La pobreza energética afecta a más de 5 millones de personas en España, que viven en viviendas sin aislamiento térmico adecuado ni capacidad para mantener una temperatura saludable. Esto se debe a que durante el boom de la construcción no se consideró la eficiencia energética, y desde 2007 el precio de la energía ha subido mucho, mientras que los ingresos familiares han bajado. Ahora, el 15% de la población destina más del 10% de sus ingresos al pago de facturas energéticas.