3. Además de la autoconciencia, la imaginación y la conciencia moral, es el cuarto privilegio humano, la voluntad independiente, el que realmente hace posible la autoadministración efectiva. Se trata de la capacidad para tomar decisiones y elegir, y después actuar en consecuencia. Significa actuar en lugar de «ser actuado», llevar pro-activamente a cabo el programa que hemos desarrollado a través de los otros tres dones.