundo. El
desencanto conduce a no esperar el reconocimiento merecido, pues lo ha ganado la
decepción y el sentimiento de fracaso. El sufrimiento humano es psíquico y es ético
(Montañez: 2013).
Sufren los que no tienen trabajo y también quienes lo tienen y por detrás de la vidriera del
progreso técnico, de la modernización, frente a la actual organización del trabajo siguen
existiendo trabajadores que hacen el trabajo “sucio”, aquellos trabajadores entre otros
que limpian las cañadas de la Ciudad, las bocas de tormenta y que no cuentan con las
condiciones necesarias para protegerse de una labor contaminante y riesgosa.
Varias son las dimensiones que abrimos en esta instancia para pensar juntos.
Destacamos: la problemática del reconocimiento en nuestro contexto actual, los
convenios socio-educativo-laborales con jóvenes en situación de vulnerabilidad social, las
transformaciones en la organización del trabajo y las políticas públicas.
Preguntas disparadoras para la discusión en la mesa de intercambio:
¿Cómo inciden el rol institucional en los procesos subjetivos de estos jóvenes?
¿Cómo se manifiestan estos procesos subjetivos en situación de exclusión social?
Referencias bibliográficas
Castel, R. (1997) La metamorfosis de la cuestión social. Buenos Aires: Paidós.
De Ípola, E. (1991) La apuesta de Durkheim. En De Ípola, (1997) Las cosas del creer. Buenos
Aires: Ariel.
Dejours, C. (2006) La banalización de la injusticia social. Buenos Aires: Topia.
Honneth, A. (1997) La Lucha por el reconocimiento. Por una gramática de los conflictos sociales.
Barcelona: Crítica Grijalbo-Mondadori.
Montañez, S (2013) La Crisis del Reconocimiento. Una discusión de la problemática social de la
subjetividad vulnerable. Entre-dos. Universidades Cyberdemocracia, UDELAR-PARIS 8
Montañez, S (2013) Ciudadanía-Subjetividad-Reconocimiento ¿Lazo Social? Ponencia presentada
en Coloquio Internacional Ciudadanías Contemporáneas. Cuestionarios y escenarios, UDELAR-
PARIS 8. Noviembre 28-29-30, 2013.
Subirats, J. Las políticas contra la exclusión social como palanca de transformación del Estado,
ponencia redactada con la colaboración de Quim Brugué y Ricard Gomà, miembros del Instituto de
Gobierno y Políticas Públicas de la UAB.