Este poema celebra al pueblo de San Juan del Puerto y a su santo patrón, San Juan Bautista. Describe la belleza del pueblo y del río Tinto que lo baña, así como las tradiciones y festividades que lo definen, especialmente la procesión anual del 24 de junio en honor a San Juan Bautista. El poema expresa el profundo cariño y orgullo que siente el autor por su pueblo natal.