La ocupación de la Araucanía entre 1860 y 1883 tuvo como objetivo incorporar el territorio mapuche al Estado chileno por motivos políticos y económicos. El Estado buscó controlar mejor las fronteras y fortalecer la identidad nacional, mientras que también había demanda de nuevas tierras para la agricultura. Esto llevó a la militarización de la zona y fundación de ciudades, desplazando a los mapuches a reducciones con peores tierras.