La ofimática comenzó con la máquina de escribir y la fotocopiadora para mecanizar tareas manuales. Sin embargo, la revolución llegó con las computadoras personales en la década de 1980, que permitieron la gestión, almacenamiento e intercambio de datos. Los paquetes ofimáticos integran programas como procesadores de texto, hojas de cálculo y bases de datos para agilizar el trabajo de oficina a través de herramientas que se mejoran continuamente.