El documento discute las perspectivas de Paulo Freire sobre la comunicación dialógica y la educación. Argumenta que una comunicación que genera diálogo permite a las personas emerger de la dominación y trabajar por su liberación. También explora las características de las culturas juveniles en la era de los medios y la tecnología, y sostiene que los medios educativos deben permitir experimentar procesos de praxis dialógica que reconozcan el mundo cultural de los estudiantes.