Los colombianos son pobres no solo por mala administración de recursos o corrupción política, sino también por no denunciar problemas del país ni exigir colectivamente sus derechos para mejorar el manejo del gobierno. Además, la falta de exigencia desde temprana edad convierte a los colombianos en mediocres y evita que Colombia se convierta en una potencia. Sin embargo, ahora más personas aceptan los errores pasados y están trabajando para cambiar el pensamiento de las nuevas generaciones hacia la construcción de un país más equitativo.