El documento presenta una propuesta de política pública de bienestar universitario con el objetivo de transformar el concepto de bienestar asistencialista a uno que promueva la formación individual y social. Propone que el bienestar universitario se base en principios como el sentido de comunidad, la participación colectiva y el apoyo a estados de vulnerabilidad. El bienestar debería guiarse por criterios como la universalidad, la equidad y la transversalidad, y debería enfocarse en el desarrollo humano a través de la formación integral y calidad de vida