1. Poema 20
Puedo escribir los versos más tristes esta noche.
Escribir, por ejemplo: " La noche está estrellada,
y tiritan, azules, los astros, a lo lejos".
El viento de la noche gira en el cielo y canta.
Puedo escribir los versos más tristes esta noche.
Yo la quise, y a veces ella también me quiso.
En las noches como ésta la tuve entre mis brazos.
La besé tantas veces bajo el cielo infinito.
Ella me quiso, a veces yo también la quería.
Cómo no haber amado sus grandes ojos fijos.
Puedo escribir los versos más tristes esta noche.
Pensar que no la tengo. Sentir que la he perdido.
Oír la noche inmensa, más inmensa sin ella.
Y el verso cae al alma como pasto el rocío.
Qué importa que mi amor no pudiera guardarla.
La noche está estrellada y ella no está conmigo.
Eso es todo. A lo lejos alguien canta. A lo lejos.
Mi alma no se contenta con haberla perdido.
Como para acercarla mi mirada la busca.
Mi corazón la busca, y ella no está conmigo.
La misma noche que hace blanquear los mismos árboles.
Nosotros, los de entonces, ya no somos los mismos.
Ya no la quiero, es cierto, pero cuánto la quise.
Mi voz buscaba el viento para tocar su oído.
De otro. Será de otro. Como antes de mis besos.
Su voz, su cuerpo claro. Sus ojos infinitos.
Ya no la quiero, es cierto, pero tal vez la quiero.
Es tan corto el amor, y es tan largo el olvido.
Porque en noches como ésta la tuve entre mis brazos,
mi alma no se contenta con haberla perdido.
Aunque éste sea el último dolor que ella me causa,
y éstos sean los últimos versos que yo le escribo.
2. Hagamos un Trato
Compañera huraño sin motivo
usted sabe no piense qué flojera
puede contar igual puede contar
conmigo conmigo
no hasta dos
o hasta diez pero hagamos un trato
sino contar yo quisiera contar
conmigo con usted
si alguna vez es tan lindo
advierte saber que usted existe
que la miro a los ojos uno se siente vivo
y una veta de amor y cuando digo esto
reconoce en los míos quiero decir contar
no alerte sus fusiles aunque sea hasta dos
ni piense qué delirio aunque sea hasta cinco
a pesar de la veta no ya para que acuda
o tal vez porque existe presurosa en mi auxilio
usted puede contar sino para saber
conmigo a ciencia cierta
que usted sabe que puede
si otras veces contar conmigo.
me encuentra
Se Va Con Algo Mío...
Se va con algo mío la tarde que se aleja…
mi dolor de vivir es un dolor de amar,
y al son de la garúa, en la antigua calleja,
me invade un infinito deseo de llorar.
Que son cosas de niño me dices… ¡Quién me diera,
tener una perenne inconsciencia infantil,
ser del reino del día y de la primavera,
del ruiseñor que canta y del alba de abril!
¡Ah, ser pueril, ser puro, ser canoro, ser suave
trino, perfume o canto, crepúsculo o aurora;
como la flor que aroma la vida… y no lo sabe,
como el astro que alumbra las noches… y lo ignora!
3. Me Tuviste
Duérmete, mi niño, que es la Tierra amante
duérmete sonriendo, quien te va meciendo.
que es la ronda de astros
quien te va meciendo. Miraste la ardiente
rosa carmesí.
Gozaste la luz Estrechaste al mundo:
y fuiste feliz. me estrechaste a mí.
Todo bien tuviste
al tenerme a mí. Duérmete, mi niño,
duérmete sonriendo,
Duérmete, mi niño, que es Dios en la sombra
duérmete sonriendo, el que va meciendo.
Amor eterno
Podrá nublarse el sol eternamente;
Podrá secarse en un instante el mar;
Podrá romperse el eje de la tierra
Como un débil cristal.
¡Todo sucederá! Podrá la muerte
Cubrirme con su fúnebre crespón;
Pero jamás en mí podrá apagarse
La llama de tu amor.
Himno Nacional
CORO
¡Salve, oh Patria, mil veces! ¡Oh Patria!
¡Gloria a ti! Ya tu pecho rebosa,
gozo y paz, y tu frente radiosa
más que el sol contemplamos lucir.
II III
Los primeros los hijos del suelo De esos héroes al brazo de hierro
que, soberbio, el Pichincha decora nada tuvo invencible la tierra,
te aclamaron por siempre señora y del valle a la altísima sierra
y vertieron su sangre por ti. se escuchaba el fragor de la lid;
Dios miró y aceptó el holocausto, tras la lid la victoria volaba,
y esa sangre fue germen fecundo libertad tras el triunfo venía,
de otros héroes que atónito el mundo, y al león destrozado se oía
vio en tu torno a millares surgir. de impotencia y despecho rugir.